Primera parte

A comienzos del nuevo milenio, con tan solo 26 años, Helmut Zemo era uno de los fotógrafos más codiciados de la industria de la moda en Europa, y no sólo por su trabajo impactante. Él era extremadamente atractivo, con una vibración peligrosa. Poseedor de una mirada y una presencia tan electrizantes como imponentes, que irradiaban una fuerza brillante, enérgica y poderosamente cautivante.


Un talento proporcional a su propio encanto.

Y de hecho, todos los y las modelos se disputaban el poder ser fotografiados por él, y finalmente se estaban matando por convertirse en su modelo de cabecera.

Sin embargo, Zemo (nadie le llamaba Helmut, ni su esposa), hace ya un buen tiempo que se había enganchado de un modelo en particular.

Un modelo...

James Buchanan Barnes, más conocido como "Bucky" Barnes, había llegado de las granjas del Medio Oeste de los Estados Unidos a comienzos de los 90', cuando todavía era un adolescente. La gran capital londinense lo recibió con indiferencia; sin embargo, sus padres estaban convencidos de que la belleza y el buen porte que tenía deberían ser admirados, si no era en alguna película por lo menos podría presentar las noticias del Canal 5, su canal favorito. Pero finalmente, una cosa llevó a otra y Bucky terminó posando para comerciales o afiches de productos variados.

Pareciera que no hubiese un lugar en ese mundo deslumbrante de la moda para aquel muchachito de ojos azules y mirada abatida. Hasta que conoció a aquella persona que cambiaría radicalmente su vida. Sí, esa persona era Helmut Zemo.

Zemo vió por primera vez a Bucky, específicamente el año 2000, mientras vivía en Londres y cuando todavía compartía el estudio fotográfico con uno de sus amigos, Lennox, el cual estaba tomando fotografías para el anuncio publicitario de una famosa marca de macarrones con queso, y ahí estaba Bucky.

Cuando Zemo lo vió, vió a un niño, un niño perdido e inconsciente del inmenso mundo que podría abrirsele si tan sólo...

...sus ojos, vió sus ojos...Eran azules, tan azules...tan azules como el fondo sobre el cual era fotografiado. Zemo pensó que hasta podría ver el fondo azul a través de aquellos ojos.

— ¿Quién es él? — le preguntó a Lennox sin poder disimular su impresión.

— ¿Él? — Lennox ya conocía la fama seductora de Zemo y su historial de vida amorosa con cada X modelo que lo cautivara. — Él no es para ti.

Aún así, antes de irse, Zemo le echó un último vistazo a Bucky. Entonces, de forma imprevista, sus miradas se encontraron, y Zemo le dedicó una sonrisa cautivante sin dejar de mirarlo fijamente tal como si lo estuviese analizando. Bucky tan solo pudo separar involuntariamente su labios encarnados, dejando una expresión sublime que se grabó en la mente de Zemo aún mucho después de darse la vuelta para marcharse.

Dos semanas después, a Zemo lo llamaron para tomar unas fotografías para Vogue. Ya habían visto su audaz trabajo y estaban más que convencidos de que tenía que tomar fotografías para ellos. Era una necesidad más que un requerimiento. Y Zemo lo sabía. Así que, en su posición privilegiada, lo primero que hizo fue convocar a su propio modelo masculino para adornar el escenario de la modelo femenina principal. Y fue así como contactó a Bucky.

Bucky fue recibido en Vogue con miramientos poco favorables, debido a su inexperiencia y a su origen opaco. A primera vista no tenía nada en especial a comparación de los otros modelos ya bien plantados en el mundo de la moda.

¿De dónde provenía Bucky? De hacer comerciales para cereales.

¿Qué tenía de especial Bucky Barnes? Éso era algo que sólo Zemo les podría mostrar.

Bucky llegó ante Zemo por primera vez de forma tímida, en el fondo no entendía cómo había llegado allí de una día para otro. Estaba un poco perdido y...¿por qué no podía ver bien a los lados?...Oh, no, había olvidado...

— ¿Usas gafas?

Esa fue la primera cuestionante que le hizo Zemo al verlo entrar a la habitación en donde lo fotografiaría por primera vez junto a la famosa Nadja Auermann. La temática: mucha pintura.

— Qué, ah no, no yo, no...yo... — dijo Bucky, nervioso, quitándose inmediatamente las gafas que traía puestas — Olvidé quitármelas, son de ... lectura, yo...es que estaba en la oficina leyendo mi contrato y...

— Alza la cabeza.

— Qué...

Bucky alzó su cabeza inconscientemente y se encontró con la mirada cautivante de Zemo que, en una posición casual, le comenzó a hablar mientras preparaba su cámara.

— Te diré tres cosas: primero, no intentes impresionarlos o ganarte su aprobación; segundo, por el momento has todo lo que yo te diga; y tercero...

Helmut dejó su cámara fotográfica para acercarse a Bucky. Éste último se crispó cuando Zemo tomó su barbilla y levantó su cabeza para decirle:

— ... siempre procura mantener la cabeza en alto. El ser modelo implica un 50 % de belleza y un 50% de actitud, nunca lo olvides. — soltó su barbilla y lo tomó por los hombros para corregir su postura de forma imprevista asustando a Bucky — Tienes que estar siempre erguido. Tener actitud y carisma te darán un lugar en este mundo, de lo contrario serás una lindo rostro más del montón. Además, — agregó mientras se alejaba para volver a lo suyo —, la belleza, así como la juventud, es efímera.

Bucky sólo pudo afirmar con la cabeza mientras mantenía su cuerpo rígido en la posición erguida en la que Zemo lo había acomodado.

— Ah, y una cosa más.— dijo Zemo volviendo a asustar a Bucky — Deja esa agencia mediocre en la que estás. Te pasaré el número de una agencia de...

— Pero, pero, estoy bien ahí...

— ...¿Sabes qué?. Mejor olvida lo último que te dije. Aprende primero a abrir tu mente y a valorarte más, éso te hará tener mayores aspiraciones y espectativas para tu vida. Ten un poco de ambición ¿sí, James?, un poquito.

— De... de acuerdo. OK, la tendré.

— Ahora, no me mires así, como un chivo asustado. Ve allá adentro para que te preparen para la sesión. Profesionalismo, James, profesionalismo...

Bucky dejó rápidamente su rigidez y se fue apresurado, como un niño, al vestidor.

Pronto, Bucky percibió que Zemo tenía una forma especial de mirarlo cada vez que se enfocaba en él para fotografiarlo, éso lo intrigaba pero también lo intimidaba. Sentía que jamás podría estar a... su nivel.

Pero los días pasaron, y Bucky, que ya había cambiado de agencia tal como se lo indicó Zemo, ya estaba siendo fotografiado para campañas de reconocidas marcas de moda. Todo gracias a la intervención de Zemo, y por supuesto a sus impresionantes fotografías.

Sin embargo, para Zemo, el mérito era, más que equitativo, complementario. Consideraba a Bucky como el modelo más accesible que había conocido, lo supo desde que lo vió. Bucky era mágico, sabía exactamente dónde colocar la mano, dónde estaba la luz, la pose adecuada, la expresión exacta... lo hacía de forma natural.

— Cómo puedes llevarte a ese chico a Nueva York para la campaña de Ralph Lauren. — le dijo un día Lennox —. Es demasiado inexperto. Es cierto que tiene un talento potencial pero...Zemo, ¡es Ralph Lauren!, y no es no es una campaña cualquiera es ...

— El no necesita tanta experiencia.

— ... Qué. Mínimamente necesitas un modelo con al menos tres años de experiencia. Él sólo tiene... meses, ¡Meses!

— Qué experiencia más le puedes pedir a un pez para nadar. Es su naturaleza. Él lo tiene. No necesita aprender algo que fluye de él... Es innato, ¿entiendes? INNATO.

Al día siguiente, después de una sesión de fotografías para la nueva fragancia de Burberry, mientras salían del edificio, Zemo se acercó a Bucky para hacerle saber que lo encontraba muy timorato, y que éso podría afectar su carrera.

— ¿Yo?

— Sí, tú.

— Disculpe, señor, yo no quer...

— Y ya te dije que dejes de llamarme "Señor". Mírame, quién crees que soy...¿El primer ministro?. ¿Cuántos años tienes?

— 23.

— Y cuántos años tengo yo.

— No estoy seguro...tal vez...

— 26.

— Yo ...

— Así que no corresponde que me llames señor.

— Pero usted está casado...

— Y éso qué. Estamos en un nuevo milenio y un nuevo siglo. Abre tu mente, James, abréla...

— OK. Lo har...

— Y deja de ustearme. Joder, qué manía. Y no te andes disculpando por todo, y...

— Discu...

Bucky se quedó con la palabra a medias en su boca y comenzó a sudar. Por qué se ponía tan nervioso, por qué...
Zemo lo miró con cierta preocupación, y después de un leve suspiro le dijo:

— Dí mi nombre.

— ¿Su nombre? Su nombre... Helmut (?

— No, nadie me llama así. "Zemo", dí "Zemo", sólo "Zemo", y sin ustearme.

Bucky se quedó mirándolo con la boca entreabierta.

— Vamos, puedes hacerlo. — lo animó Zemo.

Bucky tomó aire y lo soltó. Por qué le era tan difícil...

— Zemo.

— Bien, ahora dilo más fuerte.

Bucky estaba colorado, no quería estar así pero simplemente no podía evitarlo...

— Zemo.

— ¿Quién soy yo?

— Zemo...

— Dí: "Tú eres Zemo"

Bucky se llenó de aire y de valor:

— Tú... tú...

— ¿Sí?...

— Tú eres...

— Ajá...

— Tú eres Zemo.

— Más fuerte...

— TÚ ERES ZEMO

— ¡Más fuerte!

— ZEMO, TU ERES ZEMO.

— Más, más fuerte, con un c*rajo, que no te oigo, pedazo de m*erda miope!

—¡¡ZEMO!! ¡¡TÚ ERES ZEMO!!!

Bucky gritó con todo su ser llamando la atención de todos los que pasaban a su alrededor. Luego se quedó con los ojos abiertos, una respiración agitada, y sintió como su corazón latía a mil por hora.

— Muy bien, James. Ahora sólo te falta soltar un poco tu rigidez. Vendrás conmigo a una discoteca por la noche, después del trabajo. — le dijo Zemo mientras se subía a su bicicleta, sí, aunque gustaba de coleccionar autos prefería transportarse en bicicleta por la ciudad, al fin y al cabo era una especie de espíritu libre metropolitano. — Bueno, nos vemos a las 15:00 para el trabajo. Y no olvides: siempre sé puntual.

— Perdón, bajé en la parada equivocada y tuve que correr...

— Quítate la ropa, James. Rápido.

— ¿Qué?

Bucky apenas podía hablar, había corrido como urraca por más de kilómetro y medio por las calles de Londres para poder llegar a tiempo al lugar donde iban a fotografiarlo y aún así se retrasó dos minutos.

Hanro. Básicos. Tu trabajo. Qué más ¿ya reaccionaste, James?

Zemo no estaba de mal humor pero tampoco estaba en plena dicha.

— Sí, sí, lo siento, lo siento...ya me ... Ya ... ya estoy...ya casi...— respondió Bucky apresurado mientras se quitaba la ropa camino al vestidor.

Al salir a escena, Bucky traía puesto uno de los conjuntos de la línea de básicos de Hanro.

Zemo, al verlo, se acercó a él y, haciendo que Bucky se crispe, acomodó su cabello. Bucky sintió el roce de los dedos de Zemo sobre su frente y también pudo contemplar los detalles de su rostro...esos lunares...

— ¿Sabes qué fue lo que pensé la primera vez que te vi?— le dijo Zemo de pronto.

— Ah...no...no lo...

— Pensé que...— Zemo fijó su mirada en los ojos de Bucky — ...que podía ver el fondo azul a través de tu cabeza. Por tus ojos — dijo finalmente, dándose la vuelta — son muy azules.

Bucky no supo que contestar. Sólo se quedó plantado en el mismo lugar, incluso su mente estaba en blanco. Pero Zemo continuó:

— Y luego percibí que tienes algo especial. Creo que eres un estupendo modelo, y tengo muchas espectativas respecto al trabajo que puedo llegar a hacer contigo. Mis fotos salen bien cuando se trata de ti, haces que las cosas sean más fáciles y motivadoras para mí.— a Bucky, estas sinceras palabras lo conmovieron — Es por eso que quiero que me acompañes a Nueva York, dentro de dos semanas, para trabajar en la campaña de Ralph Lauren. Qué te parece.

— ¿Nueva York? — Bucky no podía creerlo — ¿Ralph Lauren? ¿Yo?... Wow, yo...Claro que sí. Eso es un sueño. Lo haré. Haré todo, lo haré bien. Te lo prometo, no te arrepentirás, daré... lo mejor de mí.

— Eso espero. — dijo Zemo solamente. Y Bucky se acomodó para comenzar su trabajo.

A Bucky, otros modelos, le habían dicho que tenía demasiada suerte. Un fotógrafo, y no cualquiera, se había enganchado de él. Le estaba surcando el camino al éxito y él tenía que aprovecharlo.

"Y además es guapísimo" le dijo aquella vez una modelo "Julie lo besó la anterior semana y me dijo que besa... riquísimo".

"¿Lo besó?" cuestionó Bucky con el cejo fruncido por la impresión "pero, si él está casado..."

"Bucky, por favor, y éso qué. Además se casó la primavera pasada, éso no es ni un año" le reprocharon "Y éso definitivamente no es ningún impedimento para tener un rollito con él por ahí. Y él no escatima, es tan descarado... Aigh, ¡cómo me encanta!"

Bucky se quedó en aquel entonces con la boca entreabierta al escuchar todo éso sobre Zemo...era increíbl...

"Mira, Bucky se quedó buckyabierto otra vez..." Dijeron ellas riéndose de él "Oye, espera, qué acaso tú no...¿No te lo enrrollaste hasta ahora?"

"Qué... ¿yo?" dijo Bucky con los ojos abiertos.

"¿No??... No puedo creerlo...pero si tú andas con él de arriba para abajo...¿ni un beso, Bucky?"

Bucky negó con la cabeza sin dejar su expresión incrédula. Y ellas no podían creerlo. "Pero, yo...yo no tendría por qué..." Trató de decir Bucky.

"Tú no qué, Bucky. Si Zemo le entra a todo. Ha tenido, o tiene, un montón de romances... con chicos, con chicas, con ambos a la vez... Es increíble que no se haya metido contigo. Por qué lo desperdicias de esa forma, ¿eh?"

— James...

Bucky volvió a su presente y miró a Zemo, traía esa camiseta gris...

— ... Suéltate, con naturalidad... — le dijo Zemo mientras lo enfocaba.

Bucky suspiró y miró a Zemo. Sabía que el podía ver atentamente sus expresiones a través del lente de la cámara... Entonces quería que supiera lo mucho que le ...

...lo mucho que...

Zemo se acercó más a él y le tomó dos fotos.

— Vé moviéndote... suéltate...no estés rígido, no estés plantado...

Zemo estaba concentrado en la imagen de Bucky, pero sentía que éste no estaba soltando su magia...¿Por qué era tan timorato?

Zemo se detuvo y levantó su vista para mirar a Bucky. Quiso encontrar sus ojos azules y lo hizo. "Vamos, James, sé que tú puedes...eres mágico" dijo Zemo en su mente, y quiso que Bucky lo leyera en su mirada.

Bucky pestañeo un par de veces, y al ver los intensos ojos marrones de Zemo, la expresión en su rostro, la forma en que era...supo porque siempre se ponía nervioso. Le gustaba Zemo, le gustaba cada día más... Entonces quería que supiera que podía ser todo lo que creía de él, que no era un niño tímido...que él era James Buchanan Barnes, y era alguien increíble, admirable, digno de su obsesión ... mágico.

Bucky comenzó a caminar por la habitación improvisada donde lo estaban fotografiando, sin dejar de mirar a Zemo. Con sus dedos rozó las sábanas y entonces dió un giro elegante y seductor que dejó por un instante sin aire a Zemo, entonces éste rápidamente tomó su cámara olvidandose del trípode y comenzó a fotografiar a Bucky.

Bucky se llevó las manos a la cabeza deslizando los dedos por su sedoso cabello castaño, y se entregó a ser fotografiado por Zemo, tal como si se estuviese entregando en cuerpo y alma...

Se apoyo de espaldas contra la pared e hizo un movimiento sutil con su cadera, extendió sus brazos a los lados rozando la pared con sus dedos y llevó su cabeza hacia atrás. Casi podía sentirlo...

Zemo tomó un par de fotos, y bajó lentamente su cámara para mirar a Bucky. El niño lindo se había ido, ahora exudaba una sensualidad irresistible. Entonces Zemo no pudo evitar sonreír y Bucky se sintió mareado al verlo porque nunca lo había visto sonreír con esa plenitud.

Bucky se inclinó hacia Zemo y éste, ofuscado, volvió a enfocarlo con su cámara. Bucky se movió con un sutil contoneo deslizando las manos por su cuello, mirando a Zemo, mientras dejaba escapar un suspiro de sus labios encarnados.

Zemo vió como las encantadoras comisuras de la boca de Bucky dibujaban una sonrisa tímida pero deseosa... Cuánto deseó besarlo en ese preciso instante, cuánto deseó besarlo antes, siempre... Tan sólo...tan sólo debía llegar el momento...

"... Ahora qué tu rosa está en flor
Una luz golpea la penumbra en este paraje gris"

Bucky se dirigió a la cama y se sentó al borde de ella apoyándose con los brazos hacia atrás. Zemo se acercó a él para tomarle otro par de fotografías y Bucky se reclinó hacia atrás dejándose, finalmente, caer sobre el suave algodón de las sábanas. Colocó sus manos a ambos lados de su cabeza y contempló a Zemo a través de su cámara fotográfica.

Zemo sintió el mismo ardor correr por sus venas y, sin dejar de enfocarlo y con la cautela de quien acecha a su presa, se subió a la cama apoyándose en sus rodillas atrapando de esta forma a Bucky entre sus piernas, lo observó y le tomó fotos...una tras otra, desde diferentes ángulos...desde diferentes sensaciones...

Zemo...Zemo lo desnudó con el lente de su cámara fotográfica, hasta llegar a su interior, hasta llegar a su alma, a esa escencia embelesante que podría acabar con él si se lo permitiera.

Y Bucky lo sentía. Sentía como si, con cada flash, Zemo le quitara una prenda y luego una parte de sí mismo. Sintió una excitación increíble entonces, su respiración se hizo dificultosa y comenzó a sudar... quería más, más, más... Entonces, en su punto culmine, dejó escapar un débil gemido el cual solo Zemo pudo escuchar...

Sí, de haber podido, Zemo lo hubiera hecho suyo ahí mismo... Aunque de toda formas, o de alguna forma, lo hizo suyo a su manera.

— Eso fue muy osado...

Bucky salió siguiendo a Zemo después del trabajo, estaba contento, no se había despegado esa sonrisa de oreja a oreja de su cara.

— Qué, ¿lo de las fotos? — le preguntó Zemo casi indiferente.

— Sí, cuando te subiste encima m...de de la cam..bueno cuando estabas encima tomando fotos...

— Cuando estaba encima tuyo.

— Sí, éso, fue muy wow... ¡Eres fantástico!. Quiero ver las fotos, en serio quiero verlas, nunca me dejas ver mis fotos... No sé si debo mejor algo o...

— Eres perfecto. — le dijo Zemo deteniéndose de pronto y dándose la vuelta hacia él.

Bucky no supo que decir ante esa reacción imprevista, y...y sólo se quedó "buckyabierto" (éso ya se le estaba haciendo costumbre, bueno, era casi inevitable, Zemo siempre lo sorprendía).

Zemo circundó sus ojos con impaciencia ante el silencio de Bucky y se volteó para seguir caminando. Mientras lo hacía, le dijo a su acompañante:

— Ah, y tendremos un pequeño cambio de planes ahora...

Bucky se puso atento, por un momento se preocupó de que Zemo cancelara su salida de esa noche...

— ...Un amigo me invitó a una fiesta en su casa, así que pienso que podríamos ir allí en lugar de ir a la discoteca.

— Me parece genial.— dijo Bucky animado.

— Solo que la fiesta comenzará dentro de dos horas y...no sé, tal vez podríamos pasar el tiempo...

— ¡Podemos ir a comer! — interrumpió Bucky con el semblante iluminado.

— Te refieres a una...¿cena?

— Ah... sí, claro, una cena, bueno...una cena "cena" así de formal...no. Me refiero a comer algo, algo ...

— Entiendo. Está bien, hagamos eso.

— Sí, pero yo pago. — se apresuró a decir Bucky sonriente, y Zemo lo miró de lado con cierta simpatía, con cierta incredulidad...

— Bien...

— Genial, yo te llevaré a un lugar estupendo. Es uno de mis lugares favoritos para comer. — añadió Bucky sin dejar de sonreír.

— Bueno, sorpréndeme. — dijo Zemo con cierta espectativa, con cierto sarcasmo...

— Ven, es por aquí. — le dijo Bucky.

Ambos caminaron en silencio mientras Bucky sonreía con las manos metidas en los bolsillos y Zemo, que se aferraba a la correa de su casual morral, le iba echando una mirada de rato en rato.

Bucky sentía esas miradas pero no sé atrevía a girar su cabeza por temor a encontrarse con esos ojos intensos. Ya era suficiente con lo que estaba experimentando ahora, eso bastaba para encender sus mejillas y sentir como si, en vez de andar caminando, estuviera flotando...

De hecho, Bucky, andaba en ese momento por las calles prácticamente por instinto, no miraba a los lados, y su mente estaba perdida entre un confuso mar de sentimientos que refulgian desde su interior.

— ¿Estás brillando, James?

Bucky se detuvo en seco. La voz de Zemo con esa pregunta lo colocó de nuevo en la realidad.

— ¿Qué?...

— ¿Es aquí?

— ¿Qué?...

— El lugar que dijiste, tu favorito para comer...

— Ah, no, ah... — Bucky miró nervioso a ambos lados para tratar de ubicarse y por un momento perdió la noción del espacio. — ... Espera, no... Espera, creo que...creo que me pasé una cuadra... — De pronto se ubicó claramente — Ah, ES POR ALLÁ.

Bucky echó a andar con paso decidido y, esta vez, con los sentidos bien despiertos. Y Zemo lo siguió dibujando una sonrisa en su apacible rostro.

Finalmente llegaron al famoso lugar, el favorito de Bucky...

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