• Capitulo 4 •

Cualquier error ortografico, me gustaria que me lo hicieran saber para corregirlo.

Kokushibo se quedó esa noche en casa de Muzan, ambos habían pasado toda la noche hablando o solamente disfrutando de la tranquilidad de la presencia del otro. Hasta que, en un momento de la noche, Muzan se durmió en los brazos del samurái, el cual no pudo retener la sonrisa cariñosa que se formó en sus labios y con cuidado de despertar al ser dormido lo cargo en sus brazos en estilo nupcial, al mayor el cual enterró su rostro en su pecho y agarro su camisa de kimono con sus manos.

Lo llevo hasta su cuarto, lo acostó con suavidad y lo arropo deseándole un buen sueño, antes de salir del cuarto se acercó a la cuna que estaba al lado del futon de su señor y asomo su cabeza encontrándose con unos bonitos y brillantes ojos azules los cuales lo miraron con gran curiosidad e inocencia.

Giyuu miro al demonio enfrente de él y no pudo evitar sonreírle adorablemente causando que Kokushibo le sonriera de vuelta; el bebé alzo sus pequeños bracitos mientras soltaba balbuceos alegres, quería ser cargado por el ser en frente suyo el cual le daba gran curiosidad.

El demonio dudo por un momento, no sabía si era buena idea.

Pero toda duda se disipo al ver como el menor se preparaba para hacer un berrinche; por lo cual, con mucho cuidado cargo al menor en sus brazos, dejando la cabeza del niño recostada en su hombro derecho, uno de sus bracitos lo tenía envuelto en su cuello y el otro jugaba con su largo cabello mientras balbuceaba contento por lograr su cometido.

Kokushibo suspiro, pero nunca dejo de sonreír mientras salía del cuarto con el menor en brazos, no quería despertar a su cansado señor.

Camino con el menor hasta la sala, en donde se sentaron en el tatami, coloco al menor sentado en su regazo y dejo en la mesa más cercana su katana enfundada para que el menor no la agarra y se lastimara.

No quería sentir la ira de Muzan-sama dirigida a él.

De solo pensarlo no pudo evitar estremecerse, Muzan-sama puede ser que se haya vuelto relajado y menos agresivo desde la llegada del pequeño amo a sus vidas, pero no tenían que olvidar que seguía siendo el Rey demonio, un ser despiadado y sanguinario, el cual ahora se había vuelto madre soltera.

Contuvo la risa de pensar a su señor, el primer demonio en existir, el rey de los demonios siendo una madre soltera amorosa y dedicada a su hijo.

Reprimió su risa y prefirió centrarse en el pequeño en su regazo, el cual había comenzado a tratar de trepar por su cuerpo, pero fallaba cada vez y volvía a su lugar de partida riéndose a carcajadas, su joven amo era un niño risueño y adorable, el pequeño Giyuu aplaudía por lo divertido que era el juego mientras era observado por el demonio.

—Que adorable es, pequeño amo—murmuro el mayor mientras acariciaba la mejilla del menor obteniendo una risa de Giyuu el cual restregó su rostro en la gran mano del demonio—Muy adorable.

Estuvo un largo rato jugando con el pequeño Giyuu hasta que este se quedó dormido en su regazo, cargo al menor en sus brazos y se dirigió al cuarto que estaba al lado del de su Señor; al abrir la puerta y encender las luces de la habitación, se dio cuenta que era la habitación del pequeño bebé.

Se encamino hasta el ropero en donde sorprendido pudo apreciar la gran cantidad de ropa en este; desde bonitos zapatitos hasta sandalias, yukatas de dormir bellamente decoradas, hasta haoris con hermosos colores y diferentes diseños, bonitas pijamas que se imaginó su señor compro en la gran ciudad de Tokio, también había hermosos kimonos de variados colores y diseños, bonitos obis que combinaban las yukatas y kimonos, además de bonitos adorables y hermosos adornos para el cabello; también había mantas, cobijas de diferentes texturas, toallas con gorritos, un gran bolso tejido que imagino era para que su señor pudiera llevar las cosas del pequeño amo por si salían.

Negó con exasperación, su maestro definitivamente se había excedido con la cantidad de cosas que le había comprado; agarro uno de los pijamas para ponérselo al pequeño Giyuu, el cual, gracias al cielo no se había despertado.

El pijama se componía de un mameluco de mangas largas de un bonito color rojo carmesí que venía acompañado de un suave pantalón de color negro con bordados en dorado de pajaritos volando en las piernas del pantalón y en las mangas del mameluco, además unas acogedoras medias blancas. Además de agarrar un pañal para cambiar al pequeño por precaución, su mirada fue atraída por una de las ventanas de la habitación, la cual estaba cubierta por delicadas cortinas blancas, los primeros rayos de la mañana se asomaban por la ventana, suspiro con resignación, tendrá que quedarse hasta que anochezca, no podría salir ahora a menos que quiera morir de forma estúpida.

Resignado llego al cambiador y con mucha paciencia y experiencia que había obtenido en su vida humana, comenzó a cambiar al pequeño, el cual seguía profundamente dormido, a veces escuchaba adorables suspiros del pequeño bebé causando que no pudiera evitar que se formara una sonrisa en sus labios; al terminar de cambiar al pequeño amo lo cargo con mucho cuidado de despertarlo, al tenerlo en sus brazos se dirigió a la mecedora que estaba al lado del cambiador y se sentó con el pequeño dormido en sus brazos.

Acomodo con delicadez uno de los mechones de cabello del bebe el cual dejo escapar un pequeño bostezo, acaricio la mejilla del pequeño Giyuu y no pudo evitar pensar.

"Tal vez este cambio es bueno, al final de todo"

El tiempo ha pasado, y sin darse cuenta ya habían pasado dos meses desde la llegada de su pequeño hijo, Giyuu. Muzan no podía creer que ya hubiera pasado tanto tiempo desde que encontró a su pequeño hijo, el cual había crecido durante este tiempo y ahora tenía 8 meses, lo cual había hecho que su bebé se volviera más hiperactivo e inquieto, desde que había aprendido a gatear, su pequeño había pasado a ser un terremoto en miniatura. Siguiéndolo a todas partes, cuando sus lunas iban a visitarlos el pequeño se la pasaba persiguiendo a Kokushibo, el cual trataba de tener cuidado de no pisar a su hijo; Gyokko era el que había sufrido más la nueva energía de su terremoto en miniatura.

Douma era el que más los visitaba de todas las lunas, al parecer su pequeño niño se había ganado el corazón del de ojos de arcoíris y Douma también se había ganado un lugar en el corazón de su bebé. Cada vez que la segunda luna venía a visitarlos era recibido por los adorables grititos y chillidos de alegría de su hijo. La mayoría del tiempo de la visita Giyuu se la pasaba en los brazos de Douma, jugaban, dormían la siesta e incluso su luna le cambiaba el pañal a su bebe.

Algo que jamás pensó ver haciendo a su molesta luna.

Ahorita se estaban arreglando para dar un paseo por el bosque aprovechando que era ya de noche, Muzan había vestido a Giyuu con una yukata infantil de color azul oscuro con lindos bordados en blanco de flores, unas medias cubrían sus pequeños pies y un bonito cintillo para mantener su cabello fuera de su carita; y él estaba vestido con un bonito yukata negro con un delicado obi de color blanco con bordados de flores coloridas, unas medias tabi blancas con unas getas de madera. Con una tela suave y resistente ato con delicadeza a su pequeño en su espalda y para que no sufrieran de frio opto por llevar un haori grueso de color vino tinto, envolviéndolos a ambos en él y atándolo en la parte delantera de su estómago.

Caminaron por el bosque, el único sonido a su alrededor era los balbuceos y gorgoteos emocionados de su hijito, el cual estaba que explotaba de lo emocionado que estaba de conocer un lugar nuevo, todo le parecía tan grande y los colores del lugar eran tan bonitos a sus ojitos. Muzan no podía evitar reír de cada adorable reacción emocionada de su hijo por los animales que pasaban, las flores que encontraban en su camino y la luna arriba de ellos; en un momento estaban pasando enfrente de la entrada de una cueva, la cual era pequeña, solo entraría en ella un niño o animales pequeños, escucho un llanto proviniendo del interior.

Se detuvo y no pudo evitar querer averiguar de dónde provenía el sonido, se arrodillo con cuidado de que su Giyuu no se cayera ni se golpeara con su cabeza, en frente de la entrada de la cueva y usando su vista mejorada pudo ver que...era una niña pequeña, la cual estaba en posición fetal mientras lloraba, al estar en esa posición no pudo ver la cara de la pequeña humana pero lo que si noto fue los harapos que estaba usando como ropa, la ropa que llevaba la pequeña estaba rota, tenía agujeros, estaba sucio y estaba descosida en algunos lados, sus piecitos estaban sucios y sus piernas mostraban arañazos y raspones además de varios moretones que decoraban sus brazos y piernas, su cabello estaba sucio y con varias ramas y hojas enredadas en el.

—¿Hola? ¿Pequeña? ¿Está todo bien? —pregunto con duda, no sabía cómo tratar estas situaciones, nunca le había pasado—¿Podrías salir de ahí, por favor?

Espero con paciencia; sabía que la niña lo había escuchado por el salto de sorpresa que pego, la pequeña al levantar su mirada, sus ojos carmesíes chocaron con unos ojos tan azules como el cielo en las mañanas. Pudo ver como la pequeña se acercaba poco a poco a la entrada donde estaba el, pero no termino de salir quedando en la entrada, enfrente suyo, pero todavía oscurecida por las sombras de la cueva.

—Hola lindura—Muzan hablo suavemente, tratando de que la pequeña niña agarra confianza—¿podrías salir para poder mirarte?

Pregunto a la niña, la cual lo miro fijamente por varios minutos hasta que con lentitud fue saliendo hasta estar totalmente iluminado por la luna, la pequeña murmuro en voz baja algo que si no fuera porque es un demonio se le hubiera escapado.

"Lindo..."

—¿Que dijiste pequeña? —Pregunto el mayor con cuidado de no asustar a la niña y que esta volviera a esconderse, además tenía que fingir que no había escuchado lo dicho por la pequeña niña—¿Podrías repetirlo por favor?

La pequeña niña lo miro dudativa por un momento hasta que con un tono de voz un poco más alto respondió:

—E-Eres l-lind-do—Muzan al escuchar lo dicho por la niña no pudo evitar sonrojarse, se volteo avergonzado mientras sostenía sus mejillas coloradas.

—Nee nee, eres tan adorable y amable pequeña flor—canturreo el mayor mientras volteaba a ver a la niña la cual lo miraba con sus grandes y brillantes ojos azules—¿Cómo te llamas cariño?

La menor no sabía si decirle al mayor, no le gustaban los adultos, eran malos, groseros y todo lo que hacían era hacerla sentir dolor y miedo. Pero algo en ella le dijo que podía confiar en el hombre frente a ella, había sido amable y cuidadoso con no asustarla y no la había golpeado todavía además de tenerle bastante paciencia.

—M-me llamo T-Tsutako—la pequeña se quedó un momento en silencio desviando la mirada del mayor al suelo y comenzó a jugar con la tierra—Tengo 5 años y mi c-color fav-vorito es el r-roj-jo.

Muzan no pudo evitar derretirse de la ternura absoluta que le causo la presentación de la menor. Con una sonrisa dulce dirigida a la menor le respondió:

—Mucho gusto Tsutako-chan, tienes un nombre taaan lindo como tú—la menor se sonrojo por el cumplido del mayor causando que este riera suavemente—Mi nombre es Muzan es un placer conocerte cariño.

La menor salió totalmente de la cueva y se sentó al lado del mayor recostando su cabeza en el brazo derecho del demonio el cual acurruco a la menor en su costado. Estuvieron un tiempo en silencio hasta que el mayor hablo.

—Dime Tsutako-chan—la niña lo volteo a ver interrogante—¿Tus padres saben que estas afuera en el bosque a estas horas?, es muy peligroso que estés a estas horas fuera de tu casa—El mayor comenzó a mover sus manos enfatizando un monstruo—Aparecen criaturas de la noche que comen niños.

La pequeña niña lo miro y no pudo evitar reír por las señas extrañas echas por el mayor, era la primera vez que la pequeña Tsutako se sentía tan a gusto con la presencia de alguien, además que el bebé en la espalda del mayor era absolutamente lindo, estaba dormido profundamente que no se dio cuenta que su mamá había dejado de caminar hace rato. Tsutako decidió darle su confianza al de ojos carmesí, había sido hasta ahora tan amable y respetuoso con ella.

—La verdad señor Muzan, es que—Tsutako se quedó un momento en silencio pensando bien como continuar, agarro aire y continuo—No tengo padres.

El mayor abrió sorprendido sus ojos, se esperaba cualquier respuesta menos esa.

—Ellos murieron cuando yo solo tenía 3 años—El mayor atrajo a la niña más hacia su costado dejando que ella se acurrucara en su franco derecho, pudo sentir las pequeñas manos de la niña agarrarse fuertemente a su yukata—Fui criada por mis tíos, pero solo fui una carga para ellos, si hacia algo mal me golpeaban, me obligaban a hacer los que haceres del hogar además de que negaban cualquier relación conmigo—la voz de la pequeña Tsutako se quebró y de sus ojitos salieron lagrimas las cuales fueron limpiadas rápidamente por el mayor, el cual abrazo contra su pecho a Tsutako, acariciando su cabeza y su espalda con suavidad.

—Shh shh, calma ya Tsutako-chan, ellos no merecen tus lagrimas—consoló el mayor a la pequeña niña, la cual comenzó a llorar todo lo que se había guardado—No merecen tu dolor, no merecen tener nada de ti—Muzan trato de tranquilizar la ira que le recorría el cuerpo, como esas asquerosas excusas de seres humanos habían lastimado a la dulce niña que estaba entre sus brazos—No volverás con ellos, no dejare que te vuelvan a lastimar...nunca más.

—¿A qué se refiere señor Muzan? —Tsutako se separó del abrazo para ver a los ojos del demonio, el cual con delicadeza acaricio su mejilla.

—Me refiero a que...si te gustaría que te adoptara—la menor no podía creer lo que escuchaba, ¿acaso era esto una broma? Porque si no lo es, entonces dios al fin la había ayudado —¿Te gustaría ser mi hija, Tsutako-chan?

Hubo unos minutos de silencio en los cuales Muzan se sintió desesperar como nunca pero no quería que la pequeña humana decidiera por obligación, por otro lado, la pequeña Tsutako estaba en shock, no podía creerlo que este hombre tan amable y cariñoso quería que ella, una molestia inservible, se convirtiera en su hija. Tsutako no pudo evitar que sus ojos se humedecieran, debe ser una broma, nadie quisiera a alguien como ella como familia mucho menos como hija, sus tíos se lo habían repetido tantas veces que se lo había llegado a creer; ellos decían que sus vidas eran perfectas antes de que ella llegara, que solamente era un estorbo inservible que los hacia gastar más dinero del que tenían, que nadie querría a alguien tan desagradable como ella. La pequeña niña comenzó a llorar suavemente, sus manitas trataban de detener las lágrimas que salían de sus bonitos ojos, pero estas seguían saliendo, el mayor al ver como la menor comenzó a llorar la estrecho en sus brazos y acaricio con cuidado los cabellos de la pequeña, permitió que se desahogara, que dejara salir todo lo que tenía guardado en su corazón herido.

Poco a poco el llanto fue haciendo cada vez más silencioso hasta que lo único que se escuchaba eran los sollozos de la menor y los ronquidos del bebé, el cual no había despertado durante todo el desahogo de la niña. Muzan separo con cuidado a la pequeña niña, dejando escapar de sus labios un arrullo mientras con delicadeza y cuidado limpiaba las mejillas mojadas por las lágrimas de la menor.

El demonio le regalo una mirada a la menor llena de cariño y adoración, la cual dejo con un calorcito agradable en el pecho a Tsutako, se sentía feliz y mucho mejor al ser mirada con algo que no fuera asco ni odio.

—Quiero que seas mi hija Tsutako-chan—lo dicho por el mayor hizo que la menor supiera que no era una broma del mayor—Que seas la hermana mayor de mi pequeño Giyuu y además de que tendrás muchos tíos y tías que te adoraran y jugaran contigo—el mayor levanto a la pequeña niña con delicadeza y luego se levantó de su posición arrodillada, le tendió una mano a Tsutako la cual la miro con sus grandes ojitos brillando con esperanza—No sufrirás más nunca, si yo puedo evitarlo.

Tsutako dirigió su mirada al mayor y tomo su decisión con seguridad de haber tomado la correcta. Extendió su mano y agarro con confianza la mano del mayor. Muzan le regalo una sonrisa cálida a la menor, comenzando a caminar en dirección al nuevo hogar de Tsutako, en donde seria amada y apreciada como se merecía.

Las figuras del demonio y la menor junto con el bebé se fueron perdiendo en el gran bosque, el cual los refugiaba de todos los malos momentos, dándoles una oportunidad nueva.

Un nuevo comienzo.

Un comienzo feliz y un futuro más brillante.

Palabras japonesas dichas durante el capitulo:

• Yukata: es una vestimenta tradicional japonesa hecha de algodón. Se usa principalmente para los festivales de verano o estaciones cálidas. Es mucho más ligera que el kimono al no tener la capa que cubre normalmente a este y al no estar hecha de seda.

• Kimono:es una prenda tradicional japonesa y el vestido nacional de Japón. El kimono es una prenda envuelta en forma de T con mangas cuadradas y un cuerpo rectangular, y se usa con el lado izquierdo envuelto sobre el derecho, a menos que el usuario haya fallecido.El kimono se usa tradicionalmente con un obi, y comúnmente se usa con accesorios como sandalias zōri y calcetines tabi.

• Tabi: son calcetines tradicionales japoneses que utilizan indistintamente hombres y mujeres con el zōri, geta u otro tipo de zapatos tradicionales. Son comúnmente utilizados con los kimono y generalmente de color blanco. Los hombres usan también el color negro o azul.

Geta: es el nombre de un tipo de calzado tradicional japonés. Consta de una base plana de madera (dai) y dos «dientes» (ha) que soportan todo el peso. Suelen estar construidas en madera y su agarre tiene la típica forma de chancleta. Se dice que las chancletas están inspiradas originalmente en las geta japonesas.

Tatami: El tatami es una estera que suele confeccionarse con paja, aunque actualmente también existen los tatamis hechos con materiales sintéticos. El diseño tradicional de las viviendas japonesas contempla diversos preceptos a la hora de disponer los tatamis en un ambiente. En concreto, hay que exponer que el tatami tradicional y clásico de Japón se caracteriza por las siguientes particularidades:
-Está realizado con lo que es paja de arroz que luego se recubre mediante otro producto natural como es la igusa de bambú.

-Si estaba tan presente en muchos hogares, y lo sigue estando en otros, es precisamente porque el tatami de ese tipo no sólo otorga calidez sino también una agradable sensación de confortabilidad y la necesaria dureza.

Obi: es una faja ancha de tela fuerte que se lleva sobre el kimono; se ata a la espalda de distintas formas. Existen muchos tipos de obi y formas de atarlos, cada una se usa para ocasiones distintas, las más representativos son:

- Maru-obi: es la manera más formal de usarlo, para ocasiones formales es indispensable su uso. Lleva diseños por ambos lados. Este tipo de obi hoy en día es muy difícil de verlos por el gran costo que tienen.

- Fukuro-obi: es el obi que esta un nivel más abajo de formalidad que el maru obi, este puede ser usado en ocasiones formales, como en ocasiones semi-formales. Este tipo de obi tiene diseño tan sólo en una cara.

- Nagoya-obi: este es un tipo de obi bastante moderno (se empezó a usar desde 1916 aproximadamente). Es el preferido por la gente, por ser más liviano. Tiene un corte bastante especial, lo que lo hace incluso más fresco.

- hanhaba-obi: es un obi que mide 3,30/3,60 de largo y 15cm de ancho por lo que es el más fácil de poner y lo suelen usar con el yukata y por ser tan fácil de usar lo suelen usar los niños (as).

Ciertos obi se fijan mediante un cordel fabricado por trenzado utilizando la técnica denominada kumihimo.

Haori: es una chaqueta tradicional japonesa que cae a la altura de la cadera o los muslos, de forma similar a un kimono, y es llevada sobre un kosode.
A diferencia de la yukata, el haori no se cierra, sino que en cambio se usa abierto o se mantiene cerrado mediante una cuerda que conecta las dos solapas. Durante el período Sengoku, el haori sin mangas solía usarse sobre la armadura de los samurái, tal como el tabardo en Europa. Durante el período Edo, el crecimiento económico de Japón permitió a la clase media comenzar a adquirir el haori, junto con el surgimiento de leyes contra la exhibición ostentosa para todos menos la casta del guerrero; esto alternadamente dio origen a diseños discretos del haori con tela suntuosamente adornada.


¡¡¡Estoy de regreso!!!

Disculpen la demora con este capitulo, he tenido problemas personales los cuales me dejaron mal mentalmente y me he estado recuperando, ahora me siento un poco mejor pero estoy en progreso de poder mejorar completamente.

Bueno espero que les guste el capitulo, me ha costado demasiado tiempo terminarlo pero aqui esta.

Nos leemos luego

Bye Bye

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