You're no good for me.

Advertencias: Ninguna. Pero hoy si le toca putiza a Gojo.

~•~

Shoko es una mujer rígida, Gojo podría decir que su corazón está seco; aún así estaba sentado junto a ella en esa morgue lúgubre mientras ella cerraba una bolsa negra.

—¿Hace cuanto no hablas con ella? —preguntó Shoko, quien usaba una bata blanca y su cabello era un poco más largo ahora.

Satoru soltó un suspiro—. Hablo con ella, pero últimamente está ocupada, o cada que le llamó está con ese maldito amigo suyo.

La castaña soltó una risita—. Pues conmigo habla bastante, los últimos cuatro meses hemos hablado, me pregunta sus dudas sobre la función de cicatrización de la energía maldita inversa…también dijo que no te entendió a tí hace meses, fue más sencillo decirle “Haz fuim y fuas”...ella es más linda de lo que creí.

El albino apretó los puños—. Oye, aleja tus pensamientos sucios de Akiko.

—Sabes que no es mi tipo, es demasiado alegre para mí —contestó la más baja—. A todo esto, ¿No vendrá ni en sus vacaciones?

Satoru alzó los hombros—. Tal vez no recuerde que es mi cumpleaños, como sea, a quien le importa, mañana es un día cualquiera.

Shoko buscó en su bata un cañón de serpentina pequeño—. Pues feliz cumpleaños adelantado tonto —dijo dejando salir la serpentina sobre la cabeza de Gojo—. Solo estoy siendo amable para que esta noche pagues la cuenta.

—¿Iremos a comer? —preguntó desanimado. En realidad prefería recibir su cumpleaños pegado al teléfono esperando alguna llamada

La mujer negó—. ¿Cenar contigo? no, iremos a beber, así le daremos la bienvenida a tus veintes.

—¿No se supone que trabajas mañana?

La de ojeras marcadas asintió—. El secreto para trabajar curando heridas de muerte es estar alcoholizada. En treinta minutos termina mi turno, así que más te vale que termine inconsciente con un tipo lindo a mi lado.

El de lentes soltó una risa—. Se supone que mi cumpleaños lo pase con personas que me aman, no alcoholizado contigo buscando algún amante de una noche.

Leiri alzó los brazos—. Suena como un gran para mí, y no esperes que yo te de un pastel cursi —al verlo suspirar la mujer sonrió—. Si tanto la extrañas ¿por qué no le dices?

Gojo la miró con una mueca—. Claro, solo debería decirle “Te amo, y quiero casarme contigo aunque todavía eres menor de edad y no has concluido tus estudios”.

—Bueno, si lo dices así suena horrible —respondió la mayor—. Solo dile “Siento cosas por tí, y cuando vuelvas quisiera salir contigo como pareja”, tendrá casi diecinueve cuando vuelva.

—No es tan mala idea, pero definitivamente necesito estar ebrio para decirlo sin tartamudear.

.
.
.

La castaña se tomó como reto personal ponerlos lo más ebrios posible, pues recordaba aquella broma que hizo con sus compañeros en preparatoria “Cuando Satoru cumpla veinte años lo dejaremos inconsciente” y Getou estuvo de acuerdo.

—Sé que sería más divertido si él estuviera aquí para verte luciendo patético por una niña —dijo la castaña mientras veía a un grupo de chicas acercarse—. No puede ser, olvidé que eres un imán de zorras.

Satoru negó señalando al chico que iba con ellas, quien le sonreía a Shoko—. Si pudiera reírme lo haría…quiero vomitar.

Las jóvenes rápidamente rodearon a Gojo, pero este las hizo a un lado para salir a tomar aire, mientras su acompañante coqueteaba con el desconocido. Se sentía mareado y terriblemente arrepentido de intentar seguirle el ritmo a Shoko cuando bebió esos shots.

—Te ves terrible, pero igualmente guapo —una voz femenina lo hizo girar—. Me llamo Julia.

Era rubia y de ojos verdes, Gojo inmediatamente se acercó a ella—. ¿Akiko? —dijo apretando su cintura—. Te extraño...¿Por qué tardaste tanto?

La joven sostuvo su cuerpo tambaleante un poco preocupada—. ¿Quién? Vamos niño bonito, no te duermas de pie recargado en m- —no pudo terminar sus palabras, pues él la besó empujándola contra los baños del bar.

“Te extraño tanto, te extraño más que a nada” pensaba el más alto mientras sus manos apretaban los muslos de la rubia—. S-siento cosas por tí, y quiero tenerte.

La joven asintió, ignorando sus palabras pues estaba sumergida en el placer de sus roces—. Ajá…¿Cómo te llamas?

Gojo se alejó suavemente frunciendo el ceño—. Vamos a mi departamento.

Unos minutos después Shoko salió a buscarlo, angustiada por su ausencia. Lo llamó un par de veces hasta que al fin contestó—. ¡¿Dónde te metiste?! ¡Llevo rato buscandote como loca!

“Voy a casa, la encontré” balbuceó el muchacho.

—¿Encontraste? ¿Qué cosa? —preguntó aún más preocupada—. ¿Estás en un taxi?

“Sí un taxi creo” de fondo se escuchaban las risas de una mujer.

La castaña frotó el puente de su nariz más calmada ahora—. ¿Vas con una chica, cierto? —antes de tener respuesta le colgó—. Definitivamente no estabas tan ebrio, esto solo es una de tus rabietas impulsivas…tonto.

La luz fue particularmente molesta para Gojo, quién simplemente se dió la vuelta, ignorando el cuerpo desnudo a su lado. Soltó un suave gruñido por el dolor de cabeza, pero definitivamente no iba a levantarse para buscar una aspirina.

El sonido de su celular sonando lo hizo estirar la mano a ciegas para contestar, después de dos intentos lo consiguió poniendo el altavoz—. ¿Qué? —gruñó por lo bajo.

“¡Feliz cumpleaños!“ una dulce voz lo hizo abrir suavemente los ojos “Sé que aún es algo temprano pero quería llamarte para darte buenas noticias, Satoru”.

—¿Akiko? —preguntó mientras sintió un peso sobre su abdomen—. Ah, mierda.

La rubia de ojos verdes sonrió descaradamente—. ¿Hoy es tu cumpleaños? Te daré un regalo entonces —fue lo suficientemente alto para ser oído por la prometida legal de Gojo al otro lado de la llamada.

El albino la vió meterse a las sabanas y rápidamente la detuvo sosteniendo su cabeza lejos de su pene—. ¡No hagas eso!

—¡Solo es una mamada de cumpleaños! —se quejó la muchacha, extrañamente cariñosa con el contrario.

“Pareces ocupado” dijo la menor, y colgó la llamada.

El joven empujó suavemente a la mujer mientras tomaba su celular—. No, no, no…por favor —intentó llamarla pero lo enviaba directamente a buzón de voz—. ¡Carajo! Por favor contestame, por favor. Debo disculparme.

Julia se acomodó sentándose en la cama—. ¡¿Es tu novia?! ¿Por qué no me dijiste anoche? —furiosa se puso de pie y buscó su ropa para vestirse—. No hay nada peor que los tipos como tú…carajo, dile que lo lamento, no dijiste que tenías novia.

.
.
.

Naoko entró a la habitación de su compañera con el boleto de avión para Japón que le pidió, pues él solicitó uno para ir a Canadá con su familia—. Lo lamento, no conseguí para hoy mismo, pero mañana en la mañana sale un vuelo y…¿Estás bien? —preguntó al verla hundida en su cama.

—Sabes, me arrepiento de rogar por nuestras vacaciones, creo que no valió la pena discutir con el coordinador para que las adelantara antes de navidad —dijo con una débil sonrisa mientras se acomodaba al borde de la cama—. No necesito el boleto de avión, lamento haberte molestado.

El de cabellos negros negó sentandose a su lado—. Está bien si no quieres pasar las vacaciones allá, pero no pongas esa cara, me haces querer llorar.

La de ojos zafiro se recargó en su hombro—. Yo te tengo mucha envidia, sé que está mal, pero envidió la familia que tienes. Quisiera ser más como tú.

—Yo creo que ya eres suficientemente perfecta para intentar ser como yo—el de ojos oscuros sonrió—. Entonces pasa las vacaciones con nosotros, aún podemos cambiar el vuelo.

Akiko soltó una risita—. ¿Y si tus padres no quieren que vaya?

—Mis padres te adoran, y mi abuela siempre quiso una nieta…¡No es que tú seas su nieta política! —dijo avergonzado—. Sería lindo que vayas, porque si te quedas sin compañía te pondrás triste y querré volver contigo.

La menor sonrió mientras su amigo acariciaba su cabello suavemente—. Creo que sería divertido ir, nunca he ido a Canadá. Iré contigo, gracias por ayudarme.

Kimura la abrazó fuertemente—. Yo siempre querré tu felicidad, Aki-chan.

Sonrojándose fuertemente por el cúmulo de emociones negativas hundió su cara en el hombro de Naoko.

"No tengo derecho a enfadarme con Satoru, pero se siente tan mal".

.
.
.
Juju-corto:

Shoko llegó a casa de Gojo un día después. El albino parecía tan decaído, con ojeras rojas y el cabello despeinado—. No fuiste a tu misión en Nagoya, me enviaron para revisar que estuvieras bien.

—Estoy vivo si eso quieres decir, solo no tuve ganas de ir —dijo dejándola pasar—. Por cierto, ¿Hablaste con Akiko ayer?

La castaña asintió—. Hoy en la mañana de hecho, mira, me envió una foto —sacó su celular mostrando en la pantalla una imagen de la rubia junto a Naoko en el aeropuerto.

—¡¿Va a venir?! —preguntó con una gran sonrisa en el rostro. "Perfecto, podré disculparme en persona".

La mayor negó lentamente—. Nah, fueron a Canadá, tengo entendido que Naoko tiene familia allá —hizo zoom en la pantalla viendo al joven con más detalle—. Ahora es más guapo.

Satoru se quejó en silencio mientras bajaba la cabeza avergonzado con él mismo.

No saben lo mal que me sentí escribiendo esto mientras escuchaba "mi buen amor" pero me encanta como quedó este capítulo.
Aquí no se acepta la misoginia contra cualquier personaje femenino, aclaro que Julia (la desconocida que se chingo Gojo) no tenía idea de que el man tenía prometida. y efectivamente, Gojo no estaba tan borracho como para no saber lo que hacía.
*No apruebo el abuso de sustancias como alcohol, ni drogas. Todo con medida (menos yo porque soy un adulto independiente y responsable de sus acciones).
-Honey

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top