07 "Pensamientos"
Me encuentro subiendo las grandes escaleras de mi gran mansión. Estoy solo, tampoco me sorprende.
Mi madre jamás se encuentra en casa, y si lo hace, no me dirije la palabra, ¿por qué? Simplemente no lo sé. Tampoco me afecta. Pero me gustaría que algún día ella me me dijera "¿Cómo estás? O ¿Cómo fue tu día?". Pero de solo pensarlo, se que nunca va a pasar, ella nunca me quiso, al igual que mi padre. Nadie quisiera tener un hijo así.
Me posiciono delante de la puerta que conduce hacia mí habitación.
Al entrar se encuentra tan jodidamente vacío. Lo único que hago es sacarme los zapatos y acostarme en mi cama. Y pensar.
¿Qué locura acabo de hacer? Le prometí a Minho recojerlo de su trabajo, ¡todos los días!
Miro hacia el sofá individual junto a la televisión y a un librero, ahí es donde suelo dejar mi abrigo de marca, muy caro.
Pero no está ahí, ¿Dónde lo habré dejado?
Me levanto de repente de la cama, inspeccionando mejor ese sofá, hasta que por fin me doy cuenta.
—¡Mierda! —maldigo en voz alta.
¿Cómo no me di cuenta antes? estaba tan nervioso por lo que le dije a Minho que...
¡Espera!
¿Nervioso? ¿Yo? Eso jamás, mucho menos con un pobretón como él.
Me acuesto de nuevo en la cama, cierro los ojos hasta que siento mi celular vibrar.
—Por favor que no sea Soobin —ruego, mientras busco mi celular en el bolsillo delantero del pantalón.
Mensaje de número desconocido:
«Lo siento me has tomado por sorpresa con lo que me dijiste que me olvidé de darte tu abrigo...»
«¡Ah por cierto, gracias!»
Mi rostro forma una sonrisa que intento borrar, pero es inútil.
«Solo... cuida del abrigo por mí, es uno de mis favoritos»
«No tienes que dar las gracias, alguien tan lindo como tú no debería correr peligro en las calles tan tarde»
«Buenas noches, Minho»
«Buenas noches, Jisung»
Apago el celular y me coloco boca abajo, pasando mis manos bajo la almohada.
Mi sonrisa se intensifica aún más.
Fue tan rara, esa sensación de cosquilleo que sentí cuando su mano tocó la mía. Es algo que no tiene explicación.
Giro la cabeza para pegar mi rostro con la almohada y largar un largo y pesado suspiro.
¿Por qué estoy pensando tanto?
Debería dejar de tener pensamientos así, ¡esto es un maldito juego! Voy a saciar mi necesidad de besarlo y acostarme con Minho y a la vez me deshago de Soobin; yo termino ganando y ese idiota termina con un corazón roto, ¿Cómo alguien como yo se podría enamorar de alguien como él?
Al fin aparto la cara de la almohada para volver a como estaba antes y poder respirar. Cierro mis ojos, lentamente para entrar en un profundo sueño.
Estoy junto con Minho en la cama, lo abrazo por la cintura, es tan cálido.
Meto mi mano debajo de su camiseta, acariciando su suave piel y dejo un beso sobre su hombro.
—¿Qué haces despierto? —su voz ronca se hace presente—. Pensé que estabas dormido —agrega, dándose la vuelta, de manera que nuestros rostros se encuentran a escasos centímetros.
Sigo con mis ojos cerrados y con la mano dentro de su camiseta.
Ahora mis dedos empiezan a jugar con el elástico del pantalón de su pijama.
Abro los ojos, encontrándome con los suyos.
Es increíble, que tan solo con la luz de la luna que entra por la ventana del balcón, sus ojos brillen.
—¿Podemos hacer algo? estoy aburrido, Minho.
—¿Algo como qué?
Sonrío pícaro y de un solo movimiento me posisiono arriba suyo, agarrando con una sola mano las suyas, alrededor de su cabeza.
Lo beso. Mis labios se mueven a la perfección sobre su boca.
Mi lengua busca la suya, hasta que se encuentran y se comienzan a cariciar con suvidad, entre beso y beso.
No puedo evitar sonreir, esto es tan perfecto.
Mi otra mano divaga por su abdomen.
Lo levanto con suavidad, sin separar nuestras bocas.
Es jodidamente adictivo.
Le saco su camiseta y él hace lo mismo conmigo.
Lo vuelvo a acostar, pasando mi lengua por su cuello para dejarle algunas marcas para luego seguir sobre su torso hasta llegar a las tetillas
Quiero saborearlo todo.
—¡Hannie! —gime —.¡Hannie!
—¡Joven Han! ¡es hora de levantarse —abro los ojos con pesadez, encontrándome con la criada.
—¡Ya te escuché Jisoo, vete de una puta vez! —la veo desaparecer rápidamente de mi habitación.
Arruinó mi sueño.
Busco mi celular y son las una de la tarde. Mierda, la universidad.
Bueno, no es tan importante.
¿Qué carajos soñé? ¿Por qué tengo una erección?
Trato de recordar y se me viene una imagen a la mente.
Yo sobre Minho besando y lamiendo su abdómen.
Mierda.
Mi celular suena y la pantalla sale el nombre de Hyunjin, el cual contesto enseguida.
—¡Hyung!
—¿Qué sucede Hyunjin?
—¿Por qué no vino hoy? Se perdió de muchas cosas.
—Solo... me dormí —digo, pasando mi mano por mi cabello alborotado y me tranquilizo al saber que mi ereccion se está yendo.
—Tengo algo que contarle, Hyung.
—¿Qué cosa? —salgo de la cama rápidamente.
—No se alarme, ¿puedo ir a su casa ahora?
—Claro.
—Estaré en cinco, adiós.
Iba a responderle pero cortó la llamada, ¿qué habrá pasado?
Entro al baño, dispuesto a darme una ducha.
—¡Joven Han, su almuerzo! —se escucha desde el piso de abajo.
—Ni bañarme tranquilo puedo —me quejo, dejando la ducha para más tarde.
Bajo las escaleras, encontrándome a Hyunjin, esos cinco fueron rápidos. Él está... ¿nervioso?
—¿Has comido algo? —pregunto.
—Si, pero sigo con hambre —formula una sonrisa que parece más una mueca mientras se rasca el cuello.
—Ven, sentémonos —la mesa del comedor está llena de aperitivos—. ¿Qué sucede? —agarro una dona, llevándola hacia mí boca y esa imagen besando a Minho reaparece.
—Jeongin y yo, lo hicimos —me ahogué a tal punto que no podía respirar, y si no fuera por el jugo de naranja que tenía a un costado, hubiera muerto.
—Desvirgaste... —susurro, procesando lo que acabo de escuchar.—¡Desvirgaste a Jeongin! —ahora si estoy gritando—. ¿¡Acaso no te das cuenta de que él es un bebé!?
—Es bastante grande por lo que me hizo —dice ganándose un golpe de mi parte.
—¿Que qué? —pregunto algo incrédulo
—¡Hicimos cosas que los novios hacen, hyung!
—Pues debiste dejar que Jeongin tenga veintitrés años.
—¡Él fue el calenturiento! —exclama bebiendo un sorbo de jugo.
—No le digas así —largo una risa ante su comentario—. Hyunjin, no entiendo por qué me dices esto.
—Solo quería saber como reaccionarías, ¡casi te veo morir! —larga una carcajada.
—No te rías.
—¿Y usted Hyung? estuvo desaparecido por dos días, ¿qué es lo que está haciendo? —me mira directo a los ojos.
—Yo...—Mierda, ¿qué le digo?—. Estoy en algo —casi se le salen los ojos de la sorpresa.
¿Qué acabo de decir?
—¿Está en algo? —tartamudea—. Pero usted...
—Si, sigo manteniendo mi opinión, pero quería desaburrirme un poco.
—¿Con quién? —miro hacia mis pies pasando la lengua por mis labios.
—Con Minho —me mira confundido—. El amigo de Seungmin, lo conociste en la fiesta.
—Pensé que no le gustaba los pobres, hyung.
—Eso no ha cambiado Hyunjin, es que... —no puedo decir nada respecto a la apuesta—. Solo... me llamó la atención.
—De acuerdo, Hyung, me tengo que ir—se levanta de la mesa—. Nos vemos luego —hace una pequeña reverencia.
—¡Oye, no te acuestes tan seguido con Jeongin, debe conservar su inocencia de ángel! —grito para que me escuche.
—No era tan ángel cuando me chupo el-
—¡Vete Hwang Hyunjin!
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