La noche era mágica. Eva estaba en una fiesta, bailando, viviendola, sin importar nada más.

Pero entonces, lo vio: Ollie Bearman, el piloto de carreras, estaba parado en la esquina de la sala, sonriendo nerviosamente hacia ella. Le pareció que estaba evaluándola, pero de una manera que no la hizo sentir incómoda.

Se sintió atraída por él de manera instantánea. No sabía qué era lo que le gustaba de él, pero sabía que no podía apartar la mirada. Estaba confundida, estaba acostumbrada a las miradas, a ser deseada. ¿Entonces por qué se sentía tan especial estar bajo su mirada?

Espera que esta sea solo la primera página y no donde la historia termina. Si es así, la guardará en una fotografía, donde el tiempo nunca pasa, nada termina.

Odiaba enamorarse, y si bien solo se estaba sintiendo atraída físicamente, que pasara de eso le aterraba.

Solo podía pensar: por favor, no te enamores de alguien más; por favor, no tengas a alguien más esperándote.