I Found You.

Advertencias: Ninguna.

~•~

Con los pasaportes listos, y una maleta de efectivo, Akiko estaba de pie frente a la mansión Katō; en su otra mano cargaba un galón de gasolina, y había diez idénticos en la entrada.

Entró sintiendo las miradas juzgonas, pues nadie se esperaba que volviera después del escándalo montado en el funeral de su abuelo. Caminó hasta la sala común, dónde estaban los pocos hombres del clan aún lo suficientemente jóvenes para no casarse, la mayoría adolescentes, jugaban a las damas chinas.

-¿Están todos los miembros del clan?-los miro de reojo, pues estaba más concentrada en el niño de cabello negro lloriqueando en el pasillo, hecho ovillo.

Los jóvenes la miraron confundidos, sonrieron y el más mayor se puso de pie-. ¡Tía, que bueno verte de mejor humor! Me preocupa que el heredero del clan te quiera echar por lo que hiciste en el funeral del viejo, pero no te preocupes, nosotros no dejaremos que te hagan daño.

"Chicos dulces, criados por idiotas" pensó la rubia-. Sōichi, ¿Pueden llamar a los demás? a todos, también los niños.

El muchacho hizo una mueca-. Claro, supongo que debemos darte la bienvenida -aún no entendía del todo qué era lo que haría su pariente. Caminó por los pasillos solitarios llamando a sus familiares "Vengan, Akiko regreso!".

Una vez estuvieron presentes en el gran salón común, la joven habló-. No voy a regresar a este lugar. Solo estoy aquí de visita, les traje algo -dejó una maleta con dinero y pasaportes, fue casi imposible conseguirlos en tan poco tiempo, pero Satoru se encargó de ello.

-¿No intentas comprar? -preguntó su tía abuela, la única mujer capaz de aguantar a Kirō.

Akiko negó mientras les mostraba los pasaportes-. Yo no les estoy dando nada, esto no se trata de mí, es sobre ustedes...ahora cada uno de los miembros del clan Katō puede decidir que hacer con su vida.

-¿Cuál es el precio? -Sus sobrinas y primas se veían escépticas. Nada podía ser tan sencillo, no después de haber vivido un infierno en la mansión. Cada persona del clan cargaba sus propias cicatrices, incluso los más fríos como Tsuchinoko.

-Ninguno, yo no les pediré nada a cambio de esto. Mi madre habría matado por tener una vida fuera de este lugar, al igual que cada persona que mi abuelo dañó y humilló -la rubia los miró, y vio en cada uno, la mirada que lograba ver en su madre cuando era niña-. Si van a irse, háganlo ahora, voy a destruir este lugar.

Un puñado de sus sobrinos gruñeron, pero al final de cuenta eran niños que lidiaron con el abuso de un hombre que destruyó a sus madres, hermanas, sobrinas y tías.

La rubia soltó un suspiro mientras caminaba a la oficina principal-. Él ya no puede hacerles daño...a ninguno -no los miro, pero pudo escuchar como todos iban a buscar sus objetos más preciados. No había lealtad a una familia, solo se les infundió miedo, y la razón de ese miedo estaba muerta.

Akiko volteó a uno de los grandes cuadros fuera de la oficina, era un retrato de su abuelo cargando a su madre de tal vez unos tres años, ambos estaban riendo. Era una foto hermosa, y al mismo tiempo hizo que a la joven se le revolviera el estómago. "Dios, no me dejes perder la cabeza". Siguió caminando hasta la oficina, buscando los papeles importantes del clan. Toda su historia sería borrada desde sus propias raíces.

"El clan murió contigo abuelo" pensó antes de abrir la caja fuerte, solo los herederos recibían esa información con las demás propiedades. Los quemo asegurándose de pisar las cenizas de dichos documentos. Ella sabía que difícilmente la perdonarían por eso, pero le daba igual.

Abrió un cajón, la foto de su madre, tan linda y feliz, sosteniendo la mano de su abuela. Akiko la guardó en su bolso y siguió con su camino, pues fue directamente a la capilla donde estaban las demás urnas de cenizas, las de los líderes.

-Está muy alto -murmuró para sí misma al intentar tomar la lanza sangrada, que estaba colgando del techo. Se subió a uno de los estantes estirando su mano lo más que pudo para alcanzarla; viéndola de cerca, era más gloriosa de lo que su madre le había contado.

"Era dorada y la punta tenía sangre...lastima que nunca la verás, era genial" el recuerdo de su madre emocionada como una niña la mortificó por años: era casi como una niña cuidando a otra.

Cuando por fin tuvo en su mano la reliquia sagrada, la tomó llevándola afuera.

-¿Quieres ayuda con algo? -Satoru sonrió desde su lugar, había noqueado a los vigilantes del lugar-. ¿Ya le vas a prender fuego?

-Sí, dame cinco minutos -volvió a entrar, está vez para incendiar la mansión.

.
.
.

Ambos jóvenes contemplaban la gran llamarada elevarse en el cielo. Akiko no sonreía, tenía una mueca de indiferencia.

-¿Te sientes bien? -preguntó en voz baja.

-Toda mi vida creí que esto me haría sentir mejor, o al menos no tan culpable con mi madre...pero no es así -respondió la más joven-. No odio al clan Katō por lo que me hizo, los odio por lo que le hicieron a mamá...ella nunca me contó todo lo que vivió aquí, solo me contaba cosas insignificantes, porque esos pequeños detalles la hacían creer que yo nunca estaría en este lugar.

El albino frotó suavemente su espalda-. Tu madre hizo lo que pudo.

La rubia sonrió suavemente-. Cuando vivimos solas su risa era todo lo que me tranquilizaba en las noches...me siento peor por haber estado feliz de nacer, porque le arruine la vida.

-No fuiste un error, Akiko-

-Me fracture la mano cuando tenía once, fuimos al hospital y ella tuvo que usar su nombre real para que me atendieran... así la encontraron -dijo la más baja-. Nunca podré pagarle todo lo que perdió por mi culpa, pero lo estoy intentando.

Gojo se quedó en silencio unos minutos, simplemente contemplando lo hermosa que era, no físicamente, su alma era tan preciosa, no necesitaba los seis ojos para saberlo.

Después de escuchar una viga caer provocando que la llama de fuego fuera inestable, el joven abrió la puerta del auto para ella-. Debemos irnos, los bomberos no tardan mucho en llegar.

Subió rápidamente al vehículo-. Bueno, recordando la vez que me golpearon con una sartén, ver la casa arder es más entretenido. -se puso el cinturón mientras él contrario entraba y arrancaba el auto-. Después de esto, van a intentar matarme, ahora agradezco que Naoko se haya ido de viaje, probablemente lo torturarían por mi culpa.

-¿No te preocupa que me hagan algo? -cuestionó Gojo.

-Claro, si no les dieras miedo a todos los hechiceros, probablemente me preocuparía más por tí -puso su mano en la rodilla de Satoru-. Das miedo, Satoru. Pero eso es algo que también me gusta de tí.

El albino bajo la cabeza recargándose en el volante-. Dame un segundo...carajo, de verdad me haces enloquecer.

La de ojos zafiro sonrío divertida-. Vamos a casa, mañana estaré en aprietos.


La rubia nuevamente sentía las miradas pesadas sobre su cuerpo, hace años estaría temblando y a punto de llorar, pero ahora mantenía una mirada arrogante hacia los altos mandos, entre ellos Gojo, quien se vió obligado a estar presente.

-Se le acusa de destruir la propiedad principal del clan Katō, junto a: las escrituras de las demás propiedades, el recinto familiar, reliquias que se encontraban en la casa, que tenían un valor invaluable, y el robo de la fortuna a la que solo la acusada tenía acceso. También se le tiene como sospechosa por la desaparición de más de treinta miembros del clan que se encontraban ahí -diji un anciano de los Kamo-. ¿Cómo se declara la acusada?

-Inocente, yo no robe ese dinero, no desaparecí a esas personas, y la casa no fue quemada por mí -dijo seriamente-. ¿Qué pruebas hay en mi contra?

Su tío la miró fijamente, y él tomó la palabra-. Veamos, maldita perra, solo tú tienes acceso a la cuenta de la herencia -respondió.

-Te equivocas, tío, yo no hice ningún retiro.

-¡Sara está muerta! Es imposible que ella hiciera ese retiro -el rubio apretó los dientes-. ¡¿Te crees jodidamente inteligente, verdad?! ¡¿Crees que realmente creíamos eso?!

La menor lo miró directamente a los ojos-. Pero eso fue lo que pasó, mi madre resucitó y robó toda la fortuna de su familia, tal vez se compró una casa bonita en la playa -su cinismo era evidente; ella retiró el dinero, y con acciones corruptas usó el nombre de su madre.

Tsuchinoko se hartó de eso, se puso de pie y caminó hacía ella, fue tan rápido. Puso su mano en la frente de Akiko y estrelló su cabeza contra la pared detrás de ella-. Muy bien, querías reducir a cenizas a la familia, lo reconozco, unos cuantos bastardos lo merecían, pero cometiste un error al meterte con mis cosas, mi dinero, mi gente.

Satoru se levantó-. Si vuelves a tocarl-

-¡Todos sabemos que te la coges! -al rubio no parecía importarle que fuera el mismísimo Gojo Satoru a quien le gritaba-. ¿Mi sobrina es tan buena en la cama como para que tú estés enamorado? Tal vez cambie de parecer si Akiko es la mitad de complaciente de lo que pienso, he pensado un montón en eso...¡Así podrías recuperar el dinero que robaste!

Akiko sobó su cabeza tratando de aliviar el dolor, le hizo una seña a Gojo de que se encontraba bien-. Hipotéticamente yo lo hice, ¿Cómo planeas hacerme pagar?

Antes de que las cosas crecieran, los ancianos (muy de malas) intervinieron-. Todavía no hay pruebas suficientes en contra de Akiko Katō, mientras sigas en investigación no podrás ejercer en la ODHJ.

Su tío sostuvo sus cabellos dorados fuertemente entre sus dedos-. Cuando levanté el clan nuevamente, tú serás la primera perra que ponga a la venta, así que prepárate, porque ni el fantasma de Sara va a sacarte está vez.

-Reconstruye el clan, y ve lo que le hago -su voz tenía un tono altanero-. No me importa hacer lo que sea para que ese estúpido clan se quede en el olvido.

Tsuchinoko la soltó a regañadientes-. Entonces te veré pronto, si es que no te mato antes, Akiko -el rubio salió de la sala, siendo seguido por los otros líderes y altos mandos.

El de ojos color cielo la tomó entre sus brazos abrazándola fuertemente-. Debiste dejarme matarlos, a todos y cada uno de ellos -suspiraba en su cuello suavemente-. Todo sería más fácil para tí.

-Si asesinar a otra persona fuera tan sencillo para mí, no estaría aquí en primer lugar. Si tú los matarás por mi beneficio, no sería diferente a ellos -hundió su cuerpo en el de Gojo-. ¿Me llevas a urgencias? Creo que tengo una contusión.

.
.
.

La rubia tenía una pequeña bolsa de hielo en la cabeza, estaba recostada en el sofá de Gojo, él argumentó "Debes estar cerca de mí, probablemente quieran hacerte daño". La razón era una excusa para tenerla en su departamento dando vueltas.

Cuando su teléfono sonó, pensó en ignorarlo, pero vió el contacto "Naoko" e inmediatamente se enderezó contestando-. Naoko, ¿Estás bien?

"Mejor que nunca, las Bahamas son hermosas, deberíamos hacer un próximo viaje aquí juntos" su dulce voz era incluso más amable "Yo me enteré de lo sucedido en tu clan. Me habría encantado estar ahí contigo para patearles el culo a esos asquerosos viejos...lamento haberte dejado con esos problemas".

-No tengo que perdonarte nada...hicimos cosas y no supimos manejarlas, pero puedes estar seguro que te amo completa y eternamente como a mi alma gemela -Akiko limpió unas pequeñas lágrimas que se acumulaban en sus pestañas-. ¿Volverás?

"Bueno, esperaba que mi transferencia a Mongolia fuera permanente, pero iré a visitarte, sabes que extrañarás mis pasteles navideños" soltó una risita nerviosa "No importa lo que hagas, o con quien estés, siempre estaré a tu lado, porque te mereces ser amada".

La menor se rió suavemente entre sollozos-. Espero que te vaya muy bien, eres muy talentoso. Por favor promete que te cuidarás, y que dejarás de fumar, tu padre también te lo ha pedido para que estés sano -exhaló suavemente "Ambos sabemos que no es lo que solía ser".

"Claro, lo haré. Debo irme, pero saluda a Satoru de mi parte".

-¿Lo llamaste Satoru? ¿Él en realidad te agrada?

El pelinegro se escuchaba avergonzado gruñendo por lo bajo "Solo un poco, no le digas nada, creerá que seremos amigos, y definitivamente nunca seré amigo se un tipo tan privilegiado".

-De acuerdo, no diré nada -alcanzó unos pañuelos para limpiar su nariz-. Nos vemos, Naoko.

"Te llamaré mañana, Aki-chan".

Se quedó unos minutos ahí recostada con una pequeña sonrisa. Sintió una mirada hambrienta y al girarse, Gojo estaba inclinado hacía ella-. Satoru, me asusta cuando te acercas por detrás sin decir nada.

-¿Te he dicho lo hermosa que te ves hoy? -ladeo su cabeza, y la tomó por los hombros, obligándola a estar hincada sobre el sofá. Él se sentó a su lado y la subió a su regazo a horcajadas.

-Sí, lo hiciste mientras me daban analgésicos en urgencias -sus manos viajaron a la cara del mayor acariciando sus mejillas-. Gracias.

-Odio que me des las gracias -replicó con un mohín en su cara.

La rubia sonrió de lado mientras le quitaba las gafas oscuras-. Gracias por amarme, eso quise decir.

El sonrojo de Gojo era evidente ahora, incluso en sus orejas-. No me debes dar las gracias, para mí es glorioso hacerlo -sus manos apretaron sus muslos-. Debo confesar que al verte por primera vez, me sentí pequeño y poco merecedor de tí, eras y eres tan brillante -hundió su cara en el pecho de la femenina, tratando de ocultarse.

"Yo era quien se sentía inadecuada para tí" pensó mientras besaba su cabellera blanca-. Te mereces todo lo bueno que puedas vivir, eres especial más allá de tu poder.

Las manos del albino apretaron sus muslos con fuerza mientras la acercaba más a él, no se dió cuenta en qué momento había comenzado a llorar, lloró por todo, por lo que sentía y lo que reprimió por años-. No puedes dejarme, moriré si me dejas.

La mujer palmeaba su espalda lentamente-. No creo que mueras si ya no estoy, pero no quiero averiguarlo.

-No sabes lo mucho que me arrepentí al casi perderte...fue como si supiera que nunca me volvería a enamorar si no era contigo, me costó tanto encontrarte y no permitiré que te vayas otra vez -su voz era más ronca-. Estuve perdido en un lugar horrible hasta que llegaste a mi vida, te necesito.

La menor era un tómate por lo sonrojada que estaba. Asintió lentamente, y continuó con sus caricias-. ¿Qué quieres cenar? Podemos preparar algo rápido.

-Yo me encargo de eso después.

.
.
.
Juju-corto:

Gojo había ido a comprar algo, algo muy especial, pues el día anterior no encontró tanto valor para hacerlo. Llegó a su departamento, y al abrir la puerta, encontró a Akiko recién levantada, tomando café.

-¿Saliste a correr? -preguntó con una linda sonrisa, su cabello desordenado, brillante, y dorado con el sol era como ver al oro-. ¿Qué es eso?

-Las flores que te prometí, ya están de temporada -le estiró el ramo de flores azules, y apretó los labios antes de sacar de su bolsillo una pequeña caja-. Sé que es pequeño, hace años pensaba que era lo más lindo que podría ir en tu mano, pero si no es de tu agrado puedo cambiarlo, o podemos ir y buscar uno.

La femenina abrió la caja-. ¿Hace cuando lo compraste?

-Días antes de que hicieran el torneo en la preparatoria...¿No te gusta? -se rascó la nuca incómodo.

Akiko lo puso en su dedo sin dudarlo-. Es hermoso, me encanta.

Satoru sonrió ampliamente-. ¡Pues claro que te gusta! Ahora y siempre estarás conmigo, ¿Cierto?

-¿Puedo negarme?

-No.

.
.
.

Envuélveme en tu todo, te quiero
En mis brazos, oh, déjame abrazarte
No te soltaré de nuevo, como hice
Oh, yo solía decir
Que nunca me iba a enamorar otra vez, hasta que la encontré
Dije: Nunca me voy a enamorar, a menos que sea de ti que me enamore
Estaba perdido en la oscuridad, pero la encontré
Te encontré a ti
Me acercó de ella, pedí para amarla
Una vez más te caíste, yo te atrapé
No te soltaré de nuevo, como hice
Oh, yo solía decir
Que nunca me iba a enamorar otra vez, hasta que la encontré
Dije: Nunca me voy a enamorar, a menos que sea de ti que me enamore
Estaba perdido en la oscuridad, pero la encontré
Te encontré a ti
Que nunca me iba a enamorar otra vez, hasta que la encontré
Dije: Nunca me voy a enamorar, a menos que sea de ti que me enamore
Estaba perdido en la oscuridad, pero la encontré
Te encontré a ti

Este es el final de la historia, pero este fic contara con capítulos extras + epílogo, y una historia alternativa (Naoko x Lectora y un especial de Akiko por Naoko en otro universo).

Me encantó darle este desarrollo a Akiko, es simplemente tan humana, Dios, la amo. Este fanfic es probablemente uno de los mejores que yo he escrito, lo empecé como una historia sin mucha forma, de hecho desde el año pasado, porque no me parecía demasiado bueno, pero es hermoso. Gracias por leerlo, esperen los extras

Anuncio: Saqué una historia de Sukuna, la encuentran en mi perfil "Too Sweet" la protagonista es antepasada de Akiko, y es verdaderamente linda, tiene un gran desarrollo.
-Honey

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top