03|Primera Noche.

──¿Que paso? ¿No entendiste la orden?──Pregunto Kösem viendo que Cennet Kalfa permanecia en su sitio.

──Ella esta en el harén del Sehzade Suleiman, aunque quisiera traerla al suyo eso no se podra.

──¿No te acuerdas de Firuze? Ella estaba en mi harén y a Suleiman le valió tres hectareas de Topkapi y se metió con ella.

──Hare lo que me pide, pero tiene que ser un secreto, al Sehzade no le gusta que toquen a sus omegas.

──A mi tampoco, pero él lo hizo primero, entonces que se aguante.

Cennet soltó un suspiro cansado y se dirigió al harén del Sehzade.

Ella había criado a la HaminSahde desde que era una niña, la había educado y protegida como si fuera hija suya, por lo que le era imposible no cumplirle algún capricho.

──Alexandra.──Dijo a la joven pelirroja que estaba en el suelo limpiándolo.

──¿Tu eres?

──Eso no importa, acompáñame.──Dijo Cennet al mismo tiempo que le tomaba del brazo y comenzó a dirigirse hasta los baños turcos.──Soy la Kalfa de la HaminSahde Kösem, ella quiere verte esta noche.

──¿A mí?──Pregunto a Alexandra disimular su emoción y el rubor que ahora estaba en sus mejillas.

──¿Ves a otra persona? Corre a alistarte.

Esa indicación fue suficiente para que la rusa se olvidará de su misión inicial, quizas eso fue lo único bonito de esta situación, fue bueno que Alexandra pudiese olvidar toda esa tensión que la rodeaba.

Cennet espero pacientemente por una hora fuera de los baños hasta que esta mujer salio de ellos, la rusa llevaba un precioso vestido rojo y la cara con un poco de maquillaje.

La omega miro a la omega rusa, sin duda Alexandra era una concubina muy hermosa, cualquiera caeria a sus pies.

Sin decir nada más, Cennet comenzó a guiar a Alexandra de manera sigilosa a la habitación de su señora, para que la omega pudiera estar con ella.

La rusa se había olvidado por completo del plan, simplemente estaba tan ansiosa, nunca había sentido eso por alguien y Kosem en tan solo un día había logrado moverle hasta el suelo.

Aquellos ojos verdes agua nunca los olvidaría.

La kalfa toco la puerta esperando la autorización de su señora para ingresar, cosa que obtuvo rápidamente, una vez adentro las dos se miraron fijamente.

Los ojos de ambas brillaban como diamantes en el cielo.

La HaminSahde colocó sus brazos sobre los hombros de la omega rusa, la cuál soltó un leve suspiro antes de colocar sus manos en las mejillas de la alfa, dando de esa manera pase a la noche que las esperaban.

La primera de tantas noches, noche que ambas disfrutaron y por la mañan siguiente mientras desayunaban, a Alexandra se le ocurrió jugar un poco con la alfa.

Ambas reían por las payasadas que hacia la rusa.

──Hurrem.──Nombró Kosem son dulzura al tiempo que la rusa se detenida y hacia una mueca.

──¿Quién es esa?──Pregunto intentando ignorar el ataque de celos que le había producido ese nombre.

──Tú.

No, yo me llamo Alexandra.

Kösem soltó una carcajada mientras se levantaba y tomaba a la rusa de la cintura y juntaba su frente con la de la rusa.

──En nuestro imperio tenemos la costumbre de darles un nuevo nombre a las concubinas que se convierten en favoritas, el tuyo es:❝Hurrem.❞

La rusa sonrio, ¿Hurrem? Le gustaba ese nombre, aunque no sabia lo que significaba le agradaba, le agradaba solo por ser el nombre que la alfa había escogido para ella.

Le habían dado un nombre para ella y solo para ella, no habría otra que se llamara Hurrem.

Deja de divertirte, tienes una misión que cumplir.❞

A veces odiaba a las voces de su cabeza por recordarle la triste verdad.

Sus ojos celestes miraron a los ojos verdes agua de la HaminSahde, quizás si Kosem sabia del plan podria ayudarla, pero si salia mal, ella nunca más volveria a estar con ella.

❝El que no apuesta no gana.❞

Ese solo pensamiento fue suficiente como para que Hurrem se atreviera a contarle todo a la alfa, ignorando el hecho de que si salia mal podrían ejecutarla por traición al imperio.

Mientras relataba todo, observaba las reacciones de Kosem, las cuales primero fueron de asombro, luego de preocupación y ahora tenia una linda sonrisa que adornaba su rostro.

Una que a Hurrem le gustaba y mucho.

──Yo voy a ayudarte.──Esas palabras llenarán el corazón de Hurrem de una alegria inexplicable.──Después de todo, nunca he sido muy pegada a mi hermano, ¿Cuál es el plan?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top