Me quiero desarmar

la biblioteca entera;

leerme, apaciguar

mis llantos en hogueras.

Sentarme y disfrutar

unas rimas... cualquiera.

Sentir y degustar

lo que haya en la librera.

Leerme a Cortázar

y a Pizarnik en la bañera,

jugar a que soy Borges

una vez primera.

Querer, pues, imitar

Benedetti's y otras quimeras;

con Sor Juana, tal cual monjes

protestar contra allá afuera.

Coelho y Martí, ¿cuál es la diferencia?

entre Espino y Bécquer, ¿habrá alguna ciencia?

no quiero insistir, me sobra la experiencia:

el tiempo de lectura me somete a la demencia.

Lorca, Lars y Asturias, deseo revivir

el comienzo, el pasado y también el porvenir.

Unos Dumas, una cama de plumas

y en la Rue de Edgar Allan existir.

No creo, han sido tantos...

y los que aún me faltan.

Compondré coros y cantos,

versos si el alma exhaltan.

Esta es una pequeña pieza

de algún rincón de mi memoria

donde una visión y la destreza

de un niño hacían historia.

FIN.