01|Vuelta atrás.
¿Qué era la confianza? ¿Era algo que tenían los amigos? Quizás sí, quizás no.
El príncipe otomano que ahora daba sus últimos suspiros de vida se arrepentía rotundamente por haber confiado ciegamente en aquel jenízaro que decía ser su amigo; claro que conocía la palabra "traición", pero nunca la había experimentado.
Claro que conocía el significado de deslealtad, pero jamás en su vida la había experimentado.
El príncipe, que se encontraba tirado solo y moribundo en esa cama, se arrepentía de todas sus decisiones tomadas hasta el momento. ¿Por qué había sido tan ingenuo como para confiar en todos? ¿Por qué nunca pensó que la maldad existía?
Por qué nunca en su vida había pensado en la crueldad que podía tener el mundo, nunca había pensado en algo más que todo el amor y bondad con el que había sido criado.
Él solo conocía lo que era realmente la felicidad, vivía en una burbuja, nunca se involucró en intrigas.
Quizás este era el precio a pagar por haberse mantenido al margen toda su vida; todo lo que ocurría ahora no era más que algo del destino para entender que la inocencia se paga caro.
En ese imperio, aquel que era noble era el primero en conocer a Allah; el que no era ambicioso y quería vivir en paz siempre era el primero en ser eliminado del juego otomano. Eso fue lo que ocurrió con el príncipe de la Sultana Hurrem.
Con lágrimas en los ojos y con dolor en todo su cuerpo, el sehzade pidió un deseo, deseó que la vida le diera una oportunidad para poder corregir todo, para demostrar que él nunca se dejaría aplastar nuevamente.
Muchas personas dirían que eso es imposible, pero sin embargo, su deseo se cumplió.
Mehmed había vuelto a la vida, pero no a su realidad original, sino a una donde sus padres parecían llevarse un tanto mal.
Lo primero que escuchó fue cómo sus progenitores peleaban por ponerle el nombre, que al final resultó ser el mismo que en su vida anterior.
La sonrisa que tenía la sultana cuando lo acunó entre sus brazos era la misma que tenía la primera vez que lo vio en su vida pasada.
La Sultana Hurrem siempre fue la primera razón por la que Mehmed siempre sonrió, y en esta nueva oportunidad no sería la excepción; sin duda alguna, su madre siempre era y será su más grande motivo de hacer las cosas bien.
O al menos así era en su vida pasada, puesto que en esta, Hurrem sería su más grande motivación para ascender al trono.
A partir de ahora, si quería que las dos mujeres más importantes de su vida, es decir, Hurrem y Mihrimah, fueran felices, tendría que ser astuto y no dejar que nadie lo matase como anteriormente.
Tenía que destacar y demostrarle a las demás esposas de su padre que él también podía ser el nuevo Sultán que gobernara el mundo; ya no sería esa mansa oveja que dejaba que todo el mundo hiciera y deshiciera sobre él.
A partir de ahora, él sería un león jugando a ser una oveja, pues si quería ganar el trono otomano, necesitaba hacerle creer a sus enemigos que era una tonta oveja que no le interesaba el trono.
Algo bastante fácil de aparentar, pues nadie sospecharía que a él realmente ya le importaba el trono de oro.
La voz dulce de la sultana hizo que saliera de sus pensamientos y cerrara los ojos, dándose cuenta de la situación en la que estaba.
Sí, ya no era un joven de veintidós años; él ahora era un recién nacido con solo media hora de vida. Definitivamente no podría hacer mucho con eso, pero el tiempo pasaba rápido; en cuanto menos se lo esperaba, volvería a estar en la mira de las demás consortes.
"Me pregunto qué tipo de adulto serás de mayor", habló la pelirroja con una sonrisa. "Sé que serás un hombre bueno y dulce, mi pequeño león".
Vale, las expectativas de su madre no estaban siquiera en sus pensamientos. No, él quería obtener el trono y con esas características nunca lo haría.
Dejó que la pelirroja siguiese hablando, escuchándola atentamente; sabía que Hurrem esperaba un príncipe con la misma personalidad que en los cuentos de hadas.
En este palacio era imposible, pero si su madre quería, él podría comportarse de ese modo solo para ella.
Después de todo, su objetivo era hacerla feliz, y era algo que él lograría
MIS AMORES DAMOS INICIO A ESTA HISTORIA OSI OSI.
Algo que tengo que decirles es que esta historia será narrada en tercera persona, pues si lo narrara solo de una perspectiva tendría que crear como 8 libros para entender todo.
Segundo, puede que con esta historia quieran asesinar a Mehmed por varias cosas, voy avisando para que luego no vengan con sus cosas de que arruine al personaje, que Mehmed seria incapaz de hacer eso, etc.
Literalmente la historia se llama: "EL Maldito.", no creo que trate de flores.
¿Van a sufrir? Dependen del bando que elijan lloraran o tendrán alegrías.
Sin más que decir, muchas gracias por estar aquí.
Advertidos estan.
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