Living Legend

Advertencias: Ninguna.

Triste de verte ir
Estaba esperando que te quedaras
–Do I wanna know?, Arctic Monkeys.

~•~

Satoru sabía bien lo que era la soledad, más allá de estar sin compañía, él comprendía que había un vacío más grande en su alma. Pero nadie lo notaba, para las personas era el hechicero más talentoso, simplemente el más fuerte, él que debía dar la cara por todos.

Desde niño lo tuvo todo, dinero, afecto de sus pocos parientes, la devoción de los demás clanes. Él era una leyenda viviente desde que fue concebido.

Aún así se arrastró por el piso de su cocina llorando desconsoladamente porque su reciente única amiga y prospecto de esposa se iría a Mongolia por dos años. Iba a quedarse solo, más vacío que antes.

Ni siquiera él recordaba en qué momento dejó tanta de su felicidad en manos de Akiko. Pero se sentía bien, claro, para ella también era el más fuerte, pero no de la manera que lo frustraba, para ella era algo bueno, sin responsabilidades, ni cargas emocionales, para ella él también era una persona.

Cuando la vió por primera vez casi se suelta a reír por lo patética se veía, con los ojos llorosos y la sonrisa nerviosa. Solo bastó escucharla hablar para que él quisiera correr y esconderse con ella, decirle “Ya no te harán daño”. Y de cierta forma lo hizo, él la cargó y la sacó de ese asqueroso clan, pudo sentir como la menor temblaba al atravesar la puerta principal.

Fue la primera vez que Gojo sintió genuino afecto por alguien en mucho tiempo.

Estaba encantado con lo valiente que resultó ser esa niña de ojos bonitos, se había aferrado a su pierna desesperada por ayuda, incluso cuando ni siquiera lo conocía, tenía tanta irá acumulada que él pudo ver el gran nivel de energía maldita en ella.

Los momentos que pasó junto a ella en la escuela de Tokio eran como un recuerdo borroso, como si sólo hubiera enfocado la voz y rostro de Akiko. Y todo eso se había convertido en un cúmulo de adrenalina que lo había obligado a correr cuando estuvo en peligro; Para él bastó verla llena de sangre mientras lloraba para entender que su cariño había dejado de ser fraternal, no, se dió cuenta que siempre había sido amor romántico. La sostuvo contra su pecho para tranquilizarla mientras ella le repetía “Gracias por estar aquí”.

Cada uno de sus movimientos lo enviarán al cielo, y sintió la misma gloria cuando la besó por primera vez.

No se dió cuenta en qué momento comenzó a ser tan egoísta tratando de monopolizar el cariño que sentía por ella, pero al darse cuenta de que su sola presencia podría entorpecer el futuro de Akiko decidió alejarse, pues para Gojo era más importante que Aki cumpliera sus metas.

Ella debía vivir como mejor le pareciera.

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Mongolia era frío, tal vez demasiado, pero las personas eran cálidas. La rubia sintió un gran recibimiento. Además que no eran los únicos extranjeros en la escuela, pues la “Universidad Nacional de hechicería de Ulán” cada año recibía a virtuosos graduados de todo el mundo, incluso hechiceros experimentados iban por diplomados o perfeccionar técnicas.

Sus primeros días fueron para establecerse y recorrer la universidad, claro que no lo hacía sola, Naoko iba prácticamente a todos lados con ella. Casi dos semanas después de su llegada se les permitió salir por su cuenta a conocer la ciudad, pero solo con un guía. Todo era tan diferente a Japón, las costumbres, el idioma y el comportamiento.

—Hola, ustedes deben ser los chicos de Tokio —dijo un joven de rasgos finos—. Me llamo Carol…ustedes son algo famosos por ser los únicos menores de edad.

El de cabellos negros arqueó las cejas—. ¿También te dieron una beca?

El joven lo miró confundido—. ¿Puedes repetirlo de nuevo? Apenas estoy aprendiendo el idioma, me siento torpe por no aprender chino, así que primero intenté con el japonés…ojalá tuviera una linda maestra como tú —dijo mirando a la menor.

Akiko sonrió—. Podemos ayudarte con es-

—Pues yo creo que ya hablas bien, eres demasiado hablador ¿No? —Naoko se dió cuenta de sus intenciones y rápidamente puso un alto, pues probablemente Akiko no lo había notado—. Si nos disculpas debemos ir a nuestras habitaciones.

La rubia se dejó arrastrar por su compañero—. ¿No fuiste muy cortante con él?

—Para ser una chica, eres bastantes despistada —dijo suspirando—. Él trataba de meterse a tus pantalones.

—No creo que le quedarán mis pantalones.

Naoko se detuvo mirándola tan sorprendido—. Me refiero a que intentaba cortejarte —soltó una carcajada cuando Akiko se sonrojó—. Ojalá compartieramos habitación, sería más fácil cuidarte de esos tipos, pero incluso si estoy lejos debes llamarme y yo me haré cargo, podrán ser mayores pero son patéticos.

La rubia suspiró—. ¿Ahora eres cómo una clase de padre para mí?

—¡No digas eso! ¡Ay Dios que asco!

Gojo regresó de su misión exhausto, en realidad fue sencillo acabar con las maldiciones de grado especial, pero últimamente parecía que su mente se cansaba rápidamente. Se quitó las gafas y se metió a la ducha tratando de mejorar su noche.

Mientras el agua caía por sus músculos ayudando a relajarlos pensó que quizás su mal humor se debía a la falta de comunicación con Akiko, ya había intentado marcar su número, pero evidentemente estaba desactivado. “Si no hubiera sido tan idiota quizás realmente se hubiera enamorado de mí”.

Talló su cabello y cuerpo con tan poco cuidado que había ciertas marcas rojas. Se enjuagó y salió con una toalla enredada en su cadera. Iba a buscar su pijama cuando su teléfono personal timbró; pocas personas tenía el privilegio de conocer ese número, y prácticamente corrió por el hasta la cocina—. ¡Hola!

“Buenas noches Satoru, mi celular se quedó sin señal cuando llegamos hace unas semanas, planeaba usar un teléfono público pero sólo podemos ir cuando el guía nos deja, pero al fin pude ir a comprarme uno” esa bella voz hizo que el albino temblara suavemente.

—No te preocupes, ni siquiera había notado que pasó tanto tiempo desde que te fuiste —dijo esperando causar una risa en la menor, pero solo obtuvo un corto suspiro.

“Claro, en realidad te llamaba para saber si estabas bien, a veces olvido que eres el gran Gojo Satoru…También quisiera pedirte el numeró de Shoko-san”.

—A-ah, sí, te lo enviaré…

“Muchas gracias, y lamento haberte molestado-

—¡No eres ninguna molestia! —fue más un grito—. Cuéntame sobre tu nueva escuela, ¿ya empezaron las clases?

La joven parecía contener una risita “Ujum, las clases comenzaron días después de que llegamos, y en realidad es interesante, por eso te pedí el teléfono de Shoko-san, así podré preguntarle sobre la técnica inversa”.

—No creo que Shoko sea de ayuda, la maldita solo me dijo “Haz fuim y fuas” —dijo frotando el puente de su nariz—. En términos sencillos toma energía maldita y la revierte en energía positiva, como la ley de los signos.

“Mmm, creo que lo entiendo” dijo la rubia mientras de fondo se escuchaban pasos y después un “Oye, vamos a cenar, me muero de hambre”.

Gojo apretó los dientes—. ¿Tienes compañero de cuarto?

“No, estoy yo sola porque no hay muchas mujeres, es Naoko, parece que mi habitación es su zona común” no parecían importarle las quejas de su compañero.

Decir que ahora estaba aterrado de que Naoko Kimura fuera a ese viaje con ella era poco, siempre notó los sentimientos del joven por Akiko y estaba bien, pues ¿Quién no podría amarla?, pero ahora era diferente, ahora estaba solo con ella—. Ah, cierto, me había olvidado de él…por cierto, ¿Algún chico te parece lindo en tu nueva universidad? ¿Naoko-san por ejemplo?

“¿Qué dijiste? la señal no es muy buena”.

—¡Que comas bien! Ya debo irme, buenas noches —se despidió y rápidamente colgó la llamada ignorando la mezcla de vergüenza y rabia que se reflejaron en su rostro en tonos rosados—. Maldito Yaga, ¿Por qué no les diste una laptop por ganar el torneo y ya?

Satoru suspiró antes de volver a su habitación buscando ropa interior y un pijama cómodo. Pese a estar un poco enojado -más con él mismo- también estaba infinitamente más feliz, su voz le traía calma y una pequeña esperanza se alberga en su corazón.

“¿Por qué la satisfacción se siente tan lejana sin ti?”

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Juju-corto:

—Y “Ore” es más para hablar con amigos o personas que no respetas, por eso es importante que uses “Boku” o “Watashi” —dijo Naoko, quién le enseñaba gramática básica a Carol—. No es tan difícil —Akiko comía su cena mientras los observaba, hasta que el alemán la miró fijamente—. No la mires a ella, yo soy quien te está enseñando, ¿Recuerdas?

El mayor suspiró y dijo algo en su idioma natal—. Pech gehabt, dass sie Freunde sind…

La de ojos azules ladeó su cabeza—. ¿Eso qué quiere decir?

—Que debería cerrar la boca antes de que yo lo haga por él —dijo el de cabellos negros—. Mi madre era maestra de idiomas en una universidad, idiota.

Carol asintió—. Pues eso es lo que parecen.

La traducción literal de lo que dice el NyE de Carol es "Lastima que sean novios". Por eso que Naoko se enfade porque sigue en esa etapa de negación/frustración.
Amén porque pude escribir un poquito de Gojo desde una perspectiva más deprimente, y ojalá pueda desglosarlo emocionalmente, siento que su enamoramiento es "Ella se enamoró primero, pero él más fuerte" como debe ser.

Yo el siguiente capítulo hay salto temporal y más de Gojo cagando el palo:

-Honey

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