En camino |3

PDV de Bucky

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Nunca entendí por qué Helmut se casó con Ikaris hasta hace un par de años.

No lo voy a explicar demasiado, pero habiendo cruzado un par de palabras con Ikaris por ahí, sé que entre ambos había una conexión particular, a su manera se entendían. Tal vez no estaban apasionadamente enamorados hasta el hartazgo pero tenían una buen entendimiento uno del otro, el suficiente para convivir juntos sin descabezarse mutuamente.

Helmut, como la persona que era, necesitaba un asidero en su vida. Siempre había necesitado de esa estabilidad, porque de lo contrario todo se le iba al carajo al final del día. Ikaris era todo lo bueno para él, culto, de buena presencia, de buen estatus social, con mucho criterio y sin ánimos de hacerse ningún melodrama…es que, el tipo era demasiado práctico.

Qué más podía pedir.

Bueno, además de todo, claro, a su manera —ya era bien sabido a esas alturas—, este hombre, Ikaris, estaba muy enamorado de Helmut —enamorado, encantado o lo que sea, ríete, jo jo.

"Además se parece tanto a Bucky Barnes"

Claro, eso decían por ahí. 

Ikaris y yo no nos parecíamos, y hoy más que nunca eso queda claro.

Así que, olviden eso ¿De acuerdo?

Yo lo fui olvidando los próximos días después de enterarme de que ambos iban a casarse. Lo fui dejando pasar, hasta que simplemente perdió significado para mí, no lo entendía pero…ya qué. No podía, ni tenía por qué hacer algo al respecto. Fin de la historia, así de simple.

— ¿Papi, cuánto falta para llegar?

Ay dios mío, me asustó. Casi olvido a Morgan. Soy muy despistado —tal vez por eso todos se preocupan por qué esté bien conmigo—, tengo que cerciorarme de estar yendo por el camino correcto —a veces me equivoco de camino y me voy por otro lado, sólo por distraído—. Vamos bien…creo, o no…

— Papá…

— Qué pasa.

— Cuánto falta para llegar.

— Ah, no lo sé.

— Papá… —frunció su entrecejo.

— Dame un momento ¿sí?, quiero ver si… —detuve un momento el auto para revisar el GPS—. Bien, creo que estamos por buen camino.

— Entonces…

— Entonces, qué.

— Cuánto falta para llegar…

— No te desesperes tanto —le regañé—. Digamos que, aproximadamente, unas 15 horas...

— ¡Qué!

— ...Tal vez 20.

Se cubrió la cara con una manta y no quiso saber más de mí.

Bien.

Al menos estábamos yendo por el camino correcto.

Oh, sí, claro, siempre equivocando los caminos...

Ah Yelena eso le preocupaba. Bueno, siempre me quiso de todas formas. Me pregunto por qué no ha llamado como siempre antes de mediodía... Morgan ya comenzará a preguntar por ella. Tal vez tiene alguna reunión. Ya llamará... sí, siempre lo hace, ya llamará.

"Pienso que...puedes amar a varias personas de diferentes maneras, cada persona es alguien particular y por tanto tu amor hacia ellas no es como ninguno". Esto decía Steve, bien, creo que es cierto, porque a ella la amé tanto, claro que sí, y aún le guardo un cariño tan grande...

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