XXXI. Luar

Cambia las temáticas
cual si fuere medicina.
Las teorías patéticas
calma con cierta aspirina.

Tiene un cerebro de infarto
que enseguida te pierde.
Le dejó un envío de reparto
ojos de esmeralda, color verde.

Lleva un alma genial,
sonrisa coqueta,
es un viaje astral
dama discreta.

Su placer favorito
son los amaneceres.
La personaje de un mito
aunque no lo creyeres.

La excelencia definida
dentro de la historia.
Elegancia, incomprendida
entre las cámaras de mi memoria.

¿Cómo podría describir
lo indescriptible y bello?

La cascada de contenido,
un pasado incierto.
Al dormir, mi sueño preferido:
Tú, paraíso descubierto.

Tiene un ágil desatino,
una máscara de ideas,
de todos, el mejor libro y vino
dondequiera que leas.

Entre agitadas olas curvas
de vidas pasadas y renacimientos,
quiero pasar contigo los finales
las citas y los momentos.

No, vida mía, procura...
no te quedes esperando a la ventana.
Me consume la locura:
pensaré que te veré mañana.

Dormí meditando esté asunto
y así nuevamente te soñe.
Bella, aún me pregunto...
¿por qué? ¿por qué desperté?

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