Viejas costumbres
Advertencias: Ninguna (?).
~•~
Se dió un baño rápido y se puso una camisa holgada en conjunto a un pantalón de mezclilla que Gojo le compró. Su cara lucía casi igual, pero si eran visibles algunas marcas de tonalidades verdosas en algunos lados de su barbilla.
Satoru tardó más tiempo en arreglarse que la propia chica, usaba un conjunto deportivo que hacía lucir sus músculos. Sin decir más le señaló la puerta y ambos salieron de la vivienda. Gojo no trataba de entablar una conversación como tal, solo soltaba las cosas que pasaban por su mente. Una vez caminaron por las calles, a Gojo le pareció una pérdida de tiempo preguntarle por algo que quisiera comer, siendo un poco egoísta la arrastró a un restaurante dónde solía ir cuando holgazanear.
La menor se ganó una miradas, que rápidamente se desplazaban al hombre de gafas negras. Akiko nunca se sintió fea, las mujeres de su clan poseían gran belleza, pero la hermosura de Gojo era distinta, daba miedo solo de verla. En realidad ambos lucían como la pareja trofeo, claro que las personas no sabían que apenas eran unos adolescentes.
El albino pidió una mesa al fondo pues ya había coqueteado con medio personal femenino del establecimiento. Una vez les dieron los menús, Akiko lo miró esperando algo, pero Gojo solo pidió su cena—. ¿No tienes hambre?.
La rubia asintió frenéticamente—. Quiero una hamburguesa.
El de ojos turquesa soltó una risita y pidió como extra una botella de agua con gas. La observó unos minutos en los que la menor se removía incómoda—. ¿Tienes familiares además del clan Katō?.
La rubia clavó su vista en la mesa un tanto abrumada por la pregunta—. No, cuando mi madre murió no encontraron más parientes que pudieran hacerse cargo de mí.
Gojo me regaló una sonrisa a medias y desinteresado en la lástima que sentía se enfocó en hacerle preguntas—. ¿Tienes alguna enfermedad? ¿Eres alérgica a algo? ¿Planeas hacer algo?.
Abrumada trató de responder lo mejor posible—. P-pues no estoy enferma hasta donde sé, y tampoco soy alérgica a nada —desvió la mirada a la mesa de al lado notando que eran una familia completa—. ¿Crees que pueda ser así?.
El albino siguió su mirada curiosa—. ¡Que adorable! —y partió a reír a carcajadas llamando la atención de otros comensales—. Tienes una maldición demasiado fuerte como para ignorarse, no puedes ser normal, pero si quieres vivir una vida ordinaria es respetable.
La rubia escondió su rostro entre sus manos, no podía verlo a la cara después de verlo tan encantador riéndose de ella—. ¿Qué clase de maldición tengo?.
El de ojos turquesa recuperó la compostura jadeando por aire—. Sabes que no es de forma literal. Quieres vengarte, no solo de ese clan en decadencia, quieres vengarte del mundo porque te privó de toda sensación amable.
Antes de poder contestar, la mesera llegó cargando sus platos y dándole una mirada coqueta al joven se fue sonriendo. El silencio duró hasta que Gojo clavó sus cubiertos en su pasta e invitó a la menor a imitarlo.
.
.
.
—¿Qué haces con eso? —preguntó el adolescente. Se fue a cambiar al baño y para cuando volvió a la sala encontró a la menor tomando cojines del sillón.
Lo miró con incredulidad, hasta que un extraño bochorno floreció en su cara—. Debí preguntarte si podía dormir aquí, pero ya estoy abusando de tu amabilidad, lo lamento.
“Soy un idiota por traerla conmigo” pensó cansado, pero de igual forma sabía que no sería para siempre—. Dormirás en mi cuarto, yo me quedaré en la sala.
La de ojos zafiro negó rápidamente—. Es tu casa, y tu sofá es más que suficiente para mí. Ya has hecho tanto por mí que no podría dejarte dormir aquí.
Satoru parecía más irritado que enternecido, pero entendía -o al menos lo intentaba- a la adolescente, hasta hace poco seguramente fue tratada como basura, y era una pena que la única persona decente que hubiera conocido fuera él—. De verdad puedes dormir en mi cuarto, si no lo haces, lo tomaré como una señal de que quieres dormir conmigo en el sofá —al ver la expresión pálida de la más baja soltó una risita—. Es una broma. Si bien parece que tú eres la más beneficiada en este compromiso, la verdad es que yo dejaré de recibir propuestas y los ancianos no molestarán por un rato.
Akiko sonrió entendiendo que Gojo era más que alguien engreído, pues durante el poco tiempo de conocerla, no le había hecho o dicho nada malo, y eso significaba que podía ser más una jovencita a su alrededor que una mujer servicial—. Aprecio mucho lo que haces por mí, te prometo que no te dare problemas.
Aquel hombre alto caminó hasta quedar a escasos centímetros de su invitada—. Ambos tuvimos un día largo, ve a dormir o realmente te echaré a la calle.
La rubia caminó lento para ver si cambiaba de opinión, pero no sucedió. Se miró a sí misma en el espejo del baño y pasó su mano suavemente tratando de imitar el tacto de Satoru horas antes, cuando limpió su lágrima fue la única vez que tuvo miedo por qué no sabía lo qué pasaría después.
Agotada se acostó en la amplia cama, todo olía como Gojo y eso no era particularmente desagradable. Cerró los ojos poco a poco siendo abrazada por Morfeo y por primera vez teniendo un sueño y no una pesadilla.
En la sala, Gojo, contemplaba su techo minimalista. Estaba pasando por muchas cosas él solo: la muerte de Riko, la distancia de Getou y la responsabilidad de proveerles lo necesario a esos niños. Al igual que con Akiko, no podía dejar talento desperdiciado en aquellos clanes putrefactos.
Quizá nunca les tuvo mala fé hasta que todos aplaudieron la muerte de una niña como si celebraran la navidad. Su ideología fue alimentada con los moretones de Akiko, abusar así de su propia sangre era de lo más bajo.
No importaba si aún no tenía clara la definición de lo correcto, sabía perfectamente que era todo lo alejado a las viejas costumbres de viejos hombres.
—Akiko significa luz brillante…sí eres brillante —murmuró el mayor antes de cerrar los ojos para tratar de dormir.
N
otas:
La neta hice este fic para poner escenas de pelea pero siento que le falta más violencia. Por cierto, no habrá contenido NSFW hasta que Hikari sea mayor de edad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top