FUERTE
CAPÍTULO VEINTE
Fuerte,
Una vez más se encontraba en la salida de su trabajo, mirando frente a ella a aquella mujer de hebras negras sonriéndole inocentemente como si no le hubiese coqueteado la mañana anterior a su hombre.
'Su hombre' probablemente a Kyomi comenzaba a pegársele la actitud posesiva de Haruchiyo.
— Dime ¿Hoy no vendrá a recogerte tu novio? Puedo llevarte a casa.
— No vendrá hoy. — Watanabe sonrió. — Pero vendrá alguien más, no debes preocuparte.
— Oh, es una lástima... Bueno, nos vemos.
Kyomi agradecida movió su mano de un lado a otro despidiéndose de la mujer.
— Aquí estás. — La voz masculina debía de ser para Dina lo que el azúcar era para las hormigas. No pasó absolutamente nada de tiempo desde que sonó una voz detrás suya antes de que la mujer se girara.
Los ojos de Tanaka brillaron con emoción observando al hombre de sería expresión y largos cabellos violeta que miraba a Kyomi, quien sonrió acariciando su mejilla.
— Veo que ya vinieron por ti, Kyomi. — La castaña cerró sus ojos en un intento por controlar sus impulsos de estrangular a la mujer.
— Sí, te dije que vendría alguien.
— ¿Cómo te llamas? Supongo que tú si estás soltero. — Bromeó la pelinegra, Rindo le miró de abajo hacia arriba sin interés alguno antes de simplemente tomar a la castaña de la cintura y girarse, caminando hacia su vehículo.
Watanabe rio internamente, Rindo no sería tan cordial como lo era Sanzu. Aunque dudaba de la estabilidad mental de Haruchiyo, el hombre sabía cómo comportarse cuando era necesario, por supuesto no armaría una escena fuera del trabajo de su mujer.
— ¿Quién es esa mujer? — Preguntó el menor de los Haitani.
— Una compañera de trabajo, quiere tirarse a cada ser humano con pene que exista. — Rindo soltó una risilla nasal. — No es broma.
— Me he dado cuenta de eso. — Kyomi entró al vehículo, encontrándose con Ran, después Rindo subió también.
— Hola, linda. — El hermano mayor se inclinó tomando de la nuca de la mujer para así unirse ambos en un beso.
Rindo carraspeó al notar las intenciones de su hermano, Ran solamente se alejó de Watanabe, limpiando antes con su lengua los rastros de saliva regados por las comisuras contrarias.
— Conduce hacia casa.
— Chicos. — Kyomi llamó su atención, ambos le miraron. — Sanzu quería que fuera a su casa después del trabajo.
— Que vaya él por ti. — Respondió Ran con una sonrisa. — Ahora mismo eres mía.
— ¿Tuya? — Rindo soltó una carcajada.
— Hermano, que tú la hayas hecho gemir de esa manera ayer no significa que yo no pueda hacer lo mismo.
Kyomi sintió su rostro entero colorarse.
— Deja de soñar, Ran.
— Despierta de tu sueño, Rindo.
— Ya basta, los dos. — Watanabe suspiró mientras intentaba abanicarse con sus manos y ocultar su sonrojo. — Solo llévenme a casa de Sanzu y ya.
— Bien. Conduce hacia la casa de Haruchiyo. — Ordenó Ran al chófer, este asintió comenzando a conducir hacia el sitio indicado. — Mientras tanto... ¿Quién era la chica bonita que le habló a Rindo?
Kyomi y Rindo miraron al hermano mayor con una expresión asqueada.
— Definitivamente tienes gusto de perro. — Susurró Rindo, Kyomi asintió de acuerdo. — Lo único bueno que han encontrado tus ojos ha sido a esta mujer.
— ¿Qué tiene? ¿Es tan malo?
— Ran, si tocas a esa mujer olvida la idea de volver a acercarte a mí. — Watanabe se alejó del hombre, sentándose sobre el regazo de Rindo quien rodeó su cintura con sus fuertes brazos. — Es más, te pondré una orden de alejamiento.
— Oye, no seas dramática, no me meteré con esa mujer. — Kyomi elevó una ceja. — Nena, no es mi tipo, solo dije que era linda.
— Una mujer linda para ti significa que te la vas a tirar ¿No es así? — Rindo sonrió al ver el rostro frustrado de su hermano.
— Qué asco. — Kyomi miró al hermano menor quien tomó su mentón, uniéndose en un lento beso.
— Dejen de hacer eso. — Ran frunció su ceño. — Les dije que no me meteré con esa mujer, no sólo pienso con la polla ¿Saben?
Los dos restantes se separaron con un ruidoso sonido antes de mirar al hermano mayor, Ran parecía comenzar a enojarse, y eso que pocas veces perdía la paciencia con ellos dos.
— ¿Siquiera piensas? — Bromeó Rindo.
— Bien. — Ran se giró hacia el conductor. — Detén el maldito auto.
El vehículo se detuvo a un lado de la carretera. Ran bajó del automóvil, Kyomi y Rindo se miraron confundidos, sus rostros mostraron sorpresa cuando la puerta del lado del hermano menor se abrió y una mano tiró del brazo de la castaña, sacándole del auto.
— Oye, con cuidado. — Rindo bajó después del vehículo, siguiendo a su hermano quien arrastraba a la mujer consigo. Entendió todo cuando frente a él pudo ver el enorme cartel de un motel, una sonrisa se estiró en su rostro.
— No seas muy duro con ella, hermano.
— Cierra el puto hocico.
— ¡Rindo! — El mencionado miró a la mujer. — ¿¡Puedes detenerlo!? ¡No quiero tener sexo con él!
— Disfrútalo, linda. — Watanabe mostró su dedo medio antes de ser obligada a entrar a la construcción.
Rindo sacó un cigarrillo y lo encendió, comenzando a fumar tranquilamente mientras esperaba por su hermano mayor fuera del sitio.
Mentalmente contó veinte minutos, quizá habían pasado más, pero al llegar al minuto veintiuno Rindo pudo ver a su hermano y a la mujer salir del sitio nuevamente, con la única diferencia de que Ran cargaba a la mujer en sus brazos y esta se encontraba inconsciente.
— ¿Qué demonios le hiciste?
— Le di tan duro que se desmayó. — Ran sonrió orgulloso. — ¿Acaso no escuchaste sus gemidos? Se escuchaban por todos lados, la recepcionista estaba como un tomate cuando salimos.
— No quería saberlo. — Rindo subió al vehículo ayudando a su hermano a subir a la mujer, colocando la cabeza de la menor sobre su regazo. — Conduce a casa. — Ordenó el hermano menor cuando Ran subió también.
— ¿No había dicho algo de ir a casa de Sanzu?
— Da igual.
Ran soltó una risilla mientras observaba el rostro sonrojado de la castaña. Sus cabellos se encontraban desordenados y sus prendas bien arregladas gracias a él, lo único que definitivamente no podría arreglar para cuando Haruchiyo llegara por la mujer serían la fila de marcas en el blanco cuello de la menor.
Sanzu definitivamente desearía golpearlo cuando las viera.
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Surprise!
Tengo problemas mentales y este libro se ha extendido más de lo que quería, no se sorprendan si escribo un final pronto.
Entonces, ¿Cómo creen que debería de terminar este libro?
Dejen sus opiniones y sugerencias aquí:
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💦 Un voto y un comentario se agradece.
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