40 "Comienzo"
Un nuevo comienzo, una nueva vida.
¿Qué diría el Han Jisung de antes? ¿se reiria de todo esto?
Sí, tal vez sí.
"Has madurado". Las palabras de mi madre aún siguen en mi mente, logrando que mi rostro forme una sonrisa.
¿Es el cambio que he querido? ¿es eso posible? ¿qué una persona te cambie?
Minho, ¿qué diablos me hiciste?
Ahora estamos empacando nuestras cosas... ¿estás feliz, verdad?, tu sonrisa no se ha ido en unas largas horas, algo que también me dice que estas ansioso por ésto.
—¿Por qué hay tantas cajas? —paso la cinta por arriba del cartón, asi evitar que su contenido quede en el suelo.
—Libros, cubiertos, platos, vasos... ah, y adornos que tu madre eligió —larga un suspiro, revolviendo su cabello.
Dejo la caja a un lado y me acuesto en el sofá, con mis ojos pegados en él y en como envuelve un innecesario jarrón en un plástico de burbujas.
¿Cómo tengo que considerar a la pequeña Lisa? ¿cómo una cuñada, hermana o...?
Dios mío...
Bueno, tal vez sería lo mejor.
—Deja de ser tan perezoso y ayúdame, aún quedan muchas cosas —se sienta en lo que sobra del sofá, a la altura de mi pecho.
Paso mi brazo alrededor de su cintura mientras que él me acaricia el rostro.
Su piel tan suave, su tacto tan cálido y ahora, sus labios están sobre los míos. Se mueven con los suyos a la perfección en un compás lento, dejándome disfrutar cada rincón de su cavidad bucal con mí lengua, hasta chocarse con la suya.
—¿Cuándo llegarán los nuevos sillones? —limpia mi labio, para sacar el rastro de saliva.
—Supongo que en unas horas —lo miro a los ojos y sonrío—. ¿Quieres estrenarlos? —golpea mi hombro para luego reírse.
—Ayúdame a empacar lo que hace falta.
Se levanta del sofá. Me inclino hacia él para tomarle de la mano y atraerlo de nuevo, sentandose sobre mí regazo. Rodea mi cuello a la misma vez que yo rodeo su cintura con mis brazos.
—Vamos a llegar tarde por mi hermana...
—Solo quiero estar así por un ratito, será la última vez aquí.
—Tienes razón —sonríe. Pasa sus manos alrededor de mi torso y esconde su rostro en mi cuello.
Esto es tan... aún no encuentro las palabras correctas ante esta sensación.
Lo tengo conmigo, a mí lado, ¿cómo una persona te puede completar de esta manera?
Antes solo era una gran pregunta, ahora es una afirmación, no quiero levantarme de tus brazos, quiero que éstos me abracen fuerte y suave a la vez, porque te has convertido en mi lugar seguro desde hace mucho tiempo.
¿Éste es el sueño del corazón que mamá decía? tú eres mi sueño y mi corazón te pedía a gritos.
Mi corazón siempre supo lo que mi mente no quería aceptar desde un principio.
Creo que ya sé lo que es el amor...
Aunque éste esté lleno de dolor y sufrimiento a veces, pero no cabe duda que es hermoso.
Tiene razón.
Si no hubiéramos sufrido aquello, nunca habriamos estado así.
Así de unidos, de enamorados, a punto de mudarnos y dar un gran paso.
—¿En qué piensas tanto? —susurra en mi oido, acompañado de un pequeño beso en mi cuello.
—En que te amo —acaricio tiernamente su espalda y él despega su cabeza de mi clavícula.
—¿Sí? —asiento con una sonrisa—. También te amo, Hannie —deja un suave beso en mi mejilla y vuelve a colocar su cabeza dónde antes—. ¿Jisoo no está, verdad?
—La mandé al mercado con una lista larga, ¿por qué?
—No quiero que me vea así, como si fuese un bebé.
—Te miraría como en realidad eres... —vuelve a mirarme serio.
—No soy un bebé.
—No Minho, claro que no lo eres —digo con total sarcasmo.
—En todo caso, lo serías tú.
—¿Yo?
—Sí, esa manía que tienes de encapricharte por algo o cuando te quejas formas un puchero que...
—Que te enamora, dí la verdad.
—Que te hace ver como un niño de cinco años.
—Bueno, bueno, ya, luego veremos quién es quién —vuelve a esconder su rostro en mi cuello—. ¿En serio formo un puchero? —asiente—. Oye, he estado pensando en teñirme el pelo de azul, ¿qué dices?
—Hace dos días te pusiste el tinte negro, te vas a quedar pelado.
—Fue hace dos meses y... ¡oye! ¿cómo que me voy a quedar...? —el timbre suena.
¿Y ahora quién?
Minho se aparta, sentandose en el sofá mientras yo me dirijo hacia la puerta. Lo miro por última vez con una sonrisa mientras abro.
—Ahora quién es el perezo... —miro a la persona que está delante mío, el cual borra por completo mi sonrisa—. Soobin —pronuncio serio. Me volteo para mirar de nuevo a Minho, quien ya se levantó del sofá con su ceño fruncido.
—Han —Minho se coloca a mi lado, tomándome de la mano—. No he venido a molestar.
—¿Entonces a qué? si es que vas a inventar algún cuento para separarme de él, es mejor que te vayas.
—No he venido a eso —otro chico, con el cabello rosa se coloca a su lado. Soobin posa sus ojos en la sala, frunciendo su ceño—. ¿Te mudas?
—No, están de adorno —digo, señalando detrás de mí, mientras Minho aprieta fuertemente mi mano—. Sí, me mudo al otro lado del país para no verte la cara.
—Jisung, deja de ser tan...
—No, él tiene razón Minho, lo merezco —Soobin mira a su amigo, el cual sonríe—. Él es Yeonjun —miro al pelirosa y solo asiento.
—¿A qué vienes? —pregunto, con mí paciencia al límite.
—Vine a disculparme, por todo.
—Pídele perdón a Dios, a mí dej... —aprieta mi mano de nuevo.
—Déjalo hablar, Jisung, tal vez está arrepentido.
—Sí, lo estoy... he cambiado últimamente y también he pensado mucho por lo que te hice, desde que nos conocimos. Todo lo que he hecho, dicho, inventado o como tú lo tomes, lo siento —su vista se pega en nuestras manos unidas y luego en Minho—. También me disculpo contigo, supongo que todo lo que han sufrido, de alguna manera, es mí culpa —vuelve a mirarme—. He encontrado a alguien, que me hace sentir de la misma forma en la que tú te sientes con él —el pelirosa lo toma de la cintura—. Me he enamorado de tí Jisung, tanto que no podía ver qué tú no sentías lo mismo. Lo siento, por acosarte o perseguirte... lo siento por todo —miro a Minho, el cual me transmite una cálida sonrisa.
Perdonar y olvidar, así como él me dió una segunda oportunidad.
—De acuerdo.
—¿Podríamos ser amigos? —su rostro esboza una sonrisa.
—No por ahora, pero supongo que con el tiempo... tal vez —asiente. Miro a mi novio nuevamente y luego a Soobin—. Gracias.
—¿Eso por qué?
—Por más que le haya mentido... debería agradecerte un poco, ya que sin ese trato —vuelvo a mirar a Minho—. Jamás habría encontrado al amor de mi vida —aparta la mirada, sonriendo y con un leve sonrojo.
—Bien, venia a eso —baja los escalones y se gira a verme—. Suerte, Han —solo asiento y cierro la puerta.
Minho tira de mi mano y me abraza, escondiéndose de nuevo en mi cuello.
¿Ya dije que quiero vivir así? pues lo vuelvo a repetir, te has vuelto parte de mi ser, de un día para otro. Me completas de una manera que no tienes idea porque yo tampoco lo entiendo.
Cada parte de mí te pertenece, tanto que sería incapaz de poder recuperarlas.
Mí alma te pertenece.
Mi corazón te pertenece.
Mi cuerpo te pertenece.
Aún no comprendo si eso me tendría que asustar, porque me pone feliz tenerlo todo contigo.
¿Cuando uno aprende a estar listo? tal vez, aún no caigo en cuenta que solo en unas horas me mudaré y haré mi vida junto a dos personas que quiero.
Supongo que ninguno de los dos está listo, pero esto es lo que queremos.
¿La vida es así, no? llena de emociones, sentimientos, aventuras y aprendizajes.
Contigo he aprendido a amar, a llorar, a sufrir y sobre todo, a perdonar.
He aprendido lo que es darse cuenta de algo, por más que lo tenga delante de mis ojos. A veces el corazón no va con la mente, pero solo por un tiempo.
También aprendí, que todo lo que he descubierto por tí, fue la aventura más linda.
Lee Minho, eres mi vida y te odio por eso, pero solo un poquito, porque te amo demasiado.
—¿Por qué eres tan bueno con las personas, amor?
—Te perdoné a tí, ¿por qué no a él?
—Tienes razón —trata de separarse pero lo atraigo a mí, abrazándolo un poco más fuerte—. No, aún no.
—No podemos vivir así...
—¿Sabes algo? —interrumpo—. Por un momento, ver a Soobin ahí afuera, me hizo recordar todo lo que pasamos —largo un suspiro—. Pensé que iba a decir cualquier cosa, con tal de alejarte de mí... yo... yo no sé que haría si eso vuelve a pasar —toma mi rostro con sus manos, uniendo su frente con la mía.
—Mi vida... —deja un corto beso en mis labios—. Prometiste no volver a mentirme, ¿verdad? —me mira a los ojos y yo asiento—. Entonces, ¿Por qué volvería a pasar? tú no rompes promesas Hannie.
—Lo siento.
—¿Por qué?
—Por haberte hecho sufrir —sonríe.
—Hannie, estaremos mudándonos en solo unas horas y con una pequeña niña que está al cuidado de nosotros... estaremos formando una nueva vida, ¿no crees que sería bueno olvidar eso? —atrapo sus labios, formando un suave y delicioso beso.
—Sería bueno... lo haré, ¿sí? —asiente con una sonrisa mientras arruga su nariz y vuelve a besarme—. Te amo.
—Te amo, mi Hannie —dejo otro pequeño beso, pero en la punta de su nariz.
En el día de ayer, Minho vendió su antigua casa. Tenía un poco de miedo por la reacción de Lisa, pero ella solo lo abrazó y entendió perfectamente el por qué de hacerlo.
Luego de venderla, su rostro formó una sonrisa única, una que no desapareció hasta la hora de dormir y una sonrisa que no me he cansado de mirar.
Y de enamorarme cada vez más.
—Mueve esa caja y déjala en el auto —señala para indicarme—. Son los productos de limpieza, tienen que ir primero.
—Sabes que podemos mandar a Jisoo a limpiar, no tienes por qué hacerlo tú —se cruza de brazos y me mira, con una ceja elevada.
—Ajá, ¿quién dijo que lo haré yo y no tú, Jisung? —rasco mi cuello, largando una risita nervioso—. Es necesario.
—¿Sabes qué es necesario? la receta de brownies de Félix.
—No había pensado en eso... ¡no me cambies de tema! lleva la caja.
—Sí, señor.
Tomo la caja de cartón con paños y botellas con líquidos de distintos colores y me dirijo hacia el auto.
Me adentro nuevamente en la casa, viéndolo acomodar algunos adornos dentro de otra caja.
—¡Se me olvidaba! —se pone de cuclillas para guardar mejor las cosas—. Mientras trabajabas hoy, he ido al departamento, ya sabes... para consultar el grosor de las paredes —alza su mirada hacia mí, frunciendo su ceño, sin entender—. Para cuando te folle, tú...
—¡Jisung! —largo una carcajada. Con un leve sonrojo, se acerca a mí con la misma caja—. Llévala con cuidado.
—¿Y si lo rompo qué? —su expresión cambia radicalmente a una seria, asustandome un poco—. Con cuidado... si, lo llevo con cuidado —sonrío nervioso y él solo asiente, elevando una ceja.
Llevar todas esas cajas me dió más calor y cansancio de lo que pensé.
Luego de acomodar todo dentro del vehículo, por fin ya estamos en camino hacia nuestra casa.
Nuestra casa.
Loco, ¿no?, quiero decir, hace tan solo unos meses, ni siquiera sabía quien era, solo que poseía dinero y una casa enorme dónde hacer fiestas.
No tenía corazón, sentimientos, pensamientos. Tenía actitudes malas, ególatras y egoístas.
Hasta que supe lo que era perderlo todo.
Y si digo todo, hablo de tí.
Jamás había experimentado una cosa así. Era inexplicable y rara ante mi corazón, hasta que él lo comprendió.
Pero mi mente no y mis ojos tampoco.
¿Será por eso que no pude darme cuenta antes de lo mucho que te amo? ¿Y del dolor que te iba a causar?
Pasado.
Sí, es pasado.
Mi amor, te tengo aquí, a mí lado, ¿qué más puedo pedir?
Sí, solo una cosa más...
Le pido a la vida que no me aleje de tí.
¿Es absurdo? pues no me importa.
Si es necesario, lo gritaré, delante de quién sea, dónde sea. Luego podré morirme de vergüenza mientras tú me abrazas y te ries de mí.
Pero jamás me podré arrepentir.
¿Ves lo que hiciste? me has vuelto un completo romántico.
Aún recuerdo cuando ni siquiera abrazaba a Hyunjin y mírame ahora, no quiero que te apartes de mi lado, por más que durmamos en la misma cama.
Me has cambiado, Lee Minho, ¿te tengo que agradecer por el resto de mi vida?
Sí es así, entonces, así lo haré.
—Espera, no bajes aún —le tomo del brazo y él vuelve a cerrar la puerta.
—¿Qué sucede, Hannie?
—¿Eres feliz? —sonríe y toma mi rostro con sus manos.
—Lo soy, contigo lo soy, ¿y tú?
—Contigo, sí, también soy feliz.
Ignorar a las demás personas y concentrarme solo en tus ojos cafés, solo en tí... es el mejor egoísmo y el único que quiero sentir.
—Aquí comienza algo nuevo, ¿lo sabes? —deja un beso en mi mejilla y me mira a los ojos.
—Claro que lo sé, ¿pero estás seguro que lo quieres decir aquí, en el auto y no en el departamento?
—Acá, ¿entiendes? cómo nuestro primer beso.
Estaba totalmente nervioso y hablo de mí.
Te quité mi abrigo de las manos y te besé como nunca lo había hecho.
Era la primera vez que sentía un cosquilleo, que mi corazón latiera de una manera tan apresurada...
Era la primera vez que me enamoraba.
—Hannie, te amo demasiado.
—Cállate, te amo más —lo iba a besar pero alguien golpea mi ventanilla—. Y Hyunbae siempre interrumpiendo, qué raro —golpea mi hombro—. Sí, sí, lo sé, tendré tiempo para besarte después.
Tal vez, los dos seamos inexpertos en esto, pero estoy dispuesto a aprender contigo en el tema del amor.
Fin.
A llorar ✌️🤧.
Gracias por todo❤️
Jamás pensé que algo que yo pudiera escribir o hacer, les gustaría a otras personas.
Tampoco pensé que esto llegaría tan lejos, esta historia tiene más de 40k vistas y muchos comentarios diciendo que les gusta, solo... Gracias, por tomarse el tiempo de leer, votar y comentar.
Solo eso, lxs quierx 🤧💖.
Ojalá volvernos a encontrar en otra de mis historias 🤧🤞
Pd: no soy buena escribiendo finales...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top