XLVII. Mate, Mayte
Debo fingir que no eres,
rocío mentira
entre las mañanas fingidas
pues solo estás tú.
Y si hay más maneras,
formas y caminos
de acabar conmigo mismo
elijo ésta sin dudarlo
pues en las noches frías
y misteriosas madrugadas
me encuentro más nada
mencionando tu nombre,
como un susurro dulce,
como una caricia al aire.
Prisionero de tus besos,
ciego medicamento
por si la memoria
te olvidase algún mañana.
Ni ciencia de los sabios
descubrirá como te amé,
ni mil penas y agravios
como los sueños que reclamé.
Mil pecados, habían varios,
pero a este me tentaré.
Mate para mis labios;
para mi cabeza, Mayte.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top