21 "Papá"

¿Por qué dijo esas cosas? ¿Por qué me lastimó de esa manera?
Él no es así. Esas palabras no son ciertas.

¿O yo no quiero creerlo?

Vine corriendo hasta casa. Gracias a Dios, Lisa no está aquí ni mi padre, si no, ya me hubieran escuchado llorar desde hace dos horas.
Estoy sentado en el suelo, apoyado contra la cama, con mis codos en las rodillas y con mi cabeza entre las manos.

¿Por qué lo hizo?
Yo sé que no es verdad, él me ama, ¿no es así?
Debí quedarme a escuchar su explicación.

Pero no podía.

No podía ver sus ojos luego de decirme aquellas cosas.

Mi corazón late rápido, mis músculos están temblando y duelen por correr tanto.
Lo único que necesitaba, era alejarme de él, solo por unos minutos y pensar.

Pensar en el impacto que esas palabras causó en mí.
Pero aún no lo entiendo.

¿Volverá por mí? ¿Así como lo hizo cuando salí de su casa? ¿Tengo que creer en sus palabras?

¿Qué es lo que tengo que hacer?

¿Tengo que volver, tirarme a sus brazos y pedirle perdón por salir corriendo? ¿O solo...?

Tengo que tomarme mí tiempo.

Pero estoy seguro que no es verdad, no le creo.
Me ha tratado como nadie lo ha hecho.

Él es mí primer amor, no puede lastimarme así.

¿Debo llamar a alguien? ¿Debo contarle ésto a alguien? ¿Qué haré con la universidad?

Diablos, olvidé mi mochila, con Jisung.

Con mi Hannie.
¿Lo seguirá siendo?

Saco mi celular del bolsillo trasero, absorbiendo un poco mi nariz y limpiando algunas lágrimas.
Busco en mis contactos a Seungmin y le doy a la opción de llamar.

¿Minho? ¿Por qué no has venido?

No respondo. Absorbo una vez más y mis lágrimas comienzan a caer al recordar.

¿Te encuentras bien?

—¿Puedes venir a mi casa? —tartamudeo un poco.

Estoy en medio de una clase, hyung.

¿Puedes venir? largo un pequeño sollozo.

Claro, iré en cuanto termine, debo colgar.

Aparto la pantalla, totalmente negra, viéndome en ella. Tengo los ojos hinchados y con marcas en el rostro de lágrimas secas.
Por un momento, creo que deje de pensar en él, pero la pantalla se ilumina, mostrando su nombre en letras grandes y de color blanca, con el tono especial que elegí.

Que elegí solo para él, la misma noche que me pidió ser su novio.

—No, por favor, Jisung —apago el celular, dejándolo lejos de mí, sobre la cama.

Porque lo llamaría. Hasta iría a su casa ahora mismo.

Pero mi cuerpo aún tiembla, mi corazon sigue latiendo rápido y mi mente no deja de reproducir ese momento, en el que entré a la sala.

"Él no es nadie para mí"
"Jamás me enamoraría de alguien como él"

¿Es eso verdad? ¿No soy nadie para tí? ¿Todo lo que me has dicho fue mentira?

Por favor, solo dime que no es cierto y que me amas.
Pero aún sigo confundido y un poco aturdido.

¿Qué he sido para tí todo este tiempo?

La puerta se abre, pero no es Seungmin.

—Oppa —Lisa se sienta en frente mío y toma mis manos como puede.

—¿Cuándo regresaste? —tartamudeo nuevamente.

—Mis clases acabaron, ¿por qué lloras? ¿alguien te lastimó?

Alguien que jamás pensé que lo haría.

—No, solo estoy un poco sensible —trato de sonreir.

—¿Es por Jisung? ¿dónde está él?

—No lo sé —agacho un poco más mi cabeza.

¿Por qué le agradaste tanto a mi hermana? ¿Por qué fui tan fácil al aceptar aquel paseo por el parque?

Lo único que sé, es que tu sonrisa me hipnotizó, cómo siempre lo hace, y no tenía manera de decirte que no.

—Por favor, pequeña, no te preocupes, todo estará bien, ¿puedes ir a almorzar? Seungminnie vendrá en un momento —Lisa se pone de pie.

—¿Seguro estarás bien? —asiento. Deja un beso en mi cabeza y se va de mi habitación.

¿Es tonto decir que te extraño? ¿Por qué, Jisung?

"Niño pobre y estúpido que solo me desquito sexualmente"

¿Por qué dijiste eso?
Solo, toca la puerta, ven por mí y explícame, porque yo no quiero creerlo.

Me levanto del suelo y busco mi celular, prendiendolo nuevamente.
Y el tono especial vuelve a sonar y mis lágrimas comienzan a caer.

¿Tienes idea de cómo me siento, Jisung?

Pero no dejes de llamar, no dejes de insistir por mí.

El sonido desaparece, pero las notificaciones de mensajes llenan la pantalla.

Contéstame, por favor.
Por favor, amor, hazlo.
Déjame explicarte.
Por favor, Minho.

¿Por qué, Hannie? ¿Por que le dijiste eso a aquel chico?
¿A caso yo tenía razón? ¿Querías humillarme y luego decirme que me amas?

No, tú no eres así.
Yo te conozco, ¿verdad?

Allí.
Tras unos minutos leyendo los mensajes, que dicen que conteste tus llamadas, pero no puedo.
No estoy listo aún.

¿A caso pensaste lo que causaría esas palabras en mí?
Escuchar tu voz sonaría en mi mente las palabras que has dicho, hace apenas unas horas.

¿Por que tardas tanto, Seungmin?
No quiero cometer una locura como llamarlo y perdonarlo. Dejar que me abrace con sus grandes brazos y que acaricie mi cabello, mientras me explica por qué lo hizo.

¿Por qué pienso en tí, consolandome cuando fue tú culpa?
¿Me enamoré de tí, tanto que eres mi dolor y a la vez mi cura?

¿Por qué, Jisung? ¿Por qué dejé que causaras ésto en mí?
A pago nuevamente el celular, dejándolo sobre la cama. Vuelvo a sentarme en el suelo, escondiendo mi cabeza en mis manos.
No puedo dejar de sollozar. No puedo dejar de de morderme las uñas de mis dedos. No puedo dejar de pensar.

La puerta es tocada dos veces.
En mi mente pasó la idea de que puede ser Hannie, pero se que él no haría eso. A pesar de las llamadas y mensajes, me daría mi tiempo.
Eso es lo que necesito para que mi mente procese lo que mi corazón está sintiendo en este momento.

—Pasa —mi voz ni siquiera se escucha.

Limpio rápidamente mis lágrimas. Miro hacia el frente, con mis brazos cruzados en mi pecho.
Siento un leve roce y unos dedos posarse en mi hombro.

—¿Qué ha pasado, hyung? —su voz no es como la de Hannie, no me tranquiliza—. ¿Ha sido Jisung? —asiento despacio—. ¿Qué fue lo que hizo aquel idiota?

—Creo que trató de humillarme delante de Choi.

—Será hijo de...—

—Ha dicho que yo no soy nadie para él, que soy un niño estúpido y que solo me usa para... Para tener sexo.

—Hyung, cuanto lo siento, ¿quieres llamar a Félix? Él es mucho mejor en esto.

—No, no quiero que nadie más se entere.

—¿Te ha llamado? —asiento—. ¿Le has contestado? —niego lentamente—. ¿Has dejado que te explique? Tal vez escuchaste mal.

—Dijo que me ama y luego que solo, no era nadie para él, ¿por qué, Seungmin?

—Yo no... ¿Has dicho Soobin? —elevo la mirada hacia él—. ¿Choi Soobin? —asiento—. Mierda, debe haber una gran explicación.

Saca su mano de mi hombro y se coloca al lado mío en el suelo, imitando mi posición y mirándome fijamente.

—Minho, yo no sé que decirte más que, si se trata de Choi, todo lo que dijo, debe ser mentira —trato de relajar mis piernas, estirandolas—. Yo no soy quién para decirte qué hacer, depende de tí, pero en los años que llevo conociendo a Han, y déjame hacer un paréntesis aquí, él fue un idiota conmigo, hasta que por fin se dió cuenta de que yo no soy como él pensaba. Hyung, jamás lo vi tan enamorado y menos con una sola persona en mucho tiempo —lo miro fijamente a los ojos con una expresión de seriedad—. Si no, olvida eso... Lo que quiero decir, es que no creas nada si Choi está involucrado.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que tiene ese chico? —rasco mi nuca.

—¿Jisung no te ha contado? —niego—. Mierda, sí, creo que deberías llamar a Félix.

—Seungmin, cuéntame ahora.

—Jisung hyung me va a matar —sonríe nervioso.

—No antes que yo.

—Hace unos años, en la universidad corría el rumor de que Soobin y Han estaban juntos —aparto la mirada y jugeteo con mis dedos—. Pero era falso.

¿Por qué se alivió mi corazón?

—Choi lo habia inventado porque Han lo había rechazado, en varias ocasiones y solo...—

—Se volvió loco por él.

—Pero de la peor forma, se obsesionó con él de algún modo.

—¿Por qué no debo creerle a ese chico? A pesar de toda la historia.

—Creo que haría lo que sea para estar con Jisung, él es muy inteligente, hyung, puede hacer cualquier cosa, pero se volvió un loco de remate, por así decirlo, lo único que hizo fue perseguirlo desde que lo conozco.

—Pero eso no cambia lo que dijo, salió de su boca.

—Lo sé, hyung, eso depende de tí —posa una mano en mi pierna y la palmea—. Solo dile que yo no fuí quien te dijo esa historia, de hecho, fue Hyunjin —sonrío o eso creo—. Si no me matará, no... Lo haré yo por su bocota de imbécil.

—¿Por qué no me lo contó?

—No quiero ponerme de su lado ni defenderlo, tampoco sé como sucedió todo, pero si le das la oportunidad de explicarse, creo que entenderías —larga un extenso suspiro—. Pero, lo que tienes que hacer es dejar de pensar en eso un poco y sobre todo, deja de llorar. Lo voy a matar por tí.

—Seungminnie, no le hagas nada, ¿sí? Ni tampoco le digas que hablé contigo.

—De acuerdo, ¿estás bien?

—Claro que sí.

O lo voy a estar, cuando aclare mi cabeza y todo vuelva a la normalidad, como antes, con él.

O sin él, pero me aterra no lograrlo.

—Es hora de irme —se levanta del suelo y yo lo acompaño.

Salimos de la habitación pero nos detenemos en la de mi padre. Lisa está sentada en el piso, como yo lo estaba antes.
Mira hacia un punto fijo, sin pestañear. Me arrodillo hasta estar a su altura y acaricio su cabello.

—¿Qué ocurre, pequeña? —parece como si tuviera la mirada perdida.

—Traté de llamar a papá para almorzar, pero sigue sin responderme.

Seungmin entra en la habitación en busca de mi padre.
Yo me quedo tieso. Mirando a los ojos de mi hermana, los cuales miran a la nada.

Está pasando. De nuevo, lo que sucedió aquella noche, hace unos años atrás.

Ella estaba así, con la mirada perdida, sin hablar, sin siquiera moverse del suelo durante horas.
Mamá murió en una noche fría, y aunque el sol esté radiante, con algunos grados de menos, se siente igual. El frío se siente en mí interior, en mí sangre, en mis órganos.
¿Estoy respirando? ¿Podré superarlo?

—Minho, ¿Me escuchas? —Seungmin posa su mano en mi hombro, haciendo que lo mire.

He dicho que estoy preparado.
Me imaginé escenarios en donde él estaba en el hospital, Lisa y yo despidiéndonos. Nos dolería un poco, pero lo íbamos a superar.
Cómo lo hicimos la primera vez.

Pero esto es totalmente diferente y sorpresivo.

¿Cómo diablos se supone que tengo que reaccionar?

—Minho, la ambulancia —miro hacia la puerta.

El sol entra por la ventana al igual que las luces verdes y blancas.
Dos personas entran con una camilla en mano. Ingresan a la habitación y uno de ellos revisa el pecho de mi padre con un estetoscopio y niega lentamente.
Las personas pasan a mi padre a esa camilla. Pasa por mi lado y sale de la casa, mientras el otro paramédico, me toca el hombro, llamando mi atención.

—Lamento su pérdida —solo asiento y vuelvo a mirar a mi hermana—. Necesito que un mayor nos acompañe al hospital.

Muevo la cabeza de arriba a bajo, tratando de entender lo que dice. El peso de mi cuerpo se balancea hacia mis talones, quedando en cuclillas.

—Lisa, quédate con Seungminnie, vendré enseguida —no me mira y tampoco sé si me escucha.

—Por favor —vuelvo a mirar a mi menor—. Cuídala por mí y llama a Hyunbae, él sabrá que hacer —él solo asiente.

Camino hacia la puerta. Aún no siento el latido de mi corazón, ni mi respiración.
Miro para ambos lados.

¿Es raro querer abrazarte? Tú me devolverías a la realidad.

¿Y si mi temor era cierto? ¿Por qué tuve que perder a ambos?

Lo único que tengo claro es que te necesito.

¿Les va gustando la historia?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top