7. DIGNO

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Las cosas marchaban demasiado bien, cosa que ponía nerviosa a Vaenerys. Su relación con Jacaerys se había fortalecido y en tan solo unas pocas semanas ya serían oficialmente esposos.

Daemon parecía ser el más emocionado con esto, con esa unión tendrían asegurados como aliados al Norte, siendo una gran ventaja para la guerra contra los Hightower. Pero también le agradaba que la hija de su hermana estuviera segura con ellos y tuviera como esposo a Jace, el mayor de los hijos de Rhaenyra era un caballero que le daría una buena vida a su sobrina.

El príncipe canalla sonría complacido cada que veía juntos a los futuros esposos, como en ese momento que al ir a la fosa los vio juntos en la playa. Sin dudas su hijastro se esforzaba en que su unión con ella funcionara. 

En ocasiones se preguntaba qué podía hacer para acelerar la boda... incluso llegó a pensar en embriagarlos y encerrarlos en un cuarto,  si no fuera por Rhaenyra ya lo hubiera echo.

—¿Qué es lo que te atormenta? —preguntó la princesa viendo a su prometido.— Hace días que te siento extraño.

Jacaerys dudó un momento, pero decidió soltar su preocupación.

—Lamento que te tengas que casar con un bastardo —dijo con seriedad.— No siento que sea digno de tí.

—Jace...

—Es evidente no comparto sangre con Laenor Velaryon —giró a verla.— Desde mi nacimiento la corte no deja de susurrar sobre mi bastardía al igual que la de mis hermanos —desvió su mirada al mar.— No tengo nada de un Velaryon ni de un Targaryen.

—No les des el gusto que vean que esos comentarios tienen efecto en ti —le dio una pequeña sonrisa.— Se valiente y demuéstrale a todos que sus comentarios no te hacen daño.

Vaenerys pasó sus manos por el cabello de su prometido y lo sacudió un poco, había notado como él aplanaba su cabello para que no se notaran sus rizos y luego se lo cortaba.

—Deberías dejarlos así.

—Cuando empezaron a formarse y me vi al espejo... solo pude ver el rostro de Ser Harwin Strong, por eso corto mi cabello.

—Eres un Targaryen, así tus rasgos no sean de uno —se mostró seria.— La sangre de dragón corre por tus venas y eso es todo lo que importa —lo tomó de la barbilla y se miraron mutuamente. Ambos se perdieron en los ojos del otro.

Jace colocó sus manos en la cintura de su prometida y la acercó más a su cuerpo. Un sentimiento de calidez de instaló en su pecho al ver como Vaenerys intentaba animarlo.

—Y a mí me gustan tus rizos.

El príncipe sonrió, se miraron unos segundo más antes que se inclinara hacia ella. Vaenerys cerró sus ojos y sintió una corriente recorrer su cuerpo cuando los labios de Jacaerys se posaron en los suyos.

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La princesa veía divertida como su fiel loba disfrutaba de los mimos que le daba el pequeño Joffrey, desde que llegaron a Dragonstone Maelyx había tomado al príncipe Velaryon como a su cachorro para envidia de Jacaerys, a quien la loba parecía no podía ver sin querer lanzársele a la yugular.

—Me odia —dijo el castaño viendo a Maelyx.

—Ella odia a todos —frunció el ceño cuando giró a verlo.— Mantén la postura recta, no puedes andar así, con los años arruinarás tu columna.

Jace sonrió y se acercó a ella con la intención de volver a probar sus labios, pero las puertas fueron abiertas y por ellas entró el maestre, quien le daba las clases de valyrio.

—No te sobre exijas, no se aprende alto valyrio en un solo día.

—Heredaré el trono de hierro después de mi madre, debo esforzarme en mejorar cada día para demostrarles a todos que soy mucho más que un bastardo.

—Vuelve a llamarte así y le daré permiso a Maelyx para que te de una mordida —advirtio antes de ir junto a Joffrey.  

Mientras Jacaerys estudiaba junto al maestre, ella escuchaba junto a su pequeño cuñado el cuento que la criada leía. 

Vaenerys comenzó a imaginar como sería cuando Jace fuera nombrado rey, y siendo sincera con ella misma no le emocionaba mucho que la gente la recordara solamente por ser "la esposa de..."

Por ello Vaenerys tenía claro lo que debía hacer.

Ser reina consorte no importaría demasiado siempre y cuando haga cosas destacables por el reino, su objetivo era conseguir que los siete reinos olvide que es solo la consorte, quedando así en la historia. Ella quería que en el futuro existan libros y canciones dedicadas solo a ella y su proeza como reina de los siete reinos.

—A menos que pienses destituir a tu madre tienes mucho tiempo para estudiar —la voz de Rhaenyra la sacó de sus pensamientos.

Jacaerys vio mal a Maelyx cuando soltó un bufido parecido a una risa. 

—Déjennos —pidió Rhaenyra cuando Daemon apareció.

El principie canalla no traía buena cara cosa que puso nerviosa a la Stark, presentía que algo malo pararía pronto.

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—Daemon no se veía uy contento —comentó la princesa golpeando con la espada de madera a su prometido.

Luego de salir de la sala, Vaenerys le propuso a Jace una lucha con espadas. Desde que salió del Norte no había podido tomar su espada y practicar como solía hacerlo, por lo que tomó ese tiempo para luchar contra su prometido.

—No golpeas con fuerza —reclamó.

—No quiero hacerte daño —una pequeña mueca de dolor apareció en su rostro cundo ella lo tiró al suelo.

—¿Enserio crees que lo harás? —puso su pie sobre él ejerciendo un poco de presión.— Quiero ver al guerrero experto en armas del que tanto hablan —dejó la espada de madera y tomo a tormenta helada.— No al que golpea como bebé por miedo a dañarme.

—Príncipe Jacaerys —dijo Ser Darwin, quien veía el enfrentamiento de ambos.— La princesa Vaenerys empuña una espada desde que era una niña, no dude en atacar como lo haría normalmente, ella se defenderá. Lord Stark y yo la entrenamos, y con orgullo puedo decir que hicimos un excelente trabajo.

Jacaerys dudó por un momento antes de levantarse y tomar la espada que el guardia de su prometida le tendía.

Ambos chocaron sus espadas con fuerza y lo único que se podía oír era el metal chocando entre si. Jace se sorprendió ante los buenos reflejos de su prometida para evitar sus ataques.

 —Cuide su espalda —indicó Ser Darwin a la princesa.

Vaenerys sonrió sintiendo como los ataques de Jace esta vez si eran fuertes, costándole un poco devolvérselos. Los genes Strongs se hacían presentes en ese momento y ella no dudaba que con el tiempo esa fuerza aumentaría.

Jace abrió su boca cuando ella lo mordió en el momento que estuvo por vencerla.

—Una loba salvaje, se defenderá con uñas y diente de ser necesario —rió el guardia de la princesa.

Jacaerys logró arrebatarle la espada, pero Vaenerys en su enojo por esa acción lo pateó en su entre pierna haciendo que caiga al suelo retorciéndose de dolor.

—Princesa, le recomiendo que si quiere tener hijos no vuelva a hacer eso —Ser Darwin hizo una mueca compadeciéndose del príncipe. 

—Creo que Jacaerys no tendrá un heredero si vuelve a recibir otro golpe de esos —Daemon llegó junto a ellos, desde lejos pudo ver el enfrentamiento y se sorprendió por lo buena que era su sobrina con la espada.

—No me gusta perder —dijo la platinada viendo a su prometido en el suelo.

—Al igual que Alyssa —dijo para sí mismo.— Guarden ese sentimiento de lucha. Tenemos que partir a King's Landing lo antes posible.

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