XX. Fisionomía

Tú, hombre del espejo
que mira fijamente mis ojos
como queriendo, tal vez deseando
acometerme como perro.

Espera, aguarda un momento,
que el tiempo vuela
y no hay mortal o muerto
que a su paso detenga.

No eres nadie,
mientras dudas no dejan dormir
el insomnio -tu amante-
quiere besarte de nuevo.

¿Qué es la existencia misma?
¿Qué somos? ¿Por qué?
¿Por qué aún pregunto
y nadie quiere responder?

Estoy solo...
tú estás en esa lista...
Hipercromía bajo tu mirada
por noches crueles de desvelo.

Estúpido...
¿has mirado tu reflejo?

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