22 | GÉMINIS









Miró en silencio los ojos marrones oscuros detrás de dos cristales oscuros propios de sus lentes de sol. Expectante e inmóvil desde el otro lado del escritorio, vistiendo con una sudadera negra y unos pantalones negros militares junto a unas botas. A unos cuantos metros, al lateral del escritorio se encontraba Volkov con los brazos cruzados vistiendo ropa informal que estaba fuera de su uniforme típico de Comisario. A su lado estaba Evans, la directora General con una camisa de botones verde oliva junto a unos pantalones negros de bolsillos a los lados, sus pies estaban cubiertos por las mismas botas que Conway.

—¿Es un trato? —cuestionó Conway, tratando de firmar el acuerdo que habían propuesto Eva en las oficinas de CNI.

Eva asintió con un solo movimiento.—Lo es. Te doy todo tipo de información que tenga sobre The Union, Sons Of Anarchay, y demás. Si vosotros me dais todo lo que llegáis a conocer sobre Albino.

—¿Por qué estás ahora buscando saber sobre tu jefe, Williams? —preguntó Michelle, y la castaña volteó para mirarle.

—Hay algo que me involucra directamente y a Greco por igual; pero quiero saber el por qué. Y no tengo acceso a ese tipo de información, pero vosotros sí.

—Vale, es un hecho entonces. Pero si te sucede algo, nosotros no vamos a estar detrás de ti. —advirtió Michelle hacia Eva, y ella convencida asintió con un leve movimiento. Sabiendo que el CNI no iba a respaldarla si sus superiores se enterasen de lo que ella estaba haciendo a espaldas de Dépayser.

Se movió en su lugar, girando sobre sus talones para dar la media vuelta y salir de la oficina donde estaban reunidos. Pero antes de cruzar la puerta de cristal se detuvo en seco, dándose cuenta de un detalle que había olvidado mencionar; por lo que se giró sobre sí misma para volver a plantar su mirada neutra sobre el semblante severo de Conway a unos metros.

—Por cierto, ¿Habéis encontrado el topo con White?

—Negativo, no hemos visto más movimientos. —respondió Volkov esta vez, por lo que Eva giró su mirada hacia el ruso para mirarle con la misma neutralidad plantada en su rostro. Ante la respuesta del Comisario soltó un corto suspiro incrédulo y su labio se torció hacia un lado, sonriendo con desaprobación.

—Era una trampa por parte de Albino hacia mi con el oficial retirado Sergay.—le respondió. Eva juró que Conway exclamó una interrogante de incredulidad dentro suyo ante aquella información que Eva le acababa por soltar. Pues su rostro no se movió ni se desfiguró, había quedado, literalmente, de piedra.—Ahí tienes a tu topo.

Volvió hacia el frente, empujando las pesadas puerta de cristales para unirse a los extensos pasillos de las oficinas del CNI donde veía a personas de todas las edades, tamaños y etnias caminar de un lado al otro, yendo de un sitio al otro con sus propias misiones y papeleos importantes, los cuales eran sumamente confidenciales y secretos donde le gobierno era el único con el conocimiento sobre las mismas.

Sus pasos se oían como ecos sobre las cerámicas de colores crema, retumbando sonoras sobre la misma. Haciendo que—junto a las voces de las personas a su alrededor, teléfonos de línea sonando y ecos de otras azuelas pisando el suelo a lo lejos—fuese un típico sonido ambiente de película de acción donde acabas de tomar una acción sumamente importante que decidiría el final del film.

Pues Eva había hecho algo bastante similar.

Subió al ascensor en silencio, mientras pulsaba la última planta para salir al exterior donde estaban los garajes. Dos personas más, vestidas de traje, subieron junto con ella. Saludando cordialmente hacia ella, quien les respondió sin ningún tipo de apelación.

Las puertas del elevador se cerraron con lentitud mientras escuchaba, alejada de la realidad, a ambas personas hablar entre sí. No era español, tampoco inglés, era francés. Eva pensó que se trataba de algo confidencial o que ellos no querían que ella se enterase, por lo que hablaban en otro idioma que no era propio; para su mala suerte ella podía entenderlo y hablarlo con fluidez.

No le extrañaba tampoco que hablasen otro idioma, dentro del CNI habían muchas personas con miles de nacionalidades distintas y culturas totalmente adversas entre sí; no era algo de lo cual debería preocuparse ¿O sí?

Las puertas finalmente se abrieron en cuanto el elevador se detuvo en el piso que Eva había pedido, llegando a la planta inferior donde estaba el garaje con unos cuantos coches y vehículos aparcados, propietarios de las personas que estaban dentro del edificio.

Eva salió del ascensor haciendo un movimiento de cabeza leve en señal de despedida hacia las dos personas que estaban en el interior. A sus espaldas continuó escuchando como aquellas dos personas se despedían entre sí, al parecer uno había acabado su jornada de trabajo.

—Adieu. Essayez d'être propre au travail la prochaine fois*. —le dijo uno de ellos. Y Eva frunció el ceño con confusión hacía las palabras que había dicho el rubio de ojos marrones que estaba en el interior del elevador.

Buscó en el bolsillo de sus pantalones deportivos grises sus auriculares inalámbricos, pues estos le permitían poder hablar por teléfono sin tener el mismo pegado a su oreja, pues esto podría provocar un accidente y mucho más en motocicleta.

Tomó su casco negro que reposaba sobre el asiento y se lo colocó sobre la cabeza, abrochando debajo de su mentón para asegurarlo. Subió a su motocicleta blanca, a la cual le había cambiado la patente, miró con desinterés hacia las puertas del elevador antes de encender su motocicleta en el tercer intento.

—Je serai impecable*. —le respondió el restante, y por unos segundo volteó hacia ella para saludarla con una mano. Viendo lentamente como ella se retiraba del parking de motocicletas del edificio.

La frase que había dicho aquel chico de rulos morochos era muy similar a lo que White solía decir; trabajo impecable, intacto, pulcro y sin huellas en el uniforme. Le pareció una respuesta muy extraña por parte de que la persona en forma de despedida.

Pestañó un par de veces tratando de quitarse los pensamientos e incertidumbres que se habían formado en su mente en menos de un segundo, deteniéndose a la par de un coche debido al semáforo en rojo. Observó a su alrededor con curiosidad, mirando las calles repletas de personas caminando de un lado al otro. La luz de las farolas iluminaban todo a su alrededor, eliminando la oscuridad de la gran noche estrellada. Había demasiado movimiento por la ciudad, desde personas caminado a vehículos circulado y no tenía muy entendido si se debía a ser un fin de semana o porque era una hora pico por la noche.

Miró los vehículos a su alrededor con desinterés, incluso observó por los espejos retrovisores de su motocicleta para poder ver quienes estaban detrás de ella esperando el semáforo en rojo. Levantó la vista por encima de su cabeza notando como este comenzaba a cambiar de color a verde, haciendo que la masa de vehículos detenida comenzara a circular nuevamente, dividiéndose en los tres brazos que estaban en su frente. Ella continuó derecho pues debía llegar hacia su departamento que compartía con Jazmín, el cual estaba a unos diez a quince minutos en motocicleta desde su posición. Esto era debido que el CNI estaba prácticamente a las afueras de la ciudad, y Eva para llegar desde un sitio al otro debía cruzar miles de calles distintas con semáforos colocándose en rojo a cada minuto.

Sus auriculares comenzaron a sonar en una llamada entrante por lo que, ella respondió tocando la pantalla de teléfono que estaba sostenida en el tablero aun lado de los relojes de revoluciones y aceleración.

—¿Quién habla?

—Hola Reven, soy Greco. —oyó por sus auriculares y Eva juró casi perder el equilibrio en su motocicleta al escucharlo al otro lado de la línea.—¿Podrías venir un momento a comisaría?

—Eh, claro. En unos minutos estoy ahí. —le respondió y la llamada finalizó.

Reven no sabía porqué Greco requería de su presencia en Comisaria a las nueve y media de la noche. Su turno había finalizado hace una hora y media. Tal vez era algún problema con algún tipo de papeleo o archivos que había hecho por la tarde de casos que se habían dado durante todo el mes y que ella no había tenido tiempo de terminar.

En todo el día no había cruzado caminos ni palabras con Greco en sus horas de servicio. El único momento donde lo vio fue cuando subía a su motocicleta aparcada en el garaje lateral cuando acababa de salir de servicio. Él había notado su presencia mientras subía las escaleras a lo lejos sin embargo no sucedió nada, ella le saludó con amabilidad antes de arrancar su motocicleta y abandonar la comisaria.

Se detuvo nuevamente en otro semáforo, soltando un suspiro frustrado ante la espera. Le molestaba mucho tener que detenerse en cada parada, y más cuando era en cada esquina que ella cruzaba. Echó un vistazo a los espejos retrovisores nuevamente, percibiendo una camioneta negra Ford detenerse detrás de ella. Una moto roja Honda se detuvo al lado derecho de Eva, el conductor llevaba un casco negro al igual que ella. Hizo un ademán como saludo antes de devolver su mirada al frente.

Su intuición, aquella parte que nadie puede controlar racionalmente, le estaba diciendo que algo no andaba bien desde este preciso momento y que tuviese cuidado con lo que había a su alrededor. Que fuese precavida y prestara mucha atención en lo que había a su alrededor, o en consecuencia podría estar en peligro.

El semáforo volvió a colocarse en verde y los vehículos comenzaron a moverse de nuevo, dispersándose entre derecha, izquierda o delante. Eva debía girar hacia la derecha para llegar a la comisaria, sólo le quedaban unas cinco cuadras más.

La camioneta que estaba detrás de ella continuó derecho y la motocicleta a su lado le rebasó, acelerando con rapidez. Lo suficiente para perderle la pista en cuestión de segundos.

Aceleró al igual que la motocicleta roja, apretando el acelerador y haciendo que la Hakuchou rugiera por la acción. Comenzó a cruzar las calles con más prisa, incluso por su acción imprudente se llevaba varios insultos y bocinas por parte de los demás conductores, y no los culpaba, era normal su reacción ante una motocicleta que marcha el doble o triple de lo permitido en ciudad. Llegó a cruzar varios semáforos que se colocaban en rojo, pero quería llegar a la comisaria lo antes posible. Sabía que esto posiblemente llamara la atención de algún policía o llegarían varias multas por inflaciones de tránsito.

El último semáforo de la última cuadra la detuvo. Frenó con tiempo, deteniéndose como era debido mientras más coches comenzaban a acumularse a su alrededor debido al semáforo frente a la calle, el cual estaba permitiendo el paso al lado derecho de circular. Miró a su alrededor con precaución, buscando algo que estuviese fuera de lo normal, sin embargo no encontró nada. Fijó su mirada al frente y la misma camioneta negra acababa por cruzar la calle de lado a lado frente a sus ojos, con lentitud. Enfocó su mirada a unos metros de su lugar, pudiendo percibir el parking delantero de la comisaria donde aquella motocicleta que antes la rebasó estaba aparcada. No podía pedir ayuda ni buscar explicaciones a sus compañeros, no sabía qué tanto esto podría perjudicarla como Géminis.

No estaba fugada de Dépayser, ni menos dejó de aparecer por la organización. Su contacto con ellos se mantenía neutral y sin cambios; lo único que cambió fue el radio. No tenía a un águila mirando cámaras, patentes y números. Si Sagitario estaba ayudando a Albino, ella le habría proporcionado suficiente información a él para saber cómo y por dónde se mueve Géminis, incluyendo qué hacía en todo momento. Posiblemente para encontrar el momento adecuado para acabar con ambos al mismo tiempo.

Eso podría explicar los movimientos raros que estaban ocurriendo a su alrededor, como si sibilinos honrados (eslabón más bajo de Dépayser) estuviesen siguiéndole el rastro, el cual no pueden por el radio.

La señal de alto se colocó en verde por última vez, dándole la oportunidad de avanzar los pocos metros para llegar a comisaria. Los coches a su alrededor circulaban continuando su trayecto y caminos mientras ella continuaba hasta llegar al aparcamiento frontal de la comisaria, a un lado de unas cuantas motocicletas más que estaban aparcadas en su lugar. Bajó de la misma mientras apagaba su motor. Se quitó el casco dela cabeza para dejarlo sobre le asiento reposado. Tomó su teléfono móvil empotrado en el tablero y se quitó los audífonos de las orejas.

Miró hacia la fachada de la comisaria antes de comenzar a caminar hacia la misma, había poca gente caminando por el frente y podía distinguir que dentro del edificio no había muchas personas como suele ser habitual. Al menos eso parecía desde las puertas y ventanales de cristales. Vio a un Agente caminar por el lateral de la comisaría por lo que le saludó con un ademán de cabeza, en silencio y él le devolvió la respuesta del mismo modo. Eva empujó las puertas de cristales hacia el interior, atravesando el umbral hasta acabar parada en medio de la recepción mientras su mirada buscaba al Comisario Greco.

Suspiró inhalando una gran cantidad de aire en un intento por calmarse a sí misma y sus extraños sentimientos. Había algo dentro de ella, en la boca de su estómago se había formado un nudo desde hace varios minutos y con sinceridad no sabía como quitarlo. Sus nervios eran un real enjambre y con exactitud no tenía idea como afrontarlos, y aquello se veía reflejado en sus manos inquietas golpeando su muslo con sus dedos y su pie moviéndose con ansiedad.

El sonido de la puerta abrirse a sus espaldas del llamó la atención así que se volteó sobre sus talones. Su mirada capó al Inspector Dan, quien continuaba llevando aquel pasamontañas sobre la cabeza, resguardando su identidad de las personas y sus compañeros. A excepción de Eva claramente.

Le sonrió en forma de saludo y este la devolvió del mismo modo, sonriendo con amabilidad y sinceridad radiante. Como siempre había sido. El chico del pasamontañas pasó por su lado continuando su camino hacia los vestidores, seguramente habría acabado sus horas de trabajo. Le llamaba la atención que, últimamente, no se encontrara junto a su compañero Gustabo. Siempre estaban juntos, en atracos, patrullajes, asaltos...

Decidió no esperarlo en recepción, pues seguro se encontraba en la oficina principal, el lugar donde Conway pasaba la mayor parte del tiempo con el Comisario Volkov y Michelle, donde discutían sobre el CNI y Asuntos Internos.

Atravesó las puertas azules hacia las escaleras, comenzando a subir por las mismas a dos escalones. Por un intento de llegar mucho más rápido hacia aquella habitación. Caminaba con un paso bastante apresurado, como su buscara correr pero no parecer una desquiciada ansiosa por llegar hacia aquella habitación. Sus ojos enfocaron la puerta de roble con el cristal, reflejando el interior del mismo. Inhaló una gran cantidad de aire antes de expulsarlo lentamente, en un intento por calmarse a sí misma.

Algo dentro de ella sabía que no andaba bien, y tenía las razones para sentir aquellos sentimientos. Los movimientos descarados de Dépayser a su alrededor, como si quisieran que ella supiese que estaban vigilándola con sus propios ojos, asegurándose que no continuaría siendo una extraña escolta blanca de Greco que cubría su espalda a cada momento.

Empujó la puerta hacia el interior, atravesando el marco de la misma hasta acabar dentro de la habitación. En su panorama no había nada, el escritorio a su frente estaba repleto de papeles y archivos que seguramente el comisario estaba supervisando, pero él no se encontraba detrás del mueble. Sin embargo eso cambió hasta que movió su cabeza sobre su hombro hacia la izquierda donde estaban los sillones al fondo de la habitación. El lugar que estaba creado para las reuniones importantes.

—¡Greco! —espetó, casi como si desgarrara su garganta.

El Comisario se encontraba en el suelo, yacido inerte sobre el mismo. No tenía ni idea de qué hacia allí, pareciera que hubiese tenido un desmayo. Estaba a un lado del sofá, la mesa de cristal estaba partida y miles de pedazos estaban esparcidos por su alrededor. Su mirada logró enfocar una figura negra que salía por el gran ventanal de la misma, quien al parecer estaba sentado sobre le borde esperando que alguien encontrara el Comisario.

Su corazón se estrujó contra su pecho y se detuvo en seco, casi como si hubiese tenido un paro cardiaco. Sus ojos se desencajaron por completo, abriéndose tanto como le fuese suficiente. La sensación de ansiedad que llevaba sintiendo desde que llegó a la comisaría se había disipado para darle lugar al miedo y la angustia, cerrando por completo su estómago y garganta, creándose nudos de los cuales sería incapaz de deshacer a la ligera.

Corrió los escasos metros hacia él, viendo como aquella figura se escapaba de la escena del crimen. Tomó el cuerpo de Greco con cuidado, sujetándolo entre sus brazos para quitarlo del suelo donde todo estaba minado de filosos pedazos de cristales. Lo alzó hasta subirlo sobre el sofá con desesperación. Sus manos temblaban de las emociones acumuladas dentro de ella, sus manos tiritaban como si se encontrara en medio del antártico sin nada con lo que amortiguar el frío. Sus ojos se nublaban ante las gotas de lágrimas que comenzaban a acumularse en sus párpados, siéndole cada vez peor poder ver a Greco delante de ella.

El rostro de Greco estaba golpeado, no había sido torturado y dañado gravemente. Tenía u sólo golpe en su sien y parecía demasiado reciente debido al color, y debido a su tamaño dedujo que se trató de un culatazo con un arma pequeña.

Tomó su celular y con el temblor en sus manos llamó a Aries, tratando que ella sea quien aparezca en comisaria con la ambulancia. No iba a llevar a Greco con alguien que no fuesen sus signos hermanos, y mucho menos cuando acababa de ver como una persona vestida de negro desaparecía por la ventana del despacho.



























Hooooola amores, como han estado?

*Agarra na escoba y saca más telarañas*

Fuah, cuánto hace que no actualizo dios santo, perdonen mucho no estar haciéndolo pero el estudio me está buscando matar o no se

También decirles que queda muy MUY POCO P O C O para que el libro termine siksi así que puede que actualice y BUM FINAL
(Puede ser bueno o malo, depende lo humor 👁️👄👁️)

Es espero que les haya gustado este capítulo de ser así no olviden dejar un like o estrellita. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.
Nos vemos.

—Homicidal_Bloody

—Adieu. Essayez d'être propre au travail la prochaine fois = Adiós. Trate de estar limpio en el trabajo la próxima vez.

—Je serai impeccable = Seré impecable.

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