15| Elecciones.

──Mierda...──Murmuró Kösem viendo la grupo de hombres vestidos de negro que le arrebataban la vida a todo aquel que vivía ahí.

Rápidamente cerro las cortinas, ventanas y puertas con candado, aún sabiendo que eso no iba a detener nada.

Corrió escaleras arriba al segundo piso, sin saber muy bien que hacer, y su miedo incremento cuando escucho hablar a los verdugos y sus pasos.

Corrió sigilosamente al cuarto donde Mehmed y Mihrimah habían dormido en los meses que estaba con ella, sin esperar mucho mas tiempo, se metió dentro del armario y se quedo ahí, sin hacer ruido.

Realmente eso hubiera sido bastante efectivo de ser otra situación, pero son duda en esta no podría ser posible, primero, Los verdugos sabían que esta era la casa de la Haminsahde por la descripción y ubicación exacta en las cartas.

Y en segundo lugar, una parte de tela de su vestido no se había metido del todo, por lo que era más que evidente que estaba ahi.

Al darse cuenta los verdugos ma sacaron a la fuerza de ahi, claramente la Haminsahde puso resistencia y comenzó a pelear, pero eso no servia de nada, eran 4 contra una, y por más fuerza que tuviera Kosem, eso era imposible.

Lo único que logró fue la atarán de pies a cabeza y luego la metiesen en el carruaje, durante todo el tramó del viaje, Kösem se dio cuenta de la situación, su estúpido hermano ya sabía la verdad, y la ejecutarian a ella, a Hurrem y a sus hijos.

Soltó un grito de frustración al darse cuenta que no tenía una forna de proteger ni a su esposa ni a sus hijos esta vez.

Por otro lado en el palacio otomano, una Firuze asustada buscaba a sus hijos con desesperación, Hurrem la ayudaba en los que podía, pero parecía que se los hubiese tragando Topkapi.

──¡Niños!──Grito Firuze.──¿¡Donde estan?!

Una Mukerrem sonriente fue más que suficiente para saber que ella estaba involucrada, y sin previo aviso. Firuze se la bajo de una cachetada, logrando que todos se sorprendieran, comenzó a golpearla con fuerza al tiempo que la maldecia.

Claramente Mukerrem también comenzó a dar pelea, por lo que ambas estaban matandose entre sí, con Hurrem intentando detenerlas de fondo.

Solo se detuvieron cuando un Agha dijo que el sultán suleiman las necesitaba a las tres en una sala.

El rostro de Hurrem palideció cuando entro al lugar citado y encontró a Kösem completamente atada de pies a cabeza, arrodillada delante de Suleiman.

──¿Así que este era tu pequeño secreto?──Pregunto Suleiman con cinismo.

Firuze maldijo por lo bajo, ahora si estaban acorraladas, y por completo.

──¿Que pensabas? Que nunca me iba a dar cuenta.──Suleiman comenzó a caminar como un león enjaulados.──Firuze, no me he olvidado de ti.

De sus ropajes saco una cajita y se la tiro la suelo, de inmediato Firuze la recogió y un grito fe dolor salió de su boca, era la oreja de uno de sus pequeños.

──Haremos esto.──Dijo Suleiman abriendo una ventana secreta que mostraba una sala con los hijos de firuze y hurrem llenos de verdugos.

La Sultana pelirroja y la HaminSahde quisieron levantarse para matar al alfa que tenían frente suyo, pero en sus lugar, de parte de la pelirroja su piel abandono todo tipo de color y de parte de Kösem, sus ojos perdieron ese brillo característico de ella.

──Uno de los dos va a morir.──Sonrió Suleiman mientras que se colocaba detras de Hurrem.──La cosa es, que es tu decisión, ¿Tus hijos y tus sobrinos o tu gran amor?

Hurrem asustada volvió su vista a Suleiman, y con los ojos llorosos, se arrodillo ante él y tomo sus ropas entre sus manos.

──Suleiman, mateme a mi, yo soy la única culpable de esto, se lo ruego, quíteme la vida a mi.

El alfa tomo suavemente los cabellos pelirrojos y levanto a Hurrem del suelo.

──Tienes un minuto, tiktak, el tiempo pasa.

──Hurrem...──Susurró una Firuze suplicante por la vida de sus hijos.──Te lo ruego.

Hurrem negó con la cabeza mientras lágrimas salían de sus ojos y sus manos se iban a sus orejas. No, nunca, ¿Como podría ella elegir a alguno de ellos? Jamas, ella no deseaba perder a Kösem y tampoco deseaba perder a sus hijos y a sus sobrinos.

¿Como podria? ¿Como podria decidir tan fácil la vida de alguien?

Esto le quemaba el alma, solo quería llorar y despertar, quería que todos esto fuera una pesadilla.

──Eligelos a ellos.──Una dulce voz en griego la hizo enfocar su mirada a su más amada.──Tienes que elegirlos a ellos, yo ya he vivido lo suficiente, ellos no, prioriza a nuestros cachorros primero.

──No puedo...

──Claro que puedes, ¿Recuerdas lo que te dije el otro día?──Sonrió levemente Kosem.──Los muertos solo morimos cuando somos completamente olvidados.

Hurrem y Kosem guardaron silencio un momento, momento que hizo que Hürrem se agachara a su altura y depositara un beso violento y dulce en los labios de su amads alfa, era un último beso, un beso en el que ambas se trasmitieron todo lo que sentían.

Ese acto le ardio en el alma a Suleiman, luego de esa escena y despues de que Hurrem le acariciara el cabello a Kosem suavemente, se levanto y miro al sultán.

──Ejecuta a la HaminSahde Kösem.──Dijo en un tono frío que asustó a Suleiman en el fondo.──Elijo a mis hijos por sobre todo.

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