Because of You

Advertencias: Lloré como Magdalena, ustedes sabrán.

Have I found you?
Flightless bird, brown hair bleeding
Or lost you?
-American Mouth. Flightless Bird

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Naoko entró a la sala dónde arreglaban a la novia. Ella parecía imperturbable, con la mirada al frente, perdida en su propio reflejo. Se veía tan hermosa.

—Es como si un ángel estuviera entre nosotros —dijo en voz baja, ganando la atención de las mujeres, Shoko entre ellas.

—¿No deberías estar poniéndote el traje? —preguntó la rubia—. La ceremonia comenzará en una hora, debes ir a alistarte.

—Pareces ansiosa por casarte —su broma era más una forma de convencerse—. ¿Tus damas de honor están listas?

La de ojos azules desvío la mirada a Shoko, y una joven de cabello negros, prima de Naoko, usaban vestidos en azul celeste—. Sí, de nuevo les agradezco por aceptar de último momento, no tenía idea que yo debía escogerlas…pensaba que las amigas se ofrecían a serlo.

La castaña sonrió ligeramente—. No fue una molestia, de hecho es agradable, me encanta que tendré privilegios como poder fumar en la iglesia y beber de más.

—No puedes hacer esas cosas, Shoko-san —replicó Naoko—. Bueno, debo ir a terminar de arreglarme, mi padre vendrá por tí en una hora…

—Yo puedo ir sola, no quisiera ser una molestia —sus puños se apretaron por el pequeño tirón que la estilista le dió en el cabello—. Pero se lo agradecería mucho.

—De verdad te ves hermosa —el de cabellos negros salió dandole una sonrisa. Esta pequeña boda superó sus grandes expectativas que durante años evitaba pensar, “Ella es mi amiga” “Ella nunca será mía, debería dejar de verla así”. Lo intentó durante mucho tiempo, se obligó a buscarle defectos para calmar su devoción hacía ella, pero no pudo. La amaba, como se ama al primer amor.

La joven siguió al cuidado de la chica que realizaba los últimos detalles de su imagen, una vez terminó se fue, Shoko y la otra dama salieron a la capilla, dejándola sola.

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Gojo estaba sudando, el traje le lastimaba el cuello y se sentía abrumado por todo lo que estaba pasando. Iba camino a la boda de Akiko, una boda donde él no era el novio, dónde no podía sostener sus manos y besarla. Él se quedaría al fondo con los invitados.

El albino intentó ignorar el nudo en su garganta que se formó al acercarse a la iglesia. Su regalo de bodas era una botella de vino tinto y unas maravillosas vacaciones a las Bahamas, sólo para poder enviarla lejos y no tener la tentación de buscarla al menos en su luna de miel.

¿Por qué hacía todo eso? Gojo nunca fue amable, o amistoso, en realidad era del tipo de persona que difícilmente olvida algo. Era ella, a pesar de que anhelaba a Akiko, siempre prefirió su felicidad e independencia antes que sus propios deseos.

“Busca lo que quieras hacer” “Ahora eres responsable de tí misma” “Vive como te plazca” “No me debes nada” “Te casarás con quien tú prefieras” “Supérate en la hechicería” “No me des las gracias, no me debes nada”, las palabras que siempre dijo en lugar de “Te amo, por favor no me abandones, te necesito”.

Estacionó -mal- el auto y bajó de él. Sí bien Akiko requería su presencia en la ceremonia religiosa, no pensaba ir a la celebración después, eso lo destruiría.

Al entrar a la iglesia se acercó a Shoko entre los pocos invitados—. Dama de honor, me sorprende que hayas sido tú. Nunca supe que eras tan cercana a Akiko.

—No lo soy en realidad, me lo pidió hace dos días. Pensaba que las damas de honor eran amigas que se ofrecían a hacerlo —dijo la castaña con una gran sonrisa—. Llegaste temprano, aún faltan treinta minutos.

—¿Un último ensayo? —preguntó el de lentes al ver a la otra dama caminando a su puesto.

Shoko asintió—. Solo para damas y padrinos —lentamente sacó un cigarrillo, cuando un empleado del lugar quiso detenerla, ella señaló su vestido—. Tengo privilegios.

Satoru soltó un suspiro y apagó el cigarrillo con sus dedos, a él al menos podía molestarlo—. No arruines este día, es importante para ella.

—Vaya, realmente te estás interesando por otro ser vivo…debe ser duro fingir que estás bien, espero que esa actitud siga cuando la escuches decir “Sí” —la femenina se recargó en una de las bancas de madera.

—Shoko, por primera vez en años tengo un mal día y necesito apoyo, no el tuyo obviamente, así que deja de molestarme —su tono todavía tenía ese deje de broma.

La de ojos cafés lo miró, no, vió a través de él—. Gojo, te da miedo porque sabes que es la única mujer capaz de hacerte feliz, fue la única que te hizo sentir vivo de verdad, y vas a perderla, viendo como ella encuentra su felicidad con otra persona.

—En la preparatoria creí que fuí feliz…pero solo era arrogante y no estaba solo, después de eso me sentí solo, esos meses cuando él se fue, cuando tú estabas centrada en tu técnica fueron días malos, recordaba la muerte de Riko, mi propia muerte y sentía esa presión—dijo como si contará una anécdota cualquiera—. La encontré, ella me dió una tranquilidad que no tenía antes.

La menor sonrió, más bien fue como una mueca amarga, pues en el fondo siempre sintió que Gojo, ni Getō la consideraban parte fundamental en sus vidas—. Ella está en el salón detrás de la capilla, dile lo que acabas de decirme. Akiko merece saber que no está haciendo algo malo.

—Sí lo hago, probablemente la secuestre hasta que termine la boda —aún así se puso de pie—. Gracias, Shoko.

—Dame las gracias cuando haga algo por tí, lo estoy haciendo porque ella no es una mala persona, es dulce en realidad.

Los golpes en la puerta hicieron que Akiko se sobresaltara, aún faltaba tiempo para que el padre de Naoko fuera por ella. Se pudo de pie con dificultad debido a que los tacones empezaban a ser incómodos.

—Ya estoy lista…Satoru —su expresión cambió de una bonita sonrisa a una mueca—. Si viniste.

—No me habría perdido tu boda por nada —el más alto entró al pequeño salón—. Te ves radiante, como una verdadera novia.

Sus cabellos rubios ya habían sido recogidos en un moño bajo pero cuidadosamente peinado—. G-gracias, le dije a Naoko que bastaba una ceremonia de máximo cinco personas pero él quiso algo más ostentoso —con pequeñas lágrimas formándose en sus ojos volvió a hablar—. Sé que estoy siendo una mala persona contigo, y no merezco que estés aquí, pero significa mucho para mí.

El albino se quitó los lentes—. No eres una mala persona, nunca lo serás. Akiko, te amo, desde que éramos adolescentes, y aunque he cometido errores enormes, espero que ese amor no desaparezca —sostuvo su cintura—. No te cases, y ven conmigo, yo haré todo para verte sonreír, lo juro.

—No puedo, lo siento —los ojos zafiro no pudieron más y soltó varias lágrimas—. Ay no…la chica del maquillaje ya se fue —alcanzó unas servilletas y limpió lo mejor que pudo.

La expresión de dolor en el rostro de Gojo lo decía todo—. ¿Por qué no puedes? Sí puedes, ya sé que arruiné todo pero tú puedes arreglarlo porque así eres, me haces sentir seguro y amado…Por favor, te lo suplico. Si es por tu clan, no te preocupes, mataré a los líderes de los otros clanes y-

La femenina negó suavemente—. Naoko me ama, y aunque yo no lo amo de igual manera, no le puedo romper el corazón, no ahora. Él es mi mejor amigo, y sé que nunca me abandonará sin importar lo que haga, él no se merece que yo hiciera esto y lo deje.

—¿Prefieres una vida que será plena con él a intentarlo conmigo? —no le dolía tanto el rechazo como verla asustada de tener una relación con él—. Sé que he sido un hijo de perra arrogante, pero dame otra oportunidad de demostrar cuánto me importas.

Akiko jadeo mientras trataba de retener su llanto—. Esto habría sido hermoso hace semanas, incluso hace horas, pero Naoko espera que yo haga esto, y no puedo fallarle.

Unas cuantas lágrimas cayeron del mayor—. E-entonces te deseo buena suerte…dejaré mis regalos con Shoko, no puedo quedarme más tiempo aquí —aún dudoso se acercó a ella dándole un beso en la frente—. Gracias por todo lo que eres, me has hecho muy feliz.

La menor se aferró a él abrazándolo—. Te amo, Satoru, lo hago profundamente.

El joven fuera del salón lo escuchó todo con el corazón roto, pero al sentir que Satoru se acercaba a la salida, rápidamente se alejó.

Akiko se sentó frente al espejo, su maquillaje se veía decente aún, pero el cuerpo le pesaba y su corazón dolía. Se prometió no llorar por el resto de la ceremonía mientras sus manos jugaban con el brazalete costoso que le regaló cuando ambos estaban en la preparatoria. Suspiró “Al menos está vez se lo dije”.

El albino dejó la iglesia atrás cuando sin saber qué hacer fue a su departamento, toda su mente por primera vez desde que nació estaba en blanco, nada, ni siquiera el dolor de su corazón rompiéndose importaba. Estaba en estado de shock, “Si yo la tuviera otra vez, no la dejaría ir”.

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Naoko se intentó tranquilizar cuando su padre se acercaba al salón para recoger a Akiko—. No, yo debo hablar con Akiko.

—¿Ocurre algo? Díselo después de la boda —su padre, al verlo tan serio decidió alejarse de él con una expresión preocupada—. De acuerdo, avísame cuando ella esté lista.

El de ojos oscuros entró a la habitación, Akiko al darse cuenta intentó ocultar su nariz sonrojada—. Lo siento, dame unos minutos, dejaré de llorar —sorbió su nariz y con un pañuelo limpió sus ojos—. Puedes decirle a tu padre que estoy lista.

—No, no vamos a casarnos —al ver la cara de sorpresa de Akiko continuó—. Te amo y yo podría y quisiera vivir de las sobras del amor que sientes por Satoru, pero no quiero que despiertes en diez meses y cuando me veas sientas que yo arruine tu vida.

Apresuradamente se acercó a él—. N-no, yo te prometí intentar demostrarte mi cariño y-

—Harás esto porque me quieres demasiado como para romperme el corazón, sé que no me amarás nunca como yo lo hago y eso no es tu culpa, es mía —su mano acarició el hombro de la menor—. Estaré bien, incluso si lloro y me arrepiento después.

Aki lo abrazó firmemente—. Perdón, perdón.

No, no me pidas perdón, amarte ha sido la experiencia más hermosa que he tenido, y no me importa si unilateral. Soy tu amigo y debo hacer lo que un amigo hace: evitar que cometas errores —la levantó del suelo y la balanceó unos segundos—. Lamento haberme aprovechado de nuestra relación, creía que era mi oportunidad y debía protegerla con mentiras y manipulando.

La rubia se quedó hundida en su cuello—. ¿Por qué amamos a las personas incorrectas?

—¿Cómo no iba a amarte? —lentamente se separó de ella—. Me iré antes, ve al altar y finge que te dejé plantada, por única vez no quiero ser yo quien espera.

La más baja asintió y se quitó el collar de su madre—. Ten, gracias.

—Oh no, es tuyo, mi madre te lo dió porque eras parte de la familia, no por mí —al verla así, en todo su esplendor, dejó un beso en su mejilla—. Pediré mi transferencia a Mongolia…con el apellido Zenin será fácil que me acepten.

—No debimos irnos de Mongolia —las manos de Akiko sujetaron la manga de su traje—. Por favor dime que no arruiné todo…No quiero perder tu amistad, ni a nadie que amo.

—No me perderás —su mano libre acaricio su cabeza—. No estás perdida ni necesitas ser encontrada, eres solo tú Akiko, hagas cosas malas o buenas es tu vida, vives como quieres y aunque te de miedo estar sola, debes saber que no lo estás. Yo siempre seré tu mejor amigo.

Naoko se fue en el auto blanco que rentaron, con la botella de vino tinto y los tickets a las Bahamas. Sacó su teléfono cuando ya estaba unos metros lejos de la iglesia—. Papá, no pude hacerlo…creo que me da miedo el compromiso —y así se culpó a sí mismo de la repentina cancelación de la boda.

“Yo quise todo esto, tú solo me complacías para no decepcionarme”. Abrió la botella—. ¿A dónde vamos, señor? —preguntó el chofer.

—Conduce hasta un lugar tranquilo, por favor.

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Juju-corto:

El albino se encontraba recostado en el piso, tenía al menos diez llamadas de Shoko, y tres de Nanami, pero aún no quería contestar, pues suponía que era respecto a la boda.

Se intentó emborrachar, pero después de la quinta copa no encontró ánimos de más. Solo deseaba desaparecer.

Otra llamada lo hizo levantar el teléfono, era Kimura -nuevo Zenin-, sin animos contestó porque supuso que se sentiría más miserable, y era lo que necesitaba, necesitaba que le dijeran lo feliz que era Akiko—. ¿Qué ocurre?

“Gracias por el viaje a las Bahamas” su voz se escuchaba pesada y lejana “Nos la estamos pasando increíble”.

—Pues de nada —murmuró el mayor con los ojos cerrados.

“En realidad quiero pedirte algo. Akiko ahora mismo está sola y triste, no necesita un novio, quiere apoyo…y por primera vez serás tú quien la cuide mientras yo le rompo el corazón”

El albino se puso de pie rápidamente—. ¿Qué?

“No nos casamos, los escuche jurarse amor eterno y decidí no seguir manipulandola con la culpa para que me correspondiera…pero que sepas que ella sí podría amarme, aunque eso no importa ahora. Por favor quédate a su lado, ella no necesita que la protejas, solo mírala ser feliz, tal vez con suerte tú seas su felicidad”.

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Akiko era un desastre cuando Satoru entró a su departamento, estaba rodeada de papeles—. Aki…¿Qué ocurre?

La rubia señaló un acta de defunción “Kiori Katō” su prima, aquella que la motivó a reclamar la herencia se suicidó al saber que la herencia sería reclamada por su tío Tsuchinoko. Dejó solo a su pequeño hijo, al igual que Sara hizo con ella—. Y-yo no puedo cambiar nada…Quería casarme para reclamar la herencia, para que ellas también salgan de ese lugar, pero no logro hacer nada —sus lágrimas manchaban el vestido de novia que intentaba quitarse—. Los odio…de verdad los odio, arruinan las vidas de los demás…¡Y me odio más por no ser capaz de hacer algo!

El de ojos azules se acercó a ella y bajó el zipper del vestido ayudándole—. Se te ocurrirá algo, siempre logras hacer lo que te propones.

—Estoy cansada de ser yo, toda mi vida me la he pasado sufriendo y ni así es suficiente…siento que todo es como un ciclo, donde solo veo sufrir a quienes no lo merecen —se sentó, completamente agotada—. Y mi relación con Naoko nunca será la misma…Dios, ¿Por qué no puedo ser como las demás personas?

—Te lo dije una vez tu maldición es que quieres vengarte del mundo porque te privó de toda sensación amable y normal —se acomodó a su lado—. Hazte responsable de tus maldiciones, yo estaré aquí por si quieres ayuda.

Akiko asintió en silencio, todavía llorando—. Creo que necesito matar a algunos altos mandos de mi clan.

—Que buena broma —al verla conservar su expresión seria se sintió nervioso—. Es broma ¿Verdad?


Hola banda, me la pasé muy padre escribiendo este capítulo, fue una montaña rusa de emociones (al final estaba escuchando Reguetón Champagne, amén).

A todos en esta historia les toca desarrollo, hasta ustedes, así que aviso que habrá capitulos extras (De Naoko x Lectora y un guiño a Naoko x Akiko tipo un ¿Qué hubiera pasado si?).

Akiko es mi OC más compleja (pasado, experiencias) y a la vez la más simple (de verdad es un amor de persona). Sé que algunas veces pareciera que ella buscaba el beneficio propio pero nada que ver, ella pidió ayuda a su amigo, por fines ajenos (salvar a las mujeres de su clan) y en el camino trato de ignorar la incomodidad que Naoko le hacía pasar porque es su mejor amigo y no quería perder su amistad.

En fin, mi niña necesita un abrazo de amor.
-Honey

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