La mesa estaba lista, los cubiertos puestos y la carne esperando por ser servida.

Los hombres comenzaban a arribar con un notable rasgo altanero que ya era costumbre llevar como una máscara de ego, fácil de atravesar a decir verdad.

Tomaban asiento en la larga mesa dispuestos a disfrutar de su linda noche, sin embargo, no tenían idea de lo que estaba por venir.

Al caer la noche, el ángel de plata admiraba esa obra de arte frente al espejo mientras le daban los retoques finales, antes de salir de la tienda satisfecho ya vestía su característico traje, casi blanco, pero este era nuevo, y claramente no era igual a todos lo anteriores, claro que no, eso sería demasiado ordinario, vestía un elegante traje color crema con algunas perlas bordadas al cuello, la orilla brillaba con un intenso azul marino, su camisa era de color melón y de su corbata azul marino resaltaba una brillante gema verde, como era de esperar, una hermosa esmeralda.

Radiante como siempre, procedió a dirigirse hacia el local que lo había tenido tan ocupada esos últimos meses, todo para llevarse consigo su nueva adquisición.

Pero no era el único en camino.

Los protagonistas de la noche eran transportados en el camión junto a los demás querubines.

Emma se recargaba en el hombro del niño grande que estaba a su lado, el niño grande también estaba temblando.

Fue grata la reacción de los inquilinos al ver llegar a la anfitriona, no tan grato fue ver al señor Norman llegando al mismo tiempo, siendo todo menos discreto, ya no le importaba para nada la autoridad que Isabella proclamaba tener, la que todos en esa sala le habían otorgado también.

Ahí era todo menos bienvenido por los sacos de carne viejos y arrugados como pasas, seamos sinceros, le tenían envidia, y después de esta noche no haría nada más que ganarse una fila entera de poderosos enemigos, que esperaban relamiéndose los labios por al menos un día, probar la jugosa carne de 63194, idiotas, por muchas cosas claro, pero estúpidos por no haber aprovechado su oportunidad antes.

Bueno, supongo que uno no piensa que haya rutas de escape ante una situación como en la que se encontraba la famosa pelirroja, poniéndolo en perspectiva ¿Ustedes creerían que iría a algún lado? Yo creo que solo lo desearon con empatía hasta que se volvió lo más cercano a una realidad.

Después de la rimbombante entrada por parte de los antagónicos dignos de una opera , como siempre, Isabella dio su aburrido y repetitivo discurso, nada fue diferente a excepción de la atenta mirada de Norman sobre los comensales, si, podía haber estado un par de veces con dichos cerdos en más de una ocasión, pero no era un entusiasta de la conversación en un lugar tan sombrío, no es como si alguien fuera a prestarle atención con buenas intenciones, no, sin embargo, se preguntaba ansioso quien podría ser el tal Magun, el afortunado cumpleañero excéntrico que gustaba de la pelirroja, no era difícil destacar en un lugar donde todos pretendían mantener un perfil bajo sin perder la elegancia, hablando de cualquier persona a parte de Norman que ni siquiera ponía esfuerzo destacar porque su simple presencia resaltaba incluso con los harapos más rotos y sucios.

Así transcurrió durante la primera presentación, como siempre, el coro de niños hizo lo suyo, cantaron y temblaron, nada sorprendente, era siempre algo incomodo de oír para nuestro querido protagonista, prefería apartar la mirada mientras tomaba de su copa de vino una y otra vez, evitando hacer contacto visual con algún pequeño que suplicara con la mirada un poco de misericordia, movía su pierna derecha con impaciencia mientras también hacía sonar sus dedos golpeando contra la mesa suave pero constantemente.

El suplicio paró cuando el piano dejó de tocar, la melodía se apagó y con ella los nervios del artista alvino de tes clara, los aplausos no se hicieron a esperar, sacando del transe a la pobre niña de piernas temblorosas que esperaba detrás de una cortina su entrada.

- Una conmovedora interpretación, gracias niños, ahora, me gustaría anunciar una pequeña presentación sorpresa, en honor al gran contribuyente de este establecimiento, el señor Andrew Magun, felicidades señor, otro maravilloso año -

- Y los que están por venir -

Todos rieron por alguna razón, y por fin fue revelado, rápidamente la mirada de todos se giró hacia el hombre de tes morena y cabellera cabellera color blanco cenizo, delatando así su transición a la tercera edad, su voz era áspera y poco agraciada, probablemente el fruto de décadas de humo inhalado y exhalado por su garganta, y una visión clara del futuro de nuestro artista favorito si continuaba con su vida de malos hábitos.

El señor Magun tomó un gran sorbo de su copa de vino siendo imitado por los demás, como si de repente se volviera el alfa de la manada, debían dejarle eso al hombre ¿No? Después de todo era su día especial, solo después de hacer es mínimo gesto, fue detectado y analizado por su enemigo aun no jurado, Norman, quien ya lo miraba con rabia disimulada mientras bebía de su copa de vino.

- Ahora, nuestro querido girasol nos deleitará con su hermosa voz en compañía del ángel de plata y hellebore -

Momento del show, Norman se levantó de su asiento con una flameante sonrisa dispuesto a terminar de una vez con todo esto.

Emma abrió la puerta siendo alentada por Ray a su espalda, quien minutos antes se había ido a poner su traje negro simple, aunque era algo diferente de como lo recordaba, suspiraron amargamente en un vanó intento de sentirse mejor y por fin dieron un paso al frente, fueron recibidos con aplausos y silbidos, en otra situación este sería un momento hasta emocionante para la pequeña, sinceramente, la idea de ser ovacionada por un público no era una idea que le disgustara, tenía un ángel para atraer a las personas que para su desgracia, no desapareció con el tiempo, eso era parte de lo que la ponía en esta situación.

Norman se sentó al piano, Ray se colocó detrás de el y Emma en medio de ambos, justo frente al publico, agradecía eternamente la luz que deslumbraba su visión, así no tendría que ver a nadie a la cara.

- Un, deux, trois -

Dada la señal por el confiado artista, sus manos se deslizaron suavemente sobre las teclas del piano, comenzando así la presentación.

- Lets... play to a song that we made -

Después de la primera entonación, Ray se unió a la melodía

- Wipe your tears and your fears...  I'll be here... When the nights get too lonely... When the skies become gray... Its okay, its okay Just take everything day by day and you will see... It's not as bad as it seems -

Era todo un espectáculo ver a ese inusual trío junto dando una presentación tan bella, porque eso era, una hermosa interpretación de una hermosa canción, se podría decir que era hipnótica incluso, por un lado se encontraba la linda Emma, quien incluso en estas circunstancia, daba todo de si misma para hacer valer las horas de práctica que pasó con ambos, no dejó de sonreír ni un solo instante, justo como le recomendó su maestro, quien no se quedaba atrás, a pesar de no ser el interprete principal, a pesar de ser repudiado por los comensales por nada más que envidia, seguía siendo difícil ignorarlo, se movía con gracia y elegancia dejándose llevar por la música, era pare de su virtud, y como podrían ignorar a Ray, quien dotaba de un porte fino sin igual con aquel traje nunca antes visto por los cerdos dichosos de tener ante sus ojos tan magnifica pieza de colección, había tocado antes, pero seamos sinceros, si acaso se pasaba la mano por el pelo disimulando peinarlo, y con trabajo abotonaba su camisa al revés, esta era sin duda una noche de deleite para los clientes, y no parecían dispuestos a desperdiciar. 

- I know, times can be tough... The waves can reach high and low, It can be rough... -

Emma miró a Norman con dicha en el alto, dedicándole un gracias de corazón

- But I promise This will soon pass away...  Everything will be okay so... -

Regresó la mirada al frente, siendo deslumbrada de nuevo por la luz directa.

- Lets play to a song... that we madeWipe your tears...  And your fears...  I'll... be... here -

Su voz dejó de vibrar, al igual que lo hicieron las cuerdas del piano y el violín.

Aplausos y barullo nuevamente.

Magun se levantó de su asiento seguido por toda la bola de ovejas a su alrededor, pero el no se detuvo ahí obviamente, caminó hacia la pequeña que hacía una pequeña reverencia frente al pequeño público junto a los otros dos ineptos que se creían la gran cosa, pero al menos eran más que la pila de basura que se dirigía a la pelirroja con un ramo de hermosos girasoles.

- Eso fue absolutamente conmovedor querida -

Dijo extendiendo el ramo hacía ella agachándose en el proceso.

- Me alegra que le haya gustado señor Andrew , espero que eso hay sido un feliz cumpleaños -

El le dijo que lo llamara por su primero nombre desde el primer día, jamás lo olvidó.

- Si... pero aun no acaba ¿Verdad? -

Y las palabras que tanto temía escuchar justo salieron de su boca, porque el tormento no había terminado.

Por Dios, fue tan tonto de su parte creer que eso sería todo, y en serio lo creyó por un momento, claro que lo reflexionó más de una vez, pero díganme ustedes que preferirían creer.

- S-seguro, señor Andrew -

El hombre tomó su hombro y lo apretó con fuerza mientras mantenía una sonrisa sínica en su rostro, la hizo dar media vuelta y caminar hacia el laberinto que conducía al gran salón con las carpas. 

Obediente, como lo había sido hasta que llegó el dichoso señor Norman, le siguió el juego no pudiendo ocultar más su mirada vacía, en blanco.

De todos los infames aquí, no había uno que Emma detestara tanto como detestaba al imbécil de Magun, por tantas razones, que no valía la pena numerarlas todas, además, confío en que pueden adivinar la mayoría. 

Mientras a la chica de ojos verdes la llevaban a enterrar, el par impar se complementaba.

- Diste un gran show, hellebore -

- Ew, no me digas así, solo estos bastardos pueden llamarme así, tu puedes llamarme cuando quieras -

- Ah, con que galante ¿Eh? Bueno galán ¿Te vas a decidir? ¿Soy "tu" o "usted"? -

- Depende de mi humor, corazón -

- ¿Te han dicho que hablas cómo prostituta barata? -

- Okey, tres cosas, uno ¿Cuándo te he faltado yo así el respeto? Segundo, pues básicamente es lo que soy, tercero ¿Cómo sabe como hablan las prostitutas baratas? Dios señor Norman, pensé que tenía estándares -

Norman rio genuinamente divertido, en serio amaba hablar con ese chico, parecía siempre tener una respuesta ingeniosa bañada de un humor ácido que ambos sabían compartir perfectamente.

- ¿Y? ¿Ya te la vas a llevar? -

- Es el plan -

- ¿Y va a ser antes o después de que le den la violada de su vida? -

Norman lo miró serio, sin saber a que venía el comentario, eso hasta voltear en dirección a donde apuntaba el joven de pelo negro, en menos de un santiamén ya estaba parado frente a Emma justo antes de cruzar la puerta al infierno.

- Disculpe, creo que hubo una equivocación, ella viene conmigo -

Dijo Norman también sosteniendola del hombro bruscamente.

- Me parece que no escuchaste campeón, esta noche el cumpleañero elije, y el cumpleañero soy yo y elijo a mi querido girasol -

Exclamó con malicia acariciando con su pulgar la suave cara del girasol, el albino mordió la parte interna de su labio en un extraordinario esfuerzo por no golpear al tipo no más bien, a la escoria que tenía por delante.

- ¿Hay algún problema? -

Se acercó Isabella intentando averiguar la situación, situación que frenaba el plan justo ahora.

- Isabella, este caballero insiste en que el girasol baya con el, pero yo, dicho sea de paso, ya pagué una ridícula cantidad de dinero solo para asegurarme de tenerla a mi lado esta noche -

- Es cierto señor Norman, creí que habíamos llegado a un acuerdo -

La madre no estaba contenta, y se lo dejó saber al responsable con una simple mirada.

A decir verdad Norman se había quedado sin excusas, por primera vez en ya varios meses una luz de incertidumbre apareció en sus claros ojos, sostuvo firme el hombro de Emma pensando en que decir, todos observaban expectantes de la situación, jamás habían pensado que alguien podría decirle que no al cotizado artista de cabello blanco, sin embargo tampoco a Magun.

No muchas ideas cruzaron por su mente, solo dos y ninguna era la correcta, pero al sentir la la pequeña mano de la pelirroja, supo entonces que ella creía en el.

Es una pena.

Y de la nada Andrew ya tenía el puño de Norman en su nariz, retrocedió intentando no perder el equilibrio, por culpa del impacto sus gafas ahora yacían en el piso junto a un par de gotas de sangre que escurría por su fosa.

Todos estaban en shock, nadie creía que esto se rebajaría a golpes, después de todo eran caballeros, y la situación pudo ponerse peor, si, pero antes de que alguien dijera nada, Norman ya había sacado su pequeño revólver y se había echado a correr con Emma de la mano.

Con una puntería de mierda pero una agilidad de diez, logró esquivar a las pocas personas y guardias dentro que habían reaccionado por orden de Isabella para detenerlo, disparó a la puerta tres veces hasta que por fin le dio a la cerradura, más a parte las otras dos que apuntó a quien se opusiera en su camino.

Al abrir la puerta, cargó a Emma como costal de papas hasta la camioneta blindada mientras llovían balas por doquier, arrojando a la niña dentro sintió su hombro ser perforado, entonces también entró en a parte trasera con la adrenalina al tope.

- ¡¿QUÉ SUCEDE SEÑOR?! ¡AY DIOS, ESTÁ HERIDO!-

- ¡PUTA MADRE VINCENT CONDUCE! -

El sonido de las llantas quemando el asfalto a toda velocidad dejaron muy por debajo al metal de las balas golpeando contra el pavimento.

Eso hasta que Isabella salió del local viendo las luces traseras desaparecer en una esquina, entonces soltó un chillido de rabia que hasta el mismo infierno fue capaz de oír.

Ray y Yuugo estaban que botaban de la risa en el interior de la fachada, pero el chico no era un despiadado sinvergüenza, fue afuera, tocó el hombro de su susodicha madre e intentó reconfortarla un poco.

- Hey, ¿Cómo andas permatrago? -

- No estoy para esto ahora, Ray, acabo de perder millones, estoy muerta -

Sobaba sus sienes con desesperación.

- Vas a estar bien, oye, venía de buena voluntad a preguntar si debo ofrecerle mi valiosos servicios al señor pito flácido que acabas de estafar -

- ¿De que hablas? -

Estaba hasta la madre, lo miraba cansada mientras Ray solo podía sonreír con satisfacción, un deleite era ver a esa mujer tener solo un poco de escarmiento.

- Si, el cumpleañero, lo dejaron sin pastel y te puede meter demanda o algo, deberías hablar con el, hoy ando de buen humor, aprovecha -

Isabella respiró hondo y exhaló pesadamente mientras se pasaba las manos por la frente hacia atrás recuperando su expresión neutra y su anterior compostura.

- Vamos -

Fueron adentro notando de inmediato el caos por doquier, hombres heridos y susurros por doquier, incluso entre los niños gobernaba la incertidumbre, y los encargados de cocina se asomaban de vez en vez intentando ser discretos, fallando estrepitosamente.

- Su atención por favor, me alegra que este incidente no haya pasado a mayores, aunque desafortunadamente nuestro personal fue dañado es un alivio que todos se encuentren bien -

- ¿Bien? ¿Llama a esto bien? Pagamos millones por una noche tranquila de servicio perfecto ¿Y la seguridad puede ser burlada así de fácil? De haber sabido que era así de fácil me robo un niño hace años -

Dijo un hombre.

- Les aseguro que esto no volverá a suceder, cambiaremos de ubicación y asegura-

- No gracias, ya tuve suficiente, yo me retiro, que tengan buena noche, buscaré otra sucursal -

Y así, de uno en uno, con el mismo punto expuesto, se fueron yendo del local dejando a Isabella desmoronándose por dentro, veía como el esfuerzo de años de trabajo de iba a la basura por un simple descuido, millones de dólares se convertían en deudas cada vez más grandes con cada persona que abandonaba esa fachada.

- Estaré esperando mi rembolso -

Se despidió por último el hombre de la nariz hinchada.

Viendo como todo caía a pedazos, habló fuerte y claro.

- Suban al camión -

Dicho y hecho, todos subieron, eso incluía al emo de buen humor, que se despedía de su padre quien le había ofrecido raite directo hacia su casa, pero Ray tenía otro planes.

Por primera vez, había calma entre esos dos, Ray había subido también en la parte delantera del tráiler, cosa que jamás se le había permitido, pero a veces hay que hacer un cambio, más cuando la tormenta está encima, ninguno se dirigía la palabra y a Ray no se le vía feliz tampoco, había sido alcanzado por la profunda desolación de su madre.

Llegaron al edificio desvencijado con el ánimo por los suelos.

Los niños bajaron tan cansados como ya era habitual, pero lo que no era habitual era la situación ¿Y qué pasaría ahora? Incluso ellos se lo preguntaban, por lo menos ninguno de ellos salió lastimado.

- A dormir todos -

Dijo la señora, mientras se quitaba el mandil y los broches del cabellos, entonces se dirijió a la cocina seguida por el chico mayor.

- ¿Qué quieres? -

- Me robé dos botellas de vino -

- Bien por ti -

- Me preguntaba si querías acompañarme, se ve que necesitas un trago -

- ¿De vino? No me hagas reír, ve a mi oficina y trae lo que encuentres -

Dijo un poco más juguetona, ya solo quedaba reír.

- A la orden -

Ray subió y bajó en un santiamén equipado con todo tipo alcohol y una que otra cosa extra.

- ¿No vas a necesitar esto? -

- Probablemente si -

Prendió un cigarro con su encendedor, al instante el olor de la mota llenó las fosas nasales del chico.

- Jamás pensé que agarrarías eso -

- Si bueno, hay muchas cosas que no sabrías porque "agarré" -

- Eso lo sé ¿Y porque no me cuentas? -

- ¿Qué? -

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Espero que les haya gustado, me tardé mucho escribiéndolo.

El siguiente capitulo va a ser de preguntas y respuestas, así que pueden dejarlas aquí en comentarios, no hay limite de preguntas por persona pero tengan en cuenta que si es spoiler no la responderé, también pueden hacer peticiones de dibujos relacionados con este AU, besos baiis

Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3