30 "Contando"

Día uno.

Ha pasado un jodido día desde que te fuiste.
¿Cómo estás? Porque yo no paro de llorar aún.
Tu ropa sigue en el mismo lugar de mí habitación, ¿qué pasó? ¿a caso no querías un espacio en mi armario? ¿no te quedarías conmigo?

Pero nada de esto es tu culpa, es mía.

Debí decírtelo en cuanto mostré aquella foto. ¿Cómo lo hice? no lo sé.
Supongo que alcancé mi celular y logré capturar tu rostro al gemir.
No dejé que toque mi teléfono. No dejé que la viera de cerca. No se la dejé demasiado tiempo enfrente de sus ojos. No dejé que te hiciera nada humillante con aquella foto. La borré. Enseguida lo hice, lo juro, no tenía otros fines que solo terminar con esa tortura.

No lo sabía. Aún no me daba cuenta de que mis sentimientos eran tan fuertes por tí.

Si solo lo hubiera sabido antes, si solo mi mente era capaz  de aceptar mi corazón, nada de esto habría sucedido.

No cobré el dinero, ni lo haré.

Tú vales más que eso.

¿Puedes venir a mis brazos y dejar que te explique?
Solo necesito abrazarte, para que mi corazón se calme y este dolor se vaya.
¿Estarás conmigo pronto? Porque no puedo estar sin tí, no así.

Tú, enojado, decepcionado y triste. Y yo, extrañándote con todo mi cuerpo.

Te he llamado, infinidades de veces, y lo peor es que te entiendo. Entiendo como te sientes; usado, triste, devastado, traicionado y con un vacío enorme en el pecho.

Te extraño, mierda, demasiado.

Quiero correr hacia tí y más sabiendo que estás solo en tu casa.

Quiero abrazarte y besarte, decirte cuanto te amo y que nada de lo nuestro fue mentira.

Te conocí sin saber amar y me has dado el amor que jamás recibí, y sobre todo, te he dicho y te he demostrado un amor que crecía por tí, poco a poco. Me dí cuenta tarde, me demoré en decirte te amo, pero ha valido la pena, porque encontré a la persona que hace de mí alguien mejor, encontré mi vida, mi futuro.

Encontré todo contigo.

Aún te quiero conmigo, por el resto de mi vida, ¿tú tambien me quieres?
Me has dicho, me has confirmado, que no puedes vivir sin mí, ¿eso sigue siendo verdad?

Solo dime que sí, amor.

¿Cuánto tiempo tengo que darte? ¿Cuánto tiempo soportaré estar apartado de tu lado? ¿Por cuánto tiempo dolerá? ¿Por cuánto tiempo tendré que estar contando los días, las horas, los minutos en los que no te esté mirando?

Extraño tus ojitos, tu voz, tu piel.
Mierda, siento que ya no puedo.

Ya no puedo seguir contando. Ya no puedo pensar. No puedo parar de pedirte perdón en mi mente, explicando con detalles que es lo que siento por tí y que tú no lo escuches.

Lo siento, lo siento, lo siento.

Lo siento tanto, Minho. Cada órgano, cada gota de mi sangre... ¿por qué?
¿Por qué tuve que enamorarme de esta manera? La forma en la que te extraño, con cada centímetro de mí, sin poder respirar, me hace pensar que me he vuelto loco.

Trato de no hundirme en pensamientos. Trato de distraerme, pero no puedo. Siento como mi mente anda en círculos y se centra en un solo punto, la culpa.
La culpa que me nace, por ver tu rostro llorar por segunda vez y ser el culpable, por segunda vez.
¿Qué haré para que me perdones? no lo sé.
¿Pararme enfrente de tu casa y gritar cuánto te amo y cuánto lo lamento?

Lamentar.

Lo que no quería que pasara, a lo que le tenía miedo. Lo que me mataba por dentro, lo que no paraba de pensar una y otra vez a como reaccionarías, ya tuve la respuesta.
¿Puedo ir contigo? tú eres mí paz y te necesito, mucho.
¿Me necesitas? ¿Cómo yo a tí?

Día dos.

¿Has tenido pesadillas? ¿Y yo no he estado ahí para protegerte? ¿No he estado para abrazarte y decirte que todo estará bien?

Que no me iré de tu lado, pase lo que pase.

¿Estás tan destrozado cómo yo, no es así? ¿Qué has hecho? ¿A quién has llamado?

Porque yo he recurrido al alcohol.

Desde que te fuiste, enseguida abrí el gabinete y tomé de la primer botella de whisky que encontré.
¿Ahogar las penas en alcohol? jamás lo hubiera imaginado.

Jamás me he roto el corazón yo mismo y mucho menos romper el corazón de la primer persona la cual amé.
No.
Te amo. Te amo tanto, amor.

Me he levantado temprano, enrealidad no he dormido. Más bien, he imaginado despertar contigo, acariciando o dándote besos en todo tu rostro. También he imaginado tu voz ronca y grave, diciéndome que pare o que te causa cosquillas y dándome tus buenos días.

Buenos días que ya no los son, no si no estás.

¿A caso estoy loco? ¿Por cuánto tiempo tendré que imaginarte? solo estoy sentado en el borde de la cama, con tu camiseta en mano. Solo es una camiseta negra común, pero está tan impregnado tu perfume que parece que estoy oliendo tu cuello.
¿Nunca te dije que me volví adicto a tu perfume? porque sí, Minho, me he vuelto adicto a un simple olor solo porque a tí te queda mucho más que bien.

No he desayunado, no quiero si no es tu café.
Escucho como golpean dos veces la puerta de mi habitación. Me levanto enseguida pasando por mi mente la imagen de Minho, pero yo soy la última persona que él querría ver.

—Joven Jisung —escucho la voz de Jisoo por el otro lado de la puerta.

—Pasa.

—Seo Changbin, pregunta por usted —elevo mi vista hasta la persona que está correctamente parada en el marco de la puerta y solo asiento.

La criada se va. Muerdo mi labio, inhalando un poco más el olor de su perfume, mientras voy hacia el armario, para dejar la camiseta guardada, apartada de las mías.
Bajo rápidamente las escaleras, cruzo la sala para llegar a la puerta principal, encontrandome a Changbin con sus brazos cruzados.

—Rápido y claro Han, dame las cosas de Minho.

—¿Puedo saber dónde está él?

—Dónde no apuesten a su virginidad.

—Entiendo, pero necesito hablar con él —hago lo posible para que mi voz suene segura y que no se note que he llorado toda la noche, pero siento que mi voz, en cualquier momento, se romperá.

—Escúchame bien, imbécil —toma del cuello de mi sudadera y me estampa fuertemente contra la pared continúa, golpeando mi pómulo con su puño—. ¿Quién te crees que eres para hacerle eso a Minho?

—Nadie, no me creo nadie, ¿sí? necesito hablar con él para explicar...
—nuevamente, su puño pega mi rostro.

—No vas a explicar una mierda Han, dame sus cosas o iré yo por ellas, ¿o las quieres para seguir burlándote de él?

—No, jamás me burlé de él, ni lo estoy haciendo ni lo haré —trato de sonar lo más seguro posible.

—Pensé que le hacías bien a mí amigo, mierda, debí darme cuenta, ¿cómo puedes vivir con eso?

—Creéme, ya no puedo respirar.

—Pues te lo mereces por idiota —saca sus manos, no sin antes darme un empujón contra la pared—. Dame sus cosas y me iré.

Entro a la sala, y la chismosa de la criada ya está entre los sofás—. Trae el bolso que está en mi habitación —asiente, haciendo una leve reverencia y sube las escaleras. Vuelvo hacia la puerta, posicionandome delante de Changbin.

—Solo dime dónde está, prometo que no iré.

—Está conmigo y con Félix en nuestro departamento —asiento lentamente.

—Sus pesadillas han vuelto, no son constantes pero se despierta asustado, por favor, no lo dejen solo—. Jisoo aparece. Hago una seña para que le entregue el bolso y yo solo me voy de ahí.

Día tres.

Una vez más, abro los ojos que apenas cerré hace unos momentos. El sol pega en mi cara, me doy vuelta para ya no moleste. Extiendo mi brazo sobre el colchón, cayendo en la realidad de que tú no estas aquí.

Y lo peor es que no hay nadie a quien culpar, no más que a mí.

Por favor, ven. Ven y lléname de besos, de caricias, de tu sonrisa, solo olvida lo que has escuchado.
Te lo iba a decir, de la mejor manera posible, no así. No quería que te enteraras por otra persona.

"Eres solo una apuesta"... Olvida lo que dijo Soobin, tú no eres eso.

¿Tienes pesadillas? ¿Tienes a alguien a tu lado que te calme como lo hice yo? ¿Por qué mandaste a Changbin? ¿A caso no me quieres cerca tuyo?

Te extraño mucho más que ayer.

¿Cómo es que supiste sacar lo mejor de mí? una parte que nunca ví.
Fue como si dejase mi alma en tus manos y la limpiaras correctamente.
¿Por qué dejaste que eso ocurriera? ¿Por qué dejé que esto ocurriera?
¿Sabes? tengo tu camiseta junto a mí, ¿tú tienes la mía también?

¿Tienes idea de donde he estado?
He estado bebiendo, queriendo perder la razón, así dejar de pensarte solo por un momento, pero no puedo.
No puedo evitar pensar que todo lo que pasó es mi culpa.

Estoy contando los días en los que estoy sin tí y ya voy tres.

Tres días sin tus besos, tus caricias, sin tus ojos, sin tu cuerpo abrazando el mío.

Mierda, lo tenía. Lo tenía todo contigo y ahora ya no me queda nada.

Desearía poder tener una máquina del tiempo, así no me acercaría a Soobin, mucho menos aceptar la apuesta.
Y acercarme a tí, con el hecho de saber que eres el amor que nunca he buscado. Pero no puedo hacerlo.

Arruino todo lo que me hace bien.
Y tú eres ese bien.

Me has cambiado, ¿tendré el valor de hacerlo ahora que no estas a mí lado?
Desde el primer momento en el que te conocí; tú agarrando esa libreta, sonrojandote porque me mirabas fijamente y tus labios que me llamaron la atención, supe que no iba a dejarte, no hasta que te haga mío.

Y mírame ahora, te perdí por un estúpido juego.

¿Que sería del amor sin dolor? ¿O sin la posibilidad de que pudiera romperse? ¿O sin la posibilidad de que yo lo rompa? ¿A caso no sería real?

Si te digo que te amo. Si te digo que no dejo de pensarte. Si te digo mis sentimientos, todo lo que siento por tí, todo lo que me haces sentir. Si te digo que te necesito para poder respirar. Si te digo que eres mi vida. Si te digo que mi futuro está contigo. Si te digo que tú eres el que me enseñó a amar, ¿me perdonarías?

¿Aún no has escuchado? ¿Dónde tengo que gritar que te extraño con todo mi cuerpo? ¿Al cielo? ¿Las estrellas? ¿O tengo que pararme en la puerta del departamento de tu mejor amigo como un loco hasta que me perdones?
¿Cómo puedo expresar mis sentimientos hacia tí? ¿Lo tengo que escribir en la arena mojada junto a un corazón? ¿Mandar fuegos artificiales que escriba "te amo" en el cielo oscuro, finalizando con un ramo de flores? ¿O solo tengo que seguir contando los días hasta que me anime a hablarte?

Animarme a hablarte.

Sí, tengo miedo de que me digas que ya se acabó, que ya no hay Minho y Jisung, que ya no hay nada.

Pero te lo dije a tí en el oído, y me lo prometí a mi mismo, no me rendiré.

¿Debería llamar a Hyunjin? ¿Contarle lo que pasó? ¿O decirle cómo me siento ahora?

Pues me siento la mierda más grande de este mundo.

¿Qué debo hacer? ¿Debo dejar de llorar y de beber? ¿Debo dejar de llamarte para darte tu espacio?

Contesta, mierda. Debo escuchar tu voz, para calmar mi corazón.

Bajo el celular dejandolo aún lado. Poso mi vista en la televisión, sin prestarle atención. La noche está cayendo, al igual que mis lágrimas.
Necesito verte.

Día cuatro.

He estado en el frío suelo de mí habitación, por un largo tiempo.
No quiero acostarme en mi cama, me recuerda a tí, huele a tí.
La televisión aún sigue prendida, día y noche, es el único testigo de las lágrimas que he derramado y de todas las botellas que he tomado.
¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Has podido dormir tranquilo? ¿O algo atormenta tu mente al igual que la mía?
No sabes como quiero ir hacia tí y abrazarte, protegerte de todo mal.

Pero yo soy ese mal.

—Joven Jisung —escucho la voz de la criada. Ni siquiera me muevo, no quiero ver a nadie que no sea Minho—. Hyunjin lo viene a visitar.

—Dile que se vaya —grito, pero mi voz ronca lo hace parecer un susurro.

—Tarde —abre la puerta y la cierra nuevamente—. Ya estoy aquí hyung, no me iré.

—No pedí tus consejos ni tu compañía, vete.

Tengo entre mis manos un libro de mi pequeña biblioteca, el último que leíste. Lo recuerdo, ¿sabes? ¡claro que lo hago! te veías tan lindo concentrado. Te sentabas en ese sofá y lo leías detenidamente. Yo podía ver cada expresión en tu rostro, como fruncías tu ceño o tus labios, formando un pequeño pico.
Lograba sacarte fotos a escondidas. Aún no he borrado ninguna, ni tampoco lo haré. Se que tú también me has sacado, ¿tampoco las borraste, amor?
He pasado todos estoy cuatro días viéndolas, a cada una de ellas con detenimiento.
¿Ésto va a ser así? ¿Tendré que ver una foto para recordar tu rostro?

—Seungmin me ha dicho... —

—Cállate, no digas nada —cierro el libro, dejandolo a un lado—. Lo siento, no quise hablarte así.

—Te entiendo, estás enojado y triste.

—No, Hyunjin, no entiendes —flexiono mis rodillas, pasando alrededor mis brazos para unir mis manos, así poder esconder mi cabeza en mis piernas—. He perdido, no he ganado como lo pensé al principio. He perdido todo lo bueno que me dio la vida de mierda que llevo. Tengo un jodido vacío que no logro llenar ni siquiera con el alcohol. No quiero que me entiendas, nunca te pasó ni quiero que te pase.

—Lo siento, hyung —su mano acaricia mi hombro, mientras se sienta en el suelo conmigo.

—Yo también. Lo siento porque perdí el amor de mi vida, porque arruiné todo lo hermoso que tenía y mucho más porque causé el daño que juré no hacerle —limpio un poco mi rostro, rozando el raspón en mi pómulo—. Todo iba bien, había terminado todo con Soobin y él solo se metió entre nosotros, ese mismo día, Hyunjin —lo miro con la vista borrosa por el agua acumulada—. Se lo iba a decir, como tú me has dicho ¡pero ese hijo de puta lo hizo a propósito! —me abraza y yo escondo mi cabeza en su hombro—. Lo extraño.

—Lo sé, lo sé —acaricia suavemente mi cabello—. Hyung, todo va a estar bien, deja que se calme las cosas y podrás hablar con él —asiento mientras me separo del abrazo.

—Déjame solo por favor.

—No... —

—Por favor, Hyunjin, necesito estar solo —lo miro y él asiente.

—Promete que me llamarás.

—Lo prometo —acaricia una última vez mi cabello y se va de mí habitación.

Te necesito.

Tus besos, tus caricias... El latido de tu corazón.
Ese que tanto me inundaba de paz y lograba que cerrara los ojos para dormir tranquilamente.

Lo necesito de vuelta para poder dormir.

¿Qué tengo que hacer para que eso pase? solo necesito que me des una idea, porque mi mente no piensa en otra cosa que no sea en el daño que te hice.

¿Estás trabajando? ¿O has pedido esas vacaciones que no quieres aceptar por el dinero? ¿Puedo ir hacía tí? ¿O te alejarás como lo hiciste hace unos días?

Días. Han pasado solamente cuatro días y siento que ya no puedo respirar.

¿Y si escribo una carta? ¿La aceptarás? porque eso es lo que voy a hacer.
Jamás he escrito nada de amor, mucho menos pidiendo perdón, pero por tí, hago hasta lo que nunca hice.
No sé lo que voy a escribir o como me voy a desenvolver, pero te tengo que decir solo una cosa...

No olvides esto. No olvides lo nuestro, porque yo no lo haré.

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