16.🍌
Disfruté lo que hice, fue evidente.
Las luces que me rodeaban hacían que me sintiera en cautiverio, solo daban al exterior mientras a mi me mantenían a oscuras, sentía millones de ojos espiando mi ser, fijándose dentro de mi alma, expectantes de mi relato intrigadas por mis acciones, tenía la atención de todos pero por qué ¿Por ser impredecible? ¿por ser predecible? ¿Tal vez porque mi cara es linda? o quizás soy su personaje favorito en una historia de ficción, y solo por eso me tocaba sufrir más, pero solo desvarío.
Seguía rodeado por sabanas de ceda mientras pensaba en la inmortalidad del cangrejo, apagué el cigarro en una almohada, estar solo jamás me hizo ningún bien, pensaba demasiado, imaginaba realidades alternas, no todas felices.
Si, a veces imaginaba que era libre y que no había nada atándome a este lugar, porque no importa que tanto haga la vista gorda al respecto, incluso cuando no volviera jamás a poner un pie en este o en cualquier otro sitio similar, las marcas en mi jamás se borrarían, porque fui creado aquí, crecí aquí y los orígenes jamás se olvidan.
Sintiendo que era parte de un show debía seguir con mi acto, era un personaje activo después de todo, salí de mi escenario imaginario y volví a la realidad, cubrí mi cuerpo con una de las sábanas y dejé la cama.
No era muy lindo salir de esa cama a mitad de la noche cuando se suponía que debía estar en turno y cualquiera que lo hiciera podría confirmar, los llantos los golpes y las risas sofocaban el ambiente y te dejaba vacío recordar el contexto en el que estabas, y todo ese ruido no hacía más que colar la imagen en tu cabeza una y otra y otra vez, por más que fingiera indiferencia no podría sentir el tornillo enterrándose profundo en las heridas que no he logrado cicatrizar.
Subí las escaleras a paso lento arrastrando la sabana detrás de mi dejando un mar de sufrimiento a mi espalda, me dirigí hacía el fondo del ancho pasillo y doblé a la izquierda, ahí junto a la pintura de una niña rubia triste, estaba la puerta que albergaba a uno de los reyes del infierno, mi madre biológica y la causa del numero tatuado en mi cuello, llegué al despacho de Isabella, jamás me emociona hablar con ella pero era preferible a enfrentar el oscuro agujero en mi alma que incrementaba cuando estaba solo, antes de entrar irrumpir dentro, para mi fortuna, para bien o para mal, cierto albino me dio algo más en que pensar, imaginaba que tarde o temprano llegaría aquí aunque debo admitir, que fue antes de lo esperado.
- Negociemos un trato -
Escuché del otro lado de la puerta y una rápida respuesta después de eso.
- ¿Qué clase de trato? -
- Quiero adoptar a la mocosa -
Me fue casi imposible retener una carcajada de solo pensar en la apuesta que días antes había acordado con Isabella, que hubiera imaginado que usaría exactamente las mismas palabras que predije que diría, el soso señor Norman resultó hilarante al ser tan predecible por una ocasión.
Seguí escuchando, seguí escuchando, mi oído fallaba con una que otra palabra pero pude escuchar lo suficiente como para deducir lo obvio... Emma se iría de mi lado en poco tiempo.
Al llegar a esa conclusión mi mundo se derrumbó encima mío, es fácil decir metas, pero cumplirlas es difícil, y pensar en que mi amiga había alcanzado su objetivo en un parpadeo me voló la cabeza, ya no era solo un sueño del que quería disuadirla, esto era realmente un sueño cumplido para ella y yo siendo la bola egoísta de mierda que soy, solo podía pensar en ella apartándose de mi, no en ella siendo feliz, por fin siendo feliz, no realicé en ese momento lo torcida que estaba mi mente como para pensar en eso en vez de aquello.
Una parte inconsciente de mi si lo pensaba, una parte de mi amaba al señor Norman solo por darle un rayo de sol a mi rayo de sol, de otra forma ni siquiera hubiera apostado, pero ese lado mío que quería meterla en una vitrina para contemplar su belleza cada vez que estaba desanimado gritaba iracundo en mi interior, como un niño al que le quitaron su juguete favorito, no había otra manera de describirlo porque era exactamente esa misma situación.
Escuché hasta la última palabra de esa conversación aun en contra de mi propia voluntad , la sorpresa en la cara del Señor Norman al verme fue de sorpresa pura, no dijo ni una palabra hasta que estuvimos lejos de esa puerta.
- Tienes huevos para haberla amenazado -
- Nada nuevo -
- Fue interesante, creo que no sé de nadie que amenace a la seño sin que las consecuencias sean graves, vas a ir a un funeral pronto si tu no eres el cadáver -
- No creo que pueda existir una muerte que lamente -
- Que frío, señor ¿Qué tal la de su tan preciado girasol, huh? -
- Nada le va a pasar, nada peor de lo que sucede ahora al menos -
- He dicho eso por tantos años que he aprendido a no tentar a la suerte -
- ¿No ha sido siempre así de terrible? -
- Se podría decir que no, los buenos tratos son difíciles de conseguir y siempre hay clientes nuevos, es un mundo en constante cambio, como todo lo demás -
- No sé que decirte -
- No diga nada, señor Norman, no es su culpa y lo sabe, es así y siempre será así, los pecadores serán castigados -
- Cualquiera diría que estando aquí uno se volvería ateo -
- Cualquiera diría que un hombre como usted entendería el sarcasmo -
- Me gusta que volvamos a la formalidad -
- ¿Es acaso alguna especie de fetiche relacionado con el poder quizá? -
- ¿Qué? No, solo me gusta el respeto -
- Usted no fue muy respetuoso allá adentro -
- Si bueno, hay excepciones -
- Claro -
- Bueno, fue un placer saludarte de nuevo -
- No, no es cierto -
- Si... lo es -
Apretó mi mano y se fue, no había porque darle más vueltas al asunto, al verlo olvidé por segundos la terrible verdad, la verdad que no me dejó dormir esa noche, la verdad que se me recordó una y otra vez al día siguiente al verla en su lindo traje de mundo, lo radiante que se veía sin un rasguño a la vista era algo mágico, la amaba demasiado cómo para aceptar que se fuera así como así.
Cuando cruzó la puerta una brecha se volvió a abrir en mi, arrojé mi taza con café a la pared y corrí de manera casi bestial hacia el cuarto de Isabella encontrándome con mis viejos amigos, esos que le prometí a Emma que no volvería a ver.
El resto de mi viaje es historia.
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- Hola, hoy te traje un obsequio -
- ¿En serio? ¿Qué sentido tiene? en un mes estaré en tu casa -
- Lo sé pero... espera, tenemos que aclarar algo, no vas a quedarte en mi casa -
Emma lo miró crédula sin entender a que se refería
- Pero dijiste que me llevarías contigo -
- Si, sobre eso, mi casa está siendo constantemente vigilada por la prensa, si por alguna razón salieras a la luz no quiero ni imaginar todo el alboroto que se hará y lo que menos quiero ahora es que se empiecen a correr rumores sobre mi... más, no beneficiaría a ninguno de los dos, linda -
- Dije que sin apodos, pero... ¿Entonces donde me voy a quedar? -
- De eso me encargo yo, no te preocupes, ahora ábrelo -
- Esto es obviamente un libro y dulces -
- Per no sabes que libro o que dulces, vamos, ábrelo -
Con desinterés la niña del cabello rojizo comenzó a desenvolver el presente con calma, el sonido del rasgado dejó entrever la portada del libro y la esquina de una roja caja de chocolates envinados.
- "Tu no existes", wow que alentador -
- Es un libro que leí cuando era joven, son las memorias de una niña que veía..."cosas" a través de un espejo viejo, no diré más, no quiero arruinártelo -
- Ajá, no me gustan los chocolates envinados -
- Entonces tendré que refinar su paladar, señorita, mientras tanto, puedes dárselos a tu amigo Ray, tal vez el los aprecie -
- Ah, ya entendí, quieres acercarte a Ray -
- ¿Qué? No -
- Admítelo, quieres tenerlo cerca -
- ¿Por qué querría tenerlo cerca? -
- Yo qué sé ¿Quieres adoptarlo también? ¡Oh ya sé! quieres tener niños cerca para hacer alguna especie de ritual satánico, no no no, ¡ya sé! ¡Quieres ser su cliente y abusar de el como todos los demás! ¡Si, eso es! Como te encariñaste conmigo o lo que sea por lo que no me hayas tocado, estás yendo por la opción que si se acercó a ti de forma sumisa, y no me digas que no, yo sé lo de la mamada -
De repente todo hizo "sentido" en la cabeza de Emma, se movía sobre la cama en sus rodilla articulando de forma exagerada mientras hacía mímica con las manos explicando su punto de vista, se retraía y contraía juzgando duramente al albino, que solo podía sobar sus ojos sin saber como reaccionar, estaría molesto por lo segura que la niña se veía al acusarlo de ser un ultrajador disfrazado, pero la forma en que se lo recriminaba era tan entretenida que simplemente no podía con ello, escuchar la película que había echo en su cabeza era digna de un Oscar.
- ¡Oh por dios! De seguro vas a adoptarme para meterme a otro prostíbulo con otros niños a los que seguro les hiciste los mismo, por eso no puedes tenerme en tu casa, de seguro tienes una isla privada donde llevas a personas ricas igual de enfermas, harás lo mismo con Ray y así hasta que -
- Ok, voy a pararte ahí mismo, no quiero acercarme a Ray y no quiero adoptarte para hacerte miserable -
- Más -
- No quiero hacerte más miserable ni a ti ni a nadie, jamás he adoptado a un niño, ni siquiera me he casado, y no sería un gran problema si vinieras de un orfanato, pero ese tatuaje en tu cuello no es algo que se pueda ocultar para siempre, soy consiente de que hay fans algo obsesivos cuando se trata de sus artistas favoritos y quienes los rodean, sin mencionar el tema de tus padres -
- ¿Por qué mete a mis padres en esto? -
Norman respiró hondo mientras encontraba las palabras correctas para responderle, no había forma linda de decirlo, en más de una ocasión ella había expresado lo mucho que extrañaba a su madre en especial.
- Mira, soy un cantante conocido ¿Bien? No es por ser arrogante, solo pongámonos en situación, los chismes corren rápido, imagina que tu madre, una mujer que perdió su hija hace años, que hizo todo lo posible por recuperarla, de repente la ve en un reportaje de televisión, un blog , la portada de una revista o algo por el estilo, entonces de inmediato sale a reclamar que es su niña a la que secuestraron cuando era pequeña, entonces se hace noticia, tu regresas con tu familia y a mi me vinculan con tu secuestro, eso genera una cadena con el eslabón final siendo la casa Gracefield -
- Eso sería perfecto -
- Perfecto para ti querrás decir, yo terminaría muerto o en prisión por ser presunto cómplice, tal vez ambas, no sabes lo que le hacen en prisión a los pederastas, niña, entiendes lo que está en juego aquí ¿No? Me considero una persona casi decente, estoy lejos de ser un santo, mucho menos un mártir -
¿Qué podía replicar una niña ante eso? Uno en primera instancia piensa en el bien mayor, en los niños que no tienen la culpa de estar ahí, en las horribles personas que merecen ser castigadas, pero ¿Te sacrificarías por ese ideal? En esa pregunta radica la hipocresía de todos nosotros, poniéndose los zapatos del señor Norman, Emma calló.
- No está puesto a discusión, lo siento Emma... pero cambiando de tema, ya terminé la canción, puse la letra y las partituras en el libro -
Sus pequeñas tersas manos abrieron el libro buscando dichas paginas, y ahí estaban adjuntas al libro, junto a la imagen de una niña con la vista perdida y varita mágica en mano, detalle que llamó la atención de Emma.
- No me gustan los libro de magia -
- Solo es mágico si lo lees a través de los ojos de una niña -
- Que cursi -
- Si bueno soy un poeta, Lee la letra de la canción ¿Quieres? Está enteramente inspirada por ti -
Tomó la hoja con la lírica escrita entre sus manos, con cada línea que leía era un toque en su corazón, eran las palabras que deseaba escuchar desde hace tanto y nadie se las había dado hasta ahora, tan dulces, tan llenas de esperanza, ella comenzaba apenas a tener eso en su vida, era una linda bienvenida.
- Señor Norman... ¿podría leerla en voz alta? -
Dijo al borde del llanto la niña extendiéndole el papel mientras evitaba la mirada de aquel hombre que la confundía tanto.
- Bien, lo haré -
El señor Norman se sentó derecho y comenzó a esbozar cada vocablo escrito en esa hoja algo rota después de ser arrancada de su libreta de notas
- Tocaré, la canción que hicimos tu y yo, limpia tus lagrimas y tus miedos, estaré aquí, cuando las noches sean muy solitarias, cuando los cielos se vuelven grises, está bien, está bien, solo toma todo día a día y verás, no es tan malo como crees, lo sé, los tiempos pueden ser difíciles, las olas pueden alcanzar altas y bajas, puede ser duro, pero te prometo que esto pronto pasará todo estará bien, si ... -
No pudo terminar de leerla, ella lo abrazaba con genuino cariño, aferrándose a la idea de que todas esa palabras eran para ella y no quería saber nada más, incluso sabiendo que el llevaba años perfeccionando sus técnicas para manipulara masas con sus canciones, no quería enterarse de eso, se sentía a salvo.
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- Ray, tu y yo tenemos algo que discutir -
- Es mi día de descanso no jodas -
- No no, no escaparás esta vez ya van dos semanas, creí que podría dejarlo pasar pero solo se ha vuelto más constante -
- ¿De qué hablas? -
- La mercancía, Ray, hablo de la mercancía, necesito la mercancía para las cenas y las noches de juego, no puedo dejar que sigas consumiendo así, preferiría que pagaras o lo dejaras antes que buscar otro proveedor así que por favor, te pido que dejes de irrumpir en mi despacho -
- Mejor escóndela mejor, no puedes pedirme que me abstenga, no funcionará, igual, no te preocupes, Lucas ya despertó y está en recuperación, Yuugo dijo que en cuanto se calmaran las aguas vendría por mi, tal vez cuando Emma se vaya -
- A claro ¿Y quien me va a pagar lo que te metiste? No vas a salir de aquí hasta que tu deuda haya desaparecido -
- ¡¿QUÉ?!-
- Así es oíste bien, así que más te vale mover las caderas en el regazo de uno de esos ancianos cada noche o seguirás viviendo aquí para cuando es pequeña perra malagradecida te abandone -
- ¡¿CON QUÉ DERECHO LA LLAMAS ASÍ, MALDITA ZORRA?! -
De un movimiento rápido el muchacho colocó la punta de un afilado cuchillo en la garganta de su supuesta madre, pero ella no era ninguna presa que se dejaba intimidar, porque al mismo tiempo ella replicó las acciones del niño, salvo que ella no se detuvo a a amenazar, de un suave y superficial corte se lo sacó de encima, el se alejó en un segundo, sin darle tiempo para actuar ella le pegó una estruendosa cachetada y seguidamente un puñetazo en la pansa, ya estaba acostumbrada a hacer eso con sus hijos.
- Cariño, esto no tendría porque ser así, tu lo decidiste, pensé que tu mascotita te había hecho renunciar a estas... cosas, me preocupo por ti, por favor, deja de-
- ¡NO ME HABLES COMO SI FUERAS MI MADRE, ERES UNA DESCARADA Y UNA HIJA DE PUTA PREFERIRÍA ESTAR MUERTO A TRATAR CONTIGO, DÉJAME! -
Ray se levantó del piso con un hilo de sangre recorriendo desde su labio inferior hasta tocar su barbilla mientras en su cuello la herida se hacía cada vez más visible.
- Joder -
Subió las escaleras, entró en el baño y se dio una ducha, y en esa ducha fue que hasta el ultimo pensamiento racional que quedaba en su mente, escapó de su cuerpo.
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Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3
OK, hablemos, sé que me ausenté por bastante solo para traer esto, traeré otro capitulo pronto, es que hubo alguien que me bajó de mi nube y me hizo recordar que mis habilidades de narrativa no son lo que yo desearía, llegué a considerar borrarla, pero sé que es horrible cuando una historia que te gusta es borrada o cancelada solo porque la escritora se desmotivó, voy a acabar esto aunque en algún momento me arrepienta de haberla escrito, sé que mi idea es buena aunque la ejecución no lo sea, siento que refresqué un poco los fanfics de tpn, estoy feliz por eso y seguiré escribiendo por esas personas que siguen aquí.
wey, el capitulo 17 fue una mierda así que lo uní a este, me puse a releer el primer capitulo y me sorprende lo mucho que bajé mi calidad, me voy a esforzar más en lo siguientes capítulos voy a editar la historia, pero no la voy a desparecer en ningún momento, no se preocupen.
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