15 | GÉMINIS
Géminis no aparecía en la sede de Dépayser desde que solicitó un pedido de auxilio para Greco en la zona. Llamó al número de emergencia, sollozando y explicando el estado del Comisario en sus manos, reposado sobre sus piernas. Manchando su intacto uniforme blanco de su sangre, aquel que debía estar pulcro y perfecto como debía ser dentro de su unidad. Sus manos estaban por igual manchadas ligeramente de sangre, mientras que Escorpio le observaba en silencio con el corazón sostenido en la palma de su mano, viendo el dolor que expresaba Eva hacía la única persona testigo de su vida y a quien le quedaba con vida. A quien amaba y apreciaba en su infancia, a quien le obligaron separarse debido los acontecimientos. Estaba allí, gritándole a un teléfono móvil con un cuerpo inerte sobre su regazo.
Conway trató de contactar con ella varias veces, llamándola por teléfono o por radio. Sin embargo no recibía una contestación por parte de ella, tampoco Reven aparecía en la malla o la radio de la policía. Había pasado todo un día desde que internaron a Greco de urgencias en el hospital de la ciudad, donde sus compañeros y amigos lloraban preocupados. Gonzales y Louis le explicaban lo que había sucedido al Superintendente, tratando de entender también la situación, sin embargo no la comprendía porque al final, no parecía que esto lo involucrara al CNP directamente.
Y por ello buscaba llegar a Géminis de alguna forma, pero pareciera como si ella se hubiese esfumado, de pronto, de la faz de la tierra. Sin dejar algún rastro en su camino, como si ahora estuviese mucho más oculta pero observando más de cerca lo que ocurría.
—¿Puedes decirme qué coño hace sobre el techo del Yellow?
Eva se volteó sobre su cuerpo, observando como la luna se asomaba en silencio desde el horizonte. Viendo la carretera poca transitada del Norte y su silencio transformado en zumbidos del viento, y aullidos de los coyotes siendo arrastrados por el mismo. Notó que se trataba de Francisco por lo que devolvió su cuerpo a su misma posición, recostándose sobre el techo del mismo con sus manos detrás de su nuca sin decir ninguna palabra más, solamente clavando su mirada en el cielo sobre su cuerpo. Viendo en silencio las estrellas destellar leves como si fuese brillantina sobre una tela de color egeo.
Escuchó los pasos de Francisco detrás de ella, luego se sentó a su lado colocándose en la misma posición que ella. Observando el cielo sobre sus cabezas. Quería preguntarle cómo la había encontrado en aquel sitio pero la repuesta era bastante lógica, sino era porque la conocía a la perfección se debía a Acuario o Sagitario.
—Conway está como una cabra buscándote. Le dije que estabas en una misión y que no puedes contactarlo hasta mañana. —le comentó Francisco al mismo tiempo que soltaba un sonoro suspiro desde sus pulmones.—¿No irás a ver cómo se encuentra Greco?
—Prefiero desaparecer de su lado por un día al menos. —le respondió con un tono apagado. Se podía escuchar el tono rasposo de su voz, como si estuviese estancada en su garganta y le costara soltar las palabras.—Soy una carta de muerte para Greco en este momento, Fran. —respondió soltando un sonoro suspiro para después cerrar los ojos unos segundos, como si estuviese cansada mentalmente. Como si de esta forma lograría que su mente dejara las preguntas e insultos hacia sí misma, le dolía todo lo que su mente le cuestionaba.—¿Cómo está Raquel?
—Está bien, solo la durmieron. Tampoco recuerda nada. —le respondió con tranquilidad, mirando las cientos y miles de estrellas esparcidas aleatorias sobre su cabeza.
Eva emitió un sonido con boca, evitando decir alguna otra palabra más. No se sentía con los ánimos para hablar ni tampoco quería estar en compañía de nadie, pero sabía que Francisco la buscaría y se quedaría con ella el tiempo que le fuese necesario hasta que ella decidiera que era suficiente. Él sabía que Eva apreciaba enormemente el silencio, por lo que prefería no abrir ni emitir alguna palabra si no es que ella le preguntaba algo, o soltaba alguna palabra. Francisco sabía que le dolía con todo el alma no poder hacer nada para proteger y meter a Greco debajo de su paraguas, al final, tenía a Dépayser tachándola de traición y sospechando de ella aunque las pruebas y demostraciones dijesen que no había nada de lo que preocuparse, al mismo tiempo que no podía acercarse a Greco sin que alguien estuviese observándola desde lejos, y lo peor es que ella no podía identificar de quien se estaba tratando. No sabía si podía acercarse a él sin que una bala llegase por la espalda.
Si Greco moría, Eva no se lo perdonaría jamás.
—Escucha, Eva. —comenzó Francisco, girando su rostro hacia ella. Notando que Eva no apartaba la mirada clavada en el cielo nocturno.—Creo que deberías cuidarlo directamente, no desde la sombra.
Eva giró su rostro hacia él, levantándose hasta acabar sentada.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Me refiero a ser Reven. Si eres Eva o Géminis vas a matarlo. —respondió Francisco, sentándose en si ligar de la misma forma que ella. Observándole con tranquilidad y calma.—Ya no puedes cuidar de Greco desde las sombras. Ya no puedes usar a White para cuidar de él. Apus nos matará si seguimos con esto, no tenemos una razón clara para estar detrás de Greco y mantenerlo como protegido
—¿Qué me asegura que Greco sigue estando seguro siendo Reven? ¿Te recuerdo lo que pasó la primera vez en el Yellow Jack? Casi lo matan. Tuve que escapar con él y después tuvimos que darle una pastilla para que olvide todo lo que pasó. —respondió Eva, con un tono afligido y sus ojos cristalinos debido a las lágrimas de frustración que se plantaban en su rostro. —Sea quien sea yo, Greco corre peligro. —desvió la mirada hacia el cielo pata después recostarse sobre el techo nuevamente, tapando su rostro con su antebrazo. Tratando evitar llorar de nuevo.—Solo vine aquí porque Conway quería que lo ayudara, no vine para remover mi pasado.
Francisco suspiró con pesadez, antes de colocar sus rodillas contra su pecho y apoyar su rostro sobre las mismas. En silencio. Pues Eva tenía razón, Greco corría peligro estando ella cerca sin más. No se trataba de su identidad, se trataba de su persona. Si quería que Greco estuviese fuera de peligro debía desaparecer del mapa de nuevo, como lo había hecho Dépayser desde que mataron a sus padres.
—Todo es muy confuso. —volvió a decir Eva, quitando su brazo de su cara. Francisco giró para verla, notando que sus ojos tenía lágrimas acumuladas y sus mejillas estaban mojadas por líneas transparentes del camino que habían dejado las gotas de agua saladas.—Dépayser marcándome de traición. Las negaciones de Albino. Greco metido en todo lo que tiene que ver con Géminis. Los topos en comisaria. Mi supuesta desaparición por parte de Greco. Sus recuerdos sobre mi. La aparición de Louis como oficial del CNP. ¿Qué es lo que hay en Greco a lo que Albino le teme tanto? ¿Qué hay en mi pasado que él no quiere que sepa?
Eva se detuvo, como si se hubiera dado cuenta de algo mientras hacía un repaso mental sobre lo que había ocurrido alrededor de ella y Greco. Se recompuso, levantándose del suelo mientras sacudía su pantalón de la arenilla sobre el techo. El morocho giró para verla en silencio, esperando paciente que dijese lo que su mente acababa de entender y los cabos que había unido.
—Necesito acercarme más a Greco, necesito que me cuente qué versión tiene de mi sobre lo sucedido. Según él desaparecí. Él sabe algo que yo no, tiene una versión, y puede ser real o una mentira. —le dijo y Francisco se levantó de su lugar de la misma forma que ella. Desviando su mirada hacia el horizonte nocturno frente a él.
—¿Cómo vas averiguar eso?
—Él ya me ha visto como Géminis el día de la redada. Ha visto nuestro uniforme blanco. Me verá como una criminal buscada parte de una organización. Usaré ese atajo, voy a interrogarlo. —le respondió, tratando de explicarle qué es lo que tenía en su cabeza en estos momentos.—Él creerá que la información que busco sacarle es de una mafia.
Eva estaba sospechando lo que había sucedido realmente sobre sus padres, por las reacciones que había tenido Albino y Sibilino entorno al accidente de la familia Williams. Ellos culpaban al clan Rodríguez del asesinato, el cual nunca supo si en verdad existió, nunca se encontraron cuerpos ni pistas de lo sucedido. Simplemente un día desaparecieron; el mundo hablaba de un asesinato a sangre fría, un arreglo de cuentas entre familias pero la policía no tenía evidencias de ello. Dépayser cambió su identidad por completo, incluso la trasladaron fuera de la isla una vez fue egresada de la Academia de Policía de Los Santos.
Eva no quería sospechar o plantar sus ideas alrededor de Albino y Sibilino, pero una parte de ella decía que no lo pensara demasiado, que las respuestas estaban delante de ella pero era incapaz de ver por su otra sombra—Géminis—.
Si las respuestas que le diera Greco fueran similares a lo que ella estaba buscando entonces podía reforzar esa idea y comenzar a descartar otras. Según lo que había dicho Greco estando en estado de ebriedad le dio el punto para notar que él realmente recordaba lo sucedido cuando era niño, no poseía ningún tipo de amnesia o recuerdos borrados por parte de su familia o alguna organización externa.
Si quería jalar los hilos de Greco debía ser como Géminis, no como Reven. Quien sea que estuviese ahora mismo allí afuera esperándola, sabía de su identidad como Sibilina ya no había vuelta atrás. Con su identidad al aire o no, iba a avanzar de todas formas. Estando ahora descubierta tenía la posibilidad de proteger a Greco directamente, no debía estar en la oscuridad o lejanía. Podía estar a su lado como Sibilina.
—¿Crees que te la dará? —le cuestionó, dudoso sobre aquella posibilidad. Es un policía, por lo que sería difícil que un miembro de una mafia le entregara algún tipo de información.
—Soy Géminis. —le respondió con obviedad.—Si no lo hace por las buenas, será por las malas.
—¿Y la mala es...?
—Secuestrarlo.
—Como no, Géminis. Como no...
(...)
El clima estaba terrible. El viento era sumamente frío y azotaba con fuerza a todas las personas de la ciudad. La noche aún continuaba y parecía que se hubiese extendido y robado horas al día siguiente; era eterna y siniestra. Como aquellas películas donde todo sucede de noche y al día siguiente todo parece volver a la normalidad pero sin dejar de lado el desconcierto; usando aquella frase célebre de: después de la tormenta viene la calma.
"—Dime dónde coño está Eva Williams, Greco. Tienes cinco minutos".
Greco había sido estabilizado, y le habían sanado todas las heridas que estaban esparcidas por su cuerpo. Inclusive desinfectaron la herida de bala que había en su brazo derecho. Estaba consciente aunque recostado sobre la camilla del hospital, observando en silencio el techo blanco sobre su cabeza; mientras su mente repetía todo lo que había sucedido en aquella mañana, tratando de entender exactamente qué es lo que había ocurrido. Por qué una persona de negro pediría que Eva se manifestara por arte de magia en el lugar, si ella había desaparecido hace veintitrés años.
"—¡No lo sé, coño! Desapareció hace años. Nunca supe nada más de ella".
El viento azotaba con fuerza la ventana de cristales de la habitación de hospital, retumbando su sonido tétrico por la habitación blanca donde había una persona recostada sobre la camilla en medio del cuarto. Viendo sobre su cabeza al techo del mismo color, donde se proyectaban las sombras del árbol frente a la ventana, viendo como estas se movían al son del viento violento. No quería admitirlo pero aquello le causaba una extraña sensación de nervios y miedo, pues parecía que estuviese en una película de terror.
"—¡Estás mintiendo! ¡Lo sabes pero no quieres decirme!".
Suspiró con pesadez antes de cerrar los ojos lentamente, oyendo solo el sonido del viento zumbar afuera de la ventana. Sintiendo como el dolor punzante de su herida de bala aún permanecía sin cambios aunque le hubiesen aplicado anestesia y calmantes para poder relajar el dolor que sentía en todo su cuerpo y, en especial, la herida de bala.
Oyó el sonido de la ventana, sintiendo como alguien abría esta para luego volver a cerrarla con parsimonia. Abrió los ojos casi al instante, enfocando su mirada en aquella figura apoyada contra el marco de la ventana con os brazos cruzados y sus piernas iguales. No podía distinguir bien su atuendo pero la poca luz de la calle que entraba por la ventana le decía que su ropa era blanca como la habitación de hospital.
Le escuchó suspirar antes de caminar atravesando la habitación, escuchando sus siniestros pasos sobre el suelo. Le vio acercarse a la puerta y trabar esta con el pestillo para luego caminar hacia su posición inicial, tomando una silla de madera que había a un lado de la camilla. Se sentó con las piernas sobre el marco de la ventana, dejándole a Greco apreciar con perfección si ropa y quien se trataba.
Inmediatamente supo que era Géminis. La misma persona que había visto en el Norte frente al pueblo de Sandy. Quien estaba con más personas a su alrededor. Quien lo soltó. Quien le desconcertó su actitud frente a él.
—¿Cómo te encuentras?
—¿Qué coño haces aquí? —le preguntó, casi al instante que ella habló. Greco estaba enternecido y no quería que ella ahora, estando en una camilla de hospital lo matara o agrediera de alguna forma.—Llamaré al guardia.
—No te conviene. —le respondió con tranquilidad. Metió su mano dentro de su bolsillo del pantalón, sacando de allí su celular mostrándole lo que parecían cámaras del pasillo donde estaba, el único guardia del piso estaba yacido sobre el suelo, inconsciente.—No está muerto, no te preocupes.
—¿Qué quieres? —le respondió desconfiado y con dureza. Tratando de recomponerse en su lugar con dificultad. Eva le vio quejarse del dolor mientras se movía de su reposo; le dolía verlo y escucharlo mascullar adolorido. Sin embargo no podía hacer nada para ayudarlo, era Géminis.
—Creo que es una pregunta bastante ridícula. —le respondió.—Estoy aquí, sin armas, en silencio, en tu habitación de hospital. ¿Qué crees que hago aquí?
Géminis rio con ironía antes de desviar su mirada al exterior del gran ventanal a su frente, donde tenía los pies reposados en una posición de tranquilidad y calma. Como si le resultara normal estar en una habitación de hospital habiendo entrado por la ventana de la misma y vestida con un uniforme blanco con su cabeza cubierta por un cubrebocas y una capucha que pertenecía a la chaqueta de cuero ajustada a su cintura, similar a un estilo punk. Por más que Greco se esforzara por tratar de sacar alguna pista sobre quién era la persona detrás del uniforme blanco, era imposible, estaba perfectamente cubierta.
—Dime que quieres.
—¿Recuerdas qué pasó por la mañana? —le cuestionó, tratando de saber si él era capaz de conocer lo que había sucedido en la mañana.
—¿Para qué quieres saberlo?
—Puedo ayudarte a saber quiénes son, si tú me ayudas a mí. —le respondió con calma y una pequeña sonrisa detrás del cubrebocas, desviando la mirada hacia el cuerpo de Greco con una bata blanca que le miraba expectante.—Buscan a alguien llamada Eva Williams, ¿No?
—¿Cómo...?
—Controlo las voces, todo lo que corre de boca en boca, de texto en texto, de llamada en llamada. Lo sé todo. Sé todo sobre ti también, Greco Rodríguez. —le respondió, sabiendo que Greco estaba desconcertado sobre la respuesta de aquello. Era normal, pues nunca te esperas que alguien te pregunté algo que realmente sucedió. Eva suspiró son pesadez, exhalando mientras enfocaba su mirada en las nubes grises sobre el cielo cubriendo la luna rellena sobre el mismo.—Necesito que me digas lo que sabes de ella, ¿Cuál es tu relación con la chica?
—¿Para qué cojones quieres saber eso? ¿A quién buscas? ¿A Eva o los tíos de negro?
Géminis desvió la mirada de la luna sobre el cielo, observándolo desde el rabillo de su ojo sin mover su cabeza, al mismo tiempo que una pequeña sonrisa socarrona se formaba en su rostro a pesar de que él no pudiese apreciarlo. Greco sentía como si ella de pronto hubiese abandonado el semblante frío y calculador para adoptar uno vacilón y curioso, incluso sentía como si el ambiente de la habitación hubiese cambiado ante esa acción.
—Dependiendo tus respuestas te diré quién estoy buscando. —le respondió antes de enfocar su mirada nuevamente en el exterior, apreciando el cielo lleno de nubes pesadas y oscuras moviéndose ante las ráfagas del viento.—¿Qué relación tienes con Eva?
—Te responderé si tú respondes mis preguntas.
Géminis giró el rostro por completo hacia su persona, arqueando una ceja con incredulidad y vacilante. Greco estaba exigiéndole respuestas a ella cuando él se encontraba en una situación de desventaja, enganchado con suero y un brazo vendado con varios puntos cocidos.
—Verás, Greco... —habló Géminis, levantándose de la silla y avanzando en pasos lentos hacia él con los brazos detrás de su espalda.
El castaño no apartaba la mirada severa sobre ella, quien trataba de intimidarlo de alguna manera, pero no parecía que no surgía efecto en él. Apoyó sus manos sobre el colchón de la camilla, lado a lado del cuerpo de Greco. Quedando a escasos centímetros de él, observándole con unos ojos vacilantes los cuales él parecía no querer apartar la mirada de ellos, les parecía interesantes y curiosos, incluso familiares.
—Me encantaría darte la información que quieres, pero eso significa matarte luego, y no quiero. —le respondió, susurrándole debido a la cercanía. Solo había unos diez centímetros de distancia del uno del otro.—¿Qué relación tenías con Eva?
—¿Quién eres?
Géminis arqueó nuevamente. De verdad no entendía por qué Greco no comprendía la parte de: matarlo. Si ella le revelaba algún tipo de información, Dépayser iba a matarlos a los dos. No importa si quedaba entre ambos, la información se esparciría por parte de Sagitario o Libra hasta llegar a oídos de Albino y Sibilino. No iba arriesgarse a darle alguna información que puede ponerlo en peligro.
Se separó de él soltando un suspiro de molestia, tratando de retener las ganas de golpearlo por lo terco que llegaba a ser. No tenía entendido que Rodríguez fuese de cabeza tan dura; realmente cuando se le metía algo en la cabeza, al parecer, no había manera de quitársela ni con una espátula.
—¿Quieres morir, Greco? Yo no quiero matarte.
—¿Por qué?
¿Le estaba sacando información?
—Digamos que no tengo pensado matar inocentes, Greco. —le respondió, caminando hacia la ventana y observar por la misma con los brazos detrás de su espalda con su postura particular, colocándose en la posición de ballet tres cuartos.—¿Qué relación tienes con Eva Williams?
Greco notó la posición y algo dentro de él le decía que esto era importante, que nadie más que ella solía hacerlo. Que tomara nota de sus posiciones, de su forma de hablar, que fuese cuidadoso con lo que estaba viendo y lo que presenciaba; esto era importante si buscaba saber quién era la persona vestida de blanco con el rostro cubierto.
—Joder, que era mi mejor amiga de la infancia. —le respondió, cansado de su insistencia.
—Cuéntame, ¿Que sabes de ella?
—Aunque me niegue, ¿Vas a insistir hasta que te responda?
—O te saco la información a las malas, tú veras.
Greco suspiró, cansado de la insistencia que ella generaba sobre la identidad sobre Eva Williams. No tenía ni idea por qué estaba preguntándole sobre ella, pues lo único importante que tenía sobre Eva es su desaparición hace varios años atrás. No sabe nada de su amiga desde ese día, y posiblemente jamás encuentre una respuesta a lo que sucedió en realidad.
—Lo que sé de ella es que desapareció un día.
—Su familia, ¿Tienes contacto?
—No. No sé nada. —respondió con sinceridad, suspirando dolido ante los pesados recuerdos del pasado. Desviando la mirada hacia otro sitio que no fuese la chica vestida de blanco enfrente a la ventana.—Todos desaparecieron un día.
—¿Tú familia?
—¿Qué coño tiene que ver mi familia? —le cuestionó atacante, enfrentando su pregunta que a Greco no le gustó en lo absoluto. No le gustaba hablar sobre ellos, y mucho menos con un desconocido.—Voy a hacerte una pregunta a ti, ¿Qué buscas en Eva?
Géminis desvió la mirada de la ventana hacia él observándole con neutralidad en los ojos. Como si ahora, no representase ninguna emoción que pudiese sentir dentro de ella. No giró mucho su cuerpo hacia él, sol lo suficiente para notar que Greco le miraba con el ceño fruncido. Como si aquella pregunta sobre su familia y las interrogantes entorno a Eva le molestaran en sobremanera.
Se movió, con su cuerpo mirando hacia el suyo. Y volvió a caminar unos escasos pasos hasta la camilla, y quedar a su lado. Los ojos severos de Greco no se apartaron ni un solo segundo de su cara, como si buscase que le respondiera, no tenía ninguna prisa por la respuesta, quería que fuese concisa y sin rodeos. Una parte de él le estaba diciendo que ella estaba preguntando porque había encontrado algo que él no, y estaba juntando información para llegar algún lado, y no tenía idea cuál era el destino.
Géminis inhaló aire hasta llenar sus pulmones con lentitud y luego exhalarlo de la misma manera, sin apartar la mirada clavada sobre el rostro maltratado y curado de Greco. Quien tampoco apartaba la visión sobre ella. Desvió unos segundos la mirada hacia un lado antes de colocarla sobre él, inclinándose hacia Greco.
—Esas personas de negro quieren matarte porque supuestamente sabes algo de Eva que ellos no. —le explicó Géminis.—Lo que pasó en la playa no es una coincidencia, no te dejaron libre porque les caes bien, Greco. Ellos quieren que Eva aparezca y te salve, ellos la quieren a ella. Debes darme toda la información que sabes sobre Williams; o para la próxima no será un tiro en el brazo.
—¿Salvarme de qué? ¿Cómo coño me va salvar un muerto?
—Si ella está muerta, déjame a mi cuidarte el culo. —le pidió, caminando hacia la ventana nuevamente para apoyarse contra la pared a un lado con los brazos cruzados frente a su pecho con la mirada clavada en el suelo de azulejos blancos. Solo una parte de su cara estaba levemente iluminada por la luz que entraba del exterior.—No puedes moverte por la ciudad sin tener ojos en la espalda, te están mirando a cada momento. Pueden hacerlo ahora. Si te descuidas van a matarte, y no vas a salir vivo esta vez.
—¿Por qué te preocupa tanto que vayan a por mí o no? ¿Quién coño eres tú? —le cuestionó, desconcertado y confundido.
Greco tenía su punto, pues Géminis estaba ofreciéndole cuidar de él desde las sombras debido a lo que había sucedido en la mañana, a su parecer no le veía el sentido de aquello. Algo sabía ella de lo que Greco debía enterarse. Algo le decía que no solo buscaba a Eva Williams y aquellas personas de negro sino también algo en él. No confiaba nada en ella, su grupo había asaltado hace unas semanas el Banco Central, dejando con heridas de balas a varios agentes de su malla. Hacía unos días estaban el Norte cuando el CNP estaban realizando un operativo contra la banda de Los Verdes. Ella pertenecía a una organización criminal, y no iba a fiarse de alguien que pertenecía a aquello tan a la ligera. Al final, Géminis estaba ofreciéndole cubrirle la espalda de aquello que estaba buscándolo, era confiarle su espalda para que luego te apuñalara o metiese una bala sin que te dieras cuenta.
—No puedo decirte quién soy, pero sí puedes fiarte de mi lo suficiente para que tu espalda no tenga una bala en tu nuca.
—Respóndeme, ¿Por qué te interesa tanto mi vida?
Porque eres lo único que me queda, Greco.
—Porque alguien me mandó a cuidarte. ¿Estás contento con la respuesta? Joder, que terco eres, madre mía. —le respondió, mintiéndole. Giró su rostro hacia él unos segundos para verle estupefacto, como si no se esperase aquella respuesta. Géminis suspiró devolviendo su mirada al exterior, viendo que el cielo estaba totalmente cubierto por las grandes y pesadas nubes oscuras.
—¿E-Eva?
—No.
—¿Entonces quién coño sería? —espetó, esta vez alterado. Si no era ella quién mandaría a alguien como Géminis a cuidar de él. sabía que sus amigos no contratarían a un criminal para cubrirle la espalda, podían hacerlos ellos mismos sin problemas.
—Estás provocándome que te meta un puto tiro, Grequito. —le habló entre dientes, tensando la mandíbula ante su insistencia, realmente Géminis no estaba tolerando la obstinación de Greco pero tampoco se atrevería a matarlo o hacerle daño. Podía amenazarlo pero jamás sería capaz de herirlo.
Mierda que puta imbécil soy, joder.
Greco le observó en silencio, como si esperase que ella reaccionara ante el apodo que él siempre escuchaba por parte de Eva cuando eran pequeños. Estaba estupefacto, como si no procesase el hecho de tener a una persona vestida de blanco parada frente a una ventana con las manos unidas detrás de su espalda observando el exterior con desinterés. Aquello estaba confirmándole que Géminis poseía información sobre su pasado o, en su defecto, quien la contrató para cuidarlo es Eva. Y por ello mismo su mente no acababa de procesar qué terminaba de suceder, porque según él, ella estaba muerta pero aquello estaba diciéndole que no.
—Mira, será mejor que duermas. —le habló Géminis, rompiendo el momento de tensión repentina que se había formado en la habitación.—Mañana seguro te darán el alta para salir del Hospital. Estaré a tu alrededor aunque no puedas verme.
Se giró sobre sus talones para ver a Greco estático con la mirada clavada en algún punto que no se encontraba sobre ella ni la pared a su costado, estaba metido dentro de su mente como si lo hubiesen tomado y arrastrado hacia el interior de su cabeza. Géminis suspiró al ver que, la palabra que se le escapó, le afectó de golpe.
Abrió la ventana, deslizándola con lentitud y cuidado mientras veía el exterior de la habitación tratando de corroborar que no había nada ni nadie que la viese bajar por una ventana del segundo piso por medio de un árbol. Se aseguró que no había moros en la costa para sacar sus piernas por el marco de la misma y sostenerse mientras observaba a su alrededor con sigilo.
—Géminis. —Greco le llamó antes de que ella se moviese de su lugar.
Desvió la atención hacia el cuerpo del castaño sobre la camilla, viendo desde su posición sus ojos cristalinos con unas lágrimas sobre sus mejillas. Una imagen que a Eva le dolió y se clavó en su mente y corazón como una lanza, atravesándolo por completo. No manifestó el dolor punzante que se acumuló en su pecho, solamente quedó estática viéndole en silencio, esperando que le dijese qué es lo que quería. Quería volver a la habitación y abrazarlo, decirle que todo estaba bien y no había nada de lo que debía preocuparse.
—Si la ves... —volvió a decir, escuchando como su voz estaba tendida en un ligero y fino hilo. Le costaba hablar con normalidad y aquello le dolió aún más a Eva al verlo allí, sollozando en silencio.—dile... dile que la... —Greco se detuvo, como si su voz se cortaba justo en el momento menos indicado. Le costaba decir algo con sentido sin que su vos tambalee en el intento—Si... si está aquí... dile que... que quiero verla... aunque sea una vez.
Géminis asintió con un leve movimiento de cabeza. Eva no se atrevía abrir la boca por si su voz se partía en el momento, no quería cagarla de nuevo como lo hizo con el apodo de antes. Se aseguró pisar correctamente la rama del árbol mientras cerraba la ventana con cuidado y así bajar por la planta con habilidad y rapidez para que nadie, por accidente, la viera en la zona y llamase la atención.
Prepárense porque viene F akdjsoqmsñ 👁️👄👁️
Hoooola como están todo bien? Msnxlal perdón estoy súper ocupada con los parciales y los otros libros lansoaka
Como Karchez decidió dejar vivo a Greco, dejo vivo a ambos pero uno se muere y no les voy a decir quién 😎👊
Estamos en el punto donde Eva va a estar con Greco en todo momento y le vale madres Dépayser ole, pero esto viene mal con todos :'D
Espero que les haya gustado, de ser así no olviden dejar una estrellita o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo. ✨❤️
Nos vemos.
—Homicidal_Bloody
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