──Fácil, ¿No?──Pregunto Hurrem con una sonrisa a su alfa.

──¿Me estas diciendo que vas a envenenarlo con tu cabello?

──Correcto.

──¿Eso no te puede dejar clava o algo parecido?

──No, mi cabello tiene una protección contra el veneno.

Kosem soltó un bufido mientras sacudia la cabeza con diversión, sí, esa era una buena idea, o al menos por el momento, pues su padre el sultán Yavuz Selim gozaba de buena salud, así que hasta que ellos necesitarán pelear por el trono, Suleiman ya estaría muerto.

Y en honor a la verdad, era la forma más fácil de quitarlo del camino, por los que estaba dispuesta a apoyar el caos de cualquier manera.

Por lo que ahora nos lleva al presente, donde Hurrem estaba en los baños turcos cubriendo su cabello con una sustancia venenosa, pero para no levantar sospechas, la disfrazo con un aroma a rosas que olía de maravilla.

Ya una vez lista siguió a Nigar Kalfa, hoy era 6 de Noviembre, fecha del cumpleaños de Suleiman, por lo que se necesitaban un par de muchachas para que le bailasen al Sehzade, por recomendaciones de Cennet Kalfa, quién era amiga de Nigar, Hurrem quedo en las concubinas seleccionadas.

Y después de pasar todo el día practicando la coreografía, logro obtener el pañuelo mirado entre sus manos, dando paso a la escena de ahora donde se encontraba en la puerta de la habitación del Sehzade.

Cuando puso un pie dentro, Suleiman quedo hipnotizado por la belleza de esta y comenzó con su trabajo, la rusa siguió con el juego a pesar del asco que le daba el tener que satisfacer a otro alfa en ese campo, pero su misión valía más que eso.

Durante todo el acto se aseguro que Suleiman respirase el veneno de su cabello, de este modo solo tardarían dos meses y parecía que el Sehzade se habia enfermado, lo cual era provechoso.

──¿Cuál es tu nombre?──Pregunto Suleiman mientras desayunaban.

──Mi nombre es Hurrem.──Respondió la pelirroja con una sonrisa falsa, si queria que esto saliera bien, tenía que sonreír en todo momento.

──❝La que ríe.❞

La rusa enarco una ceja con confusión, ¿Como que la que ríe?

──Eso significa tu nombre.──Sonrió el sehzade.──Hurrem significa eso, es un nombre muy hermoso.

Con que eso era, una inevitable risilla se escapó de los labios de Hurrem, si, Kosem había elegido un nombre bonito para ella, a su alfa le gustaba su sonrisa.

Suleiman por su parte la miro fascinado, aquella omega era la más bonita que había en el harén, desde que Firuze llego al palacio no había visto ninguna mujer más hermosa, era evidente que ella ahora sería su favorita.

Ambos terminaron de desayunar y Hurrem camino por los pasillos feliz por que Suleiman había olfateado su cabello más de la cuenta, de igual modo, ella pensaba que Yavuz Selim viviría unos dos o tres años más.

Una idea loca cruzó por su mente, ¿Y si despues de la muerte de Suleiman ella se quedaba aquí? Digo, Kösem también podía ascender al trono otomano y una vez que Suleiman ya no estuviera, ella era la única candidata a Sultán, podría llegar al trono.

Y si eso pasaba, ella queria estar a su lado en todo momento, nunca soñó con tener dinero o poder, queria ser feliz, y en su natal Rusia no lo era.

Ella vivia bajo la sombra de la fallecida Alicia, y nadie la bajaba de ese puesto, ella también merecia ser feliz de alguna manera.

Y con Kosem podria serlo, nunca en su vida había experimentado lo que era el amor, pero estaba dispuesta a intentarlo con la alfa pelinegra.

También sus pensamientos se desviaron a unos niños que corrian por los jardines de Manisa, un pequeño alfa y a su lado una alfa de cabellos castaños y ojos celestes.

Detras de ellos estaba Kosem diciendoles que se detuvieran, que si se caían nadie iba a mirarles la cara, luego estaba ella riendo por las travesuras de sus hijos.

Si, quería tener hijos, queria tenerlos pero solo son Kosem, queria una mezcla perfecta de ambas.

Sus pensamientos fueron aumentando a medida que caminaba por los pasillos para llegar al harén.

¿Quién sabe que les diría el destino? Quizás ellas en una futuro fueran Büyük Kralicë Kösem y Haseki Hurrem Sultan.