Capítulo 2




































Isis bajo del carruaje y miró la enorme mansión, sabía que lo que se le venía era puro dolor, temía sufrir nuevamente el mismo destino pero no podía evitarlo.

—Deberíamos de irnos a un hotel - Hana tomó su mano, Isis negó, evitarlo hoy hará un problema grande mañana.

—No puedo, debo de enfrentarlo. - Hana la empujo ligeramente y la vio entrar.

—Al fin llegas - su tía bajo la copa y la miro —Te enviamos solo para pasear con el príncipe y que todos te vieran de su brazo, no para traer un bastardo - Isis apretó la tela de su vestido.

Su tío se levantó y se acercó a ella a propinarle una bofetada, Isis se tambaleó ligeramente y sostuvo su vientre.

—Ve a tu habitación, iremos al palacio a arreglar la boda.

—No me casaré, regresaré a casa.

—Tú no tomas decisiones Isis, te casaras con el príncipe heredero.

—He dicho que no, no soy alguien a quien deben de darle órdenes, soy la hija del emperador de Shim, ustedes solo son la familia de mi madre. - su tía se acercó a ella y le propinó otra bofetada, Isis se quedó quieta, entre más golpes recibiera mejor, solo así su padre tomaría medidas contra sus tíos.

—¿¡Qué creen que hacen!? - una tercera voz se escucho, Isis pego un brinco y se giro hacía la persona, Maximilliam se notaba furioso, sus ojos parecían brillar con furia.

—Su alteza, nosotros solo estábamos reprendiendola... - su tío se hincó, Isis rodó los ojos y siguió su camino hacia su habitación.

—Espera ahí  - Isis le ignoró y siguió subiendo.

—¿Enviaste la carta?

—Sí señorita, debe de llegar a más tardar en cuatro días.

—¿Qué? Será tarde para entonces - Isis bufo —Envia una paloma mensajera.

—El clima en la frontera de Shim está terrible, será imposible que llegue mañana - Isis suspiro y se dejo caer al sofá —¡Despacio!

—Grosera - Isis le lanzó un cojín  —Trae algo de comer, dulces.

—El esta afuera - Isis rodó los ojos.

—Ve rápido  - Hana salió, Maximilliam se asomo por la puerta y entró sin ser llamado —Váyase por favor.

—No, hablaremos ahora mismo - Max cerró la puerta en duro golpe y se acercó de forma amenazante a ella —Me vas a explicar todo.

—¿Qué voy a explicar? Ese deberías de ser tu, prometiste regresar y como tonta espere por ti - Isis lo alejo —Lo del bebé ya lo sabes, estuvimos juntos varias veces ¿Acaso no sentiste nada por mi?

—No, nunca - Los ojos de Isis se desviaron  de los de el —Solo era pasión, nunca me gustaste de otra forma.

—Me estas lastimando.

—La verdad duele -Isis suspiro —Debiste de cuidarte.

—Tú también Maximilliam, no sólo fue mi error.

—No me casaré contigo, pero me haré cargo del bebé.

—No es necesario ni uno, ni lo otro, me iré a casa y arreglaré otro matrimonio.

—Nunca, no dejaré que mi hijo tenga otro padre.

—¿Pero si otra madre? Esa señorita se veía muy hermosa, comprendo el porqué de no regresar por mi, yo también me dejaría  - se acercó a la puerta —Vete por favor, ¡vete!

Max la miro por última vez y salió, Isis se dejo caer al sofá y soltó un sollozo, pensaba que aquello no la iba a afectar pero definitivamente estaba destrozada.











Regis observo a Jubelian y acaricio su espalda para darle un consuelo, estaba enfadado con Max pero más con el mismo al no recordar a aquella princesa, el mismo había estado en la fiesta de compromiso.

—Marilyn Llévala a su habitación, cierra la puerta del balcón  - Regis soltó un suspiro, ahora tenía que lidiar con el corazón roto de su hija y con Maximilliam. —No deberías de estar aquí.

—Debo ver a Jubelian  - Regis rodo los ojos—Quiero explicar.

—¿Explicar que? ¿Cómo pudiste olvidar a tu prometida?

—Ya no lo es más.

—No busques a Jubel nunca más, Cásate y se feliz con la princesa y con tu hijo - Maximilliam le miró mal.

—No la dejaré, Jubelian es todo para mi -  Regis suspiro.

—Tienes prohibido venir - Salió sin dejarlo decir nada más.
















Jubelian dejo de llorar y limpio su rostro, se había enamorado de la persona incorrecta, amaba a Max pero no podía dejar que aquella joven tuviera un hijo sin un padre.

—Toma esos regalos y llevalos a un refugio, no quiero nada de esto.

—¿Está segura? Aún puede haber una solución.

—¿Cual? ¿Dejar a ese bebé sin padre? No Marilyn, por más que ame a Max no puedo hacerlo.

—Es difícil dejar de amar a alguien que marcó tu vida - Jubelian suspiro —Le será difícil olvidar a ese príncipe.

—Lo se -murmuró —Lo amo más de lo que parece, no puedo dejar de amarlo, ¿que haré? ¿Qué haré para dejar de amarlo?

—Señorita - Marilyn la abrazo, Jubelian se aferro a ella y sollozo durante toda la noche.

Al final de día, había más de dos corazones rotos en el imperio.




















Isis observo a Hana y siguió dando vueltas por la habitación, sentía su pecho arder y que el aire le faltaba, estaba sofocada con todo aquello.

— Vamos a huir - Hana propuso —Prepararé un carruaje, nos iremos a media noche.

—¿Estas segura? Si nos atrapan te harán daño Hana - la joven negó.

—Primero es usted, se que su majestad encontrará una solución  - Hana tomó su mano y la apretó, Isis sonrió.

—Entonces hay que hacerlo, vamos a huir - Hana sonrió y asintió.

—Debe cambiarse a algo más cómodo, no se olvide de llevar la placa de identificación  - Isis asintió, lo que más anhelaba era ver a sus padres, los extrañaba más que a nada en el mundo.

—¿Crees que nos aceptarán?

—Sí princesa, el emperador y la emperatriz la aman mucho, todo esto lo hicieron por su bien, pero todos nos equivocamos.

—Yo también los amo, los extraño mucho -murmuró —Quiero evitar esta vida llena de dolor Hana, no quiero que mi bebé crezca como yo.

—No piense en eso, todo saldrá bien, al final de día, usted podrá ser feliz princesa.

—Confío en ti Hana, quiero ser feliz.

































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