4. Capítulo
A la mañana siguiente , muy temprano en la mansión de los Bligths, una luz permanecía encendida en una de las habitaciones del segundopiso.
La casa estaba envuelta en un silencio pacífico, silencio agraciado por Amelia Blight que se encontraba en su habitación investigando y estudiando sobre las artes y echizos empleados el día de ayer para traer a la dueña de sus suspiros de vuelta al plano terrenal.
Ella necesitaba saber como mantener el echizo el mayor tiempo posible activado, y la única respuesta era la más evidente, manteniendo un flujo constante de magia. Tendría que encontrar algún sustituto de el echizo que mantiene a Lucía con vida, o atenerse a las consecuencias de su peculiar capricho.
Con toda esa investigación llevada a cabo durante la noche, llegó a la conclusión de que su padre podría haber sido el líder de su aquelarre si así lo hubiese deseado, pues en ninguno de los libros aparecía una sola opción de magia que permitiera revivir a una persona con una abominación. Eso la hizo investigar más al respecto.
También estudió sobre la anatomía humana, desde rasgos y características físicas, hasta enfermedades y trastornos de la especie. Según su investigación los humanos son ciertamente frágiles, pueden contraer una cantidad abismal de enfermedades de todo tipo, sus heridas son más difíciles de tratar y su recuperación es lenta. Aunque en su mayor parte se debe a que los humanos no tienen la capacidad física de generar magia.
Aunque le llamó la atención algo de la medicina humana, había encontrado un artículo que hablaba sobre una de las intervenciones médicas que realizaban los humanos, trataba sobre abrir a los humanos para sanar sus cuerpos. Leyó que los humanos podían sustituir sus órganos con los de otros de su misma especie.
Para Amelia este hecho le parecía escalofriante, las islas no esque se quedarán atrás en algunos puntos. ¿Pero, abrir a personas por la mitad para sanarlas? Y eso que Lucía le comentó en varias ocasiones lo sádicas que le parecía las islas a veces.
Aunque el reino humano no se quedaba atrás - pensó Amelia.
Ya le preguntaría a Lucía al respecto de la veracidad de esta información.
La conclusión que pudo sacar Amelia de todo esto fue que a la humana le podría costar mucho recuperarce.
Aunque puede que la magia la ayude.
Miró la hora y se dio cuenta de lo tarde que se había hecho. Sería alrededor de las tres y media de la madrugada.
La bruja de cabellos mentolados decidió que estaría bien dejar su pequeña investigación hasta aquí, o al menos por el día de hoy.
Se levantó de su escritorio con la espalda un poco adolorida, se crugio las articulaciones de los hombros y las manos, para después encaminarse rumbo a la cocina del piso de abajo.
Nada más abrir la puerta de su habitación se encontró con el panorama esperado a esas horas. La mansión se encontraba en silencio, sus padres ya estarían descansando desde hace horas, sus hermanos ya estarían en la cama, y los sirvientes se habrían retirado a descansar. El único ser patrullando a esas horas sería Abdel, la abominación encargada de las tareas y la defensa de la casa a estas horas.
Las luces aún permanecían encendidas, solo que en un brillo más bajo, el suficiente para poder caminar por la casa sin chocar con ningún obstáculo.
Amelia se desplazaba por el corredor, sin mucha prisa, pero sin pausa.
Cualquier persona pensaría que la mansión a esas horas daría miedo o alguna sensación de soledad abrumadora o incomodidad, y tendrían razón, la casa se volvía aún más lúgubre a esas horas, cuyo único sonido sería el arrastre de la abominación por los pasillos en busca de algún intruso, pero para Amelia lo solitario de aquella casa se le hacía acogedor, junto a un silencio que más que inquietante se le hacía pacífico.
Bajaba las escaleras mirando de reojo todas las decoraciones que adornaban la pared, la mayoría eran fotos familiares o diplomas enmarcados acompañando a las fotos. A su madre le gustaba presumir de todos los diplomas que poseía el apellido Bligth ante sus visitas o más bien clientes.
Se encaminó por el final de las escaleras hasta la cocina, al mismo tiempo que sacaba su pergamino analizando que canción escucharía mientras que preparaba su cena.
Llagando a la isla de la cocina ya se había decidido por una canción, para acto seguido colocarse sus auriculares. Ahora le tocaba decidir que se prepararía para comer, ella realmente no tenía ganas de comer nada en este momento, sentía hambre y fatiga, pero aún podía sentir el nudo de su garganta por los acontecimientos sucedidos hace sólo unas horas.
Su mente se mantenía decidida para al menos tratar de comer algo, no había almorzado y mucho menos cenado. Su cuerpo exigía alimento y rugía por ello.
Ideaba cocinar algo sencillo, sus habilidades culinarias no eran las mejores, pero si podía valerse por si misma sin ayuda de sus cocineros.
Con el plato en mente se preparó para preparar una ensalada con huevo cocido.
Se dirigió hacia la nevera en busca de los ingredientes mientras tarareaba la canción que sonaba de fondo.
My daddy put a gun to my head
Said, if you Kiss a boy i'm gonna shoot you dead.
Murmuraba desganada por lo bajo mientras que calentaba un poco de agua, y buscaba la tabla de cortar.
So i tied him up with gaffa tape and locked him in a shed.
Lo que ella no notó fue como dos figuras se acerrcaban lentamente de entre las penumbras en su dirección.
Al mismo tiempo que la ojiambar se preparaba con el cuchillo en mano para cortar las verduras centrada en el ritmo de la canción , y en sus pensamientos fatalistas que abordaban su mente por momentos.
Then i went out to the garden and i fucked my best friend
Derrepente de su espalda saltaron las dos figuras al mismo tiempo con una frase en común.
-¡¡¡HOLA MITTENS!!!-Saludaron los mellizos Bligths compenetrados.
-¡AAAAH¡- salto la menor, por instinto llevó el cuchillo a la dirección de la amenaza, en este caso a su hermano mayor.
-¡Wow!- exclamó Edric con el cuchillo empuñado peligrosamente en dirección a su cuello.
-¡No hagan eso!- discutió Amelia notablemente molesta por la jugarreta de sus hermanos.
-Oh, tranquila Ams, solo estábamos bromeando- defendió Emira.
-¿Qué demonios estáis haciendo despiertos a esta hora?- contraataco la menor.
-Eso mismo podríamos decir de ti, aunque veo que estás haciéndote algo de comer- soltó Edric un poco más tranquilo frotando su cuello por el susto de poder haber sido apuñalado por su propia hermana.
-Edric y yo notamos que estabas mal hace unas horas, y nuestra reunión con papá nos aclaro algunas dudas- dijo Emira en un tono visiblemente más calmado y centrando su atención en la reacción de su pequeña hermana, al contrario de Amity que movió su mirada en otra dirección, sin querer hablar mucho del tema.
-Y pensamos en tratar de subirte un poco el ánimo, asique te preparamos una sorpresa- exclamó entusiasta Edric. Mittens por su parte ladeo un poco su cabeza con duda como lo haría un felino.
-Gracias por preocuparse, pero estoy bien- soltó por lo bajo en un tono genuino, agradecida de corazón por la preocupación sincera de sus hermanos.
-¿Quieren quedarse a cenar aquí? Les puedo preparar algo de paso que me hago lo mío- ofreció amablemente la Bligth menor, sus hermanos aceptaron gustosamente la invitación de pasar tiempo de calidad con su hermana menor, pero serían ellos quien le terminarán de preparar la cena esa noche, mientras hablaban de cualquier tema.
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Por otro lado, horas después en la mañana, la casa búho ya estaba activa como de costumbre.
-¡LUCIA NOCEDA, BEBETE LA P*TA POCIÓN DE M...!- exclamó Eda molesta, deteniendo su monologo al notar como cierto demonio asomaba por la puerta.
La bruja mayor había tenido una noche intranquila, pues en varias ocasiones tuvo que levantarse por los quejidos adoloridos de la humana, llantos de Hooty y pesadillas de King. En resumen, tuvo una noche completa, y se encontraba exhausta.
-Es demasiado temprano para estar gritando así- habló King, él había pasado la noche con Lucía, pero le había costado conciliar el sueño.
La bruja lo miró con notable molestia, pues el demonio también le había dado la noche, sin embargo no se lo reclamaría. Asique devolvió su mirada donde la humana y comentó.
-Lucía por favor solo dale un trago más que sea- dijo ya suplicante la mayor.
-Solo te adormecerá un ratito.¿O esque prefieres seguir con ese dolor que tienes encima?- cuestionó Eda.
La latina la miró abatida, y acepto la petición de la mayor.
Trato de inclinarse hacia delante, pero fue detenida por un dolor agudo en su torso y lado derecho en general. Por momentos le podía doler hasta el hecho de coger aire muy fuerte.
Eda se acercó e inclinó la cabeza de la joven un poco hacia delante, lo suficiente para que no se pudiera ahogar tratando de beber. La bruja le acercó el elixir a los labios y consiguió que Lucía tomara un gran sorbo, acto seguido la nombrada arrugó su cara, tragando con fuerza el líquido.
-Creo que podemos dejarlo así por el momento, te libraras por ahora, pero más tarde si o si te lo tendrás que beber entero- anunció la mayor. Lucía miró hacia otro lado sin querer discutir con la bruja, realmente esas pociones eran desagradables, y la mayor lo podía entender, sin embargo
Lucía se acabara acostumbrando al sabor -pensó Eda.
La bruja se puso nuevamente en pie dirigieneose en dirección a la puerta.
Hoy tendría que abrir durante gran parte del día para pagar sus nuevas deudas.
Tenía que irse dentro de poco, asique comenzó a prepararse, y a coger cualquier cosa de la casa que pudiera vender en su stand.
Cuando derrepente una duda surgió en su cabeza.
¿Quien cuidara a Lucía mientras ella está fuera?
Ella estará muchas horas fuera de casa, volver cada x horas tampoco era una buena opción, más cuando la persona a la que vas a dejar sola se ahoga con su propia saliva. Hooty no sería el mejor cuidador del mundo.
Podría llamar a Lilith la idea era llamativa, pero su hermana podría tardar unas horas para llegar desde casa de sus padres.
Eda continuó dándole vueltas a la casa a la par que a sus pensamientos, cuando derrepente una voz molesta interrumpió sus pensamientos desde la entrada.
-¡¡¡VISITA!!!- grito la lechuza desde el marcó de la puerta dejando pasar a una joven bruja de cabellos mentolados.
La mirada de Eda saltó directamente en la dirección de la joven, y agradeció al cielo por lo oportuno de su visita.
Aunque realmente si esperaba la visita de la joven bruja, pues así era Amelia, y vendría a ver a Lucía aunque fuese lo último que hiciera.
-Buenos días señora búho, vengo a ver a Lucía-saludo Amelia acercándose a
la dirección donde estaba la mayor.
-¡Gracias Titán por escuchar mis plegarias! -Exclamó animada la mujer, de cabellos plateados, mientras alzaba sus manos al cielo al ver resuelto su problema.
-¿Acaso necesita ayuda con algo señora bú-...?- cuestionó la menor haciendo uso de su formalismo y siendo interrumpida al acto.
-¡SI! - interrumpió la mayor. -Necesito que cuides de Lucía en lo que no estoy. ¿Podrías hacerte cargo de ella durante unas horas? -preguntó-
Solo tendrías que echarle un ojo, y darle alguna poción si su dolor vuelve, pero no tendrás que hacer mucho, recién le di parte del elixir, la alimente , y debería de estar bien durante unas horas.- aclaró la mayor de las dos mujeres.
-Esta bien, no tengo problema con cuidar de Lucía por unas horas- respondió la Bligth.
-!Perfecto!- exclamó la mujer. -Lilith estará aquí en unas horas igualmente, en el esperemos que poco probable caso de que ocurra una emergencia, puedes llamarme a mi o a Lilith- menciono Eda.
-Ahora si me permites, tengo que irme- se aclaro la garganta y grito-!KIGN NOS VAMOS!
El pequeño demonio se asomo por las escaleras con un rostro adornado con una expresión de pena y soltó.
-¿Eda, puedo quedarme aquí?- preguntó por lo bajo el pequeño, moviendo rápidamente su mirada de vuelta hacia el piso de arriba. Eda captó rápidamente a lo que se refería el demonio.
-Esta bien, puedes quedarte, con la condición de que no molestes a Lucía ni Amelia- dictó la mayor haciendo que King pusiera una expresión de indignación por llegar a sugerir que sería molesto.- Y no comerte todas las golosinas de la despensa- dijo Eda con sus dotes de negociante, King aceptó un poco de mala gana, y se dirigió en dirección al piso superior.
-¡LAS TENGO CONTADAS!-Anunció la bruja para el demonio que ya estaba en la segunda planta.
La bruja mayor sonrió maternalmente, para después girar su mirada a la pequeña de los Bligths, le dio una mirada maternalemente cariñosa, para acto seguido despeinarla tontamente con la mano, después agarró la bolsa llena de chatarra y basura humana. Se dirigió hasta la puerta y se despidió.
-Cualquier percance me avisas, ¡¡BYEEEEE!!- despidió invocando a Owlbert, se marchó hacia el abundante mercado de medio día.
Amelia observó como se cerraba la puerta, se quedó unos segundos parada en medio de la sala de la casa. Echo un vistazo hacia la cocina donde pudo observar algunas pociones apiladas sobre la descuidada encimera, asumió que serían las pociones a las que se refería la dama búho. Ya teniendo ubicado el elixir de Lucía retomó el agarre en su bolsa y se dirigió al segundo piso.
Ella ya había estado en algunas ocasiones en la casa búho, pero aprovechó la ocasión para apreciar las extravagantes decoraciones en el pasillo de la casa mientras se dirigía a la habitación de la humana.
Al llegar a la puerta de la habitación se acercó, y tocó suavemente la puerta para dar aviso de que entraría.
Un suave gruñido salió desde dentro de la habitación.
Amelia abrió la puerta lentamente entreviendo el interior. Cuando se abre la puerta completamente se deja entre ver el panorama. La habitación se encontraba desordenada (fácil de esperar siendo que la habitación pertenecía a la dominicana), no estaba a oscuras, por el contrario consivia una iluminación tenue, la humana yacía encima de un colchón cobijada con varias capas de mantas cerca de la ventana, no muy lejos de ella se encontraba el pequeño demonio descansando. A una distancia considerable se hallaba un echizo de luz iluminando suavemente el cuarto.
La de ojos dorados se adentró a la habitación, nada más entrar nota algo que la paraliza por un segundo.
La bolsa de Lucía se hallaba tirada próxima a la entrada. Su mente dió un paro de golpe, para acto seguido comenzar a correr a miles de kilómetros por hora, sentía cómo todo el aire de sus pulmones se desvanecia, hasta que una voz ronca interrumpe su mar de pensamientos.
-¿Amelia?- interrumpió la latina desde su lugar, no pudiendo evitar notar la presencia de la chica.
Amelia reconectó de nuevo con la realidad, soltando un suspiro tembloroso que escapó de sus labios.
King observaba la escena en silencio.
Amelia se recompuso y se disculpó
-Perdón, Perdón- repitió mientras aclaraba su agitada mente y de paso su garganta. Tomando una respiración, comentó.
-Vine a visitarte, además de que la señora búho me pidió que cuidara de ti- mencionó acercándose en dirección de la morena.
La de cabellos mentolados tomó asiento en el suelo junto a la humana, dirigió una rápida mirada hacia ella, observando el nuevo aspecto de la dominicana. Lucía sólo podía dirigir vagas miradas hacia la pálida. King por su parte ya se encontraba hecho bolita descansando nuevamente sobre una almohada.
Se mantenía un silencio que no describirían como tenso, o incómodo. Sólo que sus mentes se encontraban estáticas, admirando el rostro de la contraría, hasta que Lucía decide romper el silencio.
-¿Como que de este ángulo te me haces bonita no?- comentó la morena en un idioma exótico que no pertenecía a las islas.
-¿Qué?- inquirió la de ojos dorados.
-Lo siento, esque no puedo comprender cuando hablas con ese idioma humano tuyo- explicó Amelia.
La dominicana buscaba palabras para explicarse de una manera en que Amelia la entendiera, haciendo una mueca pensativa demasiado adorable para la bruja allí presente, pero no obstante se encontraba en un estado deplorable y en parte embriagado por el elixir. No era muy consiente de sus palabras. -Y claramente tampoco le traduciría a la bruja lo que acababa de decir-.
-Oh Dios, no me acuerdo ahora del verbo to be- farfulló la morena mirando hacia la nada desconcertando a la pálida.
King bufó desde su lugar, Lucía se reía torpemente del desastre que era su mente en este momento, mientras que Amelia seguía ciertamente desconcertada.
La atención de Lucía se dirigio torpemente hacia la bruja, fijándose en sus ojos dorados, resaltantes en la tenue oscuridad que ofrecía la sala.
-Usted tiene unos ojos muy bonitos comadre- su mente se encontraba dispersa, pasando su atención de un lado a otro perdiendo el hilo de lo que estaba hablando hace unos segundos.
-Son doraditos, me recuerdan a las patatas fritas- comentó soltando una risa de cerdito.
Derrepente surge un gruñido por parte del demonio que estaba recostado en el cuarto.
-Ya empezaron con sus joterias, yo me voy- refunfuñó el chico a la vez que salía de la habitación. A raíz del comentario del pequeño demonio la bruja se coloró en un tono carmesí brillante, ella estaba decidida a descifrar más tarde que había dicho Lucía.
Hablando de la humana, esta ante el comentario de King respondió.
-¡¡JOTA NO, JOTISIMA!!- Grito la dominicana haciendo que las orejas de Amelia descendieran por el repentino ruido.
Lucía se ríe burlonamente por lo bajo, riéndose de su propia respuesta, contagiando su risa boba a Amelia, que río suavemente por lo bajo.
Porque Lucía era así, era el tipo de persona que se reía de sus propias bromas, aunque el resto generalmente no las entendía, o no les encontraba lo gracioso.
La humana sin darse cuenta se destapó la parte de su torso de entre las mantas, dejando ver así mejor sus nuevas marcas.
Su pequeña risa cantarina fue cortada de repente, debido a un escalofrío que atravesó todo su cuerpo. La bruja notó esto rápidamente, volviendo a arropar a la morena entre las mantas, apresurandose para tomarle la temperatura ,colocó el dorso de su mano en la mejilla de la humana, alarmandose por la aún anormal temperatura de la castaña. Al contrario de Amelia, Lucía se inclinó ante el cálido toque de Amelia sobre su mejilla.
La bruja no tardo en notar que realmente Lucía no había estado generando demasiado calor, a pesar de las capas de mantas que la cubrían no conseguía retenerlo.
Eso era un problema del cual la dama búho no se había percatado.
La mente de la pelimenta ya se encontraba trabajando en soluciones. Una de ellas apareció como oro, recordó que durante su infancia su madre usaba bolsas de agua caliente para calentar la cama en fechas frías.
Lucía se hizo bolita en busca de calor, cada vez reposandose más sobre la mano de Amelia. La bruja tomó la acción de su amiga como indicativo de que debía de empezar a movilizarse en busca de alguna bolsa para líquidos.
Seguramente habrá alguna en la cocina-
Pensó para sus adentros.
Con su mano libre dejó el bolso recostado en el piso, y aunque no quería romper el contacto que estaba manteniendo en la morena, alejó su mano derecha de ella, haciendo que la humana reaccionara vagamente. Amelia sin decir ni una sola palabra se inclinaba para levantarse rumbo al piso de abajo, donde se encontraban los dos demonios coexistiendo.
Sin embargo, fue detenida y retenida por un agarre frío, y de textura viscosa.
Lo que provocó que un escalofrío subiera por su espalda.
No creo poder acostumbrarme a esto- pensó Amelia.
Sin perder tiempo giró su cabeza en dirección a la propietaria de esa mano. Viendo así a Lucía posada sobre su antebrazo izquierdo, deteniendo a la bruja con esa mirada suplicante una vez más.
Amelia supo rápidamente la petición que estaba por decir su compañera.
-Por favor no te vayas, no me dejes Amelia, por favor- suplicó la morena.
La ojiambar aún sin entender el lenguaje de la humana, entendió el mensaje.
La bruja se preparó para espetarle a la humana.
-Lucía...- musitó en un tono suave, el agarre en la muñeca de Amelia se hizo ligeramente más fuerte. -Necesito que me dejes para poder traerte algo para calentarte, estas demasiado fría- explicó, no obstante, a Lucía no parecía convencerle demasiado.
Lucía inconscientemente presionaba con más fuerza la muñeca pálida de la bruja.
Amelia no estaba muy dispuesta a iniciar una discusión, pero, ¿Que más podía hacer? Esa misma pregunta se la planteó a la morena.
-¿Lucia, como esperas que te ayude, si no me dejas ayudarte?- cuestionó la pelimenta. -¿Qué quieres que haga?- Al soltar la pregunta al aire el agarre en la muñeca de la bruja desapareció, dejando una marca roja. Amelia se sorprendió del cambio de opinión tan repentino en la morena.
Lucía lentamente se rodó hacia el lado derecho del colchón, dejando un hueco considerable palmeó el espacio libre a su lado.
La bruja comprendió la propuesta de la humana. Lucia giró su mirada avergonzada de la petición que estaba haciendo, mientras que Amelia sentía como lentamente se calentaban sus mejillas.
-¿Es en serio?- preguntó la pálida, recibiendo una mirada avergonzada por parte de la morena, que contaba como un "sí".
Después de un rápido suspiro de incredulidad, Amelia se retiró los zapatos, acercándose en dirección de la castaña, se sentó a su lado. Lucía se recostó siendo seguida de Amelia.
-¿Puedo abrazarte? Esque eres muy calida- la morena río tontamente por su anormal propuesta.
-¿Sabes que no te puedo entender, verdad?- replicó burlonamente la ojiambar. Provocando suaves risas por ambas partes, y comenzando a acariciar suavemente el rostro de la contraría.
-Sí, lo sé- afirmó la latina. - Y así me vale - murmuró, siendo esta la frase con más coherencia que había dicho/respondido hasta ahora. Discretamente Lucía descansó su rostro sobre el hombro Amelia, quedando en un silencio acogedor.
Después de unos minutos en un cómodo silencio, Lucía se atrevió a cerrar más la distancia entre ambas, recostando su cabeza en la clavícula de Amelia, y posando su brazo alrededor del torso. La bruja por su parte, comenzó ha acariciar el cabello de la humana.
-Tu cabello es realmente suave- mencionó la pálida como cumplido.
Lucía respondió al alago con un ligero "hmmm", su atención seguía desperdigada en cada detalle que su vista alcanzaba, hasta que su mirada chocó con el bolso de la pelimenta.
-¿Qué traes ahí?- preguntó curiosa la morena alzando un poco su cabeza en dirección del bolso. La bruja sólo pudo optar por seguir la mirada de la humana, ahí fue cuando cayó en cuenta de lo que podría estar preguntando la morena.
-oh, hmmm,¿el bolso? - cuestionó, a lo que Lucía asintió.
-Bueno, mis hermanos quisieron tener un detalle conmigo ayer, y decidieron traerme una edición coleccionable de "La buena bruja Azura" con algunas escenas extras- mencionó en un tono pacífico, acompañado de un tono animado, mientras se erguía para poder alcanzar el objeto en cuestión, ya con este en las manos verbalizó.
-Pensé que a lo mejor si estabas en óptimas condiciones querrías leer un poco, pero veo que estás bastante fatigada aún -explicó la pelimenta, en un tono ligeramente melancólico por el devastado estado actual en el que la morena se encontraba.
La humana estaba por tratar de decir algo, pero la oscuridad la interrumpió. El glifo de luz había llegado a su límite, y se había desvanecido sin dejar rastro, dejando ambas chicas a oscuras. Haciendo así que la única fuente de luz sea la rendija de la puerta entrecerrada, y uno de los ojos de Lucía. Pasaron unos segundos entre las penumbras hasta que Amelia rompe ese silencio tan espeso.
-Parece que el glifo se apag- fue interrumpida por un fuerte agarre en forma de abrazo por parte de la morena. Esto la desconcertó, hasta que notó la agitada respiración de la humana en el costado de su brazo, ligeros temblores y sus ojos muy abiertos.
Las respiraciones cortas y superficiales de Lucía alertaron a la bruja a su lado, su mirada perdida, el dorado de su ojo abominable mirando a un punto incierto, resaltando en la oscuridad.
Algo está pasando.
Amelia sintió su propia preocupación como una presión en su pecho subiendo por su garganta, soltó el libro. El miedo de que el abominable esté fallando la aterraba.
-¿Lucía, Lucía, estás bien? ¿Qué ocurre?-La humana cada vez ejercía mayor presión en su agarre, llegando a lastimar a la bruja.
La joven de tez pálida no dudo en girar su muñeca elaborando un hechizo de luz. Ahora la habitación volvía a ser fácilmente visible. Por otro lado su mirada corrió instantáneamente a Lucía, quien seguía temblando, su respiración errática y necesitada, necesitada del oxígeno que le parecía poco, acompañada de unos ojos cristalizados.
Murmullos desesperados eran la única melodía resonante en aquella habitación.
-No,no,no,no,no- murmuraba la morena erráticamente, con voz temblorosa su tono filtraba miedo.
Filtraba pánico.
-¿Lucía, no qué?- inquiria cada vez más desesperada. Lucía sólo alcanzava a sollozar por lo bajo, mientras llevaba su mano a su pecho en busca de aire, su corazón palpitaba con fuerza y velocidad.
Sentía su corazón más vivo que nunca.
-Esta aquí, esta aquí, nos va a matar- Lucía sentía que iba a morir en cualquier momento, su cuerpo necesitaba huir de aquel peligro que no se encontraba presente. Sentía como le faltaba el aire, se estaba sofocando, sentía una opresión en la garganta que impedía que gritara, necesitaba correr, salir de ahí, pero su cuerpo le traicionaba, sentia como su cuerpo poco a poco se entumesia al borde del colapso.
-Vamos a morir, nos va a matar, esta aquí, nos va a matar- murmuraba en bucle
Por su boca salían más murmullos incomprensibles, palabras morían al llegar a su garganta, dejando solo el fantasma de oraciones, junto a un llanto.
La desesperación clara en las palabras de Lucía estaba desesperando cada vez más fuerte a la bruja.
Ahí fue cuando Amelia pudo al fin comprender la situación.
Su amiga estaba teniendo un ataque de panico.
Al darse cuenta de esto se zafó rápidamente del agarre de la morena, y se giro sobre el colchón para mirarla de frente. La tomó de los hombros captando parte de la atención de la humana, Amelia hizo que se sentará con la espalda recta, y la mirara. Haciendo que chocaran sus miradas, los ojos dorados de Amelia se encontraron con el chocolate totalmente cristalizados.
-Lucía, escuchame, estás teniendo un ataque de panico- explicó la bruja, ella realmente sabía como actuar en estas situaciones. Aunque lo aprendió por las malas...
Tenía que mantener la calma, usar frases cortas y simples, y sobre todo, ser predecible, evitar sorpresas, esto podría alterar más a la morena.
Lucía seguía en parte encerrada en su sensación de peligro inminente, comenzando hasta a sudar frío. Su mente iba demasiado rápido como para procesar correctamente la información, pero, la imagen de Amelia enfrente de ella de cierta manera le otorga una sensación de seguridad. -Y como no, gracias a ella seguía con vida-.
-Bien, ahora quiero que solo fijes tu mirada en mi, e imites mis acciones, ¿De acuerdo?- Después, lentamente la bruja fue soltando su agarre de la castaña, para a continuación levantar lentamente su mano mientras agarraba aire lentamente por cinco segundos, solo para que después baje los dedos mientras exhalaba por otros 5 segundos.
Después de algunas repeticiones más la morena comenzó a imitarla, después de unas cuantas rondas fallidas, la morena consiguió estabilizar su respiración, y por ende calmarse un poco.
Las lágrimas seguían resbalando por sus mejillas, ahora solo yacía llorando en silencio, ahogando pequeños sollozos.
Sin aviso la dominicana se lanzó hacia la pelimenta en un abrazo necesitado, la contraría correspondió de inmediato a la morena, mientras Lucía no pudo evitar llorar silenciosamente en su pecho, Amelia le dio un apretón cariñoso a la par que acariciaba la cabeza de la castaña en suaves círculos.
Ver a una persona como Lucía, alegre, eufórica, feliz. Verla de esta manera la destruye por dentro, ver como el mundo conspira para apagar ese brillo en Lucía es doloroso.
Pero la humana siempre demuestra ser más fuerte que eso, y Amelia lo sabía.
-Todo estará bien, todo está bien- tranquilizaba en un tono tan suave como el caramelo. Amelia podía sentir la humedad de las lágrimas de Lucía en su pecho, pero poco le importó.
-No estás sola, estoy aquí para cualquier cosa que necesites- Pasaban los segundos, Lucía estaba notablemente más tranquila, las palpitaciones habían desaparecido, la presión en su pecho fue sustituida por una sensación de seguridad y confort.
La suave tela de la blusa perteneciente a la bruja, la calidez de su toque, las rítmicas caricias en su cabello, y las lindas palabras de la chica.
La morena repentinamente se sentía agotada.
Poco a poco el cuerpo de la castaña se relajó sobre la peliverde, aflojando suavemente su agarre.
El tiempo pasaba volando suavemente.
El suave silencio fue interrumpido por una propuesta de la pelimenta.
-¿Quieres que te lea algo?-propuso para intentar aligerar el ambiente, conseguir que la dominicana se distraiga, que sus pensamientos no la vuelvan a abrumar nuevamente. La Noceda sólo alcanzó a asentir levemente con la cabeza. Aún no se sentía con la capacidad de hablar sin que me temblase la voz.
Esa fue la señal para que Amelia tomara el libro con su mano derecha y lo comenzará a leer en un tono bajo, una melodía tranquila salía de sus labios cada que leía un diálogo de la novela. O al menos, así lo persivía la dominicana.
La bruja cubrió de caricias el cabello de la dominicana, a la par que leía una escena del libro que les fascinaba tanto a ambas.
Lucía no quería tener su mente devuelta nunca más, amaría poder quedarse en este preciso momento para siempre.
Hasta que fueron interrumpidas, la puerta se abrió suavemente mostrando a un pequeño demonio, que asomó su huesuda cabecita por el marco de la habitación.
Analizó la escena, y se adentro más por la puerta.
-¡El rey de los demonios también exige mimos!- inquirió el pequeño captando la atención de ambas chicas.
-Ven acá enano-llamó Lucía en un tono suave, casi inaudible, estirando los brazos. Sorprendentemente para la bruja el demonio acato el mensaje y se acercó en su dirección.
King se recostó cerca de Lucía, la cual empezó a mimar su lomo.
-¿Acaso la entiendes cuando habla así?- Se apresuró a preguntar la de tez pálida.
El demonio sólo alcanzó a mirarla y sin muchos rodeos decir.
-Bueno, ella habla así gran parte del tiempo aquí, asique aprendí varias cosas- respondió sin mucha molestia, solo para rodar sobre si mismo, para que la morena le rascara ahora la barriga, King comenzó a hacer un suave ronroneo.
Lucía mimaba la barriga de King, sin darse cuenta de la mirada de la bruja sobre ella.
-Supongo que puedes amigarte hasta con el demonio más tirano de todas las islas- una sonrisa apareció tímidamente sobre su rostro. Amelia encontraba la escena adorable, y siempre le sorprendía como la humana se las ingeniaba para amigarse con cada ser que habita en las islas.
-Sin duda eres la luz de estas islas. Siempre encuentras una manera de entrar al corazón de las personas- verbalizó por lo bajo, sin pensarlo mucho, beso suavemente la cabeza de la dominicana.
Lucía paró lo que estaba haciendo para mirar a Amelia, un suave rubor subió por su rostro decorando sus mejillas.
La bruja calló en cuenta de lo que había hecho, sentía como su corazón se aceleraba, y su sangre iba hasta su cara, tiñendo su rostro de un carmesí oscuro.
Se apresuró rápido a levantarse y recoger su bolsa, se disculpó repetitivamente, y se fue en dirección a la puerta muerta de la vergüenza.
Pocas veces un Bligth mostraba señales de afecto tan directas.
Eda y Lilith estarían por llegar dentro de no mucho, asique ma humana estaría bien.
Salió de la habitación asegurándose de dejar la puerta abierta, con motivo de dejar entrar la luz del pasillo al cuarto.
Bajó aceleradamente las escaleras, dirigiéndose a la salida, abrió la puerta lista para ignorar al pájaro tubo, pero en vez de eso se topo nada más salir con la hermana mayor de los Clawthober.
Lilith saludó a la joven, Amelia le dió un rápido saludo.
-¡Edalyn dijo que podías quedarte a dormir si así lo deseabas!-informó la mayor.
-¡Oh, lo siento, esque tengo muchas tareas y proyectos que hacer en casa!-mintió descaradamente la menor.
Eso desconcertó a la peli negra, que no entendía porque tanta prisa. Aunque intuyó lo que pudo haber pasado en la casa mientras las adolescentes se quedaron solas.
-Ay, esta juventud de hoy en día- mencionó Lilith para entrar a la casa búho saludando al ave en la puerta.
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YEY, ya me digne a terminar esto skskdkdj.
Les recuerdo que esto es lo primero que escribo, so tengan piedad 💦
Pregunta, les gustaría un apartado de curiosidades o cosas así? Porque tengo muchos datos curiosos y detalles que me gusta ponerle a los personajes, y que no sé si acaben viéndose en la historia 👨🦯.
Recuerden arte oficial en mi Instagram :D
Arte promocional de este cap♡:
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Aunque ese tiene ya un rato |
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