Good looking boy

Advertencias: Ninguna. Lean la nota del final.


Su día libre estaba destinado a terminar de decorar su nuevo apartamento, en cambio tuvo que llevar algunas armas de Kimura que se mezclaron con sus pertenencias. Se las dio en la entrada de las oficinas de la OJDH.

—¿Ahora que vives sola tendrás citas? —preguntó Naoko con una risa socarrona—. Akiko es una mujer independiente, es raro porque te conocí cuando te daba vergüenza siquiera hablar en clase.

La rubia se sonrojó pero inmediatamente pateó la pantorrilla de Naoko—. Apurate, hoy irás a ayudar a Shoko-san ¿no es así?

El de cabellos negros soltó una queja—. Solo la cuidaré de algunas maldiciones, no es la gran cosa, quiero decir, no es como que realmente vaya a ayudarle-

—Te da vergüenza ayudar a tu superior…¡Que tierno! —su dedo pico la mejilla del mayor—. Saludala de mi parte, dile que en cuanto pueda la iré a ver.

Mientras su compañero salía de las oficinas para subir al vehículo, ella fue a la cafetería cercana para almorzar algo ligero. Apenas puso un pie dentro, dos hombres de traje se acercaron a ella.

—Señorita Akiko, somos representantes legales de su clan, nos conocimos cuando usted era más joven —dijo el más viejo de ambos.

Claro que lo recordaba a él, durante una de las juntas del clan Kato el hombre se embriagó y empezó a decir cosas espeluznantes. “Esa niña es una muñeca bonita, me dan ganas de tomarla hasta que llore” dijo con una carcajada mientras su mirada se mantuvo fija en Aki, para ella era casi normal escuchar esas cosas de los hombres de su clan.

La de ojos zafiro se quedó paralizada unos segundos antes de aclarar su garganta—. No lo recuerdo para ser sincera. ¿Por qué están aquí? ya me negué a hablar con el abogado.

El más joven de los hombres sonrió amistosamente, o al menos lo intentó—. Solo queremos hablar con usted, serán menos de cinco minutos, es importante —la dejó pasar para sentarse en una mesa junto a la ventana—. Señorita, su abuelo nos informó que usted tiene un compromiso con el clan Gojo, él esperaba que se casará antes de enfermar hasta su estado actual, pero eso no ha sucedido, ¿puedo preguntar por qué?

La femenina negó, su celular timbraba pero decidió ignorarlo—. Eso no es de su incumbencia, menos para el líder.

El hombre canoso la miró fijamente ignorando a la mesera que se acercó a tomarles la orden—. Verá, señorita, su abuelo solo está interesado en saber por qué aún no está casada dando a luz herederos, siempre ha sido un hombre amoroso con sus nietos, ¿No es verdad?

Akiko se tragó un grito y volteó a ver a la mesera—. Solo una malteada de mango por favor —su mente estaba procesando las cosas de manera extraña, tenía un vacío en el estómago. No era miedo a esos tipos frente a ella, era el miedo a su abuelo, y solo hablar de él la hacía temblar. Miró al mayor y sonrió forzadamente—. Me he alejado del clan porque ya no formo parte de él.

—Hasta que esté casada con Gojo Satoru, usted pertenece al clan Kato, le pertenece a su abuelo —dijo el mismo hombre con una sonrisa burlona—. Segundo punto, su abuelo quiere verla antes de que su enfermedad lo llevé a la demencia cenil y luego la muerte.

La menor desvió su mirada—. Ya dejé claras mis intenciones de no verlo. No hay nada que me obligue a ir con él.

El más joven de los dos suspiró—. De acuerdo, entiendo eso-

—Inaceptable, su abuelo es la razón por la que usted está viva y en una pieza, le debe respeto como mínimo.

Akiko volteó a ver nuevamente al mayor—. Pensándolo bien si te recuerdo…eras Saito ¿verdad? sí, recuerdo las cosas que decías cuando bebías tanto que el líder del clan te enviaba a casa en taxi, recuerdo como le mentías a tu esposa por teléfono diciendo que estabas en una junta de trabajo, cuando en realidad estabas acosando a mis tías, primas, sobrinas.

El tipo se puso rojo de ira, cuando iba a alzar la voz, su compañero lo detuvo—. Señorita, le pido que consideré la posibilidad de ver a su abuelo —dijo el joven—. La razón principal para que lo vaya a visitar es la herencia, legalmente pasaría a su tío Tsuchinoko, él está en el extranjero, no tiene habilidades en la hechicería más allá del manejo de energía maldita.  Pero usted podría reclamarla también, después de todo usted es la única que posee la técnica maldita del clan, usted no tiene una incapacidad física como su tía Miyu, quien ni siquiera estudió hechicería.

—Mi tía no estudió porque no se le permitió, tampoco se me permitió a mí —respondió cansada, pero con las manos temblorosas apretando su camisa—. Que mi tío Tsuchinoko se quede con la herencia, no me importa.

—Oye niña ingrata —se quejó el mayor de los varones—. Si no vas a ver a tu abuelo yo-

—¿Qué le harás? piensa bien lo que vas a decir, es muy temprano para mancharme de sangre —esa voz…era Gojo Satoru, se acercó a su mesa mirando a la rubia—. Te he estado llamando, ¿Por qué no contestabas? pasé por tu oficina para pagarle la apuesta a Kimura, me dijeron que se fue luego de verte y pensé en verte ya que estabas cerca.

La joven lo veía con tal devoción, era como si su presencia le hiciera olvidar todo, a su abuelo, el maltrato, el dolor—. Lo siento, estaba ocupada.

El joven de traje habló—. Señorita por favo-

—Dijeron que serían menos de cinco minutos, ya terminamos —declaró la menor con firmeza—. No quiero continuar con está plática, adios.

Ambos se pusieron de pie, el más joven le dió su tarjeta y sin más se retiraron siendo casi acosados por la presencia de Gojo, quien los escaneaba con la técnica de los seis ojos. El albino se sentó junto a Akiko y antes de decir algo, le dieron su orden.

—Pensé en invitarte a dar una vuelta, es tu día libre —no era una pregunta, directamente era una orden—. Vamos, termina tu malteada y demos un paseo.

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Juju-corto:

—Me gusta este lugar, es lindo, los árboles son frondosos —la menor estaba sentada en una banca, Gojo insistió en llevarla a algún bar, restaurante o el cine, pero ella estaba agotada mentalmente para hacer eso.

El albino puso su mano sobre el muslo de Akiko—. Nunca me lo dijiste, tu lugar favorito nunca me lo dijiste —su mirada era intensa, como si con los seis ojos podría ver a través de su alma, para conocerla más que a sí mismo.

La rubia se sonrojo ligeramente, y tragó saliva—. La próxima vez que salgamos, te llevaré a mi lugar favorito, en realidad ya lo conoces. —Akiko soltó un suspiro mientras miraba al frente—. Oye, te debo una por ayudarme hace rato, sinceramente no habría tenido el valor de mandarlos al demonio.

—¿Dijiste una mala palabra? —Gojo apretó su muslo al mismo tiempo que soltaba una carcajada. Después de unos segundos sacó algo de su bolsillo, un pequeño frasco con una flor azul pequeña, una Myosotis—. Toma, había pedido un ramo pero resulta que en esta época del año son imposibles de conseguir y me enviaron este ejemplo, no importó que pagara una fortuna. Se le conoce como "No me olvides".

Aki la recibió en sus manos, mirándola detalladamente—. Creo que si fueras una flor, definitivamente serías esta, es hermosa.

El más alto tenía todo un discurso de lo que la flor significa, pero al escuchar esas palabras se quedó callado de la vergüenza, y bajo la mirada—. Sí, es hermosa.

La joven admiraba la flor con lujo de detalles, su corazón se sintió cálido, y su mente se concentró en la mano de Satoru sobre su muslo—. Oye, Satoru, sé que no te gusta que te dé las gracias, pero te lo digo de corazón, muchas gracias.

Los ojos azules brillaron debajo de la venda, su boca se curvó en una sonrisa, y volteo a verla—. De nada, Akiko —se puso de pie tratando de no dejar ver el sonrojo en su cara—. Bueno, vamos, debo llevarte a casa y después ir a ver al director Yaga.

—Yo puedo irme a casa sola, no hace falta que me lleves.

El mayor negó—. No, ni hablar, no me quites el gusto de ver tu nuevo departamento.

"Simbólicamente se conoce como la flor del amor desesperado o el amante eterno."

Yo me comprometí a hacer esta historia lo más dulce posible después de los sucesos del manga la semana pasada. Pero seguiré metiendo un momento de angustia porque la trama lo requiere.
En fin, estoy destrozada, siento que una parte de mi murió y nunca podrá volver a ser la misma (Sigue vivo, tengo fé).
-Honey

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