Los niños y la rueda.
Advertencias: Ninguna.
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El ruido del despertador sobresaltó a Akiko. Un nuevo día con el encantador Gojo Satoru, nada más emocionante.
El albino sostenía una taza con café, a su lado dejó un vaso de té con algunos bocadillos—. Desayuna rápido, debo ir a ver a mis mocosos.
“Mocosos” esa palabra dió vueltas por la mente de la joven. Siguió sus órdenes, pensó que ella se quedaría en casa, o que la llevaría a otro lado para botarla. El albino miró nuevamente su reloj con impaciencia—. Ya llevo un día y cuarenta minutos de mi descanso aquí contigo —hizo una mueca—. Ve a cambiarte, ¿o prefieres ir en pijama?
—Disculpa, Gojo-san ¿A dónde iremos? —preguntó con esa sonrisa tímida que hizo suspirar al mayor.
Gojo se recargó en el lavaplatos con los brazos cruzados—. Ya te lo dije, tengo mocosos que son como mi responsabilidad, no me gusta decir que soy un hombre de caridad pero hago acciones bondadosas —el sarcasmo desbordaba por sus colmillos con gracia, y claramente no fue detectado por Akiko—. Estoy tratando de hacerte una broma, no es divertido si no lo entiendes.
—Lo siento, no soy buena con las…
El mayor la interrumpió—. Relaciones sociales.
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Satoru cargaba una bolsa repleta de víveres y golosinas—. Es un vecindario callado, pero no te alejes mucho, podría ser peligroso y realmente no quisiera defenderte —pese a la rudeza de sus palabras tomó la palma de la rubia con su mano libre—. No tardaré mucho, solo veré que sigan vivos.
La de ojos zafiro asintió nerviosa por su repentino toque, pero no hizo el intento de alejarlo, ni de comunicarle que la presión era demasiada para hacerla sudar. Subieron unos escalones de un edificio promedio, quizá un poco más viejo que los demás. El albino sacó de su bolsillo unas llaves y abrió la puerta con una sonrisa ladina.
—¡Feliz día a los dos abandonados favoritos del gran Gojo Satoru! —sus gritos alertaron a los menores de cabellos oscuros, la niña se acercó corriendo a verlo, mientras que el más bajo emitió un gruñido—. Les quiero presentar a una persona, es Akiko Katō…
El de cabellos negros lo interrumpió sin verguenza—. Es una de tus novias, o mejor dicho con las mujeres que sales.
El albino se apresuró a tapar su boca antes de que lo dejará como un patán -más grande-. Soltó una risita nerviosa al verlo tratar de soltarse—. Los niños son horriblemente habladores…Bueno, ellos son mis mocosos, él es Megumi y ella es Tsumiki.
La rubia se notó deprimida al instante—. ¿Son tus hijos?.
—¡No! —gritaron al unísono. Megumi asqueado se alejó de ambos para acomodar la despensa—. Él me compró, ahora nos provee lo necesario.
—Déjame ayudarte —y así su hermanastra se le unió a desempacar los comestibles, le dió una mirada rápida—. Entonces, Akiko-san ¿Eres hermana de Gojo-san?.
—No, en realidad nos conocemos desde hace poco…
—Es mi prometida —dijo el de ojos turquesa dejando un silencio arrollador—. Les prepararé algo de comer, vayan a lavarse las manos.
—Debe ser genial estar prometidos como en las películas de princesas…Akiko-san, ¿Eres una princesa? —Tsumiki destilaba emoción pura, eran fantasías de una niña, claro que desconocía la verdad de la vida de la adolescente.
La rubia pasaba los platos que Gojo sirvió, trataba de buscar palabras coherentes para decirle que en realidad fue como un trato donde él se la llevó por lastima—. No soy una princesa, Gojo-san solo ha sido amable.
El más alto le dió una suave palmada en el hombro—. No arruines sus ilusiones. Tsumiki-chan, fue romántico y aunque no es una princesa, luce como una.
La de ojos zafiro se ruborizó instantáneamente y tragó saliva—. B-bueno si fue agradable nuestro primer encuentro —”Las mujeres del clan me dijeron que se trataría de un hombre abusivo y tuve miedo de verlo" pensó abrumada por la imagen frente a ella.
—¡Eso es hermoso! —los ojos oscuros de la menor brillaban embelesados por la historia ficticia que ambos le presentaron—. Cuando sea grande, quiero comprometerme con alguien a quien ame, como ustedes lo hicieron.
Megumi negó decepcionado por la ingenuidad de su pariente, claramente era una historia falsa, bastaba ver los rasguños en las muñecas de la joven, sus ojeras, y leves manchas verdosas casi invisibles de su cuello—. Gracias por la comida.
Los mayores se acomodaron en la mesa. Gojo se quedó unos segundos en silencio, observando a los niños más pequeños y a la que recogió hace un día. Ni él mismo entendió por qué dijo lo que dijo—. Si muero y aún no se pueden valer por sí mismos, mi representante legal hará lo posible para que sigan vivos, también te incluye, Akiko.
La niña alta apretó su muslo por debajo de la mesa y se contempló a sí misma como una carga.
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—Nos vemos luego niños, fue un gusto conocerlos y saber que están bien —la rubia hizo varias reverencias hasta que Megumi cerró la puerta en frente a su cara—. Creo que no les agrado.
—Yo tampoco, y eso que los cuido desde hace un tiempo —Gojo alzó los hombros restándole importancia—. Pero mira la hora, no debería dejar que una jovencita como tú ande sola —ajustó sus gafas y se acercó a ella—. Vamos, de lo contrario te dejaré aquí, me preguntó qué será peor: morir por la indiferencia de Megumi, o el frío.
Su vida habría sido más fácil de haber tenido a su madre, quizás así no sería una carga. Era un resentimiento que la llenaba de culpa, odiar a tu madre por suicidarse no era sano.
—Gojo-san, ¿Puedo preguntarte por qué hiciste esto? —la rubia se vió intimidada por la gran altura del albino, este solo suspiró y la tomó de la mano.
El de gafas buscaba una palabra adecuada—. Diversión, es divertido retar al sistema y hacer lo que yo quiero. Quería que te fueras de ese horrible clan, porque es divertido ver que tienes orgullo.
"Diversión" repitió Akiko en su mente—. ¿Es divertido ayudar a esos niños?.
—Lo es, además que ambos sacan mi instinto maternal —dijo en broma logrando sacar una risa de la menor—. Rápido, debes mostrarme por lo que pagué una fortuna, tú alma.
Notas:
Según yo este fic iba a terminar antes de noviembre, pero como veo mi vida, seguramente lo finalice hasta diciembre. En fin, todo es muy doméstico porque no quiero llorar mientras escriba un fic de Gojo penudo, digo, Gojo Satoru.
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