XVIII. Ráfaga
Prefiero guiarme por la luz de tus pasos,
quisiera morir, todo sea en tus brazos.
Intento viajar de modo predictivo,
quedarme en tu nombre hecho adjetivo.
Las furias, mi escenario;
mi sol, mi relicario.
Los versos que escribí a ti
compuestos en mi diario.
Las estrellas, la luna,
la suerte y la fortuna
no son nada, oh amada,
cuando sólo se trata de una.
De una que envenena
mis letras y fonemas,
al terminar buscando y dando
recursos a mis poemas.
Bendita fantasía,
ilusión de armonía.
La espera de la primavera
que no llega todavía.
Y aún más bella que el cielo,
un atardecer de anhelos
y sincera guía, vida mía,
en mi sueño y mis desvelos.
No creí que podría revivir...
No me quiero encontrar,
estoy perdido descifrando amar.
Miento si digo que mi pensamiento
cada cierto tiempo sueles pasar.
Con certeza expone
la grandeza, las pasiones.
Una fortaleza expresa
de misterio en ocasiones.
Que persigue, que te ata,
te revive y te mata.
Sigo invicto, hecho adicto
a todo en cuanto de ella se trata.
Adicción que me limita
a hablar de forma escrita.
Sigo vivo, escribo contigo
(con tu llama infinita).
Ráfaga de emociones,
destinos y visiones,
una certera espera fuera
de dudas y contradicciones.
Eterna y precisamente,
para una dama única y diferente.
Firmado, atentamente
un admirador frecuente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top