I. Admiración Poética
Dos aleteos de mariposa,
un silencio en inmensidad.
Un girasol y dos rosas,
saltos de felicidad.
El crepúsculo del ocaso,
la belleza del amanecer.
Un poco de amor, un abrazo,
lindura de anochecer.
El canto de los pajarillos,
la tenue luz celestial.
Una canción con dos estribillos,
ser demasiado angelical...
Ahora tengo demasiado, mucho
con que compararte, pero equivocado
sería si lo hago, y a veces lucho
porque te veo en todos lados.
Porque hoy todos quieren ser,
se te quieren parecer.
No encuentran manera alguna,
anoche me lo dijo la Luna.
Que las estrellas trataron de imitarte,
el sol quería brillar más que tú.
La brisa suave trató de besarte,
el mar reflejo al cielo con ímpetu.
Las galaxias discutieron horas, seguro
en una de ellas se encuentra el ser más puro.
Los ríos tambaleantes, resolvian
porqué a tu rostro ellos no saldrían.
Las siete maravillas del mundo, se reunieron,
discutieron porque ahora había una más.
Los buscadores de tesoros me exigieron
la respuesta de saber dónde estás.
Las perlas y los diamantes lloraron,
porque ninguno igualó tu valor.
Los planetas de girar pararon,
parece que cambió orden por amor.
Me informan que duermes, con fe
soñando en las nubes pasar.
Y al instante, muy bien lo sé,
las mismas nubes empezaron a envidiar.
Porque nadie es como tu, querida,
pero ahora todos quieren serlo.
Llena contenta de luz tu vida:
cariño, tu puedes hacerlo.
Podría comparar mil cosas a ti,
pero sé que no te pareces a ninguna.
Porqué todo se te parece, y así
me lo seguía contando la Luna.
Vete al espejo, tu reflejo,
mira, en tu rostro dos azulejos.
Estrellas únicas, que quisieron quedarse
porque perdían todo al marcharse.
La cascada de tu cabello, refrescante,
navegando tu piel, impactante.
Se mantiene posando la escultura,
de tu rostro, nariz y tu figura.
Tus labios, curvas peligrosas,
tu sonrisa, la mejor y más hermosa.
Dicen que usada, podrá ser mortal,
pues enamora y atrapa al final.
Los árboles duplicaron su grosor,
tratando de duplicar tu valentía.
Y las montañas crecieron en modo mayor,
creyendo igualar tu empatía.
Los mares crearon grandes oleajes,
intentando igualar de tu rostro el paisaje.
Hasta la Luna, que me lo estaba contando,
comenzó a menguar al ver todo fallando.
Y las estrellas te vieron nacer,
las constelaciones te ayudaron a crecer,
El planeta te ayudó a caminar,
los cometas te vieron saltar.
Las galaxias te hicieron reir,
Los cielos te observaron llorar,
El mismo universo que dió a vivir
ahora piensa admirarte al brillar.
Dicen que por ti, se crearon
las canciones que de amor hablaron.
Y que los poetas en ti se inspiraron,
versos geniales por fin lograron.
Los pintores pintan grandeza,
los escultores, poder y plenitud.
Pero fue tu belleza,
la que nadie imita, con aptitud.
Incluso todo gira a tu favor,
ahora contigo todo es especial.
Le pregunté a Dios si, por error,
había bajado un ser celestial.
El me dijo que eras aquella creación,
aquel momento perfecto.
En el que brillo en amplitud la perfección,
y todo salió como era correcto.
Y la Luna paró de contarme,
la luz llegó del amanecer,
Pero ¿sabes?, podia asegurarme
que hasta el Sol como tu, quería ser.
Dormí, queriendo soñarte,
queriendo verte en pensamientos.
Y los versos que escribí, sin talento,
me dijeron que perdieron hasta el aliento,
de describirte, con muchos elementos,
y he errado por no estar mintiendo.
El gorrión dejo de entonar prosas,
y dijo que eras la melodía más preciosa.
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