𝐁𝐚𝐫𝐜𝐞𝐥𝐨𝐧𝐚, 𝐄𝐬𝐩𝐚ñ𝐚.

Margot

El techo de mi habitación era lo único que me apetecía ver, mientras algunas canciones de Taylor sonaban por mi habitación, esta era mi rutina desde hace 2 meses de lo sucedido...

—¿Tienes ganas de comer?— interrumpe mis pensamientos una voz, a lo que desvió mi mirada del techo y veo a mi hermano sosteniendo la manecilla de mi puerta.

—Sal de aquí— le pido de la mejor manera, para girarme y darle la espalda, simplemente no me apetecía hablar con alguien ni ahora, ni en unos días, ni en unas semanas.

—Por favor Maggie, tienes que tratar de olvidarlo, no puedes estar en tu habitación todo el día, no tienes que hundirte en la depresión— intenta hacerme entender mi mellizo, a lo que tomo una almohada y se la lanzo con fuerza.

—¡Me importa un bledo tu opinión Martín!, quiero estar sola y punto, jamás vas a comprender mi dolor y espero que nunca pases por algo así, por lo que te pido de nuevo, ¡Que te largues de mi habitación!— le grite con impotencia, para acomodarme nuevamente en mi cama y escuchar como se cierra la puerta de mi habitación segundos después.

Un olor a puré de papas inundo mi nariz tiempo después, a lo que por primera vez en dos meses, sonreí, el puré de papas es mi debilidad, podría comer puré de papas todos los días de mi existencia hasta mi muerte, pero no quería salir de mi habitación, intentaba castigar a mi cuerpo, en no darle los alimentos necesarios, miré mis dedos y noté como tenían esas líneas blancas por falta de calcio en mis uñas, pero no me importaba, ya nada me importaba la verdad. El amor para mi ya se había vuelvo irrelevante.

—¡Tienes visita Maggie!— informa la voz irritante de mi hermana abriendo la puerta de mi habitación y noté como ingreso mi mejor amigo, Pablo Torre.

—¿Qué haces aquí?— fue lo primero que le pregunté.

—Creí que lo de que tenías depresión era chiste, acabo de regresar de Londres y lo primero que me dice Gavi es que estás muy mal— comenta Pablo mientras mira con disgusto mi habitación, la cual le hacía competencia al basurero municipal.—¿Cuánto tiempo llevas así?— inquiere Torre para acercarse a las cortinas de mi habitación y abrirlas de golpe.

—¡Idiota!, ¡te odio!— le grité con enojo al sentir los rayos de sol ingresar a mi habitación.

—Quiero a mi Maggie de vuelta, así que ve a ducharte, vamos a almorzar juntos y te vas a desahogar conmigo, ¿entendido?— me explica Pablo lo que haremos, pero me quedé sin decir ni hacer nada—¡¿Entendido?!— se escucha como sube el tono de su voz, a lo que con molestia me levanto de mi cama y me dirijo a la ducha, no sin antes caer de golpe al suelo, habían platos, ropa y basura que impedían mi paso, escuché la risilla burlona de Aurora y con rabia me levanté para abalanzarme sobre ella, pero Pablo me atrapó antes de, y me miro seriamente, a lo que con malestar me aleje de ellos e ingrese a mi baño finalmente. —¡Te lavas bien las axilas porque apestas a sobaco idiota!— escucho que me grita el cántabro, a lo que no dudo en rodar los ojos y prender la ducha minutos después.

Después de darme una ducha bastante relajante y volver a mi rutina de baño, en donde le pongo sus respectivos tratamientos a mi cabello y exfoliarme la piel, terminé de ducharme, y salí con una toalla enrollada en mi cuerpo y en mi cabello, y me vi al espejo, para suspirar y sentir como las ganas de llorar llegaban de nuevo a mi, noté mis ojos con agua acumulada, pero parpadee rápidamente y me limpie las mejillas, para volver a suspirar y comenzar con mi rutina de Skincare que había dejado de hacer.

Me encontraba colocándome una sudadera, cuando tocaron la puerta de mi habitación.

—¿Si?— fue lo único que pregunté, porque me encaminé a abrir la puerta.

—Pablo me dijo que habías aceptado salir de tu habitación....— comenta Fermín, uno de los mejores amigo de mi hermano y mi primer amor, lo digo enserio, fue el primer chico del cual me enamoré, pero o la vida no nos quiere juntos o él es muy tonto para ver que me gusta, yo me limité a ascender con la cabeza, dando a entender que acepté la idea de Pablo, sentí como el me abrazó fuertemente y no dudé en quebrarme de nuevo, comencé a llorar sin más, y escuchando palabras reconfortantes por parte de Fermín.

—Fui tan tonta, lo fui— me culpaba de nuevo, pero era cierto, yo era la tonta, yo era la culpable de lo que pasó.

—No lo fuiste, él lo fue, por dejar a una gran chica, ¿de acuerdo?— me hace ver mientras acuna mi rostro en sus manos, yo me limite en hacer un puchero y él me sonrió, para darme besitos en las mejillas y yo no dude en reírme, me hacía cosquillas que hiciera eso.—¿Vamos a almorzar?, por ahí vi que tu madre preparó puré de papas— me informa Fer con una sonrisa de oreja a oreja.

—También lo olí, y si, vamos, que me muero por acabarme un plato de puré de papas— contesté, y él me abrazó por los hombros y así encaminarnos hacia la primer planta, donde Aurora y Alí colocaban la mesa.

—¡Corazón!, ¿Cómo andas Princesa?— se acerca Alí a saludarme mientras me da un fuerte abrazo y me da un beso en la frente, yo le sonreí, Alí era la persona más tierna y amorosa del mundo, siempre estaba dispuesta a ayudar, además de que es la esposa de Pablo, hace 2 meses exactamente, cuando pasó todo el problema, ellos se encontraban en Londres, ya que la madre de Alí se encontraban gravemente enferma, por lo que se estuvieron esos dos meses ahí, aunque hubieron complicaciones por el trabajo de Pablo, más que nada porque se perdió varios partidos, pero creo que llegaron a un acuerdo, por lo que me contó mi hermano.

—Bien, ya mejor— contesté con cierta mentira en mis palabras, a lo que ella no dudo en darme otra sonrisa.

Después de recibir felicitaciones por parte de mis padres y hermanos por salir de mi habitación, nos dispusimos a almorzar una deliciosa pechuga de pollo al vapor, ensalada y el delicioso puré de papas, aunque bueno, yo me acabé la mayoría del tazón, pero los demás no pusieron queja alguna, al contrario, se alegraron que volviese a comer como antes.....

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Me encontraba arreglando mi habitación con ayuda de Pablo, porque enserio necesitaba una buena limpieza, Pablo abrió la ventana de mi habitación para que ventilará un poco el aire.

—¿Y bien?, ¿me vas a decir que pasó?— me pregunta el cántabro a lo que yo negué con la cabeza apresuradamente e ingresé unas cosas a la bolsa de basura.—Bueno, si no me lo dices tú, trataré de adivinar...., ¿desde hace cuanto no hablas con Nico?— me consulta el futbolista, a lo que levanté los hombros sin saber.

—Desde hace un tiempo— me límite en responder.

—¿Terminó contigo o tú con él?— inquiere con la segunda pregunta.

—Supongo que fui yo, ni se como terminamos— contesté un tanto confusa, porque con lo sucedido, no había mucho que hablar con él, solo con lo que vi, sabía que la relación de en sueño terminó.

—El domingo hay clásico— me informa el castaño a lo que lo vi de golpe y con un rostro de nervios y susto.

—Pues me temo que no iré— le respondí para tomar la canasta de ropa sucia y así poder salir de mi habitación, pero Pablo interrumpió mi acción.

—No me refiero a eso Maggie, hablo de que si Gavi lo ve, no solo le va a querer dar un guantazo— me comenta su punto de vista mientras se muerde el labio inferior con preocupación.

—Eso no pasará, Gavi no es tan agresivo, tranquilo, no pasará nada malo— intenté calmar esa escena que se armó en su cabecita y salí de mi habitación sin más, para encaminarme hacia la lavandería, aunque lo que dijo Pablo comenzaba a cobrar sentido mientras más y más me acercaba a la lavandería, conozco a mi hermano, y "venganza" es parte de su vocabulario y personalidad, o si no preguntadle a Vinicius Jr. como acabo la pasada copa del Rey por culpa de mi hermano.

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Luego de terminar de arreglar mi habitación, mi familia comenzó a rogarme por salir al centro comercial y pasarla bien, de compras y cenar por ahí, así que no dudé en aceptarlo, obviamente Gavi no dudo en agregar al plan a Fermín, con el cual nos encontraríamos en el Mall.

—¡No me abraces eh!, que no me gusta— se queja Gavi mientras Aurora lo abraza e intenta tomarse una foto con él para su ig, mi padre el cual iba conduciendo rodó los ojos y mi madre estaba por llamarles la atención.

—Aurora, mi duda es, ¿Qué le importa a la gente lo que subes a tus historias?— le pregunté con cierta molestia en mi duda, a lo que Gavi lanza una fuerte carcajada y aplaude como loco.

—Mucho, este tiempo eh subido de seguidores, además de que la mayoría aman ver a Gavi, así que hay que aprovechar la fama de Pablito— me comenta mi sevillana hermana a lo que yo no dude en reír.

—Yo es que no lo entiendo que le ven a este, porque lindo no es —estaba comenzando a picar a mi hermano, a lo que las risas de mis padres y hermana se escuchan por el auto, mientras que Gavi suspira intentando tener paciencia, para después abalanzarse sobre mi y abrazarme fuerte, mientras me llena la cara de besitos.

—¡Aléjate tonto, que me asfixias!— me quejo entre risas.

—¡¿A ella si la abrazas no?!— se queja Aurora y ambos nos miramos para aumentar nuestras risas.

—Obvio, porque ella es mi yo mujer, ¿Cómo no abrazarla con esa tierna carita?— continúa molestando el Sevillano para ambos sentarnos de nuevo en nuestros asientos y yo darle un golpe en el brazo—¡Auch!, que lo digo enserio Mags— contesta mientras se acaricia el brazo.

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Finalmente llegamos al centro comercial, luego de que mi padre estacionará el auto, todos salimos y nos encaminamos hacia donde nos encontraríamos con Fermín.

—¡Mi familia!— grita con ese acento andaluz el rubio, no dudé en reírme.

—¡Oh valla!, de nuevo verte la cara hijo— contesto con "pesadez", a lo que el futbolista aumenta su sonrisa.

—Lo se Mags, no puedes vivir sin mi— responde con esa sonrisa que tanto me encanta.

—¿Vamos a comprar o nos quedaremos a ver como estos dos se coquetean?— pregunta Aurora, recibiendo un regaño por parte de mi madre, y nuestras risas para burlarnos de ella.

Sin más, nos dividimos, mi madre, hermana y yo fuimos a comprar ropa y maquillaje, mientras que los chicos y mi padre optaron por ir a ver una tienda de fútbol, nada raro la verdad.

—¡Mira, son las hermana de Gavi!— se escucha que dice una chica atrás de nosotras, a lo que miré a mi hermana, y ella me hizo un gesto chistoso y no dude en reírme.

—¡Oigan!, disculpen, disculpen, pero no podíamos irnos sin decirles que son muy hermosas, y que les admiramos a ustedes y a su hermano, decirle a Gavi que lo amo porfa— nos pide una chica morocha a lo que no dudamos en sonreírle.

—Gracias por tus lindas palabras, claro, yo le digo— contesté yo antes, mi hermana se limita en ascender con la cabeza.

—¿Nos podemos tomar una foto con ustedes mi amiga Sandra y yo?— nos pregunta la jovencita.

—Seguro, no veo porque no — acepta Aurora, así que después de unos minutos, nos tomamos unas fotos con las chicas, les agradecimos el apoyo hacia nuestro hermano y continuamos con nuestro camino junto a nuestra Mamá.

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Después de las compras nos dirigimos a un bello restaurante, opte por sentarme en medio de mi hermano y Fermín, y luego de unos minutos de estar con la cena servida comenzamos a cenar, entre charlas de los entrenamientos y ver las estadísticas de la empresa de mi hermana, llego la hora del postre.

—Que te has manchado un poco de chocolate, déjame limpiarlo— me informa Fermín mientras toma una servilleta y me limpia la mancha que tenía en la comisura de mis labios.

—Gracias eh— le agradecí para darle una sonrisa nerviosa y continuar comiendo.

—¡Necesitamos una foto de la cena por favor!— comienza con sus suplicas Aurora, a lo que no dudamos en aceptar, después de todo, es lindo tener este tipo de recuerdos, así que Gavi fue quien tomo las fotos

—¡Tío pero sonríe un poco!— le molesta Fermín, a lo que ocasionó que me riera sin parar.

—¡Demuestra actitud cabezón!— le continuo picando a mi mellizo, él cual bajó el teléfono y nos fulmino con la mirada.

—Es que cuando se juntan, quien los para, idiotas— responde con cierto cabreo y alegría, mi hermano menor.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐫á.............................

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¡Gracias por leer el primer capítulo!, son lxs mejorxs.

¿Qué creen que le pasó realmente a Margot?

¿Pronto conocerá a Pipe?

¡Nos leemos prontooooooo!.