×Ich hasse Kinder×
¡Advertencia!
→Éste capítulo contiene relatos acerca de la amamantación de un bebé por parte de un padre de género masculino, si no te gusta éste tipo de relatos dejaré como señal "×××" para que saltes estos relatos, dicho esto empecemos con el capítulo de hoy←
Third Reich desde muy pequeño siempre odio a los niños, le parecían criaturas molestas e irritantes, no entendía por qué la gente se emocionaba tanto cuando les decían que tendrían uno, definitivamente los detestaba...
Y jamás...
Jamás...
JAMÁS...
T E N D R Í A U N O...
Estaba decidido, tenía demasiados planes en mente como para tener un hijo, además de que no quería, aunque debía dejar una descendencia, pero para que necesitaba descendencia si él dominaría al mundo.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó a la Waffen SS ingresar a su oficina, -Mein führer, ich komme, um zu berichten, dass die Achsenmächte hier sind... (Führer, vengo a informarle que el Eje ha llegado)- informó con el mayor respeto aquél germano de tez color azabache.
El de ojos carmesí al instante dirigió su mirada al germano de ojos blancos y simplemente asintió en señal de que podía retirarse para entonces pararse de su lugar para encaminarse donde sus aliados se encontraban.
Palideció al ver como sus aliados se encontraban sentados en una sala privada con sus descendientes en brazos, -Hey, Reich!- saludaron animados mientras observaban el tic en el ojo izquierdo del germano.
El tercer imperio cerró la puerta detrás de él y tomó asiento para observar fijamente como los demás miembros del Eje posaban a sus pequeños sobre su alfombra, -Por qué... Trajeron a... Esas cosas...?- interrogó el alemán con asco, el japonés simplemente esbozó una sonrisa mientras que el Reino de Italia soltaba un largo suspiro, esto sería difícil.
-Third Reich creo que es momento que aprendas a cuidar un niño- dijo de forma repentina el italiano, el nazista soltó una carcajada como si le hubieran contado el chiste más gracioso de la historia para entonces suspirar y desvanecer lentamente la sonrisa de su rostro para dar paso a una expresión de asesino serial.
-No- espetó de forma cortante y fría para entonces cruzarse de brazos observando por el rabillo de su ojo a las pequeñas criaturas sobre el suelo, -Reich, deja de mirarlos como si fueran judíos- dijo el imperio japonés observando como el alemán miraba con asco a su pequeña niña.
-Escucha, Third, esto no es cosa de que quieras o no, puede ocurrir incluso esta noche, y créeme no tendrás idea qué hacer pero con nuestra ayuda sabrás como guiarte al principio- explicó el italiano de forma seria, la naturaleza de los countrys era un misterio, no se sabía como nacían sus hijos, simplemente una noche iban a dormir y al día siguiente estaba el pequeño o la pequeña a su lado.
-No, no pienso ir a una tienda a comprar cosas de bebés frente a toda mi gente, mucho menos ser una puta vaca- espetó con asco el germano, el fascista posó dos de sus dedos en el puente de su nariz con paciencia.
-Además, no me puedo arriesgar a tener una hija como imperio japonés, no me malentiendan, sé que las mujeres pueden ser muy fuertes, pero tener yo una hija? Nah, demasiado trabajo y tendríamos demasiadas diferencias- explicó el de cabellos carmín observando a la pequeña nipona jugar.
Imperio japonés fulminó al alemán con la mirada por hablar de su niña de tal forma, no le importaba si era mujer, él la haría fuerte y capaz de resistir a cualquier cosa.
Italia fascista observó como su pequeño de tan sólo ocho meses intentaba gatear hasta el alemán cosa que le derritió el corazón por la ternura, -Mira!- dijo el italiano emocionado, el asiático sonrió ante la imagen mientras que el germano simplemente rodó los ojos.
-Ugh, si sólo vinieron para esto, me voy, tengo mejores cosas que hacer- espetó el de ascendencia germana parándose de forma repentina, el pequeño Italia observó al alemán aterrado para entonces comenzar a chillar.
El Reino de Italia cargó a su pequeño mientras miraba mal al alemán, -Cosas cómo qué? Follarte al soviético- soltó con asco el tricolor observando al germanoparlante, éste sintió un gran enojo al escuchar aquél insulto hacia su persona, -No estoy enfermo, y si lo estuviera jamás estaría con ése imbécil- espetó con asco el alemán para entonces retirarse.
Third Reich caminó de forma rápida y segura a través de los pasillos del establecimiento para entonces salir del lugar y entrar a su coche donde le esperaba su conductor, -Hail Hitler, mein früher- saludó el conductor, el de ascendencia germana asintió y el coche inició su camino.
Una vez llegado a su destino, el hogar del tercer Imperio, el country bajó del coche y se encaminó a su hogar luego de despedirse del conductor. Ingresó a su hogar con total normalidad y lo primero que hizo fue cerrar la entrada bajo llave e ir al baño de su habitación para darse una ducha.
No pudo evitar pensar en todo lo dicho por sus aliados, no era imbécil sabía que en algún momento eso ocurriría, pero esperaba que no fuera pronto, suspiró derrotado para entonces cerrar los ojos y relajarse, en los próximos días tenía importantes juntas con la Waffen SS y demás para organizar lo que se avecinaba.
Lo que más le preocupaba era el pacto de no-agresión que debería de firmar con el soviético, sabía perfectamente que éste no era idiota; sería realmente difícil convencerlo pero él era un manipulador profesional, podría hacerlo sin problema.
Terminó de ducharse y se vistió con una camisa negra, además de su ropa interior; estaba en su casa y esta era perfectamente segura, nada le ocurriría además de ser el mismísimo Third Reich, quién querría hacerle algo a él justamente?
Se preparó la cena, algo simple y rápido, pues tenía hambre pero a la vez estaba exhausto, no quería batallar luego para lavar los trastes usados.
Cuando terminó su cena lavó los trastes y se dirigió a su habitación, ingresó a su baño para entonces cepillarse rápidamente los dientes y al fin dejarse caer sobre la cama y se acurrucó entre los cobertores.
Por alguna extraña razón decidió dejar un espacio libre con sus almohadas formando un círculo como si fuese una cuna, no le dió importancia y cerró los ojos....
Cuando los abrió se encontró en un extenso campo de flores, sonrió y se relajó allí. A lo lejos divisó a su hermano mayor, sintió una gran felicidad y al verlo se paró de forma repentina para correr a sus brazos y abrazarlo. Sintió como el mayor le rodeaba con los brazos y lo sustentaba de calidez.
-Qué haces tú aquí?- interrogó el consanguíneo menor, el contrario le miró con una sonrisa y posó su mano en la mejilla de éste, -Es momento, Reich- dijo el de cabellos azabache, al culminar sus palabras se logró escuchar un llanto semejante al de un bebé, el nazista palideció y negó con la cabeza.
-Agradezco la apariencia que elegiste para el pequeño- bromeó el germano mayor soltando una risita divertida al final de sus palabras, el de cabellos rojizos negó de forma más constante esta vez, -Dale una oportunidad y veras que será lo mejor que te pasó en la vida- dijo el consanguíneo mayor para entonces alejarse del contrario.
Third Reich giró su mirada hacia atrás y observó una canasta con mantas rojas las cuales llevaban detalles negros y blancos semejante a los colores de su bandera. Se acercó temeroso a la canasta y allí lo pudo observar, un niño de cabellos azabache y ojitos dorados semejantes a dos pequeñas pepitas de oro.
Abrió los ojos de forma repentina mientras jadeaba, estaba completamente cubierto en sudor y sus manos temblaban, reguló su respiración al darse cuenta de que fue un simple sueño, pero aquella calma se desvaneció al escuchar un agudo y leve lloriqueo.
Se dió la vuelta y allí lo halló, el pequeño que vio en sus sueños, era muy parecido a su difunto hermano, además de ser increíblemente pequeño a su parecer.
Dió un pequeño saltó al ver que se movió, se alejó lo más rápido posible aún observándolo. Su respiración era entrecortada y su corazón latía con demasía, esto no podía estar pasándole a él, qué haría con esa cosa?
A lo mejor se lo podía dar a Italia, que éste lo crié y al momento de gobernar pues regrese con él, tampoco le importaba si le tenía afecto o no, era simplemente su descendencia.
Tomó valor para acercarse a la cama y observar al pequeño, éste abrió sus ojitos para ver a su lamentable progenitor, pero a la inocente criatura no le importó el aspecto físico o el comportamiento, le sonrió ampliamente y extendiendo sus bracitos a él.
Third Reich le miró con desagrado y se preocupó bastante al sentir como una sensación de ternura y cariño lo invadía, giró la cabeza hacia otra dirección de forma muy cómica causando una risita en el pequeño recién nacido.
-Acaso te estás burlando del líder supremo alemán?- preguntó el alemán ofendido, la criatura con tan sólo unos minutos de vida volvió a carcajear ante las palabras de su padre, -Eres un atrevido- dijo el germano para entonces buscar el teléfono, debía llamar a Italia fascista para que se llevara a la criatura.
Lo abandonó en la cama, no se podía mover pero si podría sentirse asustado, pero poco le importó al europeo. Tomó el teléfono de esas épocas y marcó el número de su aliado.
-Italia fascista parlando, cosa vuoi? (Italia fascista hablando, qué quiere?)- contestó su aliado del otro lado de la línea con un claro tono arrogante, -Hay un puto niño en mi cama, ven aquí, ya- dijo directamente el alemán para entonces colgar.
Nuevamente se dirigió a su cuarto para vestirse de forma decente, en el baño por supuesto, no iba a cambiarse frente a esa criatura infernal. Una vez listo oyó como la puerta principal de su hogar era tocada, rápidamente bajó y abrió la puerta encontrándose con sus dos aliados.
Los dos miembros del Eje le empujaron a un lado y entraron a su hogar como si fuese una tienda de armas, prácticamente corrieron a su cuarto para ver al pequeño, -Awwwww, que lindo- dijeron los dos al unísono.
Third Reich, una vez logró cerrar la puerta de entrada e ir a su habitación, bufó enojado al ver a sus aliados observar al bebé como la cosa más importante del mundo, simplemente era un bebé!
-Bien, Italia fascista, te lo llevas?- preguntó el germano, sus aliados le miraron con gran sorpresa al escuchar sus palabras, -Reich, es tu hijo- habló el italiano con el ceño fruncido. El alemán asintió levemente para luego volver a decir, -Quieres un permiso o qué?-
Los dos aliados se pegaron en la frente ante sus palabras, -Cómo puedes pedir que se lleven a tu niño? Yo jamás dejaría que se lleven a mi pequeña Japón- dijo el japonés, el italiano por su parte cargó al pequeño alemán por primera vez, debían hacer que Third Reich se encariñara con su hijo.
Italia fascista le hizo una seña a imperio japonés y éste entendió perfectamente lo que quería hacer, -Reich, pon los brazos así- al decir esto puso sus brazos en posición horizontal semejante a la forma de cargar un bebé.
El nazista entorno los ojos pero obedeció para entonces observar como el asiático se paraba detrás de él para posar sus manos sobre sus ojos impidiéndole ver qué es lo que el Reino de Italia haría.
Sintió como posaban algo entre sus brazos, era relativamente liviano, pero se sorprendió al sentir como se movía. Imperio japonés se apartó del alemán dejándole ver como el pequeño niño descansaba en sus brazos.
Por unos momentos el germánico sintió una bonita sensación al tener al pequeño en sus brazos, no lo había cargado hasta ése momento, observó como éste abría sus ojos para entonces mirarle, sonrió al hacer contacto visual con su padre.
Sus aliados lo observaron orgullosos, como si ellos fueran sus padres, -Ves? No es tan difícil, Reich- dijo el asiático con una sonrisa ladina, el alemán gruñó por lo bajo asustando al pequeño en sus brazos.
Comenzó a llorar provocando disgusto en su progenitor, éste dirigió su mirada a sus aliados y estos mecieron sus brazos para que el contrario les imitara. Third Reich frunció el ceño confundido y regresó su mirada al bebé en sus brazos para entonces comenzar a mecerlo de forma tranquila y lenta provocando que el llanto cese.
Observó como el pequeño abría y cerraba la boca constantemente, palideció al ver eso y tragó en seco, -Reich- llamó el italiano al nazista, éste le miró con el ceño fruncido, sabía lo que se acercaba y no quería hacerlo.
-Un niño debe nutrirse con la leche de su madre, en éste caso... Su padre- confesó el tricolor, Third Reich nuevamente tragó en seco y regresó su mirada a la pequeña criatura, era normal que hiciera aquella acción pues estaba hambriento, pero de alguna forma el germano se sentía presionado ante la constante exigencia del pequeño.
-Largo- ordenó el germánico causando confusión en sus aliados, -Fuera, no pienso hacerlo con ustedes en esta casa- espetó el de ascendencia germana con asco, sus aliados suspiraron y salieron del hogar del germano para sentarse en el jardín.
Third Reich cerró la puerta con seguro y se dirigió a su baño a la vez que respiraba en un intento de tranquilizarse, no quería hacerlo, era vergonzoso, aunque si lo hacía en la soledad de su baño no se sentiría tan incómodo.
Una vez allí cerró la puerta del cuarto de baño con seguro y luego de un largo suspiro comenzó a desabrocharse la camisa. Sintió como sus mejillas comenzaban arder a la vez que cerraba los ojos, definitivamente quería morirse.
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Contenido sensible para algunos
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Guío el rostro del pequeño a su pecho, -Mach schnell (Hazlo rápido)- murmuró el germano para sentir como el niño comenzaba a succionar su pezón y sorprendentemente la pequeña criatura comenzó a beber.
Estaba lactando a un niño siendo un hombre.
Definitivamente la naturaleza jamás dejaría de sorprenderlo.
De repente una idea muy graciosa vino a su mente, si el podía lactar significaba que URSS también podía, comenzó a reírse mientras pensaba en esa imagen, debía lograr ver eso antes de morir, estaba decidido.
Permaneció quieto observando como la criatura bebía de su pecho cosa que en parte lo avergonzaba pero le enternecia a la vez. Sintió como el pequeño por fin dejaba su pezón, -Te dije que lo hicieras rápido, pequeño bastardo- insultó con una pequeña sonrisa en la comisura de los labios.
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Fin del contenido sensible
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Salió del baño con el pequeño durmiendo en sus brazos, lo dejó en su cama para entonces abrocharse la camisa, se dirigió a la entrada para buscar a sus aliados. Estos le observaron con una sonrisa burlona en el rostro.
-No quiero escuchar un sólo comentario, ahora vayan a la tienda y compren todo lo que saben ustedes que necesita ése pequeño bastardo y yo se los pagó cuando regresen- ordenó el alemán para entonces cerrar nuevamente la puerta.
El Reino de Italia y el imperio de Japón se miraron confundidos para entonces acatar la ordenanza del germano, preferían hacerle las compras a que de en adopción al niño.
Luego de hacer las compras
Llegaron al hogar del alemán con demasiadas bolsas las cuales se encontraban llenas de cosas que el italiano había comprado y ahora el portador del sol naciente era el que cargaba con esas compras.
El italiano tocó la puerta para observar como el germano abría esta levemente dejando ver simplemente su rostro, les miró de forma fulminante para entonces abrir completamente la puerta dejando ver como éste cargaba al pequeño de forma posesiva.
-Y pensar que querías dármelo a mí- dijo el de ascendencia latina, el germánico soltó un gruñido gutural para entonces abrazar al pequeño de forma más posesiva.
Una vez dentro tomaron asiento en el sofá dejando todas las compras sobre el suelo, el de ascendencia teutona simplemente tomó asiento en el sofá contrario de piernas cruzadas aún con el bebé en brazos.
-Haz elegido un nombre ya?- preguntó el Reino de Italia curioso, el alemán le miró de mala manera para entonces suspirar, -Deutschland, que proviene de la palabra deutsches Reich o mejor conocido por Second Reich- explicó el germano, los dos aliados le miraron confundidos provocando que el nazista bufara enojado.
-MI PADRE! Ése era su nombre en alemán- explicó el de cabellos carmín observando a sus aliados, estos asintieron mientras formaban una "o" con sus bocas en señal de que entendieron, -Entonces en español cómo sería?- preguntó curioso esta vez el japonés.
Third Reich se lo pensó bastante antes de decírselos, de seguro simplemente crearían un nombre para su idioma, -Alemania, y no me pregunten cómo sería en inglés porque ni siquiera lo he pensado y ni pienso hacerlo- explicó con asco el germano.
Sus aliados asintieron levemente dando a entender que estaban de acuerdo con sus palabras, -Y bien, qué compraron?- interrogó el germano, el italiano entonces comenzó a sacar cosas de las bolsas mientras el alemán lo observaba todo extrañado.
Así se la pasaron hasta que llegó el momento de que los dos se retiraran para regresar con sus pequeños. El germano les pagó todo lo que habían gastado y una vez que se fueron cerró la puerta con seguro. Luego de dispuso a armar aquella cuna que según el de habla latina era la mejor que halló, se la pasó organizando y limpiando olvidándose completamente de los planes que tenía ése día.
Cayó la noche y el germánico al fin terminó, tomó asiento en el sofá bajo la atenta mirada del pequeño bebé, el mayor giró su mirada para verle allí recostado en el sofá, éste al instante sonrió al hacer contacto visual con su progenitor.
-Sé que tratas de convencerme con tu dulce sonrisa para que te cargue y no caeré, así que deja de intentarlo- dijo el de ojos carmín, el pequeño borró su sonrisa pero permaneció observándole, -Ugh, ya deja de mirarme así- dijo el nazista cargando al pequeño.
Éste nuevamente sonrió al ser cargado por los brazos de su padre, -Eres un pequeño bastardo- espetó el germánico, el pequeño alemán simplemente continuó sonriendo mientras observaba a su padre.
El teléfono de la casa sonó y Third Reich suspiró para entonces levantarse del sofá aún con el niño en brazos, tenía una idea de quién se trataba, -Mein führer, no se presentó hoy a sus juntas, se encuentra bien?- preguntó el sujeto del otro lado de la línea.
-Berlín, yo... simplemente tuve un... Inconveniente del cual probablemente deberé informarles... Pero será mejor mañana, ahora ya es muy tarde, descansa Berlín- dijo el portador de la esvástica colgando el teléfono al instante sin permitir que su capital pudiera hacer otro comentario.
Suspiró para entonces encaminarse a la cocina, debía prepararse una cena rápida y sencilla para poder ir a descansar no sin antes dormir al pequeño, lo cual lo tenía inquieto pues no había escuchado una sola cosa buena de dormir teniendo un bebé.
Una vez terminó regresó a su habitación encontrándose al pequeño recostado sobre su cama observando el techo como si fuera lo más interesante del mundo.
Third Reich se quitó la camisa pues luego de alimentar al bebé se pondría el pijama, tomó asiento en la cama y cargó el pequeño en sus brazos, -Deutschland, se compasivo y por favor no te despiertes hasta las 7:00 a.m.- le pidió el líder supremo alemán a su pequeño y dulce hijo.
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Contenido sensible para algunos
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El de cabellos rojizos desvió la mirada avergonzado mientras con su mano acercaba su pecho a la pequeña boquita de la criatura, éste abrió su cavidad bucal y comenzó beber.
El alemán mayor suspiró, definitivamente no sería fácil acostumbrarse a ser un lactante, aunque por su niño sería capaz de aguantarlo. Mientras la pura criatura mamaba el mayor comenzó a recordar la estupidez que hizo y dijo esa mañana, darle a Italia su pequeño?! Que imbécil pensó el nazista.
Luego de unos minutos sintió como el pequeño dejaba de beber cayendo profundamente dormido, su progenitor se dirigió a su cuna y lo posó delicadamente sobre esta para que durmiera a gusto.
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Fin del contenido sensible
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Se dejó caer sobre la cama agotado, esperaba que Alemania durmiera hasta la mañana siguiente, había colocado la cuna a un lado de su cama por cualquier emergencia. Sus párpados le pesaban y exhausto se dejó caer en los brazos de Morfeo...
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Querido hijo mío.
Debo confesar que al principio no fuiste una bonita sorpresa, tú llegada representó una molestia, pensé que podría deshacerme de tí y cuando tú quisieras conocerme vinieras a mí. Luego me di cuenta de lo estúpido que fui pensando eso.
Al principio fue difícil sí, no tenía idea de siquiera como cargarte en brazos, pero ahora no sé que sería de mi vida sin tí.
Cuando diste tus primeros pasos no te das una idea lo feliz que me sentí, ni hablar de cuando me llamaste "vati" por primera vez, lloré por media hora.
Probablemente si estás leyendo esto es porque ya no me encuentro a tu lado, probablemente perdí la guerra y el soviético se deshizo de mí.
Mi pequeño Deutschland, perdóname por cada una de mis acciones, la ira y la ambición se apoderó de mí, sé que probablemente hayas sufrido mucho por mi culpa, con tan sólo pensarlo me odio como no te imaginas, y con imaginarme el odio que me tienes me destruye completamente. Lo siento.
Te amo, Deutschland, siempre te voy a amar, me hubiera encantado verte como un adulto responsable y maduro, pero tendré que conformame con verte como un niño de doce añitos.
Te ama ahora y siempre:
Tu miserable padre.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Alemania se encontraba sentado en el sofá de su hogar, lágrimas se escapaban de sus ojos con furia mientras leía la carta que Berlín le había entregado proveniente de su padre, no pudo evitar soltar un sollozo mientras acercaba la carta a su pecho.
Los sollozos se volvieron más constantes mientras las lágrimas se escurrían constantemente por sus mejillas, sentía un gran vacío en su pecho, creía haber superado la muerte de su padre pero no era así, aún su corazón sangraba por la repentina muerte de su progenitor.
Le importaba una mierda lo que hubiera hecho o no, él fue su padre y jamás le dañó física, verbal o mentalmente, siempre lo crío para ser un gran country y había logrado su objetivo pues Alemania era uno de los mejores países del mundo. De todas formas éste siempre era criticado por sentir amor hacía su padre y extrañarlo, no podía llorar su muerte tranquilo si no su imágen sería dañada, odiaba a la sociedad por ello.
Qué acaso no podía extrañar a su padre simplemente porque fue un genocida e intentó conquistar al mundo? Pues aparentemente no.
Le dieron espasmos mientras estrujaba la carta contra su pecho desconsolado, -Vati...- decía constantemente entre espasmos, lo extrañaba, no podía negarlo, lo necesitaba a su lado, y odiaba que lo nombraran siempre, simplemente causaban más dolor en su corazón recordándole que no volvería a verlo jamás.
Permaneció allí por un largo tiempo no quería soltar aquella carta, era lo único que le quedaba de su padre, pues el gobierno alemán guardo bajo llave todas las pertenencias del difunto Third Reich.
-Ich werde dich auch für immer lieben, vati-
×Ich hasse Kinder×
Una patata XD ingresó al chat
OLA! cómo están mis niños? Yo bien, casi lloro con éste capítulo XD, es que cuando se trata de papi Reich me puede, me puede mucho. Éste capítulo fue creado mientras escuchaba la canción "Ich hasse Kinder" de Till Lindemann, el vocalista de Rammstein, o el amor de mi vida.
Éste sexy alemán en pantalla ( ˘ ³˘)
Si quieren escuchar la canción aquí se las dejo
Soy muy fan de éste hombre, en fin.
• Grande la Waffen SS, es la primera vez que escribo de él.
• Italia fascista e imperio japonés andan modo papás luchones.
• Perdón, perdón, perdón, debía agregar una que otra referencia al URSSxThirdReich, perdón, me declaro culpable.
• Third Reich tenía una hermosa vida de soltero hasta que llegó el bebé Ale.
• Si les soy sincera no tenía ganas de inventar una forma elaborada de la reproducción de los countries XD
• Tampoco tenía ganas de explicar el porque Alemania siendo un bebé recién nacido ya sonríe y se ríe. Sólo simulen que los countries tienen una evolución más rápida XD
• LIKE PARA UN CAPÍTULO DE URSS AMAMANTANDO A RUSIA SJSJAKDJ
• Es un caso muy especial y raro pero los hombres tienen la remota posibilidad de poder amamantar a un niño o niña.
• Sé que la palabra "Deutsches Reich" proviene de la palabra "Deutschland" pero no tendría sentido, así que simplemente lo invertí.
• Sí, gente, los italianos son latinos, al igual que los españoles, los rumanos y moldavos, los franceses, los portugueses, todo país que tenga una lengua proveniente del latín son latinos.
• Alemania tuvo compasión por su papá y no se despertó hasta las 7:00 a.m. jsjs
• Juro que me fue muy difícil escribir la parte de la carta de Reich a Alemania, casi lloré, en serio.
• La parte final me salió del pecho, me caga que Alemania no pueda llorar a su padre.
Pero bueno, honestamente no sé si quiero escribir el siguiente capítulo, como algunos sabrán, el siguiente capítulo tratará acerca de Alemania siendo brutalmente abusado tras la Segunda Guerra Mundial, tengo miedo XD, espero que me salga tal y como lo tengo planeado; en fin, sin más dilataciones me despido.
Shau
Una patata XD abandonó el chat
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