xlvii. You are my way

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Capítulo Cuarenta y siete| Eres mi camino

Un caos total se había desatado en la sala. Bridget tuvo que contenerse para no prender fuego al anciano y ahora estaba sentada en el borde del sofá, acariciando el cabello de James, quien se había transformado... en un troll. Escuchaba los gritos de Bárbara dirigidos a Merlín, las amenazas de Farah y a Kiko, que Clara sostenía para evitar que se lanzara sobre el hechicero.

Ella, sin embargo, mantenía la mirada fija en Jim. No podía negar que, incluso como troll, seguía siendo atractivo, pero sabía que a Jim le costaría aceptar su nueva apariencia. Aun así, estaría a su lado en esos momentos difíciles, aunque tuviera que posponer su vuelo a Inglaterra. Había conseguido entrar a Oxford y le ofrecieron cursos de verano antes de comenzar. Si Farah la hubiera contactado antes, habría rechazado la oferta y se habría quedado con Jim, pero las cosas no se dieron de esa manera.

—¿Qué pasa? —preguntó Blinky al entrar en la cocina.

—Que él te lo diga —respondió Bárbara con enojo, mirando a Merlín.

—¡Oigan! —los llamó Bridget, levantándose de su asiento—. Está despertando.

Blinky se acercó, apartando un poco a la joven, y observó con sus seis ojos el problema que Merlín había causado durante su ausencia.

—Qué cosa tan desagradable —comentó Blinkous. La pelirroja le lanzó una mirada fulminante.

—Cariño, ¿te sientes bien? —preguntó Bárbara, sentándose a su lado.

—Estoy bien.

—¡Cierra la boca, anciano! —exclamó Bridget, dejando que las llamas rodearan sus brazos. Kiko asintió con un pequeño gruñido.

—Estoy... estoy bien —aseguró Jim, soltando un leve grito al mirar su mano—. ¿Qué le pasó a mi mano?

—No le pasó nada —le aseguró Clara, sonriendo nerviosa—. Solo está un poco más robusta.

—Pero en el buen sentido —aclaró Toby—. Es como si hubieras subido de nivel.

AAARRRGGHH se acercó para olfatearlo, aún sin creer que el pequeño Jim que conocía ahora era un troll.

—No gustar, no gustar troll Jim —dijo AAARRRGGHH retrocediendo.

—El elixir transformó a nuestro Cazatroles en algo no del todo humano, no del todo troll —explicó Merlín.

—¿Como un cambiante? —preguntó la pecosa, encogiéndose de hombros.

—No, los cambiantes se transforman completamente de humanos a trolls —contestó su mentora, entrecerrando los ojos.

—Jim no es... ninguno —agregó Strickler.

Jim, con los ojos azules llenos de angustia, salió corriendo hacia la cocina, tratando de evitar que Bridget lo viera así. Tomó una tostadora para observar su reflejo.

—No está tan mal —dijo Toby, tratando de animarlo—. Oye, un corte de cabello, unas gafas, una visita al dentista —sugirió—. Volverás a la normalidad.

—Soy horrendo —admitió James, bajando la mirada.

La pecosa hizo una mueca, le quitó la tostadora y se puso de puntillas para tomar su rostro entre sus manos.

—Mírame —le dijo Bridget con firmeza, sus manos cálidas rodeando su rostro áspero y frío—. Tú no eres horrendo. Podrías cambiar mil veces por fuera, y aun así, para mí, seguirías siendo el mismo chico que me dio la mano cuando más lo necesitaba. El que me hizo sentir que no estaba sola. No me importa tu apariencia, porque lo que siento por ti no está atado a eso. Está atado a tu alma... y esa, Jim, es la más hermosa que he conocido.

Se inclinó un poco más, rozando su frente con la de él, mientras le hablaba con la voz más suave y segura del mundo.

—Si tú no puedes verte como yo te veo, está bien. Yo te lo recordaré cada día.

Jim le regaló una leve sonrisa y, con cuidado, estiró su mano para dejar una suave caricia en su mejilla, decorada con aquellas hermosas pecas que tanto había extrañado acariciar. A pesar de sus palabras, aún sentía una extraña emoción de inseguridad por su apariencia, deseaba poder expresar lo mucho que significaba para él, pero las palabras se le escapaban. En cambio, dejó que su mirada hablara por él, esperando que ella pudiera ver más allá de sus inseguridades y comprender la profundidad de sus sentimientos.

・ ゚ ゚・ ✧ 。.。.: *

—Aún no conocemos los límites del nuevo Maese Jim —mencionó Blinky al salir al patio de la residencia Lake—. O mejor dicho, troll Jim —corrigió, con una sonrisa—. Así que tomémoslo con calma.

—¡Muy bien! —exclamó AAARRRGGHH, emocionado mientras comenzaba a jugar con James.

En cuestión de segundos, la emoción del troll de piel gris lo llevó a golpear al de armadura sin medir su fuerza; aquel golpe lo lanzó volando varios metros, llevándose consigo la pequeña barda del patio. Bridget ahogó un jadeo, cubriendo su rostro con las manos, mientras Kiko se desmayaba a su lado.

—¿Por lo menos escuchaste? —regañó el de seis ojos, con una mirada seria.

—Perdón.

—Jim —intentó llamarlo la pecosa, haciendo una mueca de preocupación.

El mencionado salió de entre los arbustos, sobresaltándola un poco—. ¡No siento nada! —celebró, riendo con alegría.

—Me agrada el nuevo Jim, troll Jim —dijo AAARRRGGHH, mientras corría para taclearlo—. ¡Te tengo, troll Jim fuerte!—. El chico se soltó de su agarre y le devolvió un golpe juguetón—. ¡Troll Jim divertido! —exclamó con emoción, y los dos continuaron jugando sin parar.

—Mitad troll, cazador completo, de nada —soltó Merlín, observando la escena con una sonrisa. Bridget trató de abalanzarse sobre él, pero sus dos amigos la retuvieron.

—Muy bien, chicos, se acabó el juego, la noche termina —les dijo Blinky con firmeza—. Veamos qué más puede hacer nuestro nuevo Cazatroles.

・ ゚ ゚・ ✧ 。.。.: *

—Joven Bridget, el reto es sencillo —el de seis ojos se acercó a la pelirroja con una sonrisa astuta—. Dale un golpe a tu amado Cazatroles —retrocedió, posicionándose junto a Tobías, quien frunció el ceño con incomodidad.

—Deberías decir, ex amado —corrigió Tobías en un susurro—. Terminaron hace tiempo.

—Escuché eso, Toby —la pecosa rodó los ojos mientras preparaba su arco. Creó un portal y desapareció de la vista del troll de armadura.

James miró a su alrededor, en alerta, anticipando su aparición. Apenas sintió un movimiento detrás de él, giró rápidamente y esquivó el golpe que la pelirroja lanzó con precisión.

—Arriba, abajo... demasiado lento —se burló Jim con una sonrisa mientras esquivaba los ataques de Bridget—. Creo que ya me voy. —Con un ágil salto, se encaramó a un árbol—. ¿Soy demasiado rápido para ti? —preguntó divertido.

—¿Te haces el difícil, eh? —arqueó una ceja Bridget, antes de crear otro portal y atravesarlo sin dudar.

Jim volvió a ponerse en guardia, pero la pelirroja apareció nuevamente detrás de él. Con movimientos rápidos, esquivó sus golpes, provocando otro bufido frustrado de la chica. Bridget comenzó a perseguirlo, mientras el troll corría ágilmente entre los árboles, seguido de cerca por los portales que ella creaba.

Con la respiración agitada, Bridget se detuvo junto a un árbol, sus ojos atentos a cualquier movimiento. Al escuchar un ruido, giró rápidamente, con el arco listo. Su piel se erizó al sentir una presencia cercana, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro cuando Jim apareció a su lado, dejando un beso fugaz en su mejilla.

—Sigues sin poder atraparme, pecas —se burló él, acariciando suavemente su rostro antes de alejarse corriendo.

—¡Oye! —exclamó Bridget entre risas, encogiéndose de hombros—. ¡Jim! Aún puedo encontrarte.

Intentó abrir otro portal, pero el cansancio la venció, y solo surgieron unas pocas chispas. Con un suspiro resignado, se dejó caer contra el árbol. Sacó su celular al escuchar una notificación, mientras su mente seguía repasando el juego entre ambos.

"Su vuelo saldrá en dos horas"

・ ゚ ゚・ ✧ 。.。.: *

Regresó junto a sus amigos, agotado tras sus últimos intentos por crear otro portal. —¿No ha vuelto? —preguntó la pecosa, frunciendo el ceño con preocupación.

—¿No estaba contigo? —inquirió Toby, mirando a su compañero.

—Iba tan rápido que perdí su rastro... No puedo encontrarlo con los portales, es como si ya no pudiera reconocerlo —respondió con una mueca, encogiéndose de hombros.

Blinky y AAARRRGGHH abrieron los ojos desmesuradamente, sorprendidos. Clara intentó localizarlo con su vara, pero sus esfuerzos también fueron en vano.

・ ゚ ゚・ ✧ 。.。.: *

Se sentía tan diferente.

Como si la piel que ahora cubría su cuerpo no le perteneciera. Como si cada respiración, cada movimiento, cada latido —si es que aún tenía uno— fuera ajeno a lo que solía ser. Jim ya no se sentía el chico de dieciséis años que una vez fue. Ese que iba en bicicleta al colegio, que cocinaba con su madre, que se sentía nervioso cada vez que veía a Bridget. No. Ese chico parecía haber quedado sepultado bajo una coraza dura, de piedra y magia, imposible de romper.

Comenzaba a creer que se había convertido en una bestia.

Cada vez que veía su reflejo —en una tostadora, en una ventana, en el agua— no se reconocía. Sus ojos seguían siendo azules, pero no tenían la misma luz. Su voz sonaba más grave, más pesada, como si algo en su interior se hubiera partido. El nuevo cuerpo le daba fuerza, velocidad, resistencia... pero le robaba su humanidad. Se preguntaba si algún día volvería a sentirse Jim de nuevo.

No importaba cuánto Toby lo animara y aunque Bridget lo mirara como si todavía fuera el mismo chico bajo esa armadura, él no podía evitar sentir el vacío creciendo en su pecho. Un hueco que no sabía cómo llenar.

Sentía vergüenza.

Temía que todos lo vieran como un monstruo, que sus amigos fingieran sonreír mientras por dentro lamentaban su cambio. Que su madre, por mucho que dijera estar bien, ya no lo abrazara con la misma calidez. Y lo peor era que no podía culparlos.

Porque él también lo veía.

Veía al monstruo que Merlín había creado.

Y por más que se esforzaba por recordar quién había sido, ya no estaba seguro de poder volver a serlo.

Dejó de mirar la fotografía de su anuario y tomó su celular con cuidado. Había estado desaparecido por una hora y ahora tenía varios mensajes de sus amigos, que lo buscaban con evidente desesperación. Frunció el ceño y decidió reproducir el mensaje que Bridget le había dejado en el buzón de voz.

Hola, Jim —al escuchar su voz, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro—. Soy yo... Ahm, ¡entré a Oxford! ¡Wuju! —se escuchó una risa nerviosa al otro lado de la línea—. Estoy tan emocionada... Amm, fui a tu casa hace un rato, pero parece que no había nadie. Ahora mismo estoy camino al aeropuerto porque me enteré de unos cursos de verano y pensé que, de alguna manera... —hizo una pausa, como buscando las palabras adecuadas—. Sería más fácil hacerlo así. Creo que tal vez ha llegado el momento de dejarnos ir... Y no es porque no te ame, en realidad es todo lo contrario.

・ ゚ ゚・ ✧ 。.。.: *

Bridget mantenía la mirada perdida en la ventana del taxi, su mente aún revuelta tras haberse despedido de Allison y Daphne. Esta última casi no la dejaba ir, aferrándose a ella con tanta fuerza que le costó separarse. No había logrado contactar a Toby ni a Clara, y mucho menos a Farah o a Kiko, así que optó por dejarles una nota de voz. Quería quedarse, quería luchar junto a ellos contra Morgana, pero sabía que Jim no lo permitiría. Esa fue una de las razones por las que su relación terminó.

Él no quería arriesgarla, y ella no pudo convencerlo de lo contrario, por más que lo intentó. Ahora ya no había marcha atrás. Si esto era lo que Jim deseaba para ella, entonces lo aceptaría. Aprendería a soltarlo, tal como él lo había hecho con ella. O al menos eso creía.

Suspiró profundamente mientras se recostaba en el asiento. El taxi estaba detenido desde hacía varios minutos debido al tráfico. Sin embargo, un movimiento extraño en el puente llamó su atención. Su ceño se frunció mientras se incorporaba lentamente. Entrecerró los ojos y allí lo vio, a Jim. Parecía cansado, con la mirada fija en el canal, donde varias personas se reunían para tomar fotografías.

—Por favor, deténgase —pidió Bridget al conductor con una pequeña sonrisa.

—Linda, ni siquiera estamos avanzando —respondió él con tono divertido.

Bridget salió del taxi después de pagarle, abriéndose paso entre la multitud. Cuando llegó al extremo del puente, una gran sonrisa iluminó su rostro. El canal estaba decorado con luces que formaban las palabras "I Love You" en grandes letras brillantes. Alrededor de ellas, pequeñas luciérnagas danzaban, esparciéndose entre la gente. El corazón de Bridget latía con fuerza mientras contemplaba la escena, sintiendo cómo algo dentro de ella volvía a encenderse.

Se apartó ligeramente justo en el momento en que él apareció de repente, rodeándola con cuidado por la cintura. La sostuvo con firmeza, pero sin lastimarla, mientras daba ágiles saltos hasta que ambos llegaron al tejado de la escuela. Sus respiraciones estaban agitadas, pero aun así se miraban con una sonrisa que hablaba más que las palabras.

—¿Recibiste mi mensaje? —preguntó él, intentando controlar su respiración, sus ojos brillando con un destello de emoción.

—¿Qué mensaje? —respondió ella, fingiendo confusión mientras arqueaba una ceja con picardía.

—El mensaje de allá.

—Ah ese —soltó una risa nerviosa, juguetona—. ¿Fuiste tú? —preguntó divertida, rodeando su cuello con los brazos.

—No juegues así —respondió él con un tono ofendido, mientras apartaba con suavidad un mechón de su cabello pelirrojo.

—No entendí lo que decía.

—Te diré lo que dice. Dice: Te amo —dijo él, acercándola aún más, sus manos firmemente sujetas a su cintura, pero siempre con delicadeza—. Por qué te amo... Y no te ofendas pero te equivocas.

—¿Si? ¿Sobre qué? —susurró ella, sonriendo de lado, intrigada.

—En que estamos caminos separados, no son caminos separados —Hizo una breve pausa, esbozando una media sonrisa que iluminaba su rostro—. Tú eres mi camino y siempre vas hacer mi camino —Murmuró, inclinándose lo suficiente para que sus frentes se tocaran—. Se que hay mil razones por las cuales no podemos estar juntos— soltó un profundo suspiro, cerrando los ojos por un instante—. Pero estoy harto de ellas, estoy harto de todas esas razones. Hay que hacer una elección, bueno ahora te elijo.

Antes de que pudiera continuar, ella lo interrumpió lanzándose hacia él. Lo besó con cuidado, con una ternura que desbordaba amor. No le importaba lo extraño que pudiera parecer besar a un troll, porque para Bridget, él no era un troll. Para ella, siempre sería Jim, el chico del que se había enamorado perdidamente.

—Te voy a seguir —murmuró James, acariciando su mejilla con una ternura infinita—. Te voy a seguir a todas partes, te voy a seguir el resto de mi vida.

—Yo también te amo Jim Lake.

Pudo haberse alejado de sus amigos. Al principio, la idea lo aterraba: temía no volver a ser el mismo Jim que ellos conocieron, temía no poder habitar más en el mundo de los humanos. Sentía un miedo profundo, casi paralizante. Pero, apenas escuchó su voz, todo ese temor se desvaneció. Porque él la conocía, sabía que Bridget seguía viéndolo como siempre. Para ella, no había cambiado; no le temía. Bridget se había enamorado del verdadero Jim, no del cazador, sino de él, tal y como era.

La idea de perderla lo atormentaba día tras día, pero finalmente comprendió que eso no sucedería. Porque ambos se cuidarían mutuamente, se protegerían el uno al otro. Sabían, con certeza, que ninguno permitiría que algo malo le ocurriera al otro.

Y así, Jim encontró una nueva fuerza dentro de sí mismo, una que no provenía de su instinto de cazador, sino del amor que compartía con Bridget. Esta vez no permitiría que nada ni nadie intentara volver a separarlos

—¡También te amamos, Jimbo! —ambos se sobresaltaron al escuchar la voz de Toby—. Estoy un poco cansado de estarte persiguiendo —dijo, recuperando el aliento tras subir las escaleras de emergencia junto con Clara—. ¿Cómo lo encontraste, JR?

La pecosa frunció el ceño, separándose un poco del abrazo de James—. Ahm, bueno, yo...

—Te prometo que te lo explicaré después —le susurró él, soltando un pesado suspiro.

Barbara apareció junto a Strickler y Farah por la puerta de emergencia que daba a la azotea.

—Jim, estamos aquí para ti —mencionó la mujer, con una leve preocupación en su rostro.

Bridget bajó la mirada pensativa antes de girarse y encontrarse con la mueca en el rostro de Jim, evitando su mirada y encogiéndose de hombros.

—Habías estado escapando —concluyó la pecosa, soltando un suspiro—. Jim...

—No digas nada, por favor —pidió él, alzando un poco la mirada—. Solo... me sentía aterrado y empezaba a creer que ya no podría pertenecer a su mundo... o a tu vida, Bree' —confesó, retrocediendo un poco.

Cuando llegó al borde, se sobresaltó al ver aparecer de repente a Blinky y AAARRRGGHH.

—Maese Jim, ¿a dónde va con tanta prisa? —preguntó el de seis ojos.

—¿Ayuda? —murmuró AAARRRGGHH, intentando subir con Kiko sobre su cabeza.

—Parece que hay algo diferente en ti —mencionó Blinky—. Con unos ojos más y más brazos, podríamos ser parientes.

—Troll hermano —añadió el troll de piel gris. Jim sonrió un poco y soltó una risa cuando Kiko se montó sobre él, alzándole ambos pulgares antes de saltar a los brazos de Bridget.

—Dime que soy Blinky.

—Cada vez que te veo, ¿sabes qué veo? —cuestionó su mentor con una sonrisa—. Veo a un campeón, un amigo... un hijo —respondió sinceramente—. Un magnífico hijo —agregó antes de abrazarlo.

Al principio, esto sorprendió un poco al joven, pero pronto una pequeña sonrisa se asomó en su rostro, y no dudó en corresponder el abrazo a quien siempre consideró como su padre.

—Tengo miedo —murmuró el de armadura.

—Santo cielos, ¿y quién no?

—Él va a estar bien —le aseguró Farah a Barbara con una sonrisa. Al observar a su pupila, le regaló un leve guiño. Bridget sonrió, encogiéndose de hombros.

—Eres mitad mejor amigo, mitad nuevo amigo —explicó Clara ante el comentario de Toby, diciéndole a Jim que podría ser un "Nuggat Numy".

—Troll Jimbo —agregó Toby.

La pelirroja se acercó de nuevo al joven y, con una sonrisa, acarició su mejilla, mientras él le devolvía la sonrisa, tomando su mano con cuidado. Finalmente los cuatros amigos se fundieron en un abrazo y al separarse unos aplausos hicieron que se separaran.

—Esplendido, el equipo Cazatroles esta junto de nuevo —apareció Merlín ganándose un gruñido por parte de Kiko—. Sabía que sabrían como resolverlo. Esto ha sido muy conmovedor, a menos a que no planeen  llevar a Gunmar a su muerte, será mejor que nos preparemos —indicó—. Por que como dicen en estos días. ¡La batalla comenzó!.

Mañana probablemente los dos últimos capítulos y daremos finalizada esta historia. Junto al epilogó claro :(

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