Cosas hermosas
— Maldita sea…
Bucky refunfuñaba en voz baja maldiciendo el hecho de que había perdido su vuelo. Ahora tenía que esperar el siguiente pero él le tenía aversión a los aeropuertos, además estaba Alpine…se había puesto roñosa para colmo.
— Está bien, iremos a ese minisuper del frente y te compraré algo especial ¿De acuerdo?
"Mrreeoow"
— No,no,no… —le regañó Bucky—, nada de eso, ¿Apóyame, quieres? No es fácil; por qué te pones así cuando las cosas se complican… ¿Es por la edad? Si aún estás bien… Oh, no te gusta que te digan que eres una señora mayor ¿Verdad? Dime… ¿qué gato en el mundo ha vivido tanto tiempo como tú y con tanto amor? Nada de estar de malhumor, señora Alpine, además ya es hora de tus suplementos y tu comida. ¡Vamos!
Dentro el minisuper, Bucky buscó algo de fruta para comer porque le daba ansiedad los aeropuertos, así que le parecía una buena idea salir por allí afuera comiendo alguna manzana. Después, se paseó por el sector de las bebidas y, mientras estaba por alcanzar una botella de agua fría, sus manos chocaron con las de otro hombre que buscaba alcanzar la misma botella.
— Oh, lo siento, yo…
Bucky tuvo que interrumpir su disculpa cuando se fijó y reconoció al otro hombre.
— No, está bien, no se preo… Oh…no puede ser… —dijo el otro hombre, casi lamentado la situación al también terminar reconociendo a Bucky.
— Demonios… —musitó Bucky incrédulo y tal vez algo incómodo.
— Joder… —y fue correspondido en el ánimo por el otro.
— ¿Qué haces aquí? —le preguntó Bucky, sin saber si debía ponerse a la defensiva. Había pasado demasiado tiempo.
— Estoy de paso, tengo un… evento…al que tengo que ir. Cosas mías. ¿Tú qué… —dudó si continuar, pues sabía en qué malos (terribles) términos había quedado con Bucky la última vez que se vieron cara a cara— OK, sabes, no vayas a… Si vas o piensas golpearme o algo así…por favor, vayamos al estacionamiento o algún lugar así, no aquí. Ya no soy aficionado de los escándalos.
— ¿Por qué te golpearía?
— ¿No hiciste eso la última vez?
— Claro, porque te lo merecías… Maldito demente. Está bien, no hablaré contigo, haré como que …ni siquiera te ví ¿De acuerdo?. Adiós John.
Y John Walker suspiró mirando al techo con agradecimiento cuando Bucky se alejó de su lado. Aunque éste último no tardó en volver…
— Olvidé mi botella de agua.
— Sí claro, tómala —le dijo Walker de mala gana.
Entonces, sólo entonces, Bucky reparó mejor en John. Se veía completamente diferente a como lo había conocido. Una presencia modesta pero "limpia". ¿Que acaso había superado el vicio y las malas (malísimas) ideas?
— Qué —cuestionó John poniéndose a la defensiva ante la mirada escaneadora de Bucky.
— Te ves diferente.
— Entonces no vas a golpearme.
— Que no…
— Entonces vete, Barnes.
— Lo siento.
Y Bucky dijo la última frase parándose erguido y seguro. Le estaba ofreciendo una disculpa sincera…Tal vez.
— ¿En serio? Está bien, pero no es tu culpa. Es casi absurdo que lo digas pero entiendo por qué lo haces… —John se pasó la mano por la mandíbula—. Yo debería ser el que debiera disculparse. Bueno, sé que no arregla absolutamente nada pero… Lo siento, Barnes; y también por lo de Zemo… Especialmente por lo de Zemo.
Ahora ambos se estaban mirando frente a frente en silencio, escudriñando sus miradas mutuamente. Okey, sí, todo lo dicho era verdad.
— Bien, entonces… ¿Te molesta si salimos afuera? —le preguntó Bucky con serenidad pero firmeza.
— Entonces al final sí vas a golpearme …
— ¡Que no! —exclamó Bucky en voz baja.
— Diablos… —bufó John de mala gana— Bien, dame un momento, quiero pagar por esto… Tú también deberías hacerlo.
Bucky asintió y ambos siguieron sus caminos separados hasta que se volvieron a encontrar en la caja registradora. Apenas se miraron de reojo.
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— Bien, ¿así que quieres saber que mi vida no terminó siendo una mierda para poder ir a contárselo a Zemo y así aliviar su pobre corazoncito?
Bucky frunció el entrecejo al escuchar el tono casi burlesco de esa pregunta que John le había hecho antes de darle un sorbo a su botella de agua. Estaban sentados sobre la baranda de una de las salidas del aeropuerto.
— Si lo dices de esa forma —respondió Bucky solamente algo molesto.
— Sabes que no soy un santo, y Zemo tampoco. Nadie lo es. Tal vez tú, pero...
— Cuándo saliste de la cárcel.
— No.
— No qué.
— No es la pregunta correcta para comenzar.
— Bueno, ¿entonces?
— ¿Sabes qué fue lo que hice dentro la cárcel? Ese es el comienzo.
— Entonces qué hiciste.
— Estudié.
— Oh.
— No te burles, Barnes...
— No lo estoy haciendo...
— ... Sólo estudié un par de cosas, algo de psicología, derecho y eso. Me ayudó a distraer mi mente, a pensar en otras cosas, a asimilar que el mundo era más grande que Zemo y sus estúpidas directrices de fotografía, el modelaje y toda esa basura.
— Lo rechazas...
— Tengo derecho a hacerlo. No fue la mejor etapa de mi vida y nunca pude adaptarme a todas las cosas que implicaba.
— Está bien.
— Sí. Pero, es me ayudó a mejorar mi comportamiento, así que salí un poco antes de la cárcel, no te diré cuando porque ya lo he olvidado. Sí, así es, no recuerdo nada antes de ello, porque mi vida ha sido muy diferente desde entonces ¿Lo entiendes?
— Sí, sí...
— No te hagas el aburrido, tú pediste esto Barnes...
— No me estoy haciendo el... —Bucky bufó; paciencia, era su gran virtud—. Entonces qué hiciste, cuando saliste de la cárcel qué pasó.
— Nah —John bebió otro sorbo de agua—. Un par de cosas , pero al final terminé de portero de una estación policial.
Bucky alzó las cejas casi sorprendido. John continuó:
— Allí ví a todo tipo de gente pasar, entra y salir...
— ¿Te aceptaron siendo ex -reo?
— Pues sí, con mucha más razón —se burló John—. Mira, si no me crees entonces no me jod...
— Ya, continúa.
— Joder, Buchanan Barnes.
— Continúa ¿quieres?
— Mira, yo también tengo cosas que hacer ¿De acuerdo? No eres único jodido tipo ocupado en este mald...
— ¡John, por favor! —le regañó Bucky.
— Maldición. La cuestión es que un día llegó una persona a pedir ayuda pero qué crees ... No podía comunicarse, porque era sordomudo.
Bucky sólo lo miró espectante.
— Sí, así fue. Nadie ahí sabía cómo comunicarse con él, cómo entenderlo. Tuvieron que perder mucho tiempo en tratar de entender lo que les quería decir y creo que ni siquiera lo hicieron bien. Fue algo que me llamó mucho la atención, tanto que no pude dejar de pensar en eso... Cuánta falta hace alguien que pueda ayudar a estas personas a dar a entender lo que quieren decir, lo que piensan y sienten... Me pareció algo tan injusto que tuvieran que estar y vivir siempre tan limitados si ellos hacen todo el esfuerzo por salir adelante por seguir adelante...y nosotros no hacemos nada para mejorar esa situación. ¿Por qué nadie en la estación policial sabía usar el lenguaje de señas?
Bucky entonces no pudo evitar no recordar a Karl, cuando éste aún siendo muy niño no podía hablar y entonces tuvo que aprender el lenguaje de señas. Aún así le era difícil darse a entender porque no todos entendían esa forma de comunicarse.
— Así que —continuó John—, un día de esos, me acerqué a uno de esos sitios de ayuda a las personas con capacidades diferentes porque ví que estaban ofreciendo cursos de comunicación con señas. Yo pregunté si podían enseñarme a mí, y claro que les pareció raro, me preguntaron por qué estaba interesado en ello, que si trabajaba en algo de trabajo social, si era enfermero, o algo así... pero yo les dije que sólo era el portero de una estación policial. Les conté lo que había visto, y por qué quería aprender.
— Entonces aprendiste lenguaje de señas...
— Sí, pero no fue sencillo. Hay varias formas de expresión; el lenguaje de señas varía de acuerdo a la situación sociocultural, el contexto en el que lo apliques, y muchas cosas más. En mi caso, debía enfocarme en aquello que estuviera relacionado con los términos legales y judiciales, ya sabes...
— Sí, sí, entiendo.
— Fue un gran, gran proceso... Estuve en ello todo este tiempo, prácticamente esa se volvió mi causa en la vida —rió John.
— ¿Y ayudaste a ...muchas personas?
— Demasiadas —le dijo John con el semblante iluminado—. Porque al final todos sabían que yo era el único que sabía cómo intervenir en ese tipo de situaciones, me llamaron de varios lugares. Hubo muchos casos difíciles... Es que, tú sabes, que la gente se aprovecha de las personas vulnerables, y para éstas no hay un proceso justo porque tienen está dificultad para entender y expresarse cuando se trata de términos judiciales, eso es algo complicado. Sin embargo, hemos hecho todo lo posible por ayudar a cada una de las personas que buscaban un proceso judicial adecuado; y no sólo a ellas, también a los propios acusados o sospechosos que también tenían problemas de comunicación, para poder interrogarlos, estuve presente ahí junto a los fiscales, en los juicios y todo lo demás.
— Vaya, caramba John... —dijo Bucky y sí estaba impresionado—. Así que ahora tú eres un...
— Un portero de estación policial— sonrió John.
— Pero... —casi rió Bucky
— Barnes —rió John—, es que no hay un cargo específico en la plantilla para mí. Mi cargo sigue siendo el de un portero, aunque todos saben lo hago; obtuve un aumento de sueldo, está bien; pero en sí, sigo cuidando la puerta de la estación, sólo de vez en cuando me llaman cuando se presenta un caso como estos, y usualmente son casos muy difíciles y de mucha relevancia. Es solo eso.
Bucky asintió y ambos bebieron sus botellas de agua. Alpine se había dado a la siesta y un atardecer se asomaba por el horizonte.
— Ahora puedes ir a contárselo a Zemo. Aunque no sé si funcione.
— A qué te refieres.
— Zemo... Tú sabes cómo es, él siempre será Zemo. Y lo que tú quieres probar... Eso de que las personas a las que él influenció no terminaron hechas mierda por su entera culpa... No lo sé, sabes que no funciona así.
— Tal vez...
— Es depende de cada uno Bucky.
— Sí, supongo que sí... Pero tú... Y Songbird, ella también cambió demasiado, ella es una persona completamente renovada ahora, es más segura de sí misma y lo que hace...
— Me dijiste que entró a trabajar en GQ...
— Como editora y la ascendieron. Estuvimos haciendo unas fotos, con Zemo incluso, él me fotografió; todo salió en la revista, fue un buen éxito. Desde que ella entró al cargo las cosas han mejorado mucho allí, y ella es... Maravillosa. Ni siquiera se le notan las cicatrices por lo iluminada que es. Es hermosa.
— No te enamores.
— No te... No digas estupideces John. Nos hemos hecho muy amigos.
— Oh, Dios...
— Qué.
— No te hagas amigo mío también, Barnes, no se te ocurra...
— ¿Tu amigo? ¿Yo? ¿El tipo que te rompió la cara y te mandó a prisión? Claro que no. Además, no puedes borrar todo lo que hiciste antes... Fue grotesco.
— Ya sé eso. Nadie puede borrar el pasado, Barnes. Y no porque hayas mejorado significa que lo que hiciste es menos dañino. Pero, tampoco puedes haces nada con ese pasado, ya está hecho. Nosotros sólo somos dueños de los minutos que pasan ahora por nuestras manos y el futuro que les daremos. Tú sabes eso, Barnes —John se fijó en Bucky—; y Zemo también lo sabe.
— Es por eso que todo es tan difícil...
— Es por eso que no lograrás sanar su corazoncito con una teoría tonta. Él sabe lo que hizo, así como todos nosotros, él sabe...
— Y entonces qué.
— Nada. O lo dejas o te quedas. Es obvio que irás por él porque estás jodidamente aferrado a él, no sé... Mira no voy a juzgarte...
— No me interesa que un ex convicto, portero con habilidades de señas, me diga que lo hago está bien o mal...
— Sí, sí, ya lo sé. Pero piénsalo. Irás con él, muy bien, ve y consuelalo por todo lo que le ha sucedido y por toda esa mierda que siente en su interior... Es la culpa lo que lo tiene así, es toda esa rabia... consigo mismo, él se odia, se odia demasiado... Y yo lo sé porque yo sentía eso antes.
— Pero tú pudiste...
— Depende de cada uno, Barnes, y de las cosas que se presenten en el camino. Si sabes tomar las oportunidades correctas, las decisiones correctas... tú haces tu camino, tú eres dueño de tu propio destino. Zemo es dueño de lo que le vaya a suceder en adelante, sus decisiones lo conducirán a ello ¿Entiendes?
— Sí... —suspiró Bucky pesadamente.
John lo miró y negó suavemente con la cabeza antes de tomar el sorbo final de agua.
— Y ahora háblame de ese gato —le dijo entonces John—. ¿Es el mismo de siempre?
— Su nombre es Alpine y sí, es la MISMA de siempre.
— Imposible.
— Qué.
— Un gato no puede vivir tanto.
— Ella sí, porque ha sido muy bien cuidada y amada.
— Joder, qué cursi eres Barnes...
— Cállate John.
— Yo tengo un perro. Su nombre es Barnes.
— Qué —cuestionó Bucky con los ojos fijos en John.
— Es en serio —rió John—. Mira, te mostraré una foto —le dijo, sacando su billetera para mostrarle la foto de un perro mediano mestizo cuya ascendencia Husky se apreciaba en sus hermosos ojos azules—. Lo primero que ví fue su impactante mirada, los ojos...me recordó a ti. Eres el único tipo que conocí que tenía esa mirada, tal vez te envidiaba por eso... En fin —Suspiró John guardando la fotografía—, tú eres James Buchanan Barnes, y yo soy John Walker... Nuestras decisiones nos llevaron a este preciso lugar... Y ahora tú...
— Debo ir...
— Debes ir a buscar tu destino, Barnes. Ve.
— Bien, pero primero me terminaré esto.
Bucky sonrió y se llevó la botella de agua a la boca para beberla y mirar de reojo a John. Tal vez hoy no era un mal día al final de todo.
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N.A.
La canción de la cabecera es una con la que soñé escribir un capítulo como este. Me alegra que todo lo que preví se esté cumpliendo... Los sueños se hacen realidad 💜✨
Saludos, banda!
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