17 | GÉMINIS
Aceleró todo lo que podía. La motocicleta no podía subir más de los 300 km/h. La carretera por la que había ido en dirección a la ciudad con Greco estaba sumamente vacía, un sentimiento de soledad y misterio estaba sembrado a ambos extremos de la carretera silenciosa, donde lo único que se oía era el sonido del motor de aquella motocicleta blanca siendo llevada por el mismísimo diablo.
Géminis sentía que, lo que estaba pasando no iba a terminar bien, el llamado de atención que le había dado Sagitario sobre Escorpio le hizo plantar una espina muy extraña con un sentimiento de angustia en medio del pecho. Sus manos sudaban frío mientras su garganta lentamente iba cerrándose a medida que su mete le repetía las palabras que había dicho Sagitario por el pinganillo.
"—Géminis, ven a Dépayser. Por dios ven, te lo suplico. Se trata de Escorpio."
Las palabras suplicantes de Sagitario le asustaban mucho, y podía sentir una emoción de angustia mezclada con preocupación. No entendía qué es lo que estaba pasando, y por qué tenía que ver con Escorpio; sin embargo iría a Dépayser lo más rápido que la motocicleta le permitiera.
La luna aún se mantenía alzada sobre su cabeza, no había forma que ella bajara. Era como si, de pronto, alguien hubiese detenido el tiempo en Los Santos. Los relojes continuaban funcionando pero el tiempo real estaba estancado, o al menos así parecía ser dentro de la mente de Géminis. Las estrellas brillaban con cuidado, como si tuviesen miedo de aumentar su brillo para no deslumbrar a Eva y provocar que estrellase con su motocicleta. En la mente de ella, todo estaba muy extraño. No comprendía realmente qué es lo que estaba pasando.
Se detuvo, frenando en seco. Derrapó unos cuantos metros sobre la grava del camino de tierra de aquel hangar de aviones abandonado, donde Eva había ido después de revisar el trabajo de los arquitectos y trabajadores sobre el Yellow Jack. Tragó en seco, costándole tragar cuando su mirada había enfocado a más de siete personas vestidos de negro con el uniforme de Dépayser apuntando a su dirección con armas de gran calibre. Vio a Escorpio arrodillado en frente de ellos con los brazos detrás de la nuca, dándole la espalda a Géminis.
—¿Qué...? —emitió Géminis, quitándose el casco de la cabeza para observar a sus compañeros. Bajó de su motocicleta con lentitud, viendo como los cañones de las armas no se movían de su sitio, sin miedo ni pudor.
Dejó el casco sobre el siento de la moto, alzando las manos sobre al aire para mostrarles que no haría nada del otro mundo.
—¿Qué coño hacéis? —cuestionó. Era parte de White y Melpómene, tenía un poco de poder sobre los sibilinos de negro.—Bajad las armas.
—Denegado, Géminis. —detrás de la turbina de avión vieja y deteriorada por el tiempo vio el cuerpo de Albino salir con los brazos unidos detrás de su espalda, con una pequeña sonrisa en su rostro, muy diminuta pero perceptible. Como si tener a un Sibilino descendiente directo de Escorpio de rodillas siendo apuntando por siete personas de negro le enorgulleciera en gran medida.
Caminó rodeando a las siete personas de negro formados en una sola línea, apuntando hacia ella sin ningún tipo de sensación de miedo o pudor en su pulso. Se colocó frente a Escorpio arrodillado en la tierra seca con la mirada clavada en suelo. Albino lo miró por unos cuantos segundos antes de enfocar su vista sobre el cuerpo de Géminis a su frente, continuando con aquella sonrisa retorcida con la que apareció.
A los Sibilinos no les temblaba, realmente parecían unos soldados de carne de Albino. El mismo que era ella. El mismo que era Escorpio. El mismo que era Aries. El mismo que era Sagitario. Todos eran sus soldaditos de carne que podían controlar y manejar con los hilos entre sus dedos.
Pero había algo en Géminis. Su hilo estaba roto. Por más que tratara de enmendarlo y arreglarlo para poder tener al títere entre sus manos, se rompía de nuevo, no era lo mismo. Y ese era el problema de Albino, no podía controlar a Géminis. Ella misma manejaba la información, los movimientos silenciosos, esos que no se ven y se transmiten en el aire a través de las voces. Ella lo sabía todo y Albino sabía que Eva, tarde o temprano iba a saber lo que él no quiere, y como consecuencia él podía morir en sus manos. No podía contener a Géminis en su molde, por más Sibilino, White y Melpómene que fuese.
Eva controlaba su propio hilo sin darse cuenta, y estaba atándolo a Greco sin saberlo tampoco. Y ese era otro problema de Albino, que estuviese juntándose de nuevo con el primogénito Rodríguez. Albino hizo todo lo posible por tratar de eliminar información sobre ella en la vida de Greco y viceversa. Resultó útil. Funcionó durante muchos años, desde que metió a Eva debajo del paraguas de Dépayser y la sacó de Los Santos.
Ahora, aquello que él había manipulado. Esa información que él había alterado en las vidas de ambos, estaba siendo destapada, lentamente Eva estaba quitándole la tapadera falsa a todo lo que había sucedido hace varios años atrás cuando era una niña. Al final estaba resultando en vano tratar de controlar a Géminis, ella movía la información, si continuaba por el mismo camino en el que estaba yendo; iba a descubrirlo todo.
—¿No sabes lo que pasó, Géminis? —le cuestionó con un tono vacilante. Géminis le clavó los ojos como dos estacas sobre los de él, como si tratara de matarlo con la mirada.—Escorpio metió la nariz donde no debe, ¿Verdad?
—¿De qué habla? —volvió a interrogar, frunciendo el ceño con extrañeza. Realmente no sabía a qué estaba refiriéndose Albino.
Albino soltó una risa, que retumbó en el desolado y abandonado lugar. Siendo arrastrado por el viento desértico del norte, llevando lejos su tétrica sonrisa. Se volteó sobre sus talones, y comenzó a caminar hacia sus soldados de negro. Atravesó la fila hasta quedar detrás de ellos, con los brazos aún detrás de su espalda sin abandonar su semblante vacilante y victorioso.
—Tomadla. —ordenó Albino.
Géminis sintió unas manos tomarlas con fuerza desde la espalda, sin embargo al instante se zafó tomándolo por el brazo e inclinándose hacia adelante para hacer que, la persona que estaba en su espalda, pasara por encima de ella y acabara en el suelo. Al instante sacó un arma del estuche de su pierna, apuntó directo a su frente sin ninguna pizca de emoción en ella. Entonces, la punta del cañón de un arma rosó su nuca y suspiró con lentitud llenando sus pulmones de aire. Quitó el arma del punto de mira del sujeto de negro en el suelo a su frente.
Al instante tomaron sus manos y le colocaron un par de grilletes, esposándola. También la despojaron de todas las armas que llegara a llevar encima, dejándola sin nada con lo que defenderse. La obligaron a caminar hasta la turbina de avión a su lado, atándola allí con otro par de grilletes como si de un animal salvaje y peligroso se tratara. Estaba a unos metros de Escorpio, y este no se atrevía a mirar hacia arriba y Géminis sabía la razón.
Francisco le había prometido a su madre cuidar el nombre de Escorpio hasta el final, dándolo todo hasta que llegase el nuevo sucesor que portaría el apodo de Escorpio. Su madre siempre quiso un nieto del cual presumir, como lo hizo ella con él, pero la vida le fue injusta y falleció cuando él tenía quince años. Había muerto de un cáncer pulmonar.
Sabía que Escorpio estaba devastado. Sabía que dentro de él estaba gritando y sollozando, por más que, en el exterior no pareciera estarlo. No se atrevía mirar los ojos de las personas que estaban encañonándolo. Y mucho menos de Albino, quien estaba conspirando contra su mejor amiga a la cual estaba tratando de ayudar de algún modo. Sin saber que, por accidente, metería la nariz en el cajón equivocado. Se había enterado de algo que Albino no quería y él se había enterado del espionaje. Por lo que, inmediatamente lo tomó y llamó a la gran parte de Dépayser para asesinarlo, pues, aquello se consideraba traición y deslealtad. Él no tenía acceso a ese tipo de información y haberla encontrado sin ningún tipo de autorización y, a espaldas de sus superiores, era el acto más desleal y traicionero que podías llegar a hacer hacia la organización.
—¡No tienes el derecho de matar a un descendiente directo! —espetó Géminis, sintiendo su corazón colgar de un ligero y débil hilo desde sus manos. Hacía lo posible por quitarse los grilletes de las muñecas, forcejeando como podía.
—Correcto. Pero este papel firmado y autorizado por Apus dice lo contrario. —le respondió, alzando su mano al aire con un papel enrollado en forma de cilindro con una cinta roja sosteniéndolo. Lo tomó entre sus dos manos y le quitó el listón para poder abrir el papel con apariencia dura. Aclaró su garganta antes de comenzar a leer en voz alta para que todos a su alrededor pudiesen escucharlo:.—En el día de hoy, Martes 7 de Enero, se autoriza el asesinato a sangre fría al Sibilino Francisco Duarte descendiente directo de Jacob Trench, primer Sibilino Escorpiano de la organización. Escorpio, generación T, es acusado de alta traición y deslealtad a Dépayser, a Albino, sus ideales, su nombre y su descendencia. Muchas gracias por sus años de aportación a la organización, sus hallazgos, y sus logros. Hoy finaliza el camino de Trench a manos de sus compañeros, en presencia de sus seres más cercanos. Firmado, Apus."
Las lágrimas de Géminis estaba esparcidas por todo su rostro, sollozando en silencio mientras trataba de quitarse los grilletes de algún modo. Aunque, muy dentro de ella sabía que era una acción inútil y estúpida, no habría forma de quitarse las esposas sin la llave. Miró por unos segundos sus muñecas, notando las heridas superficiales que estaba generando debido a sus movimientos, había incluso cortado sus guantes blancos debido a la fricción que estaba haciendo. Pero no era algo que a ella realmente le importara.
—¡Fran, ne me laisse pas ici*! —espetó Géminis, con fuerza. Sabía que las únicas personas que hablaban francés dentro de Dépayser eran Escorpio, Eva y Aries.
Escorpio alzó la vista, enfocándola en Eva. Sus ojos estaban arrepentidos, llenos de lágrimas acumuladas en sus párpados que no se atrevían a ser derramadas delante de todos. La imagen aquella destruyó por completo a Eva, le dolió tanto que soltó un gritó desde su garganta. Sintiendo aquella misma sensación de dolor cuando había perdidos a sus padres y le obligaron abandonar todo lo que ella tenía.
Escorpio le sonrió, intensamente, con fuerza. Regalándole la mayor sonrisa y la más grande que poseía dentro de su interior. Cerrando los ojos al mismo tiempo, soltando las miles de lágrimas acumuladas en sus párpados, dejando grandes caminos de agua por su rostro.
—¡En posición!
Las armas encañonadas se oyeron, preparándose y apuntando directamente al cuerpo de Francisco vestido de negro y rojo. Simbolizando la unidad Bullet.
—Je ne vous quitterai pas, je serai toujours avec vous.* —le respondió, con su voz siendo sostenida por un fino y tambaleante hilo. Eva soltó un sollozo sonoro que llegó a los cuerpos de cada uno de los chicos vestidos de negro, sintiendo aquellas emociones de dolor y tristeza. No tenían ni idea de lo doloroso que podía llegar a ser estar en esta situación, pero eran testigo de ello y aún así dolia.
—Fran, por favor. —masculló Eva, como si le suplicara que no la dejara en este planeta podrido con gente como Albino. No quería negarse a abandonarlo de esta forma.
—Dites la vérité à Greco, Eva.* —le dijo.
—¡Fuego!
Oyó el sollozo y el grito adolorido de Sagitario a través de pinganillo, sabía que estaba viéndolo todo desde un punto. Obligándole a erizar los pelos de su cuerpo.
Los oídos de Eva captaron el sonido de las armas disparar sin piedad hacia el cuerpo de Escorpio. Sus ojos estaban desencajados y su rostro estaba espantado, viendo como el cuerpo de su mejor amigo caía inerte sobre el suelo terroso como un saco de papas. La piel de Eva se palideció por completo mientras sus ojos no podían apartar la mirada del cuerpo fallecido del quien fue su compañero toda la vida, quien fue su hombro en el cual apoyarse, quien sabía dónde encontrarla, sabía cómo llegar a ella, sabía qué decirle en los momentos de ceguera. Ahora no lo tenía. Todo su cuerpo estaba repleto de balas, agujeros y la sangre no tardó ni un segundo para comenzar a brotar desde los agujeros.
Eva soltó un grito desgarrador, doloroso que retumbó con brutalidad por el lugar. Mientras hacía mucha más fuerza por quitarse los grilletes de las muñecas, lastimándose aún más. Quería quitarse las esposas de las muñecas y asesinar a cada uno de ellos de forma despiadada, quería matarlos a todos y luego acabaría con su propia vida. Pero primero limpiaría la basura existente dentro de Dépayser.
—Dormidla.
Eva sintió un pinchazo seco sobre su brazo derecho. Fijó su mirada en el mismo y notó un dardo de cola verde en el sitio. Era un tranquilizante. La devolvió hacia Albino, y este caminaba hacia ella con las manos detrás de su espalda con parsimonia.
—Esto te sucederá a ti si continúas con tus mierdas, Géminis. —le respondió con seriedad y molestia en su voz.
Los parpados de Eva se hicieron pesados, comenzaba a costarle mucho poder mantenerse despierta y era producto del tranquilizante que le habían lanzado. Su cabeza le tambaleaba de lado a lado ligeramente, mientras miraba a Albino a unos centímetros de ella. Sus piernas comenzaron a flaquear, sin el poder para sostener su cuerpo de pie. Cayó de rodillas, con la fuerza suficiente como para lastimarse severamente. Su espalda estrelló contra la turbina del avión con sus manos aún esposadas en el mismo. Finalmente, cayendo inconsciente.
—Quitadle las esposas. —ordenó Albino y se volteó sobre sus talones para observar el cuerpo acribillado de Escorpio sobre el suelo, siendo rodeado por un gran charco de sangre debajo de él.—Enterradlo lejos, donde Géminis no lo encuentre.
Hoooola como están? Wbdjsskld
No me fusilen por haber matado a Fran sbsjaksl 😔👊 tenía que hacerlo, de este modo Eva va a estar bajo presión 😎👀
Vaya a saber uno qué es lo que vio Fran para que Albino lo mate. Tiene que ver con Eva, ¿Pero qué fue exactamente? 👀
Espero que les haya gustado este capítulo. De ser así no olviden dejar una estrellita o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo. ❤️✨
—Ne me laisse pas ici = No me dejes aquí.
—Je ne vous quitterai pas, je serai toujours avec vous = No te dejare, siempre estaré contigo.
—Dites la vérité à Greco, Eva = dile la verdad a Greco, Eva.
Nos vemos.
—Homicidal_Bloody
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