La noche envolvía la ciudad en oscuridad, iluminado solo por las luces parpadeantes de los edificios y las farolas que marcaban las calles. Sin embargo, lejos del suelo, una figura oscura y solitaria surcaba el cielo, observando desde las alturas con una mezcla de desdén y felicidad. TDL, el enigmático y temido ser que había causado caos en innumerables mundos virtuales, volaba por encima de la ciudad, su mente ocupada en sus propios planes secretos.

TDL: "Pobres idiotas... mientras todos ellos están ocupados con sus pequeñas guerras y planificaciones, yo estoy a punto de recuperar lo que es mío."

Estaba lleno de una determinación peligrosa mientras se acercaba a las afueras de la ciudad. Bajo él, las luces de la ciudad se desvanecían gradualmente hasta que todo lo que quedó fue la oscuridad del bosque que rodeaba el lugar. No era un bosque común para él; este estaba impregnado de recuerdos, un lugar que alguna vez había sido un refugio, pero que ahora solo albergaba recuerdos dolorosos...

TDL aterrizó suavemente, sus pies tocando el suelo cubierto de pasto, hojas secas y ramas caídas. Frente a él, escondida entre los árboles, se alzaba una casa antigua, semidestruida por el paso del tiempo y los estragos de la batalla. Era una visión melancólica, una reliquia de un tiempo en el que él y TCO habían compartido algo parecido a una amistad, antes de que todo se desmoronara.

TDL: "TCO... las cosas podrían haber sido diferentes. Pero ahora, tengo que seguir adelante sin ti."

Caminó hacia la casa, su mirada recorriendo las paredes agrietadas y el techo que apenas se sostenía. Empujó la puerta, que crujió al abrirla, pero poco después, se abrió con facilidad. El interior de la casa estaba tan deteriorado como el exterior, con muebles rotos y escombros esparcidos por el suelo. A pesar de todo, había algo en esa casa que aún valía la pena, algo que había esperado pacientemente su regreso.

TDL se movió con la facilidad, ya que conocía cada rincón de aquel lugar. Se dirigió a una habitación al fondo, apartando escombros y telarañas mientras avanzaba. Al llegar a la habitación, sus ojos se iluminaron con una emoción oscura. Se arrodilló frente a una sección específica del suelo, sus manos buscando algo que no era visible a simple vista.

Con un clic casi imperceptible, TDL activó un botón oculto en una de las tablas del suelo. El sonido de engranajes antiguos poniéndose en marcha resonó en la habitación, y lentamente, una pequeña compuerta secreta se abrió ante él. La expresión de TDL se transformó en una sonrisa, una sonrisa llena de maldad y ansias de poder.

TDL: "Aquí estás... después de tanto tiempo."

Dentro de la compuerta había una caja de metal oscura, y al abrirla, reveló su contenido: un "Virabot".

TDL: "Por fin... mi hermosa, hermosa creación."

La criatura que alguna vez había desatado el caos en mundos enteros, un virus diseñado para destruir PCs, ahora yacía escondido en esa compuerta, esperando a ser reactivado. La forma del Virabot era inquietante, con la apariencia de una araña, su cuerpo rojo oscuro y cuchillas afiladas.

TDL acarició el Virabot con una mezcla de cariño y crueldad, como si se tratara de un antiguo compañero.

TDL: "Mi creación... mi obra maestra. Nadie entiende lo que eres capaz de hacer, pero pronto... pronto lo recordarán."

Con cuidado, levantó el Virabot y lo llevó a una mesa al otro lado de la habitación, donde una antigua computadora blanca lo esperaba. La pantalla de la computadora estaba cubierta de polvo, pero al encenderla, zumbó suavemente al cobrar vida. TDL conectó el Virabot al sistema, sus manos moviéndose con precisión mientras tecleaba comandos en la máquina.

Los ojos de TDL brillaban con una emoción contenida. Sabía que estaba a punto de desatar un poder que había estado latente durante demasiado tiempo. Mientras escribía el código, sus pensamientos se centraron en una cosa: control.

TDL: "Este es solo el principio. Con la pulsera, tendré el control absoluto sobre ti... y sobre todos los que se interpongan en mi camino."

De su bolsillo, sacó la segunda pulsera, aquella que había recuperado en secreto sin que nadie lo supiera. La pulsera brillaba con un aura oscura, y TDL la sostuvo frente al Virabot como si fuera un cetro que confería poder. Con un movimiento preciso, comenzó a programar el Virabot, vinculando sus funciones a la pulsera.

Cada línea de código que ingresaba parecía resonar en la pequeña habitación, como un eco de lo que estaba por venir. TDL estaba creando un vínculo inseparable entre la pulsera y el Virabot, asegurándose de que la criatura siguiera todas sus órdenes al pie de la letra. La computadora procesaba los comandos, y poco a poco, el Virabot comenzó a moverse ligeramente.

TDL: "Ahora... obedecerás solo a mí. Y juntos, desataremos un caos que nadie podrá detener."

Con la programación completa, TDL observó cómo el Virabot comenzaba a cobrar vida, sus cuchillas de patas girando lentamente mientras se preparaba para cumplir su propósito. La sonrisa de TDL se ensanchó, reflejando la oscuridad que habitaba en su interior.

TDL: "Alan Becker, TCO, y todos los demás... se arrepentirán de haberse cruzado en mi camino."

Finalmente, desconectó el Virabot de la computadora, pero lo mantuvo cerca. Sabía que debía ser paciente, que cada movimiento debía ser calculado para asegurar su victoria. Pero ahora, con el Virabot a su lado y la pulsera en su poder, se sentía invencible.

Salió de la casa, el Virabot escondido en su abrigo, y se elevó en el aire nuevamente, dejando atrás el pasado que había compartido con TCO. Mientras volaba de regreso a la ciudad, su mente ya estaba trazando los próximos pasos, los siguientes movimientos que lo llevarían a recuperar todo lo que alguna vez había perdido, y mucho más.

La noche seguía envolviendo la ciudad, pero para TDL, era solo el principio de lo que estaba por venir. El caos que estaba a punto de desatar haría temblar a todos aquellos que alguna vez lo subestimaron. Y esta vez, no habría nadie que pudiera detenerlo.

Está claro que en éste cuento va ha salir algo mal 🗣️