II. Amor de Noche

Es una lástima que no esté conmigo
cuando el reloj miro y son las diez
mientras la noche cae y el silencio se escucha
a lo lejos, sí, a lo lejos.

Es una lástima que no esté conmigo
cuando el reloj miro y son las dos
mientras la madrugada reina y las hojas caen,
eterno otoño, casi invierno que acobija mis pies.

Es una lástima que no esté conmigo
cuando el reloj miro y son las seis.
Si está a mi puerta, eh, la dejé abierta
suponiendo que al amanecer volvería usted.

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