«¿URSS odia Halloween?»

Rusia estaba emocionado, el treinta y uno de octubre había llegado y eso sólo significaba algo, la fiesta de Halloween anual. Adoraba las fiestas de Halloween y no por los dulces o las decoraciones, lo adoraba porque Alemania asistía disfrazado con trajes muy bien elaborados, además que algunos dejaban expuesta su pálida piel amarilla cosa que le excitaba en sobremanera.

URSS en cambio odiaba Halloween, era una completa estupidez desde su criterio pues había sido creado por USA cosa que le desagradaba en gran manera. No comprendía la emoción de su hijo, si quería ver a Alemania vestido de forma sexy podía embriagarlo y ponerle lencería, así de fácil, pero su hijo seguía con la estupidez de "No haré nada sin el permiso de Alemania, además ni siquiera somos pareja" se la pasaban lanzándose miradas y sonrisas, era más que obvio que había algo entre ellos.

-Отец, no empecemos, déjame escoger mi disfraz debe ser algo que llame la atención de Ale- habló Rusia observando com detenimiento los diferentes disfraces que habían en esa tienda mientras que URSS le miraba como si fuera tonto, -Usá tu traje de cadete soviético- le dijo su progenitor cruzado de brazos, el de cabellos albos bufó enfadado, no soportaba a su padre, -Alemania odia a los soviéticos, en especial a tí y honestamente entiendo muy bien el por qué- espetó con asco dejando el disfraz que había tomado en su lugar para buscar otro.

El soviético frunció el ceño ofendido, él iría a la fiesta con su traje militar de la Segunda Guerra Mundial, aunque prefería no ir, pero sabía que Rusia le obligaría así que prefería ir increíblemente sexy, a lo mejor se follaba a alguien, hacía años que no follaba. Al recordar eso alguien a quien había dejado atrás hace tantos años regresó a su mente causándole un escalofrío a la vez que una ola de calor.

-Rusia... No sabes si... Alemania llevará... Compañía?- la voz del comunista sonaba suave y avergonzada cosa que le extrañó al de cabellos albos, -No sé, nunca ha llevado compañía y además a quién va a llevar?- espetó confundido el albino buscando un disfraz, esto último causó un suspiro pesado en el gran hombre rojo. En verdad tenía curiosidad de saber qué pasó con aquél germano de cabellos carmesí, no había ni rastro de él, pero se sabía que estaba vivo ya que Alemania no mentiría con algo así.

Quería volver a verlo aunque sea una última vez...

⟨En la habitación de Alemania⟩

Alemania se encontraba en su hogar soportando a sus dos mejores amigos, a los padres de sus dos mejores amigos y por supuesto a su padre, en verdad no comprendía como aquél ser completamente opuesto a él podía ser quien le otorgó la vida. Su tío, Weimar, el único country que estaba a su lado ayudándole sin hacer nada inmaduro simplemente se burlaba de la estupidez de su hermano, sus amigos y los hijos de sus amigos.

-Italia, me ayudas con mi cabello?- inquirió la fémina de cabellos largos y albos, -A ver- dijo el italiano tomando el cepillo de cabello para comenzar a peinar estos con delicadeza. Debía de admitir que admiraba el cuerpo que portaba la asiática, sus piernas gruesas y robustas junto con sus brazos finos pero fuertes, y ni hablar de su cintura, trasero y pechos, en verdad le envidiaba.

-IMPERO, NI SE TE OCURRA!- exclamó el italiano más longevo alejándose del japonés, éste le miraba con sátira mientras acercaba el vaso con contenido cítrico sobre su traje militar de la Segunda Guerra Mundial, habían acordado ir vestidos de dicha forma, hacía años que no los usaban. Alemania simplemente suspiró pesado y continuó colocándose delineador mientras oía al imperio Italiano y japonés discutir como si fueran una pareja de casados.

-Ya...- espetó el germano menos longevo para entonces tomar el labial rojo que había obtenido a escondidas de su padre. Siempre adoró el maquillaje y ahora que era un adulto quería utilizarlo sin prejuicios aunque sabía que a su padre le disgustaría pues él odiaba el maquillaje, siempre hacía comentarios de asco hacia las mujeres que utilizaban maquillaje diciendo que parecían más fáciles que la tabla del uno, eso sin mencionar que recalcaba que uno nacía con la belleza incorporada en su ADN y las que utilizaban maquillaje simplemente ocultaban su fealdad.

Deslizó el labial carmesí a través de sus belfos con delicadeza observando como estos se tintaban de dicho color, sólo deseaba que su padre no encontrara su maquillaje porque en verdad le había costado dinero. Debía de agradecerle a su tío por haberlo cubierto el día que fue a comprar dicho material juntamente con la ropa porque definitivamente la ropa que portaba causaría canas verdes en su progenitor. Llevaba una remera negra la cual sólo le cubría el pecho y el abdomen mientras el resto era cubierto por una red del mismo color juntamente con un cinturón de cuero el cual iniciaba desde sus hombros como tirantes y se asemejaban a costillas en su abdomen.

Debajo llevaba un pantalón ajustado con botas increíblemente largas y obviamente de cuero del mismo color que todo su vestuario superior. Llevaría el cabello atado pero dejaría la parte delantera suelta cubriendo parte de sus ojos dorados los cuales resaltaban gracias al delineador negro que se había colocado. Sabía que iba a tener que soportar a su padre diciéndole las mil y un cosas que estaban mal con su disfraz, pero Weimar le prometió que le defendería y evitaría que su padre le obligue a cambiarse.

Italia y Japón también se habían maquillado y vestido de forma provocativa, pero la diferencia era que sus padres eran más permisivos con ellos. Por ejemplo, Italia fascista estaba más que orgulloso del estilo que su hijo portaba, e Imperio japonés simplemente permitía que su hija sea feliz con su estilo. Su padre jamás permitiría algo así, para el nazista él seguía siendo un dulce retoño puro, inocente e indefenso y haría lo que fuera para evitar que alguien le arrebatara su pureza.

Una vez acabo de maquillarse, guardo todo y lo escondió perfectamente para que su padre no lo hallara y se dirigió a la sala dejando que sus amigos y los padres de estos observaran su aspecto. Lo único que se oyó fueron gritos de emoción por parte de sus mejores amigos los cuales le miraron maravillados, -Germania, estás más que hermoso- comentó el latino colocándose detrás del germano y tomando su cintura delicadamente entre sus manos.

El italiano se veía increíblemente pequeño al lado del alemán, éste le cubría perfectamente todo el cuerpo tanto por su anchura y altura, los 1,95 metros se hacían notar, -A quién quieres seducir?- inquirió la nipona sabiendo las intenciones del que portaba lentes ahora de contacto, -No tengo idea a que te refieres- espetó el germano con una sonrisita ladina enseñando levemente sus dientes los cuales lucían tan llamativos gracias al labial rojo que decoraba sus belfos.

-Por qué tanto escándalo?- se oyó la voz grave del progenitor del alemán, éste palideció en su lugar al escuchar los tacones del nazista trayéndole recuerdos de su infancia. Los más longevos sintieron una ola de recuerdos invadir sus mentes al ver a Third Reich con su traje militar de un pasado asiago. Los ojos carmesí de éste se posaron en su hijo observando la espalda amarilla de éste cubierta por una simple red, -Deutschland- llamó el mayor a su hijo y éste sólo tragó en seco.

Los menos longevos apresuraron su paso a la puerta del establecimiento oyendo los pasos del portador de la esvástica detrás de ellos el cual estaba siendo parado por sus aliados y consanguíneo mayor, -Reich, déjalo, ya no es un niño- espetó su hermano en un intento de tranquilizar al mencionado, -Es una broma? Qué tal si intenta besarlo? No puedo permitir eso- espetó con enfado el germano para zafarse del agarre impuesto por sus amigos y consanguíneo mayor saliendo del lugar a toda velocidad con aquella capa negra ondeando gracias al viento que hacía fuera.

Sería una larga noche...

⟨Una vez en el lugar⟩

Rusia había optado por disfrazarse de espía pues era sexy y le salía más rentable pues sólo se colocó un cubrebocas, botas negras pantalón militar del mismo color, remera de cuello alto y mangas largas junto con guantes además de su ushanka favorito el cual era del mismo color que todo su vestuario. El último detalle fue atarse el cabello en una cola y como tenía el cabellos increíblemente largo le llegaba hasta la cintura, muy seductor desde su punto de vista.

URSS en cambio no tenía el cabello tan largo, tenía el cabello relativamente normal y juntamente con su traje militar soviético casi no se notaba que no se había peinado, adoraba ese traje por dicha razón se ahorraba mucho tiempo en peinarse. Ahora se encontraba observando burlón a su hijo el cual miraba a toda las direcciones en busca del europeo ya conocido, en verdad le causaba demasiada gracia la impaciencia y nerviosismo de su hijo por ver a tan desagradable criatura desde su criterio.

Alemania le parecía muy bondadoso, y él era alérgico a la bondad, le causaba náuseas. Había tratado millones de cosas para ver al joven germano enfadado pero hasta el momento nada más que un suspiro y una mirada asesina, él quería ver destrucción, ira, odio, quizás era porque estaba muy acostumbrado al progenitor del joven y... Le extrañaba. Negó repetidas veces, eso no podía ser verdad él lo odiaba no tenía razón para extrañarlo.

De repente su hijo le sacó de sus pensamientos dándole un codazo en el abdomen para que prestase atención a la entrada, ya sabía lo que se venía pero con el tal de que Rusia no le molestara miraría hacia la mencionada entrada. Allí pudo divisar al germano tan esperado por su hijo y sus dos amiguitos, debía decir que ése año sí se había pasado con la vestimenta, era muy llamativa, debía tomar una foto de el rostro babeante de su hijo para molestarlo el resto del año.

Sonrió burlón y tomó aquél dispositivo que todos portaban constantemente y tomó una fotografía del rostro de su hijo llamado la atención de éste quien frunció el ceño enfadado ante la acción de su padre, -NO TE ATREVAS- espetó enfadado el albino observando como su padre guardaba la foto y dirigía su mirada al descendiente del mayor genocida europeo, -Vamos a saludar- espetó guardando su teléfono tomando la mano de su hijo para llevárselo donde se hallaba el alemán.

-Привет- saludó el soviético frente a los tres jóvenes y como si el comunista no existiera el germano dirigió su mirada a Rusia, el cual al sentir su mirada se relamió por debajo del cubrebocas a la vez que se sonrojaba, agradecía haber tomado la decisión de utilizar cubrebocas. El de cabellos azabache le dedicó una sonrisa ladina a la vez que sus mejillas ardían levemente, le fascinaba el vestuario de Rusia.

-Rusia, Alemania, ya vieron lo que están sirviendo en la barra?- inquirió la nipona en un intento de deshacerse del comunista, Rusia y Alemania debían estar a solas. Los dos asintieron al instante y se dirigieron a la barra abandonando al más longevo de los allí presentes el cual simplemente les dedicó una mirada de ofendido. Ahora con quién se divertiría?

Y como si sus deseos fueran escuchados observó a exactamente al mismo Third Reich del que se había profundamente enamorado hace tiempo atrás y ahora se percataba de la lejanía de dicho pasado. Ése jovencito atrevido y seductor que era capaz de humillar hasta al country más peligroso del mundo entero tan sólo porque le desagrado la forma en la que se dirigió hacia él.

Aquella vestimenta tan atractiva y llamativa combinada con sus filosos caninos además de sus orbes carmesí tan sólo avivaron esos sentimientos que hace tiempo creía muertos. Third Reich le dedicó una mirada altiva acompañada de una sonrisa en la comisura de sus belfos, debía admitir que hace tiempo tenía la curiosidad de ver al soviético.

-Vaya, pero que tenemos aquí?- espetó con asco el germano llamando la atención del comunista, esto sería realmente divertido, -Pero que desgracia, yo que esperaba buena compañía- espetó eso último entre dientes claramente para captar la atención del nazista, lo cual consiguió. Éste le miró fijamente con una ceja alzada, -Así que esperabas a alguien?- inquirió el germano cruzándose de brazos sin apartar la mirada del rostro del mayor.

-Sí, por qué asistiría a esta ridícula fiesta si no?- espetó el comunista como si fuera obvio, por el rabillo del ojo espió a la reacción del germano observando como éste torcía levemente la comisura de sus labios en señal de molestia, -Como sea, sabés dónde está mi hijo?- inquirió enfadado, Alemania había escapado de su regaño por vestirse de forma tan provocativa.

-Puede ser- espetó divertido el soviético observando al menos longevo, éste suspiró y le tomó del brazo bruscamente llevándoselo a un lugar solitario mientras observaba la sonrisa burlona del comunista que tanto le prendía en el pasado, -Qué buscas de mí?- interrogó el germano con el ceño fruncido llamando la atención del eslavo, -Hagamos un trato, tanto que te gustan a tí los tratos- espetó sonriente el comunista, el nazista esbozó una sonrisa sarcástica y permaneció atento a las palabras del más alto.

-Te diré dónde está Alemania en qué momento y con quién si... Te quedas a mi lado toda la noche- esto último causó un escalofrío en el alemán, era una buena oferta no lo iba a negar pero pasar toda la noche a su lado? Definitivamente era un precio alto que debía pagar por evitar que su bebé saliera lastimado, -Que no tenías compañía?- inquirió burlón el más bajo causando una carcajada en el más alto.

-Uno de ellos está divirtiéndose con Japón y el otro con USA- informó el soviético mientras dirigía su mano al sombrero del alemán, éste permaneció atento a cada una de sus acciones a la vez que reconsideraba su oferta, debía admitir que tenía sus pros y sus contras, pero al final decidió tomar el camino difícil, no podía ser imposible hallar a Alemania en aquella fiesta, -Rechazo tu oferta, no te necesito para hallar a mi hijo- habló el germano dándose la vuelta y abandonando el lugar.

URSS sonrió ampliamente y evitó que el contrario se fuera tomándolo por la cintura, esto sorprendió al contrario en sobremanera pues lo tomó desprevenido, -Vale, mi oferta seguirá abierta el resto de la noche~- susurró en su oído a la vez que deslizaba sus manos a través de su espalda hasta su trasero y por último dando una nalgada en dicho lugar.

El eslavo se alejó del lugar en busca de la barra, definitivamente necesitaba un trago de vodka, debía estar preparado para divertirse con aquél alemán por que sabía lo que se avecinaba. Third Reich por su parte se sonrojó mientras sentía el dolor en su trasero por culpa de la nalgada propuesta por el comunista, se mordió el labio inferior ante aquella sensación, hacía tanto tiempo que no sentía la brusquedad del soviético, debía admitir que la había extrañado.

⟨Mucho tiempo después⟩

Third Reich bebía cerveza mientras observaba a todos los countries bailar aquellas obscenas canciones latinas que sólo incitaban al sexo. A su lado se hallaban sus mejores amigos bebiendo y manoseandose, odiaba cuando hacían eso, lo hacían ver como un imbécil. Sentía la constante mirada del soviético sobre él, estaba en la barra increíblemente lejos de él pero aún así no paraba de mirarle, tampoco había hallado a Alemania lo cual era lo más grave de todo aquello.

Su hermano le dijo que lo iría a buscar, lo cual era raro pues estaba seguro de que no necesitaba la ayuda de Finlandia para buscarlo, y luego se quejaba de que él era el caliente. Así que en esos momentos se estaba debatiendo en si regresar al coche o ir con URSS, estaba reconsiderando su oferta, la verdad hace tiempo que no pasaban tiempo a solas y precisamente esa noche estaba caliente, además de que sabría dónde estaba su hijo así que por qué no?

Se levantó de su lugar y con la mirada fija en el soviético caminó hasta la barra, éste sonrió ampliamente al verlo ir donde se hallaba él, estaba más que emocionado por pasar tiempo con él. Observó fijamente como el germano se sentaba a su lado y le miraba fijamente, esa mirada que le ponía la polla como una roca, -Cerveza, ya- le dijo amenazante el comunista al bar tender sin apartar la mirada del nazista, y éste desde luego sonrió divertido.

-Y bien, dónde está Alemania?- inquirió el de cabellos rojizos alzando una ceja, el contrario sonrió y se acercó más al contrario sintiendo la respiración de éste chocar contra su rostro, -A fuera con mi hijo- informó el comunista oyendo como el bar tender posaba la botella de cerveza a su lado. El pelirrojo se alteró al oír las palabras del más alto provocando que el mismo se parece de forma repentina con la intención de ir a buscarlo.

-A dónde vas sin mí?- inquirió tomando su botella de vodka y la de cerveza, el germano le dedicó una mirada asesina mientras se dirigía a la salida pero fue parado por el comunista el cual le entregó le botella de cerveza y se lo llevó al lugar más oscuro y oculto de la sala, -El trato era que pasarías el resto de la noche conmigo, Reich deja que tu hijo se divierta, es un adulto, merece ser feliz y divertirse con sus amigos, ya no puedes protegerlo, tras la Segunda Guerra Mundial él sufrió y no pudiste hacer nada para evitarlo, además el dolor lo hace más fuerte, si no mirate a tí- espetó el eslavo observando los ojos carmesí del contrario fijamente.

Third Reich pensó bastante en las palabras del contrario, tenía razón, Alemania ya no era un niño pero aun así temía que viviera lo mismo que él, no quería que sintiera esa soledad y rabia incontrolable que él atravesó, -Vamos, Third, quédate aquí conmigo, dime, alguna vez te he dejado?- interrogó el de cabellos marrones observando el rostro del contrario con detalle. Éste mientras tanto pensaba seriamente en sus palabras aunque no quisiera aceptarlo tenía razón.

Alzó la mirada hallando la mirada reconfortante del comunista, definitivamente eran el uno para el otro, completamente opuestos pero tan iguales a la vez, -Te odio- espetó tomando el cuello de la chaqueta del más alto agresivamente, -Demuéstralo- dijo el soviético aferrándose a la cintura del germano. Repentinamente sus belfos se complementaron y al instante sus lenguas se encontraron iniciando una pelea mutua, sus respiraciones se entremezclaban sintiendo el placer del opuesto ante la acción realizada.

De repente el alemán aferró sus caninos al labio inferior del comunista causándole daño para entonces romper aquella unión. Apreció la expresión de satisfacción mientras se relamía la zona afectada, estaban enfermos y lo sabían pero les fascinaba, -Sácame de aquí, imbécil- ordenó el nazista arrojando la botella de cerveza vacía al suelo. URSS tomó con brusquedad su brazo para jalarle con fuerza fuera del establecimiento llevándole al coche de su hijo, era la mejor opción en esos momentos.

Abrió la puerta y con fuerza lo arrojó allí dentro para ingresar él y cerrar la puerta detrás de él, colocó el seguro de todas las puertas y se limitó a observar fascinado a la bestia alemana sobre él con hambre. Reich permaneció de la misma forma que el opuesto, -No quiero que Alemania me dejé, es mi pequeño- espetó quitándose la chaqueta de cuero y con ella la capa. URSS sonrió ladino y se deshizo de su chaqueta y remera mientras observaba fijamente al contrario.

-Los countries pueden tener más de un hijo recuerdas? Si quieres te puedo ayudar con eso, después de todo es mi especialidad- dijo burlón el eslavo posando sus manos en la cintura contraria. El alemán le miró fijamente y alzó una ceja, entonces comenzó a desabotonar su camisa lentamente mientras movía su cintura lentamente, -Por mí bien, siempre y cuando aceptes algo primero- espetó el germano quitándose la camisa.

URSS le observó expectante por las palabras del contrario, tener un hijo con semejante criatura? Sería todo un logro. Ése germano era tan exótico y sensual, su hijo sería lo más fascinante que haya pisado ése mundo, -Sowjet- susurró excitado el contrario, el mencionado alzó su vista al rostro del menor, -Heirate mich- propuso de forma repentina dejando al contrario más que impresionado.

Proponer matrimonio en un coche a punto de follar? Nada romántico para cualquiera que fuera normal, pero para URSS no podía ser más que perfecto, sus mejillas ardían y su corazón bombeaba con demasía. Third Reich observaba al contrario expectante, si iban a tener un hijo quería que aunque sea éste tuviera una familia "funcional" con dos padres que estuvieran presentes y le cuiden aunque siendo ellos sabía que era mucho pedir, pero no se perdía nada con intentar.

-Por supuesto que sí- espetó rápidamente acercando al germano contra su cuerpo repentinamente, éste se sorprendió ante la acción y las palabras del contrario. No tenía un anillo para asegurar su compromiso, pero tampoco era como que quisieran que el mundo entero supiera que se casarían, de milagro estaban conviviendo junto a ellos sin que los quemen vivos, no era una muy buena idea informar que estaban comprometidos.

Las palabras sobraban, los dos comprendían perfectamente lo que sentía el contrario, no había necesidad de desperdiciar el tiempo en palabras inservibles, -Cómo tienes pensado llamarle?- inquirió el soviético desabrochando su pantalón con rapidez al igual que el contrario, sonrió ante la interrogante del mayor, -Primero, di que sí en el altar y luego haz que el test de embarazo salga positivo después de todo eso discutimos el nombre- espetó el germano arrojando lo que le quedaba de ropa en el cuerpo.

El comunista sonrió ampliamente ante sus palabras e imitó la acción del contrario para entonces tomarle de los muslos y posicionarlo sobre su cuerpo, -Ten por seguro que lograré las dos sin problema- informó con una sonrisa burlona en su rostro mientras introducía sus dedos en la cavidad bucal del contrario para lubricarlos. Third Reich los recibió con gusto ansioso por comenzar, la mirada del soviético lo excitaba en sobremanera en especial cuando miraba su entre pierna con detalle.

-No ha cambiado verdad, siguen siendo 29 c.m?- inquiró el comunista introduciendo el primer dedo en la entrada del contrario causando un jadeo en éste a la vez que dirigía su otra mano al miembro del contrario para comenzar a estimular éste de forma lenta y delicada. El alemán jadeó ante la acción del opuesto, definitivamente era mucho más divertido pasar tiempo con el eslavo que con sus amigos calenturientos.

-Nein~- susurró entre jadeos el que se hallaba arriba, URSS sonrió ladino e introdujo el segundo dedo ejecutando movimientos circulares en la entrada del germánico, -Tampoco ha cambiado el mío siguen siendo 38 c.m.- espetó sin darle mucha importancia a sus declaraciones. El nazista suspiró con una sonrisa de sátira decorando su rostro, en verdad sería emocionante volver a sentir el miembro del contrario en su interior.

Sintió como el mayor introducía el tercer dedo en su interior para comenzar a simular embestidas causando ahora sí pequeños gemidos en el pelirrojo. Apreciaba las expresiones de placer que su rostro formaba, cuanto adoraba a ése germano y lo más emocionante es que pronto unirían sus vidas para siempre. Un trueno se oyó en el lugar, al parecer iba a desatarse una tormenta en el lugar, la situación perfecta para que ellos dieran paso a una nueva vida.

Extrajo los dedos del interior del contrario y posicionó su miembro cerca de la entrada del opuesto, sonrió esperando a que el contrario iniciara el acto y éste desde luego que lo hizo. Tomó el extenso y ancho miembro del más alto y lo posó en su entrada para entonces comenzar a bajar lentamente sintiendo como su interior recibía aquella extremidad dándole una bienvenida húmeda y apretada.

URSS jadeó al sentir aquél interior que tanto había extrañado, recordaba lo bien que lo hacía sentir mucho mejor que cualquier otro/a con el/la que hubiera fornicado. Los jadeos hambrientos del germánico comenzaban a presentarse en aquél limitado ambiente, el calor aumentaba y los relámpagos en el cielo se mostraban, todo el mundo se revolucionaba cada vez que aquellas bestias se encontraban.

Third Reich comenzó a mover su cintura de forma tranquila y calmada mientras lamía el cuello del soviético causando jadeos en éste. Sus manos presionaban sus grandes pectorales con fuerza excitandolo en gran manera, adoraba el físico de aquél macho alfa y el estado de su polla era la clara evidencia de ello. URSS sonrió satisfecho al sentir la dureza del miembro contrario para comenzar a estimular de forma más rápida el miembro provocando gemidos bajos en el que se hallaba arriba.

El germano posó su mano en la ventana del coche haciendo presión dejando ver sus apretados bíceps sobre la cabeza del contrario, éste sonrió y tomó el rostro del alemán para unir sus belfos de forma repentina, amaba la contextura física tan robusta del alemán, era el único que teniendo dichos músculos provocaba que cuando estara a solas se complaciera a sí mismo estimulando su miembro e incluso hacerlo gemir.

El europeo tomó las dos muñecas del contrario para dirigirlas a su trasero e insinuar que estas apretaran dicho lugar y lo hicieron por orden del comunista que obedecía a cada uno de los deseos del alemán. Éste jadeo al sentir las garras del más alto hacer presión en aquél lugar invitándolo a aumentar la velocidad, y así lo hizo dirigiendo su rostro al pecho del contrario comenzando a lamer y mordisquear en aquella zona cerca de sus pezones.

El comunista jadeó y aportó de su parte deslizando sus manos a través de su cintura hasta su espalda y regresar nuevamente por donde sus manos llegaron a dicho lugar. La calidez que emanaba del soviético era increíble combinada con la frialdad del cuerpo contrario, jadeos se presentaron en el lugar provenientes del más alto por culpa de las mordidas del alemán en los pezones del comunista, líquido blanquecino brotaba de dicho lugar causando curiosidad en el germano, el cual lamía dicho líquido con ansias.

-Bien, yo daré a luz a la criatura pero tú serás el lactante, tu leche es deliciosa~- espetó el de ojos carmesí sin dejar de succionar, lamer, mordisquear el lugar. Sus palabras causaron un notorio sonrojó en el mayor el cual bufó ante sus palabras avergonzado y se enterró en el interior del contrario con fuerza causando un gemido en el alemán, -Haberme dicho que tenía que darte cariñitos en los pechos para que fueras brusco- espetó con una sonrisa el germano apretando los pezones del comunista con fuerza causando un gruñido en éste.

URSS levantó su mano y la dejó caer en los glúteos del contrario causando un fuerte impacto en el lugar, el gemido de satisfacción que escapó de los belfos del germano excitó en sobremanera al soviético que tomó los muslos del contrario para enterrarse en su interior de forma brusca como tanto le fascinaba al opuesto. Reich por su parte arañaba, mordía y lamía todo el torso del comunista, quería que quedara más que claro a quién pertenecía esa fiera asesina.

-Ah~ Sowjet~ Preñame~- susurró en su oído de manera seductora posicionándose de forma vertical sobre el comunista. Pasó sus manos a través de su cuello deslizando estas hasta sus hombros continuando por su pecho para entonces estrujar con fuerza sus pectorales observando la mirada hambrienta del eslavo, -Mmm~ Mi sucia perrita~- espetó el soviético aumentando la velocidad observando como el contrario se mordía el labio inferior para entonces soltar gemidos de placer.

La lluvia comenzó a golpear contra las ventanas del coche acompañada de constantes relámpagos y truenos, -JA~ Meine sowjet!~- exclamó excitado el germano sintiendo como el contrario daba mordidas profundas y arañazos realmente dañinos. El término bestias se quedaba corto para describir a aquellos dos hombres, eran verdaderas fieras salvajes con rabia en busca de placer y dolor satisfactorio.

URSS sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo entero hasta llegar a su miembro dando a entender lo que ocurriría a continuación, -Reich~ Sigue~- espetó jadeante el comunista causando un sentimiento de emoción y ansías en el germano. Tomó la cabellera del soviético para entonces impulsarse y comenzar a dar sentones agresivos permitiendo que el miembro del contrario llegué más profundo, besaba con histeria al contrario sintiendo como su cuerpo tenía espasmos constantes.

Entonces sintió una gran cantidad de líquido cálido llenar su interior causando que su cuerpo llegara al orgasmo a la vez que el más alto. Salió de su interior pero permaneció sobre él, los jadeos constantes invadieron el lugar, sus miradas se encontraron y casi al instante comprendieron que estaban pensando lo mismo, -Te parece suficiente?- inquirió seductor el alemán besando y lamiendo los pechos del comunista, -Ya tienes un nuevo fetiche?- inquirió el eslavo divertido observando el apego del germano hacia sus pectorales, -Es que sabes delicioso- espetó el germano succionando los pezones del comunista con deseo y hambre.

URSS sintió como su miembro se erectaba ante la constante sensación satisfactoria del cosquilleo en sus pectorales, -Aunque no lo creas se siente realmente bien, quieres probarlo?~- inquirió el eslavo acariciando el cuerpo fornido del germánico, éste sonrió con sátira sintiendo la erección del comunista. Se acomodó nuevamente sobre él y se recostó sobre el mayor pero esta vez acercando su pecho al rostro de éste mismo, -Adelante~- dijo seductor el alemán sintiendo como su miembro se erectaba al sentir las lamidas del mayor en sus pectorales.

La segunda ronda había comenzado...

⟨No muy lejos de allí⟩

Alemania se encontraba junto al ruso de cabellos albinos observando los empañados vidrios del coche de éste último, -Voy a quemar ése maldito coche- espetó con asco el eslavo, el germano suspiró y acarició los largos cabellos de aquella gran potencia militar, -Yo te regalo uno- dijo el alemán acercando el albino hacia él para darle un beso en la frente mientras acariciaba sus cabellos y hombros.

Jamás creyeron presenciar a sus padres teniendo sexo, y mucho menos teniendo sexo entre ellos...

En fin los caminos de la vida.

«¿URSS odia halloween?»

Una patata XD ingresó al chat

OLA! sí, así es, estoy viva, tranquilos, ando ocupada, deben comprender que ser estudiante tiene sus responsabilidades, como por ejemplo los deberes pero creo que con todo el buen trabajo que hice lograré pasar el trimestre. Pero en otras noticias, inicié otra historia que no es de countryhumans, es de Rammstein más específicamente "Tillake" el ship del vocalista de la banda con el tecladista, si a alguien le interesa ahí está XD

Alemania tiene a la segunda mayor potencia militar del mundo comiendo de la palma de su mano XD

Italia fascista e imperio japonés le dan vida a la vida de los alemanes.

Weimar conoce perfectamente a imperio japonés e Italia fascista y le parecen bastante insoportables, más que su hermano menor y eso es mucho decir.

Voten por Weimar para el mejor tío del siglo.

Alemania perrísimo para Rusia.

URSS intentó hasta lo imposible para enfadar a Alemania pero éste heredó la paciencia de su tío.

Weimar y Finlandia se diviertieron jugando al "corre que te pillo" en vez de buscar a Alemania... Entienden a lo qué me refiero?

Third Reich: cuál es la forma menos romántica de proponer matrimonio? A sí! En un coche a punto de follar, ya está así le propondré matrimonio a URSS.

Third tiene un fetiche con los pechos de URSS, le gusta chuparlos, apretarlos, moderlos, etc. :)

URSS se estímulo el miembro más de una vez pensando en Third y su físico muscoloso. URSS gay, URSS gay.

Rusia quemó el coche tras esa noche y Alemania lo ayudó además de regalarle uno.

Third 29 centímetros y URSS 38. Jo-der, es todo lo que diré.

Olvide poner una advertencia +18... Mierda.

Pero bueno, hasta aquí el especial de Halloween, espero que les haya gustado y debo admitir que tengo muchos planes pendientes para el fandom de countryhumans así que no sientan que los voy a abandonar simplemente estoy expandiendo mis gustos. Por otra parte creo que mi narración está mejorando, qué dicen? Yo la veo un poquito mejor. En fin, prometo estar más al pendiente de ustedes y no quiero celos a los fans de Rammstein, que los conozco.

Shau

Una patata XD abandonó el chat

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