●Prólogo●

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En el reino de Arendelle, hacia un tiempo atrás cuando Else y Anna aún eran niños, estaban jugando en su cuarto.
Estaban en el suelo junto a un poco de nieve y algunas pequeñas figuras creadas con esta gracias a Else, creando historias juntos.

-Anna, Else-Llamaba su padre llegando junto a su esposa

-Hora de dormir-Al asomarse ambos por la puerta, veían a Anna con un muñeco de monstruo y una princesa en sus manos

-Oh, oh. El hechizo malvado del Bobin atrapó a la princesa-Diria Anna moviendo dos muñecos, mientras Else jadeaba ante lo que pasaba en la historia
-¡Else, corre! Has un principe, que sea elegante-

Rápidamente su hermano creaba otro muñeco que haría del príncipe, continuando con la historia.

-¡Ay no! ¡También atrapó al principe!-Contaba Anna mientras hacía voces para los personajes
-"No me asusta el peligro cuando hay amor"-

Al decir esto, comenzaba a hacer sonidos de besos, mientras juntaba a los muñecos del principe y la princesa, mientras Else haría una cara de disgusto.

-Anna, diug-Diría este mientras reía junto a su hermana
-Los besos no salvarán el bosque-

Sus padres entraban y los veían con una sonrisa, mientras Else tomaba otros muñecos de nieve.

-Las hadas perdidas gritan-Diría para hacer un sonido de elefante al tener un muñeco con tal forma, para luego mirar al de una jirafa
-Oye, ¿cómo suena una jirafa?.. Ya no importa, despiertan al hada reina-

Diría para crear un unicornio con alas y encima una reina, para lanzarlo hacia el monstruo, mientras terminaba la historia.

-¡Ella rompe el hechizo y salva a todo el mundo!-Al escucharlo, Anna sonreía y tomaba a todos los muñecos de nieve en brazos

-¡Y después todos se casan!-Diría sacando una risa de su hermano

-¿Juegan en el bosque?-Preguntaba su padre con una sonrisa curiosa, alzando una ceja

-¡Un bosque encantado! El príncipe y la princesa-Diría Anna mientras jugaba con los muñecos, escuchando a su padre

-Hmm, el bosque encantado que visité no era como ese...-Mencionaba mientras caminaba hacia la cama, llamando la atención de sus hijos

-¿Un bosque encantado de verdad?-Preguntaba Else emocionado

-¿Qué tu qué?...-Al ver a ambos niños curiosos, volteaba a verlos con una sonrisa

-Lo hice... Una vez-

-¿Por qué no nos habías contado esa historia papá?-Diría Anna parándose ofendida, aunque solo causaba ternura

-Bueno, les contaría si ustedes...-Antes de poder acabar, los niños corrían a la enorme cama para subirse juntos y sentarse, mirando a su padre con unas sonrisas

-Okey-

-¡Ya cuéntanos!-Pedían ambos, estando Anna más emocionada

-¿Crees que sea prudente?-Preguntaba su madre acercándose a ellos, mirando a su esposo

-Creo que es el momento justo-Respondía el hombre para sentarse en la cama

-Luego hacemos un muñeco de nieve-Susurraba Anna a su hermano, creyendo que no la habían escuchado

-Si se tranquilizan y escuchan-Diría el hombre para ver a ambos niños retener el aire, sacando una leve risa en él, comenzando a contar la historia
-Fuera del reino y en el norte más lejano, se hallaba un antiguo y muy encantado bosque...-

Al comenzar a relatar, Else y Anna ya tenían su atención en la historia, estando ambos sorprendidos de que en serio había un bosque encantado.

-Pero su magia no venía de gobins con hechizos y hadas perdidas. Era protegido por los espíritus más poderosos de todos... Los del aire, el fuego, el agua y la tierra... Y también era el hogar del misterioso pueblo de los Northuldras...-

{...}

En un bosque con cuatro pilares de piedra que tenían símbolos que representaban a los espíritus, había un pueblo donde sus casas eran de madera, fogatas y risas claras.

Una niña de rizos, junto a su amigo que era un niño de cabello rebelde, corrían mientras unas hojas volaban por un viento que parecía guiarlos.

-¿Los Northuldras eran mágicos cómo yo?-Preguntaba Else durante el relato

-No Else. Ellos no eran mágicos, solo aprovechaban los dones del bosque. Sus costumbres eran muy distintas a las nuestras... Aún así, nos prometieron su amistad-

El pueblo de aquel bosque, viajaban a Arendelle para ser recibidos por el padre del rey, siendo el abuelo de los niños. Ambos líderes, se daban un apretón de manos, prometiendo un tratado de paz.

-En honor a eso, su abuelo el rey Runeard, les construyó una gran presa para distribuir sus aguas. Era un regalo de paz-

-Ese es un regalote de paz-Opinaba Anna al escucharlo

En aquella presa de agua, todos cruzaban para poder reunirse entre ambos pueblos.

-Y fue un honor para mí, poder ir al bosque a celebrarlo-

Al lado del rey Runeard, estaba un joven de cabellos rubios, vestido de traje y con sus brazos hacia atrás, mirando a los lados con emoción, hasta que su padre le hablaba.

-La cabeza en alto, Agnar-Diría su padre para que este se enderezara, comenzando todos a caminar hacia los del pueblo

-Pero no estaba preparado para lo que nos esperaba... Bajamos la guardia-

Dentro del bosque, todos comenzaban a disfrutar de un espectáculo donde dos renos corrían en círculos llevando a unos hombres que trataban de sujetarse, escuchándose las risas en todo el lugar.

-Nos ganó su encanto. Todo se sentía... tan mágico-

Mientras veían lo que el fuego, agua y tierra hacían para divertir a todos, el viendo pasaba cerca de Agnar, llamando su atención.
Al seguirlo, notaba como a unos metros había una niña y un niño jugando ambos con el viento, siendo elevados mientras estos reían, por lo que el joven sonreía con curiosidad.

-Pero algo salió mal...-

Cuando perdía de vista a los dos niños, de repente al girar al resto, el joven se llevaba la sorpresa de ver a todos comenzar a atacarse entre , estando el pueblo contra el reino.

-Nos estaban atacando-

-¡Yo los protejo!-Diría un soldado colocando al príncipe detrás suyo mientras dejaba su escudo adelante para protegerlo

-Fue una batalla brutal... Su abuelo murió-

-¡Padre!-Gritaba Angar al ver a su padre pelear con el líder del pueblo cerca del risco, cuando ambos terminaban por caer, llevándose ambas vidas.

-La batalla enfureció a los espíritus. Usaron su magia contra nosotros-

De repente todo comenzaba a incendiarse, las aguas se elevaban y los separaban a todos, cuando algunas rocas volaban, cayendo una cerca del chico, el cual caía hacia atrás, chocando su cabeza en la roca para caer inconsciente.

De repente en lo que el joven estaba inconsciente, escuchaba el canto de una joven, sonando tan angelical y dulce, como el de una sirena.

-Escuché una voz... y alguien me salvó...-

Alguien parecía levantar lo, mientras este aún seguía inconsciente, sin saber que en el bosque comenzaba a caer una niebla espesa, dejando cubierto a todo el que estaba ahí.

-Me contaron, que los espíritus se desvanecieron, y una poderosa nieva cubrió el bosque, dejando a todos afuera...-

{...}

-Y esa noche, yo volví como... El rey de Arendelle-Al terminar de contar la historia, soplaba la vela que tenía, para ver a sus hijos, estando Anna con la boca abierta

-Wow, papá eso fue épico. No importa quien te salvó, lo adoro-Diría Anna tirándose hacia atrás como si cayera rendida de amor, quedando en las piernas de su madre, escuchando las risas de sus padres

-Ojalá supiera quien fue-Diría su padre mientras la mujer cubría a su hija con su tapado en la cabeza de forma divertida

-¿Qué les pasó a los espíritus? ¿Y que hay en el bosque ahora?...-Preguntaba Else algo curioso y preocupado por ello

-No lo sé hijo. La niebla aún existe... Nadie logra entrar, y nadie ha salido tampoco-Diría su padre mientras su madre acariciaba su espalda

-Todos estamos a salvo-Calmaba la mujer, mientras Anna se cubría con el tapado en su cuerpo

-Si. Pero si el bosque despierta un día, debemos prepararnos para cualquier peligro que nos pueda amenazar-Diría el padre mirando a su hijo, tomando sus manos mientras Else asentía

-Y una vez dicho eso. Los dos ya despidanse de su padre-

-No.. pero aun tengo muchas preguntas que hacer-Se quejaba Anna mientras hacía un puchero molesta

-Guárdalas para otra noche, Anna-Diría su padre tomando su pequeño pie, para levantarse e irse

-Tu sabes que jamás eh sido tan paciente...-Diría Anna mirando a su hermano que asentía, mientras se levantaba de la cama y miraba a su mamá
-¿Por qué los Northuldras nos atacaron entonces? Ya les habíamos dado un obsequio-

-¿También crees que el bosque despertará?-Preguntaba Else a su madre, viéndola sentarse y pensar

-Solo Ahtohallan lo sabe-

-¿Ata qué cosa?-Preguntaba Anna con curiosidad junto a Else

-Cuando era niña, mi madre solía cantar sobre un río especial llamado Ahtohallan... que contenía todas las respuestas sobre el pasado, de lo que somos parte-Contaba su madre con una sonrisa, viendo a ambos sorprenderse

-Wow..-Susurraba Anna apoyando su cabeza en el hombro de su hermano

-¿Nos cantas la canción? ¿Puedes?-Preguntaba Else con una sonrisa, cosa que su madre no podía negarse a sus hijos

-Okey-Se acercaba a ellos para sentarse en el medio
-Acomodense y acurruquense-

Una vez que ambos hermanos se acomodaban junto a su madre, esta comenzaba a cantarles la canción, mientras acariciaba a sus hijos con amor.

🎶Donde se unen
Viento y mar
Un río lleva
Mil memorias que hay
Duerman ya y en calma estén
Pues el conserva lo que fue🎶

Mientras cantaba, las caricias lograban dejar dormida a Anna, por lo que cargaba a la niña y la llevaría a su cama, mientras continuaba cantando.

🎶En su aguas
Hay verdad
Y a tus dudas
Te responderá
Su voz honda buscaras
Si lejos vas será el final🎶

Iba hasta Else cargando a este mientras daban ambos una sonrisa, mirando hacia la ventana.

🎶A quien escuche cantará
Y en su canción la magia va
Más di si puedes soportar
Y enfrentar que ha de revelar

Donde se unen
Viento y mar
Una madre
Mil memorias trae
A tu hogar has de volver
Es donde está lo que se fue🎶

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Ah, amo esta canción.

Bienvenidos a Frozen II. Veremos que es lo que les depara en el camino ahora.

Disfruten♡

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