Salí de casa a toda prisa, apenas con mi cartera en mano y sin un maldito suéter. Para mi mala suerte, hacía un frió del demonio esa tarde.
Tomé el primer autobús que paro, no me fijé a donde se dirigía, ni siquiera me interesó, debía irme antes de que mi papá me alcanzara y eso hice. Subi al autobús.

Necesitaba hablar con el. Urgentemente.

—No esperaba tu visita.—soltó entrando a la habitación y mirándome detenidamente.—¿Pero qué demonios? ¿Dios, qué te pasó?—Pregunto, acercándose a mi.

—Ya no puedo más Jin.—espeté, dejándome caer en la silla de frente.—No soy fuerte, no le hice frente, yo... no quiero estar aquí. Ya no quiero.

Jin suspiró y se sentó en el asiento de enfrente.

—Nunca nada tiene sentido ¿Verdad, Jungkook? La vida es un caos total. En mi experiencia, es una mierda pero todo tiene solución.—Sonrio.

—No encuentro soluciones a mi caso.—Suspire quebrado. Mi voz haciéndose pequeña y podía sentir mis ojos llenándose de lágrimas.—No se que hacer...

SeokJin se inclinó sobre la mesa y me miro atentamente, serio. Después de un par de segundos sonrío, y... fue la sonrisa más real y sincera que jamás me habían brindado.

—Aviones de papel.—susurró.—Cada vez que tengas un mal pensamiento escríbelo en una hoja y lánzalo del lugar más alto que encuentres, de esa forma, el pensamiento quedará perdido. Tan perdido como puede estar una hoja de papel, yo dudo mucho que lo encuentres.—Sonrio.

Suspire..

—Ojalá pudiera tomar una medicina y curar todos mis males, Jin. Este lugar es una mierda, solo pensar que tú...que no estarás más yo...

—Yo no le tengo miedo a la muerte Kook. Ya he vivido mi vida. —Tranquilizo.

—Eso es una mierda.—Suspire.

—Lo es... quiero decir, no significa que quiero morir, quiere decir que no tengo miedo a hacerlo.—Calmo—Porque, de todas formas, algún día tenemos que morir, es un poco estupido tenerle miedo a algo que es inevitable así que hay que vivir la vida ¿No crees?

El frío vino a mi cuando salí del penal, me abracé a mi mismo intentando retener el alivio que me había proporcionado hablar con ese hombre, pero... se fue incluso más rápido al ver a mi padre. A tres metros de mi, recargado en el auto, serio y molesto.

No quería enfrentarme a él pero tenia que, así que camine cabizbajo, con mis ojos llorosos aún.

—Papá yo... yo lo-

No pude terminar de hablar cuando fui interrumpido por un extraño calor.
Sus brazos me rodearon y fue un pequeño shock el darme cuenta de que me estaba abrazando. Que estaba aquí, sin que yo se lo pidiera y que me abrazaba y... no podía sentirse mejor.

—Lo siento Jungkook.—Susurró con voz quebrada.—Realmente lo siento hijo.

Por primera vez en mi vida, pude sentir que estaba bien. Que ahora estaba bien. Que no había nada que temer que... tenia un padre de verdad y realmente, eso era maravilloso.

Estaba bien, todo bien.
Lamentable eso duraría poco tiempo.