Capítulo cincuenta
Capítulo cincuenta: Pasado
Los ojos de Tōru se abrieron lentamente, su entrecejo se encontraba arrugado intentando recordar lo que había sucedido la noche anterior para encontrarse en ese momento en su cama tan agotado que apenas sentía que podía levantarse. Observó a su lado, encontrando de inmediato el cuerpo moreno y semidesnudo de su pareja quien continuaba durmiendo plácidamente.
Entonces Oikawa lo recordó todo: habían salido tal y como acordaron, de hecho, la cita fue maravillosa, pero al regresar a casa ambos parecieron perder el control y terminaron en la cama comportándose como animales en celo. Su rostro se coloró por unos segundos a la vez que soltaba una risilla.
Con cuidado de no hacer tanto ruido, el castaño se levantó de la cama y se dirigió al baño para darse una ducha y poder refrescarse. Sus manos retiraron la única prenda que tenía puesta, que ni siquiera recordaba cómo se la puso la noche anterior o si había sido Iwaizumi quien lo había hecho. Abrió la ducha y se adentró a ella, soltando un suspiro al sentir el agua tibia acariciar su cuerpo.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta cuando una segunda persona se adentró al baño observando al castaño por unos segundos antes de tomarse la molestia de desvestirse para acompañar al más alto en aquel baño. Oikawa dio un brinco en su sitio al sentir un par de manos en su cintura, incapaz de ver al otro por la espuma que cubría su rostro por lavarse el cabello, pero totalmente seguro de saber que no era nadie más que su alfa.
— ¿Por qué no me despertaste? Pudimos tomar la ducha juntos. — Susurró el moreno en su oído. Tōru sonrió y retiró toda la espuma que le cubría, girándose después para encarar a Iwaizumi y depositar un corto beso en sus labios.
— ¿De qué te quejas si estás ya aquí?
Iwaizumi tiró del cuerpo ajeno, acercándose y uniéndose en un abrazo por unos segundos. Oikawa por supuesto correspondió a aquel gesto, cerrando sus ojos para disfrutar de la calidez que emitía el cuerpo de su pareja.
— Hay algo que quería decirte... — El castaño abrió sus ojos al escuchar al moreno, esperando por que continuara. — Lo he estado pensando por unos días y quería saber qué opinabas de esto.
— ¿De qué hablas, Iwa-chan? — Ambos se separaron rompiendo con aquel abrazo.
— Verás... Realmente no sé cómo preguntarte esto. — Iwaizumi rio con cierto nerviosismo. — Tōru, tú... ¿De casualidad no te gustaría que vivamos juntos?
Oikawa miró con sorpresa al contrario al escuchar su pregunta, una de sus cejas se levantó mientras miraba hacia otro lado pensando en qué debería responder a aquello.
En realidad, el más alto nunca había pensado en aquella posibilidad, lo que le parecía sorprendente tomando en cuenta el tiempo que ambos llevaban saliendo como una pareja oficial. Siendo sincero, en el fondo de su corazón no parecía una mala idea, pero ¿Era correcto tomar una decisión como esa de manera precipitada? Tal vez debía meditarlo por un tiempo, pues vivir con alguien más implicaba muchas cosas además de solo dormir en la misma casa, y en este caso, en la misma cama.
— ¿Quizá es algo precipitado? — Preguntó Iwaizumi en un susurro mientras acariciaba las mejillas del castaño, Tōru le miró y sonrió negando con la cabeza.
— No lo creo... Es solo que... ¿Podrías darme unos días para pensarlo?
— Por supuesto. No quiero que te sientas presionado por ello... Si no quieres hacerlo aún, está bien.
Tōru asintió inclinándose a depositar un corto beso en los labios ajenos. Ambos continuaron lavándose, y al terminar, se secaron y vistieron cómodamente, pues ese día pasarían juntos descansando en aquella casa hasta que fuera hora de ir juntos al gimnasio, como lo habían estado haciendo por los últimos meses.
— ¿Quieres comer algo en especial? — La voz del moreno llamó la atención de Oikawa quien se encontraba leyendo algo en su laptop.
— No realmente, lo que sea estará bien. — Iwaizumi asintió desapareciendo de su vista tan pronto escuchó su respuesta.
El ruido de una notificación llamó la atención del castaño, quien observó el mensaje recién llegado a su móvil, el cual tomó y leyó rápidamente.
"Hey, Tōru. Perdona la molestia, pero creo que necesitas saber esto..."
Oikawa soltó un largo suspiro al terminar de leer los varios mensajes que continuaron llegando a su teléfono, tiró su cabeza hacia atrás y observó el techo de su casa por unos segundos, para ser honesto, aquello que había leído era lo último que esperaba recibir en aquel día.
— Pareces un hombre jubilado suspirando de esa manera. — La voz de Iwaizumi llamó su atención. — ¿Qué sucede, cariño?
— No es nada... En realidad, creo que debería sentirme bien, pero por alguna razón no puedo. — El moreno tomó asiento al lado de Tōru. — Daichi me escribió. Ha encontrado a Suga.
— Eso es grandioso, ¿no? — Oikawa asintió. — ¿Hay algo que te preocupa en particular?
— Sí... ¿Te he contado el motivo por el que Suga decidió irse?
— Parcialmente, sí.
— Verás... Suga y Daichi se conocieron hace muchos años, casi podría decirse que fue un amor de infancia lo que surgió de ellos, incluso cuando Suga se fue al extranjero, ambos continuaron con aquello que tenían entonces, pero... En cierto punto parece que perdieron el contacto y no volvieron a saber del otro... O quién sabe... Quizá no querían saber del otro.
>> Durante ese tiempo en el que ambos perdieron el contacto, cada uno continuó con sus vidas. Daichi ha heredado la empresa de sus padres y Suga continuó estudiando en el extranjero, hasta que decidió volver hace poco. Repentinamente, Daichi informó que se había comprometido, incluso repartió a muchas personas invitaciones para su boda y, como era de esperar, Suga se enteró de ello.
— ¿Por esa razón decidió alejarse de todos? — Preguntó Iwaizumi mientras daba suaves caricias en la cabellera de Oikawa.
— En parte, muchas cosas se sumaron luego, por ejemplo, cuando querían que él les ayudara con su boda. — El moreno arrugó el entrecejo mostrando una expresión de disgusto. — Michimiya tal vez no es tan consciente de todo lo que pasa, a pesar de ser amiga de ambos desde niños, nunca profundizó en lo que vivieron Suga y Daichi desde entonces.
— ¿Por qué Daichi decidió casarse con ella entonces? ¿Ya no quiere a Suga? — Oikawa se encogió de hombros.
— Hay muchas cosas sobre ellos que todavía no conozco del todo, Iwa-chan. — Inclinándose, Tōru se abrazó al cuerpo de su pareja. — Solo espero que lo que esté planeando Daichi no afecte aún más a Suga... Tampoco quiero que Michimiya sufra, pero parece que en esta situación alguien terminará haciéndolo.
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