Golden Paradise II
Advertencias: Ninguna.
~•~
Los mejores amigos son una parte de nuestra alma, el amor de nuestra vidas, esta clavado en el corazón.
“Me gustaba una chica, pero ella ya estaba enamorada de otro, así que las cosas salieron mal. Casi nos casamos por un error” la voz de Naoko era suave, pacífica “Ella no rompió mi corazón, ella solo no me correspondió como yo quería, lo respeto".
La joven de cabellos ___ asintió en silencio “Bueno, yo he tenido un par de relaciones fallidas, pero nada del otro mundo, no de esa forma”.
El de cabellos negros la abrazo “Oye, yo estoy feliz de que las cosas salieran así, todo eso me trajo a tí”.
“Yo espero que esa mujer solo sea parte de tu pasado”.
“Lo es, al menos los sentimientos que tenía por ella” el mayor sonrió divertido.
Esa plática fue hace ocho meses, y en la mente de ___ se imaginaba a una amiga, una conocida, no a Akiko Katō, esa rubia de lindo cuerpo de la que Naoko siempre decía cantidad de halagos.
Se sentía desplantada.
La cita se había convertido en algo muy incómodo. Satoru estaba callado, casi sudando, él nunca tuvo miedo de nada -salvo la soledad- pero la mirada de Naoko y Akiko lo hizo temblar. “Lo arruiné todo” pensó nervioso.
El de cabellos negros intento tomar la mano de ___, con visible delicadeza, como si tuviera miedo de que se alejará, afortunadamente no lo hizo. Pero notó su mirada en cualquier otro lado del lugar, evitándolo.
La rubia era la única que intentaba hacer menos incómoda la situación—. ___, ¿ya probaste el udon? Hay un buen restaurante de Udon aquí cerca.
La de ojos ___ asintió lentamente, y le dió una pequeña sonrisa plana—. Eso sería maravilloso, gracias.
Los cuatro entraron al restaurante, Satoru ahora se sentía como una mala persona, pues incluso él se dió cuenta de la tensión entre las jóvenes, o más bien, la tensión de ___. Entonces habló—. Lo que dije no fue-.
—Ya hablaste demasiado, Satoru —Akiko metió un palito de pan del centro de la mesa en su boca—. ¿Quieren pedir algo además del Udon?
Naoko revisó el menú traduciendo algunos de los nombres para su novia, y diciendo prácticamente lo que eran—. Este es lomo de puerco con salsa agridulce, es bueno.
La de contextura ___ encontró un platillo en particular—. Esto es tu favorito ¿Verdad? Lo voy a pedir —en cuánto el mesero se acercó, la joven lo pidió—. Quiero una ensalada de calabaza, y el pollo agridulce.
Akiko se aclaró la garganta suavemente, Naoko también parecía querer hablar, pero la rubia lo hizo primero—. Creo que la ensalada tiene almendras…
___ arqueó la ceja curiosa—. ¿Y eso qué?
—Nao-chan es alérgico a las almendras, por eso solo come la ensalada cuando la preparan para él —su tono era tranquilo, pero demostraba el vínculo tan íntimo entres ambos.
El de cabellos negros sonrió en su dirección—. No traigas la ensalada por favor, solo un plato de Udon con cebollín.
Satoru pidió él mismo—. Quiero la carne de cerdo con salsa roja dulce, y un pedazo de tiramisú con doble cacao y los dangos de con cardamomo y-
La de ojos azules volvió a meter un palito de pan en su boca—. Tantos dulces te harán daño. Yo quiero un plato de Udon, gracias.
El muchacho se alejó con una sonrisa cordial. “Solo es un comentario tonto…pero se siente como si ella fuera más importante en la vida de Naoko” pensó ___, sabía que estaba mal sentirse “celosa” de la mejor amiga de Naoko, pero ella tenía un lugar especial ahora, aunque no se sentía así.
.
.
.
—Y el idiota de administración le dijo a Akiko que no podía ir por esa maldición porque era mujer —Naoko contaba una de sus anécdotas en Mongolia—. Entonces le dí un golpe en la cara, y mientras se desmayaba, Akiko exorcizó a la maldición de un solo golpe.
La rubia soltó una risita—. Nos castigaron a ambos a limpiar tumbas simbólicas por dos semanas.
—¡Recuerdo el olor! —el de cabellos negros hizo una cara de asco—. Les juro que es como el olor de un gato muerto con lo que sea que debe ser Gojo Satoru.
El albino lo miró fijamente—. En realidad huelo bien, muchas mujeres, incluida Akiko lo dicen seguido.
Naoko puso los ojos en blanco—. Akiko perdió el olfato desde hace años al estar contigo.
Era una actitud hostil, pero no realmente ofensiva para ninguno de los dos. Intercambiaron una mala mirada antes de saltar sobre la mesa, Gojo tiraba del cabello negro mientras Naoko mordía su mano libre.
La rubia se cubrió con el menú, estaba tan avergonzada que incluso intentar separarlos le daba pena ajena, miró a ___—. D-dime, ¿Ya te acostumbraste a Tokio? —estaba tan roja y nerviosa.
La de cabellos ___ intentó apartar la vista de Satoru gritando porque su mano ardía debido a la mordida de su novio, o el hecho de que Naoko se quejaba de dolor por los tirones en su cabello—. Ehh, sí, es un lugar agradable, pero hay mucha gente…¿No deberíamos hacer algo?
Ambos hombres se detuvieron un segundo, la miraron y siguieron con lo que hacían—. Llevemos esto afuera, Zenin, ¡Auch! Suelta mi mano.
Naoko no se despegó de su mano—. Maldito Gojo Satoru —dijo mientras clavaba sus dientes fuertemente.
La de ojos azules se acercó a ambos, casi tan exhausta por sus constantes peleas—. Gojo, suelta su cabello…¡Suéltalo! Nos van a vetar de este lugar.
___ se puso de pie, tiró de la mano libre de Naoko y habló seriamente—. Deja de avergonzarnos.
Por arte de magia el pelinegro soltó la mano del albino y aún con la cabeza inclinada por el fuerte agarre de Gojo, suspiró—. Lo siento mi amor, no fue a propósito.
“Ella le da miedo a Naoko” pensó la pareja de hechiceros. Satoru se tranquilizó, volvió a su asiento sobando su mano—. Te podría enlistar las cosas por las cuales me caes mal.
—Hazlo, Furby blanco, y te diré las razones por las que todo el mundo te odia —su tono venenoso puso a todos los presentes nerviosos.
La cena continuó en silencio, Akiko apretaba el muslo de Gojo para mantenerlo calmado. Hubo un par de chistes sobre lo ocurrido, y para el final de la noche, Satoru ya estaba de mejor humor.
—Oh, mira, Akiko bebe mucho, se los juro, si ella no fuera mi novia creería que tiene el hígado de un alcohólico —le sirvió una copa, pero rápidamente Naoko la bebió, intentó con otra y pasó lo mismo—. ¿Qué te pasa a tí?
El de cabellos negros tenía la cara roja—. Ella es muy dulce para que la emborraches. Ni creas que voy a dejarte ponerla borracha, maldito.
___ observó la interacción. “Ella es muy dulce” “Akiko es pura” “Akiko esto, aquí lo otro”, ¿Y ella qué? Se sentía terrible, la rubia sabía todo sobre Naoko,y Naoko igual.
“Soy como una intrusa en su vida” pensó mientras se ponía de pie y salía a tomar aire. Gojo notó como apretaba las manos mientras se alejaba.
—Ahora vuelvo —sintió que era su culpa por haber hecho comentarios fuera de lugar, y aunque actuaba indiferente, no quería arruinar el día de las personas inferiores a él. La encontró en la puerta mirando la calle y los autos pasando—. ¿Quieres uno?
La de cabellos ___ pensó que le ofrecía cigarros, pero vió una caja de goma de mascar—. No gracias.
—Sé que ellos parecen más cercanos que la mayoría de otros amigos hombre-mujer y eso me ponía celoso —explicó con una voz distante—. Yo pensaba que si Akiko me amaba, debía ser su alma gemela, a quien ella buscará en sus problemas, quién podría completar sus frases y entender sus chistes o miradas…pero eso no pasó y no pasará. No tengas envidia de su vínculo. Entendí que Akiko me ama por una razón, ella es mi corazón.
La de tez ___ lo miró sorprendida “pensé que era un idiota” pensó mientras asentía en silencio. Suspiró profundamente—. Gracias, eso ayuda, en serio.
El albino sonrió divertido—. Lo sé —caminó de vuelta adentro, y se sentó al lado de su novia.
.
.
.
Juju-corto:
—Fue bueno conocerte, me divertí mucho con ambos —la rubia se despidió a lo lejos, pues Gojo la subió a su espalda para cargarla—. Nos vemos después, ___.
El de ojos color cielo siguió avanzando. La miró de reojo unos segundos hasta estar en la calle casi vacía—. ¿Entonces no bebes por alguna razón en particular?
—Me enteré hace cuatro días…fue una prueba de embarazo casera, así que iré al hospital para hacerme un ultrasonido —Akiko hundió su cara en el hombro del mayor—. ¿Qué piensas? ¿Estás de acuerdo?
El hombre sonrió—. ¿Tú quieres ser madre?
—Nunca lo había pensado —respondió en un murmuro—. Sí.
—De acuerdo, entonces seremos buenos padres ¿No lo crees?
—Debo saber si estoy embarazada en primer lugar.
.
.
.
Naoko sostenía la mano de su novia. Estaba nervioso y ambos lo notaban.
—Oye, sé que no fuí completamente sobre Akiko, ella sí me gustaba, y casi toda mi adolescencia estuve enamorado de ella. Pero hemos cambiado, somos solo amigos, y no quiero que esto te incomode, si quieres que marque más distancia puedo hacerlo.
La de ojos ___ negó—. Ella es tu mejor amiga, yo no puedo tomar ese rol. Me basta saber que soy tu prioridad.
El de cabellos negros sonrió ampliamente—. Gracias, de verdad encontrarte fue una bendición…eres la razón por la que me levanto cada mañana a hacer mi mejor intento en todo —la abrazo fuertemente—. Yo te amo, con todo mi corazón.
La joven correspondió sus dulces caricias—. Yo también te amo. Espero que pueda hacerte feliz.
—Lo haces, lo haces sincera y completamente.
Literalmente este especial solo es para las personas que me lo pidieron. El siguiente es sobre un "¿Qué hubiera pasado si Akiko conocía a Naoko en otra situación?".
Creo que me enfoque más en la relación de Naoko con cualquier persona, y como su amistad con Akiko llegaría a ser vista. Él ya no la ama románticamente, él solo la quiere cuidar como mejores amigos.
-Honey
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top