14.🍣
- Toma, ponte esto y me hablas cuando termines, necesito maquillarte las heridas -
- ¿Para qué es esto? -
- Tu querido amigo nos invitó a almorzar a un lindo restaurante hoy a las cuatro ¿No suena divertido? -
- ¿Es chiste verdad? -
- Ojalá querida, ojalá, apúrate -
Isabella procedió a dejar el cuarto luego de soltar esas simples palabras dentro de mi mente, a pesar de haber esperado este momento no esperaba que pasara tan rápido y sobre todo, pensé que tendría más control al respecto, pero no podía con la incertidumbre ¿De verdad había sido vendida? Si fui intercambiada ¿Qué es lo que valgo? me negaba a imaginar que el dinero había sido la resolución más adecuada, sin embargo no había indicios de que fuera diferente ¿De verdad el señor Norman estaba dispuesto a pagar tanto por mi? era sumamente difícil de creer, aunque no era la primera vez que ese hombre actuaba de manera impredecible, casi como si no pensara bien las cosas, pero lo hecho hecho estaba ¿No? de nada serviría cambiar de opinión, nadie me escucharía, además, el bien justifica los medios, si, podemos vivir con eso.
Observaba desconcertada el atuendo que recién me había sido entregado, era un short corto color menta de botón dorado sin cinturón, adornado con un corazón bordado en ambos bolsillos traseros, la otra prenda en mis manos era una blusa polo con estampado de fresas y cuello rosa pastel, era algo demasiado casual sinceramente, pero no era eso lo que más me confundía.
Sin muchas opciones, como ya era costumbre, me saqué la blusa interior al igual que el short blanco de algodón que llevaba como ropa de diario, no era como que me dieran a elegir otra ropa, y me vestí como me fue indicado, apropiadamente, según mi carcelera, las heridas aun dolían como el culo con cada flexión que hacían mis extremidades.
Bajé las escaleras con un tremendo dolor en el cuerpo que solo aumentaba con cada paso que daba hasta llegar a la primera planta, aun en las escaleras decidí lanzar mi pregunta al aire, al menos una persona lo oiría
- ¿POR QUÉ MIERDA NO ME DAS UN PAR DE PANTALONES UNA BLUSA MANGALARGA O AL MENOS UN MALDITO VESTIDO? ME APRIETA Y SE ME VE TODO -
Al terminar de bajar las escaleras Isabella salió del marco de la puerta de la cocina, apoyó su cara en su mano izquierda y me contestó
- Aww, cariño se te ve hermoso ese conjunto ¿De qué hablas? -
- No te hagas la tonta ¿Por qué no solo me compraste ropa más formal? es más práctico que embadurnarme con kilos de maquillaje ¿No? -
- Las preguntas sin propósito más allá de existir no merecen ser contestadas, ahora ven, vamos a cubrirte ese feo ojo morado -
Su estúpida respuesta solo me daba, más, ganas de darle un buen golpe, incluso cuando mis brazos de fideo no le hicieran ni un rasguño.
Ya que era una pérdida de tiempo subir a la segunda planta sabiendo que volvería a bajar, me quedé ahí, jugando al uno con algunos niños, fui cuestionada hasta el hartazgo el porque e mi vestimenta y maquillaje, incluso mi tatuaje estaba cubierto, aun así solo bastaba acercarse un poco para darse cuenta de que ni siquiera era mi tono. A pesar de los intentos de lo pequeños, evadí responder cada vez, Ray se unió al juego más al rato pero ni siquiera se inmutó al verme, sus ojos reflejaban agotamiento, era visible por su cabello que acababa de despertar a penas, a pesar de ser medio día, jugaba con nosotros bebiendo café, amargo como el.
El tiempo pasó volando hasta que llegó el momento de irnos, a decir verdad, ni siquiera me despedí de nadie, por algún motivo, estaba en otro mundo, podría ser la última vez que los vería pero yo solo podía pensar en todo y nada a la vez, mi cuerpo era un cascaron vacío para el momento en que la luz del sol me deslumbró al salir por la puerta.
Por primera vez en años el sol rozaba contra mi piel y yo solo me sentí irritada por este hecho, es una memoria que recuerdo con fastidio al no haber sentido alegría cuando debí, juro no haber sentido nada más que el brazo de Isabella jalando mi brazo metiéndome bruscamente en el asiento del copiloto para asegurar el cinturón de seguridad y la puerta después. Rodeó el auto, entró y arrancó.
- Si intentas algo créeme que no te irá muy bonito que digamos, así que mas te vale portarte bien -
No tenía planeado hacer algo, mi mente seguía en shock al estar afuera, cuando la camioneta arrancó veía las calles pasar a través de la ventana, fue ahí cuando me cayó el veinte, al pasar por un parque y ver a los niños jugar entre ellos y reír sin ninguna herida en sus cuerpos, fue ahí que una calidez inimaginable inundó mi pecho creándome un gran nudo en la garganta, un sin número de emociones se empezaron a acumular dentro de mi y las lágrimas amenazaban con escapar.
- No llores, se te correrá el maquillaje -
Voltee hacia arriba tratando de contenerme, al cabo de unos segundo pude lograrlo aunque el sentimiento seguía ahí acumulado. Un viaje silenciosamente incomodo después y ya habíamos llegado al dichoso restaurante, al bajar, Isabella me recordó de manera sutil que mantuviera el acuerdo siendo una buena niña frente a los ojos de las demás personas mientras ella se quitaba el vestido atrás de la camioneta, quedando tan solo en un corto vestido negro entallado de tirante con solo una manga larga ancha, luego soltó su cabello y lo sacudió con la mano que aun le quedaba libre, pues no me había soltado ni un segundo, incluso al cambiar sus botas por tacones plateados de aguja.
- ¿Por qué no te cambiaste en casa? -
- Odio este vestido, no eres la única haciendo sacrificios aquí querida -
Así es, acababa de comparar mi situación con la suya, ya no sabía si reír o llorar porque hablaba en serio esa inescrupulosa mujer ridícula.
Entramos al local, Isabella dio su nombre y nos dieron acceso a una sala más privada, donde la luz era ligeramente más luminosa y cálida, pero no lo suficiente cómo para perder la elegancia, había una mesa redonda relativamente grande rodeada por un aparentemente cómodo sofá semicírculo de cabina para restaurante de color azul, al lado de una ventana polarizada circular con una persiana negra entreabierta, el aire acondicionado pegaba hacía que olvidaras por completo el clima caluroso de afuera, de hecho no fue sino hasta hoy que fui consiente de la estación en la que me encontraba, recuerdo como al principio llevaba la cuenta de los días y loas horas que pasaba en el edificio en ruinas esperando que algo cambiara, que a todos estos idiotas los arrestaran o algo por el estilo, al cansarme de esperar ese día, me conformé con saber en que día de la semana vivía, información sustraída a partir de los día en los que me tocaba trabajar, aunque no siempre fue un sistema acertado por lo que Ray terminaba aclarando mi duda, repitiendo innumerables veces que había un pequeño calendario en el refrigerador de la cocina principal, pero rara vez me acordaba de revisarlo, era más fácil preguntar o hacer memoria ¿No?
Isabella miraba su reloj de mano mientras golpeaba inquieta su dedo índice derecho contra la mesa, esperando a que llegara el dichoso señor Norman, fueron al rededor de diez minutos donde la tención aumentaba entre Isabella y yo, al menos lo hacía para mi, ella checaba su celular constantemente mientras yo comenzaba a sentir las consecuencias del aire acondicionado que pegaba directo en mi espalda, calando mis brazos y piernas, me hice un ovillo sobre el cómodo asiento mientras esperaba, aire mecía mis pestaña y yo luchaba por mantener mis ojos abiertos.
- No te duermas, estamos aquí por ti -
- En realidad yo no tengo problema si quiere dormir un poco, comprendo si está cansada y los detalles nos conciernen a nosotros a final de cuentas -
Rápidamente recuperé mi postura y abrí bien mis ojos cómo si no estuviera a punto de ir por los músicos hace tan solo un segundo.
- Me alegra que al menos pudiera llegar, seño Norman -
Agregó de manera pasivo agresiva mujer extendiendo su mano al hombre mientras se levantaba de su asiento y me presionaba a hacer lo mismo con un movimiento de cabeza
- Si acerca de eso, lamento la tardanza, estuve ocupado toda la mañana y no podía desocuparme -
Dijo con culpa falsa mientras aceptaba el apretón de manos, cuando yo di un a leve reverencia el sacudió mi cabello como si acariciara a su perro, aunque no parecía un amante de los animales
- ¿Les parece si nos sentamos? -
- Me parece perfecto -
Los tres tomamos asiento colocándome a mi como barrera entre ambos, no fue algo que precisamente yo haya elegido, la platica comenzó medianamente alegre debido al entusiasmo del hombre, quién llevaba las riendas de la conversación, comenzado a hablar sobre temas triviales como el clima y abriéndose paso al charlar sobre sus amistades, los eventos a los que frecuentaba y desembocando en el gobierno y lo corrompido que estaba el mundillo, al menos es lo que alcanzo a resumir sin entrar en detalles, una que otra vez yo era el tema central evitando la "parte fea" platicaron de mi don en la música y lo inteligente que era, de hecho una que otra vez trató preguntar por el maquillaje pero Isabella jamás le dio respuesta, Isabella me veía de reojo cada que Norman me halagaba, casi como si creyera que le contaban puras mentiras y aunque una que otra lo eran o estaban dichas de más, no eran falacias totales como ella creía entender; sin embargo, a pesar de estar presente, a pesar de ser técnicamente yo, el tema a discutir, no estaba dentro de la conversación, yo aquí era el producto y nada más que eso, cuanto más me ignoraban, cuanto más se volvía una conversación puramente discutiendo cifras exactas con calculadora en mano, cuanto más se enfriaba mi sopa, más me costaba mantenerme despierta, más me costaba seguir erguida como una niña buena y educada.
Pero de pronto sentí la calidez de un abrigo sobre mi espalda, olía a colonia fina y el calor de un cuerpo que recién lo había usado aun se podía sentir en el.
- Está bien si quieres descansar, en serio, te pondré el sushi para llevar o algo así -
Durante esos míseros segundos me sentí amada, aunque fuera algo plenamente irrelevante para el, para mi era un paso más en sus redes, sin más simplemente me dejé llevar, me acomodé en mi asiento regodeando frente a Isabella como ahora ya no podía hacerme nada, al menos no mientras el estuviera presente; a lo lejos aun podía oír como la conversación se había vuelto más seria, pero sinceramente ya no podía prestarles atención, estaba muy ocupada cayendo en brazos de Morfeo.
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dibujo hecho por mi u3ur
Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3
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