Neruda quería escribirte
los más tristes versos
porque en noches como esta
te tenía entre sus brazos.

Neruda quería, yo no quiero:
prefiero volverme un sutíl marinero.
Pensar que eres mi tercero, segundo y primero;
volverme loco en mi desespero.

Yo te quise,
a veces tú también me querías.
Ahora no importa cuanto precise,
esperaría dos minutos más
a que lo hicieras de nuevo.

Mientras, mis sueños van callando...
por pensar que no te tengo,
al sentir que te he perdido.
Esperando, vacilando
mientras en mi mano sostengo
este corazón herido.