16 | GÉMINIS












La noche estaba muy oscura, hacía un calor abrasador mientras las estrellas iluminaban el espeso manto negro sobre la ciudad. La luna se posaba elegante sobre el mismo, decorando con su gran belleza redonda y blanca el cielo nocturno. Su luz tenue y delicada del color de la pureza transmitía una extraña sensación de tranquilidad y armonía a las personas, aunque se viese opacada por las luces de las farolas y los edificios colindantes. Las personas que tenían el privilegio de apreciar su hermosa luz debían estar en la oscura absoluta, y la Luna se encargaría de iluminar el alrededor.

Géminis observó incrédula, como si realmente no creyera lo que sus ojos estaban viendo a unos metros de ella. Le parecía el mayor chiste y falta de respeto que había visto en mucho tiempo, incluso podía decir que le parecía desde ridículo a sin sentido.

Pestañeó un par de veces antes de soltar un gran y sonoro suspiro, avanzando unos pasos sobre el techo donde se encontraba el cuerpo de Greco contra el bordillo de aquella vieja casa en medio de Pueblo Loco. Se colocó de cuclillas con su pistola en su mano derecha, a un lado de Greco quien dormía placido en el lugar. Abrazado a sí mismo como si pasase frío. Parecía un pequeño pichón de ave en medio de la intemperie que perdió a su madre y estuviese extraviado en medio de la vida.

Observó atenta las ojeras que poseía el rostro desgastado y cansado de Greco, sabía que debido a los últimos días se ha sentido asediado y perseguido la mayor parte del tiempo, tanto que consideraba peligroso estar en su propia casa. A pesar de que Géminis le dijera que estaba a su alrededor, viéndole en silencio desde la lejanía; él continuaba sin confiar del todo de aquellas palabras, le sonaban vacía e incluso surrealistas. Le era complicado entender que aquello que decía Géminis fuese exactamente así, algo le decía que ella no estaría siempre viéndole desde lejos.

Observó que Greco tenía la pistola a un lado suyo, a su alcance. Acercó en silencio y con cuidado la mano hasta aquella arma a unos cuantos centímetros de su cuerpo hasta tomarla y alejarla de él con cuidado y sutileza. Miraba con suma atención y precaución el rostro de Greco, tratando que él no se diese cuenta que alguien estaba a su lado quitándole la única arma con la que él podía defenderse.

La alejó por completo, colocándola en su cinturón detrás de su espalda. Se alejó con pasos hacia atrás, tratando no hacer ruido con la arenilla y grava que había sobre el techo de aquella casa vieja donde se encontraba Greco durmiendo. Le hacía sentir demasiado mal que él estuviese en aquellas condiciones, tan alejado de la civilización y viendo ella misma como el estado de Greco y su vida comenzaba a verse afectada en gran medida.

Caminó hasta el bordillo donde se sentó observando hacia el horizonte, viendo en silencio a unos metros de Greco las estrellas sobre su cabeza con la Luna iluminándole con orgullo y amabilidad. Como si agradeciera que estuviese cuidándole la espalda a Greco. Notaba el silencio que había en aquel sitio mientras el viento ligero y caliente golpeaba su cuerpo al borde de aquella casa. A los lejos podías notar las luces de los vehículos de la carretera que llevaba hacia Los Santos.

pss. No hay nada alrededor. —la voz de Sagitario se oyó desde el pinganillo. Y Géminis sonrió con gratitud al escucharla.

—Gracias por apoyarme, Sagis. —le respondió Géminis, en susurro. Realmente Géminis estaba sola en esto de cuidar a Greco, era una misión ilegal que no era notificada a ningún superior, lo que Eva estaba haciendo era tan grave que podrían matarla y desterrarla de Dépayser acabando con la línea de descendencia directa.

pss. Que se vaya a tomar por culo. —volvió a escuchar la voz de Raquel por el pinganillo y Géminis sonrió mientras fijaba su mirada hacia el suelo debajo de sus pies.

—¿Puedes localizarme algún sitio vacío en el cual nadie pueda encontrar a Greco?

pss. Cuanto más movimiento, más ojos, menos posibilidad.

Géminis sonrió ensanchando los labios hasta marcar sus hoyuelos, entendiendo perfectamente a lo que estaba refiriéndose Sagitario. Ella controlaba el movimiento, y estaba diciéndole indirectamente que, lo llevara a un lugar donde la cantidad de ojos y movimiento sea mayor a los ojos que tenía Greco en la espalda. Debía llevarlo al centro de la ciudad donde todos pudiesen saber en qué sitio estaba ubicado el comisario, aunque trataran de seguirlo o secuestrarlo, la gente a su alrededor lo notaría. Incluido Sagitario con su control sobre la tecnología, viendo cada cámara y siguiéndole el rastro a Greco.

Ahora mismo el sitio donde se encontraba el castaño era sumamente peligroso aunque él creyera lo contrario. Estaba solo, dormido sobre un techo de una casa abandonada en medio del Norte. Cualquier persona podía aparecer en la zona y matarlo de un solo disparo sin que él se diese cuenta, ni siquiera necesitaban seguirlo o ubicarse para abatirlo. Era el blanco más perfecto y fácil de matar que había visto en tanto tiempo.

Si Géminis quería que Greco estuviese con vida debería, primero, golpearlo por la ridícula idea de estar en este sitio y luego aconsejarle buscar el edificio y departamento más repleto y rodeado de personas que encontrara en todos Los Santos. Géminis no podía estar todo el tiempo detrás de él como encubierta, debía estar bajo el nombre de Reven en comisaría y esa era la parte de protegerlo sin que se diese cuenta. Por lo que, ella se enteraba de lo que sucedía con Greco debido a Sagitario siguiéndole la pista desde cerca e informando a Reven por radio cada vez que el comisario se movía, para mantenerla al día.

—¿Qué cojones...?

Géminis giró su rostro hacia el cuerpo de Greco a unos pasos de ella. Este le observó exaltado y asustado, mientras palpaba a su lado buscando su pistola la cual no encontró en ningún momento. Eva se giró sobre su asiento para levantarse y quedar parada frente a él con los brazos detrás de su espalda, mirándole con seriedad. Greco soltó un suspiro de alivio al notar que se trataba de Géminis por lo que dejó caer su espalda contra el bordillo, calmándose a sí mismo.

—Joder, eres tú. Qué puto susto.

—Estoy sentada aquí hace diez minutos. ¿Qué mierda haces aquí arriba? ¿Buscas que te maten o qué coño tienes en la cabeza? —le dijo, con un tono enfadado mientras sacaba el arma de su espalda y se la lanzaba para que Greco la atrapara en el vuelo.—Si crees que este sitio es perfecto para que no te encuentren déjame decirte que, literalmente eres el blanco más fácil que he visto en toda mi vida.

—¿Qué coño esperas que haga? Me están siguiendo y viendo la espalda todo el puto día, ni sé qué coño hacer. Ni siquiera mi casa es un lugar seguro, no tengo más opciones. —le respondió demandante, levantándose del suelo y limpiando su ropa llena de arenilla y grava debido al tejado.

—¿No tienes más opciones? —le cuestionó Géminis, caminando unos cuantos pasos hasta quedar a un brazo de distancia. Observándole directo a los ojos, con neutralidad y enfado al mismo tiempo. Eva no estaba enfadada con él, estaba preocupada.—Soy tu opción, Greco. Estoy para cuidarte el culo, sé dónde estás en cada momento. Este sitio no es un lugar donde puedes dormir, idiota.

—¿Eres mi opción? ¿Cómo cojones quieres que confíe en ti si no sé nada? Lo único que tengo de ti es tu apodo, que has atracado un banco, y te has movido por el norte. Y luego un día te apareces en mi habitación de hospital diciendo que vas a cuidarme la espalda porque te han mandado a cuidarme. ¿Cómo quieres que confíe en ti si hasta el aire me quiere ver muerto? —soltó Greco con prepotencia. Y era cierto lo que él decía, como pretendía que Géminis confíe en sus palabras cuando personas estaban buscando matarlo en cualquier oportunidad que encontrara. No sabía si podía confiar en ella y dejar que su vida estuviese en sus manos.

Géminis avanzó un solo paso, acercándose a él como si buscara intimidarlo de alguna manera pero aquello no parecía funcionar en Greco, este parecía escanearla buscando alguna pista que le dijese quién era la persona que tenía delante de él; pero continuaba sin tener resultados. Estaban bien cubierta sin que se le escapara un solo pelo.

pss. Encontré un sitio. Te mandaré ubicación por el móvil.

Géminis retrocedió los pasos al escuchar la voz de Sagitario por el pinganillo, con los ojos clavados en los marrones de Greco; quien le siguió la mirada antes de que ella le diese la espalda y colocase su mano derecha sobre el pinganillo para habilitar el micrófono.

—10-4, gracias.

—¿Sabes códigos de la policía? —le preguntó Greco, y Géminis se volteó sobre sus talones al notar la mirada confundida y dudosa del castaño sobre su persona. No era la primera vez que ella mostraba conocimiento sobre la policía, parecía que ella pertenece o pertenecía al CNP de alguna manera debido a su conocimiento, que aunque fuera poco lo que ella demostraba, era suficiente para que Greco trabajara en buscar la persona que estaba detrás del pasamontañas y uniforme blanco.

—Correcto. Tengo buen conocimiento sobre la policía. —le respondió, y Greco frunció el ceño dudando. ¿Ella estaba dándole pistas de quién era fuera del nombre de Géminis? ¿Por qué lo haría? —Tengo un lugar donde puedes quedarte y te aseguro que nadie va a tocarte en ese lugar.

Géminis se volteó sobre sus talones y comenzó a caminar hacia una esquina de aquella casa, se arrodilló sentándose sobre el bordillo y se escuchó sus pies aterrizar sobre un contenedor de basura por el cual él había subido también, y el cual posiblemente ella había usado para terminar sobre el tejado. Greco dudó unos cuantos segundos antes de seguirle los pasos, una parte de él continuaba con la duda sobre Géminis, mientras otra parte de él estaba diciéndole que ella jamás lo traicionaría y que, siempre estaría alrededor suyo cuando lo necesitara.

Cayó sobre el contenedor viejo y oxidado de color verde, cerrado para evitar que cualquier animal se metiese en su interior. Vio una Hakuchou blanca aparcada en la parte trasera de la casa vecina. Ella se colocó un casco del mismo color mientras encendía el vehículo y se oía el sonido de su motor rugir con adrenalina. Géminis volteó su mirada hacia él antes de lanzarle un casco negro para que él lo atrapara en el aire, al igual que su pistola.

—Vámonos. —le ordenó, y Greco se auto convenció a si mismo mientras se colocaba el casco negro sobre su cabeza y veía la matrícula de la motocicleta, tratando de memorizar las letras y números para después buscarla para saber la identidad de ella, aunque cabía la posibilidad de ser robada.

Subió detrás de ella mientras se repetía el número de la matrícula y números mentalmente, memorizando. Le vio tocar sobre el cristal de aquellos relojes de aceleración y millas, viendo que estaba ubicando el GPS hacia la ciudad. La motocicleta aceleró bruscamente, saliendo expulsada del lugar mientras se unía a la carretera casi al instante. Acelerando todavía más rápido, obligando a Greco sujetarse de Géminis ante la sensación de salir volando a casi 300km/h.

Eva trató de no carcajear por la acción imprevista de Greco sujetándose con fuerza de su cintura, también debido a las cosquillas que estaba sintiendo debido al agarre.

—¡Mira, me cago en todos tus muertos, Géminis! —le gritó Greco desde atrás por lo que Géminis hizo todo lo posible por tragarse su carcajada. Al parecer se había asustado ante lo brusco que había acelerado al tomar la carretera rumbo a la ciudad.

—¡Cagón!

—¡Cagón una polla!

Géminis soltó la carcajada, no pudo contenerlo más y finalmente rio con fuerza mientras que Greco trataba de no insultarla en cinco idiomas distintos debido al enfadado. Pero aquel enojo le duró poco al escuchar como la chica de blanco reía con fuerza ante su reacción y gritos enfadados. Sintió como si su corazón se detuviese por unos escasos segundos y una sensación de satisfacción y un sentimiento extraño que el describía algo similar al aprecio y cariño; se plantaba en medio de su pecho. Por alguna razón le había gustado escuchar a Géminis carcajear con fuerza por su culpa.

Su risa había cesado pero la sonrisa prevaleció en su lugar durante mucho tiempo. Hacía tiempo que no soltaba carcajadas de esta magnitud. Y le causó una sensación de añoranza y su mente le invadió con miles de recuerdos de su infancia con Greco, donde ambos eran unos niños risueños que reían de todo lo que había a su alrededor.

El resto del viaje fue silencioso, no era incómodo el silencio que había entre los dos. Era de aquellos que disfrutas cuando estás cerca de una persona que crees adecuada para estar en compañía sin necesidad de interactuar entre sí. Greco no podía explicar la sensación de calidez y tranquilidad que sentía estando en aquella motocicleta junto a Géminis, no era alguien que él conociera pero pareciese que lo hacía desde toda la vida. Como si su corazón conociera la verdad detrás de la máscara blanca y la respuesta a sus sensaciones de paz y tranquilidad se debían a eso. A Greco le desconcertaba aquellas impresiones porque no las comprendía. Entendería que viniesen por parte de Louis, Vega, y Gonzáles pero no entendía por qué las sentía también con Géminis.

Tardaron un par de segundos hasta que finalmente llegaron a la ciudad de Los Santos. Géminis escuchaba la voz de Sagitario a través de pinganillo contándole lo que había a su alrededor, atenta a cualquier movimiento extraño que llegase a encontrar con respecto a Eva y Greco en la ciudad. Nadie podía decirle nada sobre el pasamontañas blanco que tenía sobre su cabeza debido al casco de motocicleta que le cubría perfectamente y evitaba que las personas pudiesen ver que ella iba enmascarada.

Greco observaba a su alrededor notando que Géminis estaban dirigiéndose hacia el centro de la ciudad, no sabía exactamente dónde estaba llevándolo y aquello le intrigaba por completo al mismo tiempo que le desconcertaba. Aunque le dijese que confiara en ella, había una diminuta espina clavada que desconfiaba sobre Géminis a pesar de que gran parte de Greco confiara en la chica de blanco. Algo había en ella que le transmitía la realidad, que—aunque fuesen palabras—ella decía la verdad, y no iba a decepcionarlo.

La motocicleta se detuvo en el parking exclusivo de motos, y apagó su motor. Greco bajó del asiento mientras observaba a su alrededor con curiosidad y extrañeza al mismo tiempo que Géminis bajaba de su vehículo con un sentimiento de enfado y preocupación al mismo tiempo.

Sagitario le había enviado la ubicación. El lugar más seguro de Los Santos. Y estaba justo al frente de su departamento.

—Coño, pero si aquí vive Reven. —comentó Greco, girando sobre sus talones para ver el monstruoso edificio donde Reven Ge vivía y donde había ido un día a entregarle un anillo que ella había perdido. El cual Géminis llevaba puesto y el castaño no había notado por los milagros de la misma vida.

—¿La Inspectora transferida de Detroit? —le preguntó, quitándole importancia al dato mientras levantaba la vista hacia la punta del edificio a su frente. El cual Sagitario le había enviado.

Greco se volteó sobre sus talones desconcertado. Viendo como la chica de blanco miraba la infraestructura a su frente, como si dudara de lo que tenía enfrente y estuviese pensando al respecto. No se había quitado el casco de la cabeza, y Greco supuso que no lo haría hasta que ingresara al edificio pues corría el riesgo que alguien llamara a la policía, debido a estar enmascarada.

—¿Qué tal dentro?

—¿Qué?

Géminis se giró para mirarlo, con incredulidad. Al parecer Greco no se había enterado que ella estaba en constante contacto con una persona a través del pinganillo. Le restó importancia antes de comenzar a caminar hacia la entrada de aquella edificación.

Greco le siguió las pisadas de cerca mientras se quitaba el casco de la cabeza para dejarlo debajo de su axila, mirando cada parte de la calle. Notando el gran grado de personas caminando a cada lado de la calle, ya entendía por qué lo había traído al sitio. Este lugar era el más movilizado de la ciudad y por tanto siempre había personas rondando por el lugar; si le llegase a suceder algo, llamarían a la policía o Géminis se enteraría al instante.

pss. Está limpio. Puedes entrar.

Eva atravesó al umbral de puertas transparentes, empujando con fuerza hacia dentro debido a su gran peso. Viendo lo grande e inmenso que era su interior, notando lo costoso que parecía ser cada cosa que había en el sitio, incluido la baldosa de color crema que estaba pisando. Su impresión era digna de una fotografía la cual luego colgar en un museo de exhibición. Géminis notó esa reacción por parte del castaño por lo que arqueó una ceja con vacilo mientras soltaba una diminuta risa debido a lo gracioso que se veía. Su mirada se pasó por cada rincón de aquella recepción donde solo podía enfocar un ascensor en medio del sitio con escaleras a los lados, con unos sofás, sillones y decoración minimalista por su alrededor.

Géminis comenzó a buscar con la mirada las cámaras que deberían estar colocadas estratégicamente a su alrededor. Por lo general suelen enfocar la entrada, las escaleras y el ascensor por lo que debía buscarla para corroborar que Sagitario había tomado el control de las mismas para evitar que alguien externo supiese donde se encontraba Géminis y Greco.

pss. Las tengo a todas. Sube al piso siete, habitación 778.

—¿Cómo funcionan las llaves? —preguntó Géminis mientras avanzaba hacia el ascensor del medio con Greco detrás de ella, viendo todo a su alrededor con curiosidad.

Se metió al elevador y observó que ella presionaba el número siete y las puertas entonces se cerraron. Espió por el rabillo del ojo a la chica vestida de blanco, viendo como esta se recargaba contra la pared de aluminio del ascensor, esperando que los subiese hasta la séptima planta.

—pss. Usan tarjetas de ID. Logré debilitar una de esas en el sistema, por unos días dudo que se den cuenta del fallo.

—10-4.

—¿Me puedes decir qué coño hacemos aquí?

—Este es el lugar más seguro de la ciudad. La única forma que entren a buscarte es debilitando la seguridad del sistema y hackeando las claves de las puertas. —le explicó Géminis, soltando un suspiro mientras desviaba la mirada a sus pies cruzados entre sí. Viendo sus botas negras un poco sucias debido a la tierra del norte.—No se esperan nunca que estés en un sitio como este, seguirte el rastro ahora es complicado. Borré un par de huellas tuyas, te perderán el rastro.

—¿Cómo estás tan segura?

Géminis giró su rostro hacia él, viéndole dudoso ante lo que ella afirmaba. No lo culpaba, sabía que él aún tenía muchas preguntas y dudas sobre todo lo que Géminis estaba haciendo alrededor de él, y obviamente desconfiaría de aquellas supuestas huellas borradas.

—Por dos cosas; porque si te estuviesen siguiendo desde el norte ya te hubiesen metido un puto tiro antes de que llegara. Y porque me encargué con Sagitario de debilitar cada cámara de la ciudad para que no vean tus movimientos. Porque me aseguré con ella que nadie nos estaba siguiendo. —le explicó Géminis con neutralidad, teniendo una voz más profunda de lo habitual. Greco notó el cambio pero aún así no le intimidó ni generó algún sentimiento similar, solo le veía en silencio.—Ahora, las cámaras de este sitio están manipuladas por Sagitario. Puedes sacarte la polla aquí y nadie se dará cuenta... bueno, más o menos

pss. Se llega a sacar la polla cuando estoy viéndole y tu juro que mando a Leo a cortarle la yugular, desgraciada.

El sonido característico del ascensor anunciando su parada en el séptimo piso, llamó la atención de ambos individuos. Las puertas metálicas se abrieron de par en par para dejarlos salir del elevador. Géminis buscaba con la mirada el número que Sagitario le había dicho que podía utilizar Greco para hospedarse sin que nadie se enterase de su lugar. El castaño le seguía de cerca, mirando los números que estaban sobre las puertas blancas que iban en aumento a medida que avanzaban.

Géminis se detuvo frente a una puerta, y Greco le miró expectante unos pasos detrás de ella.

Empujó la puerta con cuidado y esta se abrió, pues parecía que estaba arrimada y no cerrada, debido a Sagitario que había abierto la puerta. Eva se giró hacia Greco en su espalda estirando su brazo hacia el interior del departamento aquel, invitándolo a entrar.

—Esto es Invasión a la Propiedad Privada.

—¿Te vas a poner modo policía teniendo una bala a dos metros de tu jodida nuca, Greco? —le cuestionó Géminis, incrédula.—Entra de una vez antes de que te golpee.

Greco dudó unos cuantos segundos antes de animarse a sí mismo avanzar, atravesando el umbral de la puerta hacia el interior del departamento. Miró cada rincón del mismo, notando que llevaba un estilo minimalista masculino de colores negros, blancos y unas pizcas de rojo en detalles.

—Me cago en la puta pero si parece un departamento para un famoso. —comentó Greco, asombrado por la decoración y el entorno del departamento.

Se volteó sobre sus talones notando el cuerpo de Géminis recargado contra el marco de la puerta con los brazos cruzados. Géminis no le respondió, solo hizo un pequeño ademán hacia un lado, como si le diese la razón.

Y la tenía. Tienen a mayor seguridad y control sobre este edificio debido a ser conocido por alojar gente de gran status o prestigio. No era para nada una coincidencia la gran seguridad que tenía el edifico como para que Géminis y Sagitario decidieran colocar a Greco en este lugar, sabían que infiltrarse en este lugar iba a ser complicado a menos que sepas sabotearlo.

—Espera...

—Bueno, me retiro. —le anunció Géminis, interrumpiendo lo que Greco estaba por reprocharle. Se separó del marco y tomó el pomo plateado de la puerta.—Espero que te sientas tranquilo aquí, y descansa Greco. Esas ojeras me preocupan.

¿Le preocupan?

—Vale, gracias. —fue lo único que logró emitir Greco. Géminis asintió con delicadeza la cabeza, con una sonrisa amable detrás del cubrebocas, no podía apreciarla pero él sabía que estaba sonriéndole.

—Estoy a tu alrededor. —le anunció antes de cerrar la puerta con cuidado dejando a Greco dentro del departamento, quien se quedó unos contados segundos observando la puerta que había cerrado Géminis.

Desvió la mirada hacia el gran ventanal a su frente con vistas hacia los edificios de la ciudad, caminó unos cuantos pasos para acercarse y apreciar el bello paisaje a su frente. Los edificios colindantes, las luces de las farolas de la calle iluminando el camino de las personas que paseaban por la noche a ambos lados de la calle, los coches circulando por igual que los transeúntes. El sonido urbano de la ciudad se oía como un eco en sus oídos mientras desviaba la mirada hacia el cielo oscuro repleto de estrellas como puntos blancos, con una Luna gigante y redonda sobre el cielo haciendo su bello acto de presencia.

Bajó la mirada hacia la calle debajo, viendo a Géminis salir al exterior. Corriendo hacia su motocicleta con mucha prisa, como si estuviese muy apurada y hubiese sucedido algo. Así lucia estarlo, y tan solo ver lo inquieta que parecía estar le preocupó y extrañó al mismo tiempo. Géminis subió a su motocicleta con la misma prisa mientras la encendía, aquello le hizo dudar de lo que sucedía con ella. Algo le decía que había sucedido algo con Géminis pero exactamente no sabía qué.

Vio a la Hakuchou blanca salir acelerando hacia el lado contrario al que habían llegado, uniéndose a la calle al instante. Mezclándose con los coches que circulaban, esquivando a cada uno de ellos para llegar mucho más rápido hacia su destino; perdiéndose de la vista preocupada de Greco sobre ella.



















Se viene EFE en el siguiente capítulo 😎 kdjsoaklsls

Hoola cómo estaaaan? 👁️👄👁️Perdoooon no estar actualizando ando con los estudios hasta la verga me tiene podrida sldjslks

Tomen un bonito icono que hice de karchez uwu skdjslma ❤️❤️

yo no entiendo por qué siempre tengo un capítulo de +2K palabras y el siguiente clava un +4K palabras lqdjoaka dios porQUE

Espero que les haya gustado este capítulo de ser así no olviden dejar una estrellita o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.

Nos vemos.

—Homicidal_Bloody

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