17.🥫

Tengo una vida de mierda, con un jefe de mierda en un trabajo de mierda, si, pero no es bueno decirle sus verdades a la gente, mucho menos decirte las tuyas propias.

Cada día, desde que tengo veinticuatro años, me levanto a las cinco de la mañana, me baño a esa hora incluso en invierno, me arreglo y salgo de mi apartamento promedio de soltera rumbo al trabajo en un auto deportivo color fucsia, el jefe me lo dio como bono navideño luego de cinco años haciendo de su vasalla.

De ahí me dirijo a la siempre reluciente cocina del señor Norman, me preparo un té con las hojas de fresa que cultiva en su basto jardín y si me siento estresada le agrego marihuana también patrocinada por el jardín y lo acompaño con pan tostado y mermelada, también hecha con la siembra de la mansión.

Al terminar, lavo mi losa y organizo la agenda del jefe en la isla que hay a mitad de la cocina, de vez en cuando miro a mi alrededor con asombro los lujos que me rodean, como si tuviera acceso a ellos, los admiro preguntándome ¿Qué haría yo si tuviera tanta riqueza? Probablemente sería una gran empresaria, después de todo terminé  con honores mi postgrado en finanzas.

Cuando comienzo a arrepentirme de mis decisiones pasadas es que mi mente regresa al juego; al cabo de las horas, la servidumbre comienza a hacer presencia, primero llega Vincent, quien nos prepara un café a ambos y luego se pone a leer un libro junto a mi, la paz es interrumpida cuando llega Cislo, seguidamente nos deleita cada día con excusas sobre porque ha llegado tarde y en un chasquido se pone el delantal y prepara el desayuno para todos, excepto el señor Norman, que disfruta de sacarme de quicio levantándose cada día entre las diez de la mañana (si bien nos va) y las tres de la tarde, tanto su horario como lo que le apetece de comer al despertar pareciera un juego de ruleta, no recuerdo la ultima vez que lo vi comer un  omelette aun siendo de día.  

cuando el desayuno está servido o a punto de ser servido, aparece Mujika o Sonju, a veces al mismo tiempo y a veces Sonju no aparece, Ambos trabajan en el mantenimiento del hogar, Aunque Sonju suele hacer las tareas más pesadas y encargarse del jardín, Mujika limpia y lava dejando todo como si fuera un espejo y la ropa inmaculada, si alguno de nosotros no está ocupado, intentamos ayudar, usualmente esa persona es Cislo, ya que es el chef y no tiene más responsabilidad que alimentarnos, mientras Vincent y yo andamos todo el día de arriba para abajo arreando como mula al señor "soy muy bueno como para tener un horario fijo".

- Bárbara, voy a adoptar una niña a fin de mes -

Fue... una parálisis? no, tal vez un paro cardíaco, no sé como no convulsioné luego de que el hijo de puta gritara alegremente desde la baranda dorada del segundo piso como si me hubiera dado la noticia del año, y vaya que lo fue, pero no precisamente con la connotación positiva con la que el me lo quería disfrazar con su alegre tono.

Antes de que pudiera reaccionar, el maldito ya se había tirado por la barandilla de la escalera como si de un niño estúpido se tratase, como si no pensara en las consecuencias de algo tan peligroso.

De manera obvia, Norman golpeó su pierna izquierda gracias a un torpe aterrizaje en su resbaladilla improvisada.

- ¡SEÑOR! -

Grité jalando mi flequillo con ambas manos, estresada, ¿Y cómo no estarlo? un té no slucionaría nada teniéndolo a el como jefe, cuando acepté este trabajo jamás pensé que sería igual a cuidar a un viejo rico senil al que le importa poco absolutamente todo.

Cuando los muchachos y yo nos acercamos a auxiliarlo este comenzó a reír tirado en el piso, con su bata abierta y sus ropa interior al descubierto, era raro que saliera así de su cuarto al despertar, sin arreglarse, al preguntar el motivo el solo me ignoró entre las preguntas de los demás preocupados por su bienestar físico, yo me preocupaba más por el mental.

- Estoy bien, estoy bien, no se preocupen, ayúdenme a levantarme -

Incluso después de eso seguía riéndose, ignorando la barbaridad con la que me había emboscado.

- Señor, dígame que lo que dijo fue un desvarío ¿Soñó que adoptaba una niña? Eso es tierno - 

- ¿Qué? No, voy a adoptar una niña -

- Que gracioso es usted, señor -

De repente, el ambiente ligero de hace un segundo se evaporó con solo su mirada, recuperó la compostura de inmediato y me miró con eso ojos con los que era capaz de gobernar el mundo a base de pánico.

- No bromeo, jamás lo hago, soy bastante serio -

Cerré los ojos, respiré hondo y conté hasta tres, enderecé mi espalda y lo miré de frente seriamente, como debía ser.

- Señor, con todo respeto ¿Qué planea exactamente? -

- No tienes de que preocuparte por ahora, yo me encargaré de todo -

- No, no, no, a ver, con calma, explíqueme por favor, somos un equipo ¿Recuerda? Usted me lo dijo -

- No me tomes en serio si sabes que no estoy en mis cinco sentidos -

- ¡Nunca sé cuando está en sus cinco sentidos, no sé donde esconde tanta mierda! -

Inhalé, exhalé y me calmé, debía tratarlo con pincitas o esto acabaría mal.

- Señor, hablemos en la cocina, ¿Qué le parece? Uno piensa mejor con el estómago lleno -

Suspiró mirando hacia el suelo poniendo ambas manos en su cintura.

- Voy a cambiarme, Cislo, ve preparando mis enchiladas -

- En seguida, jefe -

Subió las escaleras con diez grados menos de energía que hace tan solo un minuto y yo ya estaba agotada, apenas comenzaba el día y ya casi estaba calva; me dirigí a la cocina con ese cambio de humor notorio.

- Necesito más té -

- Barb ¿Te sirvo a ti también? ¿Desayunaste hace rato? -

- si, gracias, lo voy a necesitar -

- Ya lo creo, ahora también vas a ser niñera -

- Ya ni me digas, no me quiero ni imaginar el papeleo, las llamadas, los rumores, el correo, ¡agh! esto es tan frustrante, necesito vacaciones -

- Dices eso todos los día pero sigues aquí -

- ¡Mi sentido del deber es muy grande, odio ser tan responsable! -

Dije maldiciendo con los brazos en el aire para seguidamente sobar mi sienes con ambas manos.

- La vedad, es que esto se vendría abajo sin ti, gracias -

- No me agradezcas, me siento mal conmigo misma, quiero ser más... egoísta -

- Claro, claro, primera lección de como ser egoísta, comete tus enchiladas antes de que alguien más lo haga -

Cislo me regaló una sonrisa haciéndome sentir mejor, le sonreí en respuesta cuando sirvió mi plato, me levanté por unos cubiertos y me volví a sentar, al partir el primer bocado y llevarlo a mi boca, el imbécil de ya saben quien tomó mi  mano empuñando el tenedor y lo comió.

- Gracias Bárbara, eres un encanto -

Dijo con la boca aun llena de mi ex-bocado de enchilada, Cislo rio por lo bajo sirviendo el plato del jefe y yo solo pude seguir comiendo sin replicar.

- Listo, ya podemos hablar, adelante, pregúntame lo que desees, no podré responder todo pero tu pregunta -

- Bien ¿De dónde es la niña? -

- Clasificado -

Contar hasta tres, recuerda respirar y contar hasta tres.

- Am... déjeme pensar, ah ¿Cuántos años tiene? -

Necesito saber que tan calva voy a salir de aquí.

- La verdad, no me acuerdo bien, creo que tiene once o doce -

- Usted... ¿No eligió la edad? -

- Ni siquiera me dieron a escoger si quería adoptarla - 

Hizo una mueca mirando a su plato luego de suspirar pesadamente.

- Señor, con todo respeto... ¿Por qué va a adoptar a esta niña? -

Volteó la mirada, casi como si estuviera harto de esa pregunta.

- Pues... Digamos que fue por una combinación de  orgullo y caridad ¿Te parece una buena respuesta? -

Me miró con una gran sonrisa irónica mientras daba un gran bocado recargando su cabeza en su mano.

- No realmente, pero la acepto ¿Y cómo se llama? -

- Girasol -

- ¿Girasol? -

- Gira gira tu calzón -

Cislo rompió en carcajadas por ese chiste de mal gusto, Vincent que acababa de sentarse a espera su almuerzo cubrió su rostro con el libro que tenía entre las manos evitando, según el, ser muy obvio, Norman bebió de su café con una sonrisa triunfal apenas logrando contenerse, yo solo me quedé ahí, tan roja como un tomate, no sabía si era por rabia o vergüenza, en todo caso los sentimientos fueron claros  cuando Norman se ahogó con su café, justicia divina, pensé para mis adentros esta vez siendo yo quien sonreía con malicia bebiendo de mi taza con café.

Al terminar de ahogarse, prosiguió.

- No, ejem, perdón, no fue gracioso, hablando en serio la niña se llama Emma -

- Está bien -

Después todos guardamos silencio y seguimos desayunando, cuando Cislo sirvió el almuerzo de Vincent, el cocinero preguntó 

- Así que... ¿Cómo es la niña jefe? -

Dio un largo sorbo a su taza de café.

- Es una cosa seria -

Tragué saliva en seco por esa simple frase, jamás quise cuidar un niño, mucho menos una cosa seria, cuando obtuve este trabajo era consiente de que absorbería mi tiempo sin descanso, y de cierta manera fue un alivio, porque nadie podría decirme que perdí mi tiempo al no criar un hijo, pero jamás quise ser responsable de una criatura, suficiente tenía con cuidar de mi y de mi ambiente, ahora cuidaría de una chiquilla de doce años sin objeción, porque soy demasiado buena en mi trabajo y me falta egoísmo; aun no me lo habían ordenado, pero la idea ya estaba ahí, carburando como procesarla en mi cabeza, como atenerme a lo que se me pida.

- ¿Dónde va a meter a la niña? -

Preguntó Vincent sin darle más rodeos al elefante en la habitación.

- Pues... aun lo sigo pensando, quería comprar una casa pequeña o un departamento para ella cerca de aquí y que tu y Bárbara le echen una rondas a diario -

- ¡¿Planea dejar qué una niña viva sola?! -

Dije sin tapujos levantando la voz al infame señor Norman.

- Si quieres puedo comprar una casa para que ambas vivan juntas, si tienes una mejor idea puedes contarme -

Me miró serio pero siempre con esa filosa sonrisa en su rostro.

- Señor, con todo respeto, tal vez debería hacer que alguien más se encargue de... Emma, Bárbara ya tiene demasiado con lo que lidiar ¿No lo cree?  -

Quería abrazar a Vincent en ese momento, por decir justo lo que deseaba escuchar salir de mi boca.

- Negativo, necesito alguien de confianza -

Es fácil desmoronar la alegría en mi alma.

- Además dejarla todo el día sola en casa mientras ella trabaja no es precisamente una opción -

- Ya es casi una adolescente, puede cuidarse sola, si le damos un teléfono para que llame si necesita algo será suficiente -

- ¿Qué hay de las giras? -

Norman se llevó las manos a la cara recargando sus codos en la mesa, frustrado de encontrarle un lugar a la mocosa.

- Disculpen -

Habló un ángel detrás del demonio que era mi jefe

- Yo puedo cuidarla, no me molestaría tener a alguien haciéndome compañía mientras hago el aseo -

- Mujika, tu vives aquí, el punto es que no sea expuesta al público de ninguna manera -

Dijo aun con la cabeza gacha.

- ¿Por qué? si alguien pregunta por ella, solo diga que es hija de una de sus empleadas y listo -

Se lo pensó por varios segundos, suspiró y replicó.

- Viene de un lugar... complicado, necesita ayuda psicológica y no quiero perjudicarla, además los rumores no cesarán y menos lo harán si les soy una explicación, tendrán más razones para hablar -

- No creo que sea tan malo que-

- ¡EMMA NO VIVIRÁ A AQUÍ!.. punto, avísenme si se les ocurren más ideas, ya se nos ocurrirá algo; Vincent, Bárbara, andando -

Que manera de comenzar el día.

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No todo puede ser texto lúgubre damas y caballeros. 

Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3



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