SORPRESA
Lamento hacer esto, pero tenía que hacerlo sí o sí.🤪
Agárrense bien de la silla.
______________________________
CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES
Sorpresa,
— Haru... — Kyomi sonrió nerviosa notando los ojos azules de Haruchiyo sobre ella mirándole fijamente.
— No te enojes con ella. — Ran tomó de los hombros a la menor llevándole hasta el sofá en donde le sentó. — Solo queríamos divertirnos un poco juntos.
Sanzu se acercó a la mujer en silencio, observándole por unos pocos segundos. Watanabe esperó a que el albino dijese o hiciese algo, comenzaba a ponerle demasiado nerviosa su intensa mirada.
— Teníamos planes para hoy. — Sanzu notó a la menor bajar la mirada avergonzada. — Nos vamos.
— Oye, no te la llevarás así como así. — Ran frunció el ceño al encontrarse con un arma apuntando a su cabeza.
— ¿Y quién me lo impedirá? — Watanabe se puso de pie, Rindo le tomó por la muñeca, evitando que se marchara.
— Carajo, ustedes me vuelven loca. — Los tres hombres observaron a la mujer. — Si esto continúa así prometo volver a mi antigua casa y no saldré de ahí nunca más.
— ¿Qué dices? — Rindo notó a la mujer fruncir su ceño con molestia.
Haruchiyo chasqueó la lengua. Kyomi dio un par de pasos hacia adelante.
Los tres hombres presentes se sorprendieron al notar a la mujer tambalearse, descendiendo de golpe después de unos segundos.
Sanzu le tomó en sus brazos, mirando con preocupación a su mujer.
— Kyomi... ¡Kyomi, abre los ojos! — Rindo sacó su teléfono de inmediato, marcando al número del doctor.
— ¿Qué diablos le sucedió? — Ran se acercó a la mujer, palmeando suavemente su mejilla, pero esta simplemente parecía ida.
Los dos hermanos notaron la obvia preocupación y sorpresa en el peli-rosa. Rindo se acercó a él.
— El doctor viene hacia acá, no debe de ser nada grave.
— ¿Qué le hicieron? — Ran y Rindo observaron confundidos a Haruchiyo. — ¿Qué mierda le hicieron para que terminara así?
— ¿Por qué demonios crees que es nuestra culpa? — Ran frunció el ceño.
— ¿No es obvio? ¡Estaba con ustedes hace media hora atrás!
— Nadie muere por tener sexo, imbécil. — Rindo tomó a Kyomi en sus brazos, caminando hacia su habitación.
Sanzu le siguió de cerca, insistiendo al médico porque se apresurara en llegar. Ran sacó un cigarrillo el cual encendió y comenzó a fumar intentando relajarse de aquella situación.
Desde su sitio podía escuchar la discusión que entre su hermano y el peli-rosa se llevaba a cabo.
[...]
— Salgan todos, por favor. — Los tres hombres observaron al doctor con molestia.
— Muchachos. — Kyomi les hizo una seña. — No hagan problemas, por favor.
— No te dejaré con él en esta habitación. — Watanabe miró fijamente a Rindo, este solo pudo bufar y salir de la habitación siendo seguido por los otros dos hombres.
El médico se acercó a la castaña, mirándole por unos segundos antes de suspirar.
— ¿Mantienes relaciones sexuales con ellos? Necesito saberlo por razones médicas, siento mucho si llega a incomodarle la pregunta.
— Uhm... Sí, las mantengo. — El doctor anotó un par de cosas en su libreta, guardándola momentos después.
— He hecho una prueba normal con resultado positivo, pero si lo desea puede ir al hospital y realizarse un examen de sangre.
— ¿A qué se refiere? — El médico mostró una pequeña caja a la mujer, Kyomi la reconoció de inmediato ¿Cómo no hacerlo? Más de una vez había comprado aquel producto para sacarse de encima una preocupación. — Oh, mierda.
— ¿Le gustaría que se los informe a los señores? — Watanabe negó.
— No... Se los diré yo misma. — El hombre asintió. — Le agradezco por venir.
— Estoy para servirle, señora. — El doctor tomó sus pertenencias saliendo de la habitación momentos después.
Sanzu fue el primero en entrar apresurado mirando a su mujer esperando a que está dijera algo.
— Ran, Rindo... Pasen ustedes también.
Los hermanos se adentraron en la habitación, mirando a la castaña con notable preocupación. Rindo se sentó al lado de la mujer, tomando una de sus manos.
— Esto es... Muy delicado. — Ran dejó caer el cigarro al suelo, pisándolo para apagarlo.
— ¿Qué pasa, nena? Por favor dime que no tienen nada terminal o me veré obligado a cometer suicidio. — Kyomi rio por lo bajo negando.
— Muchachos, yo... Iré al hospital a hacerme una prueba de sangre para confirmar esto, pero...
— Pero ¿Qué? — Sanzu comenzaba a desesperarse, Watanabe le observó por unos segundos.
— Carajo. Estoy embarazada.
Los tres hombres se congelaron en su sitio, ninguno sin reaccionar de ninguna manera. Era lógico ¿Quién demonios había embarazado a la mujer? Seguramente se preguntaban todos mirándose entre sí buscando alguna explicación.
— ¿No se suponía que mantenías un anticonceptivo? — Preguntó finalmente Ran, Kyomi asintió.
— Ninguno es cien por ciento efectivo Ran... Menos si tengo a tres imbéciles llevándome a la cama todos los días. — Kyomi tiró de sus cabellos hacia atrás, suspirando con frustración.
— Linda. — Rindo le miró, sonriendo. — Te apoyaré en esto, lo sabes ¿No?
Watanabe suspiró inclinándose para abrazar al hombre, siendo correspondida. Sanzu se mantuvo en silencio, no decía nada y era quien más preocupaba a Kyomi, necesitaba saber qué pensaba el peli-rosa, qué haría ¿La dejaría? ¿Se enojaría? ¿Asesinaría a alguien?
— El niño será mío. — Los tres restantes giraron sus rostros con sorpresa para mirar a Haruchiyo.
— ¿Ah? — Ran se cruzó de brazos. — ¿Quién te crees para decidir algo así?
— El futuro padre de la criatura. — Sanzu se sentó al lado de Kyomi, tomando su mandíbula y uniendo sus labios en un lento beso. Watanabe llevó una de sus manos a la mejilla del mayor, alejándose de sus labios.
— Oye, oye. — Rindo rio con ironía. — Si el niño es mío por supuesto que yo seré el padre, imbécil.
— Es mi mujer.
— Nuestra mujer. — Corrigió Ran, Sanzu le miró con molestia.
— Si no se callan juro que el niño no tendrá padre. — Los tres hombres giraron sus rostros para mirar ahora a Watanabe. — Esto es lo que haremos.
— Te escucho. — Asintió Rindo, Kyomi sonrió con malicia. Los tres hombres temieron por lo que venía.
— Ustedes tres se harán responsables del niño. — La castaña se dejó caer hacia atrás en la cama. — Puede ser de cualquiera, pero todos tienen la culpa de que esto pasara porque son unos idiotas que nunca usaban preservativo.
— No me quejo. — Ran se acercó a los tres. — ¿Puedo ponerle yo el nombre?
— Olvídalo. — Respondió Sanzu.
— Yo decidiré eso. — Kyomi llevó una de sus manos a su vientre. — Diablos, esto fue más rápido de lo que deseé.
— Puedes eliminarlo. — Rindo y Sanzu miraron con ira al mayor del sitio, Ran rio. — Era una simple broma.
— No lo haré, lo quiero. — La menor suspiró. — Pero ustedes serán quienes se encarguen de decírselo a mi hermano.
— Oh, no. Yo no haré eso.
— Ran. — Kyomi le miró fijamente. — Te olvidas del niño si escapas.
— Carajo, me va a dejar sin bolas.
______________________________
Surprise, motherfuckers.🏂
Ya saben.
Hagan sus apuestas aquí. Aunque creo que es obvio quien será el padre de la criatura.😨
El final está a la vuelta de la esquina.😔
D - 1
______________________________
💦 Un voto y un comentario se agradece.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top